EEUU persiste en su apoyo a Israel oponiéndose a más derechos para Palestina en la ONU y con la reciente aprobación de otro gran paquete de ayuda militar
En un mundo idílico podríamos pensar que las declaraciones de los dirigentes de grandes potencias se ajustan a la realidad y que, por tanto, actúan guiados única y genuinamente por la defensa de los derechos humanos, del derecho internacional y del bien común. Pero no vivimos en un mundo idílico.
Ningún gobierno va a confesar públicamente que sus políticas están destinadas a enriquecerse a costa de las materias primas de otros o de la venta de armamento propio. Por eso nos dicen que hay que hacer la guerra para preservar la paz, masacrar a decenas de miles de personas para garantizar la seguridad, reprimir protestas para preservar derechos o elevar el gasto militar mundial -que acaba de batir nuevo récord- para tener más democracia.