La historia de Chris Prince es un ejemplo de lucha infinita. Hace poco más de siete meses, los médicos le comunicaron que sufría un terrible cáncer se había expandido por órganos vitales de su cuerpo y que tan solole daban seis meses de vida. Momento de derrumbarse para la mayoría de los mortales, menos para Prince. Su generosa lucha no se quedó en cumplir sus sueños, sino que se puso como objetivo disfrutar sus últimos meses de vida junto a su mujer y sus hijos.

Cuando los doctores le comunicaron que sufría un cáncer terminal, Prince decidió que era el momento de subir al altar y casarse con su mujer. Para el viaje de novios, el joven optó por disfrutar junto a sus cuatro hijos de un viaje a Dineyland París. Pero aún tenía fuerzas para más y se llevó a su mujer a Nueva York, algo con lo que soñaba desde hace tiempo, para que comprase todo lo que se le antojase.

Y así fue, ella compró y Prince fue feliz pese a saber que sufría una grave enfermedad. El joven galés murió hace tan solo un mes, a los brazos de su mujer. Una historia de película en la vida real.

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