Científicos forenses reconstruyen con modernas técnicas el rostro del ‘vampiro’ italiano del siglo XVI enterrado con un ladrillo en la boca
Así lucía el rostro de la Vampira de Venecia
Han reconstruido el rostro de una mujer del siglo XVI que fue enterrado con un ladrillo en la boca por temor a que fuera un vampiro y pudiera «alimentarse» de los muertos.
Además de los ladrillos en la boca, se han documentado otras prácticas como la estaca en el corazón, el entierro boca abajo, o una argolla de metal en el cuello que evitara al vampiro levantarse de su tumba. La creencia en estas criaturas nocturnas que se alimentaban de la sangre de los vivos, estaba arraigada en la Europa medieval y dio lugar a rituales funerarios específicos para prevenir su regreso al mundo de los vivos.
El que nos atañe fue descubierto en las fosas del Nuovo Lazzaretto, en Venecia, donde se encontraron víctimas de la peste que murieron entre los siglos XV y XVII. Entre 2006 y 2007, la Superintendencia Arqueológica del Véneto (Italia) puso en marcha un proyecto de investigación sobre estas fosas y, durante los trabajos, llamó la atención el cráneo de una de las tumbas (denominada ID6), ya que su mandíbula estaba abierta y tenía en su boca un ladrillo de piedra.
Los vampiros no existen, pero los estudios muestran que la gente de la Edad Media pensaba lo contrario
El antropólogo forense Matteo Borrini, que dirigió la exploración de la fosa común que contenía los cadáveres del brote de peste de 1576 declaró en un comunicado: «Los vampiros no existen, pero los estudios muestran que la gente en ese momento creía que sí. Por primera vez -agregó- hemos encontrado pruebas de un exorcismo contra un vampiro«.
Pero no todos estaban de acuerdo. De hecho, realizaron estudios para determinar si la colocación del ladrillo fue accidental o deliberada y, tras dos años de investigación, se llegó a la conclusión de que la colocación de la piedra no sólo fue intencionada, sino que formó parte de un ritual de entierro simbólico.
El estudio ha demostrado que es posible insertar un ladrillo de tamaño compatible en la boca sin dañar la dentadura
Los estudios forenses indicaron que el cráneo pertenecía a una mujer de ascendencia europea, que murió alrededor de los 61 años de edad, perteneciente a la clase baja y que se alimentó fundamentalmente de cereales y verduras.
Al leer sobre el cráneo de la “Vampira de Venecia», el experto forense e ilustrador 3D, Cicerón Moraes, reconstruyó el rostro de la mujer anónima con la ayuda de escaneos tridimensionales y la recreación de la escena en modelos 3D. No perseguía únicamente un objetivo artístico sino demostrar que era posible insertar un ladrillo de tamaño compatible en la boca sin dañar la dentadura que era la objeción que presentaban los escépticos.
En la revista OrtogOnline,Moraes detalla que reprodujo el ladrillo usando espuma de poliestireno y llevó a cabo una serie de pruebas.
Llegó a la conclusión de que el ladrillo podía introducirse en la boca humana sin causar daños a los dientes ni a los tejidos blandos. En comparación con los sujetos de prueba vivos del equipo, los autores del estudio creen que habría sido incluso más fácil con el cadáver.
Moraes diseñó la nariz a partir de datos extraídos de mediciones tomadas en tomografías de individuos vivos de diferente ascendencia. Utilizando toda la información proyectada fue posible dibujar el perfil del rostro.
Para complementar los datos de aproximación facial, Moraes realizó un proceso de deformación anatómica, reconstruyendo en 3D la tomografía de un donante virtual y ajustándola al cráneo del donante hasta convertirlo en una pieza compatible con el cráneo ID6. El resultado es el que muestra la imagen superior que está lejos de ser ni el romántico Drácula ni un temible vampiro.
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