Últimamente se está viendo una serie de discursos sobre la libertad de expresión que deben hacer muy felices a los peores dictadores.
Con el pretexto de combatir «bulos», «discursos de odio» y «desinformación» (términos que algunos suelen sacar de su contexto para calificar todo aquello que no es de su agrado), algunos están dando pasos para que la censura deje de parecer algo propio de tiempos pasados y empiece a ser algo aceptable e incluso imprescindible en cualquier país democrático. Veamos un ejemplo. Seguir leyendo ¿El diario socialista El País pretende que el Estado censure las conversaciones privadas?/COMENTARIO