Eurovisiones de España
Por Juan Manuel de Prada
El cochambroso Festival de Eurovisión nos ha brindado un demoledor panorama del lodazal en que chapotea España (y por extensión el pudridero europeo). Conviene, en primer lugar, reparar en las argucias de la izquierda caniche. En lugar de impulsar acciones políticas que impidan la matanza de inocentes en Gaza proponen a sus adeptos «apagar el televisor» cuando intervenga la cantante israelí, o jalean que el público asistente al bodrio la abuchee o increpe. Postureos inanes y desahogos de alimañas, puro ‘wokismo’ aspaventero que, mientras brinda un espejismo de satisfacción moral a sus adeptos, permite a la izquierda caniche seguir lamiendo las almorranas de sus amos.
Y, mientras la izquierda caniche impulsa estas acciones cosméticas, la derechita valiente promueve el ‘televoto’ a favor de la cantante israelí, como expresión de su sionismo servil, convencida de que así el ‘sentir ciudadano’ propina un correctivo al ‘Gobierno socialcomunista’. ¿Nadie ha dicho a los adeptos de la derechita valiente que participar en el ‘televoto’ de Eurovisión es propio de horteras y soplagaitas? ¿Tanto clamar contra el ‘wokismo’ para terminar empleando sus mismas armas de fogueo? Vemos que, a la postre, la izquierda caniche y la derechita valiente comparten el mismo objetivo, que no es otro sino fomentar la degradación de la acción política en carnavalada, para convertir una masacre en algo parecido a un videojuego o una retransmisión deportiva, donde los zombis que creen apoyar a uno u otro bando (cuando no hacen sino reaccionar paulovianamente, según los implantes ideológicos que han introducido en sus cerebros arrasados) no hacen sino desfogarse por un rato, para después quedarse suaves como una malva, hasta la siguiente carnavalada.
Puro desahogo onanista de gente infantilizada y enjauladita en su redil ideológico a la que se ofrecen gallofas como este cochambroso festival, para que disfrute de un espejismo euforizante de relevancia pública y piense que, apagando el televisor o enviando ‘televotos’, está librando una batalla cósmica entre el bien y el mal. Alharacas de una ‘libertad de expresión’ fútil que sirve a los amos del cotarro para pastorear hordas de zombis e imposibilitar cualquier acción política. O sea, para conseguir que todo siga como está.
No nos entretendremos glosando el espectáculo de fealdad y degeneración eméticas del festival de Eurovisión. Hubo un momento terminal en el que la cantante española (un vejestorio de voz asquerosamente carrasposa flanqueada por dos tiorros repulsivos que enseñaban el culo) pidió al público que cantase con ella: «Soy más zorra todavía». Mientras el público la obedecía abyectamente, pensé que no cabía metáfora más exacta de la íntima unidad de la izquierda caniche y la derechita valiente, hermanadas en la degradación inane, dispuestas ambas a ser más zorras todavía mientras ponen el culo en pompa ante el mismo amo. Eso, exactamente eso, es España hoy, tristemente.
Enhorabuena, Paco, te has gastado un euro en apoyar a Israel para nada
El sábado por la noche las redes sociales se llenaron de mensajes de personas alardeando de haber votado por primera vez en su vida en Eurovisión para apoyar a Israel. Hubo quien se vino arriba y subió el pantallazo de 20 euros invertidos en la honorable misión de hacer vencedora a la representante israelí. Todo mientras la desmesurada ofensiva militar de Israel sobre Gaza continuaba una noche más. De un lado purpurina, lentejuelas, láseres y piruetas; del otro lado, horror, horror y más horror.
Si hay algo que le gusta recalcar a la organizadora de Eurovisión, la Unión Europea de Radiodifusión (UER), es que el concurso de canciones es un evento “apolítico” que reúne a personas de todo el mundo a través de la música. Una noche de diversión, mamarracheo, paz y fanfarria. Eurovisión pretendía este año volver a acariciar ese lema pomposo y situarse por encima de la política y de la guerra, como si un evento en el que participa Israel meneando su bandera pudiese escapar de la nube negra que la acompaña.
Es ridículo, por supuesto, esperar que los organizadores de un concurso de canciones estridentes resuelvan un conflicto de estas dimensiones, y es ridículo atribuir a los artistas todo tipo de habilidades diplomáticas, pero la condición apolítica de Eurovisión ha resultado ser como un cínico pimiento de padrón: a veces apolítica, a veces non . Prohibir la participación de Rusia fue una medida política y las muestras de simpatía y apoyo a Ucrania por parte de los artistas e incluso de los propios organizadores del concurso fueron un acto político. Así que la participación de Israel en esta edición ha expuesto de forma cristalina los dobles estándares y la flagrante hipocresía de lo que la UER considera “política”.
A estas alturas de la guerra, rechazar la represión de Israel en Gaza parece ya casi una cuestión de humanidad básica. Lo debería ser simplemente por el número excepcional de niños muertos: al menos 14.000. Por favor, intenta abstraerte de la frialdad de la cifra y piénsalo bien: al menos 14.000 niños muertos. Muchos otros, heridos, terminarán muriendo por falta de asistencia médica, sino de hambre. Y ni siquiera se puede alegar ignorancia o sorpresa al respecto, porque los líderes y funcionarios israelíes dijeron en voz alta al mundo exactamente lo que harían como respuesta a la atrocidad de Hamás. El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, anticipó el pasado mes de octubre que: “No habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible. Estamos luchando contra animales humanos y actuamos en consecuencia”. Cristalinamente.
El rechazo internacional es ya prácticamente unánime, salvo las excepciones de siempre. Pero, por suerte, Israel ha contado con el blindado apoyo de esos eurofans transitorios que invirtieron un euro en mostrarle al mundo que validan el blanqueamiento jaranero de una masacre, también infantil. Puede incluso que algún voto lleguese desde algún cargo del PP. Lo que haga falta si se puede enmendar a Pedro Sánchez. Hay quien es capaz de renunciar a cualquier sentido de la humanidad para seguir haciendo oposición política.
https://www.eldiario.es/opinion/zona-critica/enhorabuena-paco-has-gastado-euro-apoyar-israel_129_11360865.html
los artistas deberian boicotear este certamen Eurovicidio