Los maravillosos rollos del temprano Nazarenismo han sido fielmente conservados a través de los siglos, excepto por alteraciones muy leves que fácilmente pueden ser descubiertas. Porque los textos fueron conservados por un grupo cuya rama dominante había seguido a Yohanna el Bautista, y no a Yeshu, existió una tendencia de cambiar las referencias de Yeshu dentro de éstos. Estas alteraciones son pocas, tardías y tienden a ser descuidadamente ejecutadas, haciendo la restauración del texto original imparcialmente fácil. Ocasionalmente, uno encuentra interpolaciones que se refieren al Islam y el Cristianismo Bizantino, las cuales, son obviamente de una mano tardía. El Bautismo de Yeshu es un lugar donde las alteraciones ocurrieron. Hay dos versiones de este acontecimiento en los rollos, un relato positivo donde el nombre de Yeshu ha sido cambiado a Manda dJiya y otra de una naturaleza mezclada que citamos antes. Cuando se les compara es obvio que hablan del mismo acontecimiento. En la versión que citamos antes, el texto alterado tiene:
“Cuando el Mesías Yeshu dijo esto allí vino una carta de la Casa de Abathur: Yahya bautiza al “impostor” en el Yardna. Condúcelo abajo en el Yardna y bautízalo y condúcelo arriba otra vez a la orilla y allí ponlo.”
Después de esto, está el párrafo que menciona al Mesías Paulis y las prácticas Cristianas Romanas. El nombre Yeshu el Mesías ha sido cambiado al “impostor” en el verso citado en un intento fallido de mostrar a Yeshu en una luz negativa. Sin embargo, ellos fallaron en cambiar la parte más importante del texto que contiene una revelación divina que baja del cielo mandando que Yeshu sea bautizado. ¿Por qué querrían los cielos que Yeshu fuera bautizado si él era un impostor? Esta pregunta siempre ha atormentado a aquellos que aceptan a Yohanna como un gran profeta, pero rechazan a Yeshu. Ellos le echan la culpa de esto a Abathur en los cielos, ¿pero por qué lo mandaría un ser divino? Este bautismo también es un problema para los Cristianos Romanos, quienes se preguntan por qué Jesús tendría que ser bautizado por el inferior Juan por los pecados que él no tenía. Los remanentes Mandeos de los Dositeos también encontraron necesario criticar e interpretar mal los acontecimientos milagrosos que algunos vieron en el bautismo, pero ellos fallaron en hacer esto efectivamente ya que conservaron otros relatos de estos acontecimientos mostrados de una manera positiva.
El relato positivo, donde Yeshu es mencionado bajo su título divino de Manda dJiya para cubrir su verdadera identidad, es encontrado en el Ginza Rba 5:4. Este lee:
“El resplandor de Manda dJiya se extendió sobre el Jordán.”
En el otro relato más negativo y doctorado en el Libro de Yohanna encontramos:
“Después, Ruha se convirtió ella misma como una paloma y lanzó una cruz sobre el Yardna e hizo que su agua cambiara en varios colores. Oh Yardna, ella dice, me santificasteis y santificasteis a mis siete hijos.”
Manda dJiya era una deidad salvadora, mientras que Ruha por lo general era vista como el espíritu del mundo y la madre de los siete planetas que eran considerados malignos. Los Mandeos también llamaban a Ruha el Espíritu Santo de los Cristianos, al cual, lo veían como una cosa negativa. Entonces, en un relato tenemos la demostración milagrosa sobre el agua atribuida a un alto ser de luz, y en el otro atribuido a un espíritu santo falso. Aquí está el relato positivo de la inmersión de Yeshu:
“Manda dJiya fue con Yohanna Masbana y le habló: “Ahora entonces, Yohanna, bautízame con tu bautismo, con el cual bautizas, y enuncia sobre mí algo de aquel nombre que tienes cuidado de pronunciar.” Entonces habló Yohanna a Manda dJiya: “Mi vientre tiene hambre por el alimento y mi cuerpo tiene sed por la bebida. Junto hierbas y observo el silencio. Anhelo la paz, pero las almas me oprimen. Ahora la mañana está a punto de llegar, ven, más tarde te bautizaré.”
