Anteayer 28 de Junio, se llevó a cabo en Madrid la mesa redonda “Creación cultural en la era de Internet”, un debate que, en opinión del presidente de FAPAE, “era necesario desde hacía mucho tiempo“.
No habrá sido por falta de oportunidades e invitaciones que, quizá no él, pero si otros de sus colegas, llevan rechazando desde hace años, pero bueno, bienvenido sea el debate, aunque “llegue(n) tarde”.
Una de las primeras conclusiones, es que, paradójicamente, todas las partes ven necesario profundizar mucho más en el tema, con el fin de intentar definir el camino que debe tomar la protección de la propiedad intelectual, y cómo integrar eso con un más amplio y mejor desarrollo de la “industria cultural”.
Según Javier de la Cueva,
Internet es la mayor obra de propiedad intelectual que existe, que ha llegado a fagocitar la propiedad intelectual existente. Hay que hacer un diseño económico para ver la forma en como retribuir a los autores y a determinadotes sectores productivos; analizar si estos sectores productivos son generadores de riqueza o sólo consumidores de subvenciones, y luchar por un sistema de cultura libre.
El camino para ello es lograr el máximo consenso posible entre creadores, industria y la investigación de nuevos modelos de negocio que sustituyan a los que ya hace años se están quedando obsoletos.
Éste es, quizá, el principal escollo, ya que los ‘derechos’ de los creadores chocan demasiado a menudo frontalmente con los derechos de los consumidores, que hasta ahora han sido criminalizados en todo el mundo.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Internautas, Victor Domingo, destacó el hecho que algunos intermediarios existentes y sus modelos han sido “apartados” debido a Internet y sus consecuencias.
Es de sobras conocido que las nuevas leyes de “protección de la propiedad intelectual” están diseñadas para la protección, también en la mayoría de casos, de éstos intermediarios y de sus viejos sistemas. Una de dichas leyes es nuestra Ley Sinde, cuya efectividad quedó bastante cuestionada por otro de los participantes, Alejandro Touriño.
Y va a ser poco eficaz, siguiendo por cierto la tradición de todas las leyes parecidas, como HADOPI, porque en primer lugar, la tecnología siempre va a ir por delante de la legislación, aparte que “la jurisdicción española ya ha determinado que enlazar no constituye delito”, además de que la vía judicial no es suficiente, ni nuca podrá serlo, para solucionar este tipo de conflictos.
Pero quizá la más sorprendente de las intervenciones fue la del señor Pedro Pérez, presidente de FAPAE, que admitió los abusos de la industria de distribución con sus sistemas anti-copia que a parte de no funcionar, a menudo han causado daños permanentes a los equipos de los que compraron sus productos.
No sólo reconoció el fallo, si no que además abogó por el reciclaje del sector y de una adaptación y equiparación en tanto a “accesibilidad” y “precio”.
Efectivamente, hacen falta muchos más debates como éste.