La sociedad en que vivimos nos ha habituado a considerar la infidelidad un asunto serio, grave en casi todos los casos. Las relaciones de pareja, construidas esencialmente bajo el sistema de la monogamia, difícilmente sobreviven a que alguno de los dos miembros sea infiel al otro, es decir, falte al compromiso tácito que se establece entre ambos al involucrarse con otra persona.
Hasta aquí esa breve caracterización, porque comienzan los matices. De entrada, si nos preguntamos qué tipo de vínculo puede surgir entre dos personas para que sea considerado “importante” y no pueda pasarse por alto. La convención nos dice que existen al menos dos tipos de infidelidad: la sexual y la sentimental. O el intercambio es corporal o emocional, en ambos casos, con una persona distinta a quien, dicho weberianamente, ostenta el “monopolio legítimo” de esos dos aspectos de la existencia. La pareja es quien supuestamente nos debe satisfacer tanto sexual como emocionalmente, solo que a veces no es así, y el lugar común asegura que entonces sobreviene una infidelidad.
Si esto es así, resulta interesante una investigación reciente de la Universidad Estatal de Kansas, según la cual hombres y mujeres reaccionan de formas muy distintas a la infidelidad sexual y a la emocional, en especial cuando se trata de asumirla desde el dolor.
En este estudio 238 hombres y 239 mujeres respondieron a varios cuestionarios en los que desde distintas perspectivas se buscaba trazar cierto perfil de la infidelidad. Así, por ejemplo, una de las preguntas que los voluntarios tenían que responder era, hipotéticamente, qué les angustiaría más, si imaginar que su pareja disfrutaba un apasionado encuentro sexual con otra persona o si, en otra situación, su pareja establecía un lazo emocional profundo con otra persona.
El análisis de las respuestas mostró que para un hombre resulta más dolorosa la posibilidad de que su pareja le sea infiel sexualmente, mientras que para las mujeres el pesar viene por el lado emocional.
Esto, por supuesto, dista mucho de ser una regla que se cumple siempre, pero quizá dé pie a ciertas especulaciones sobre el comportamiento amoroso humano.
http://pijamasurf.com/2014/05/te-doleria-mas-la-infidelidad-emocional-o-sexual-de-tu-pareja-hombres-y-mujeres-responden-radicalmente-distinto/