Cuando en España comienza la segunda guerra civil del siglo XIX, allá por los USA era encarcelado H.D. Thoreau por no pagar impuestos que creía injustos. Tres años después escribe La desobediencia civil.
Ya sé que el tema está manido. Empezaré pensando. ¿Por qué un juez debe interpretar la ley y el reo o persona juzgada no tiene ese derecho efectivo? Máxime cuando las leyes no vienen de ningún poder divino y por tanto elevado, si no que la redactan seres iguales a los que condenan. Por tanto las leyes pueden ser tan justas o injustas como el tiempo o cambios sociales erosionen su función vital. ¿Es condenable un anciano porque no detente la energía que poseía de joven? No. El tiempo erosionó su salud y no se le debe pedir elasticidad, fuerza ni resistencia.
Con lo cual, la ley suprema sabe interpretar y medir el concepto legítimo de vivir y morir. El ser humano sabe de tiempo inmemorial lo que es justo e injusto y sabe perfectamentesi una o varias leyes o el total de ellas engendradas y personificadas en el poder político son injustas. Hace tiempo no, pero ahora sí. Antaño eran las mejores, ahora ahogan a la ciudadanía. ¿Es legítimo aquel poder ahora devaluado?
Esta legitimidad de origen del ejecutivo (y vayamos más allá, del legislativo) lo es por ser elegido democráticamente pero le falla la legitimidad de ejercicio, pues los votantes (como veis intento ni nombrar el vocablo pueblo) no esperaban la ineptitud, que es parte de la corrupción, y han sido engañados por los que han de ejercer el poder. Con lo cual es ilegítimo e injusto en su fin, que es no ser elegido si no bien-gobernar.
¿Tenemos derecho a una desobediencia civil? Más derecho que el gobierno a errar. ¿Debemos tener miedo a lo venidero? No más que al presente. La legitimidad de una revolución nos la dará el tiempo. Paciencia. Pero esta virtud temporal no corre igual en los despachos del poder que en las paradas de autobuses.
http://lastermitasdelcielo.wordpress.com/2013/02/
Acotación : Como el celibato, las leyes humanas no dimanan de un poder divino, sino que son redactadas por seres iguales a los que condenan. Todo ser humano sabe lo que es justo y lo que no le es. Tenemos más derecho a una desobediencia civil que el gobierno a errar.