Entonces Manda dJiya se levantó, elevó sus ojos a aquel lugar que es completamente glorioso, que es completamente luz, y después habló grandemente en rezo, muy largamente no fue pequeño. Él habló: Pido una petición a la Primera Vida, la Segunda Vida, la Tercera e igualmente a Yufin Yufafin, a Sam, el bien guardado Uthrai, al lugar que es completamente vida, el gran edificio que es completamente sanación, a Usar Jiya y todas las plantaciones de la luz, a las creaciones de la vida y a todas las plantaciones creadas por la Vida. Con su aprobación ofrezco una muy larga y no una pequeña petición. En esta hora, en la cual Yo estoy, por favor colóquenme sobre las doce horas del día y las doce horas de la noche, sobre aquellas veinticuatro horas para que sean hechas menos de lo que ellas son. El ciclo del día y aquellos de esa noche, el ciclo de la noche y aquellos del día. Sueño y somnolencia lleguen a los ojos de Yohanna. Que él quede como si hubiera dormido, y permitan que su alma sea refrescada en su gloria, de modo que Yo pueda hablar con él del bautismo, con el cual es conocido por bautizar, en esta precisa hora en la cual estamos. Manda dJiya va y viene de aquel lugar, el cual es completamente resplandor, de aquel lugar que es completamente luz, y de aquel lugar que está sobre las horas del día y aquellas doce horas de la noche, y ellos le concedieron su petición, que las horas se vuelvan como una hora, los ciclos del día fueron removidos; y ellos se volvieron aquellos de la noche. Las ruedas de la noche llegaron a ser cambiadas; y ellas se volvieron aquellas del día. Llegó a ser de noche, llegó a ser de mañana, llegó a ser de noche, llegó a ser de día.
Sueño y somnolencia llegaron sobre los ojos de Yohanna. Él durmió y dormitó, luego siendo despertado se sentó, estornudando y puso su mano derecha sobre sus ojos y frotó el sueño de los ojos. Entonces, Manda dJiya habló, diciendo: Saludos para ti, maestro Yohanna, gran padre, grandemente honrado. A Manda dJiya Yohanna le habló y dijo: Ven en paz, niño pequeño, a quien ya Yo ordené ayer ir al Jordán – hoy no te defraudare. Entonces, Manda dJiya le habló a Yohanna: Ahora entonces, Yohanna, bautízame con tu bautismo con el cual bautizas, y pronuncia sobre mí algo del nombre, que siempre pronuncias. Con lo cual, Yohanna contestó a Manda dJiya, cuarenta y dos años he Yo estado bautizando gente en el agua, y nunca nadie me ha llamado para ir al Jordán. Ahora he sido llamado por ti para ir al Jordán, oh pequeño niño de tres años y un día.
Entonces, Manda dJiya le dijo a Yohanna: ¿Cómo es tu bautismo, con el cual bautizas? Con lo cual Yohanna le habló a Manda dJiya: Lanzo al ser humano en el Jordán como ovejas detrás del pastor. Extraigo agua alrededor de ella con mi cayado y pronuncio el nombre de Los Vivientes. Entonces, Manda dJiya le preguntó a Yohanna el Bautista: ¿Qué nombres pronuncias en el bautismo con el cual bautizas? Entonces, todos los discípulos abrieron su boca como uno y le hablaron a Yohanna: Por cuarenta y dos años has realizado bautismos, y nunca has sido llamado para ir al Jordán excepto por este pequeño niño. No falles en notar sus palabras, las cuales, él ha hablado. Los discípulos impulsaron a Yohanna, entonces Yohanna se levantó, se levantó hacia el Jordán, entró en la corriente libre del Jordán, extendió sus manos para recibir a Manda dJiya, y le habló, diciendo: Ven, ven, niño pequeño de tres años y un día, menor entre sus hermanos, pero grande entre sus padres, quien es pequeño, pero cuyos discursos son grandes. Con lo cual fue Manda dJiya hacia Yohanna en el Jordán. Cuando el Jordán vio a Manda dJiya, se elevó y saltó hacia su presencia y brincó hacia adelante desde sus bancos. Yohanna parado en el agua sobre su primera apertura y entre la última apertura. Entre agua y agua él nada y no tiene mucha fuerza para nadar. Manda dJiya vio a Yohanna y se preocupó por él. El resplandor de Manda dJiya se extendió sobre el Jordán, y en cuanto el Jordán vio el resplandor de Manda dJiya, se volvió a sí mismo de regreso, y Yohanna fue dejado sobre tierra firme. Manda dJiya fue cerca entonces con Yohanna y le habló: bautízame con tu bautismo puro y pronuncia sobre mí algo del nombre que estás acostumbrando a pronunciar. Con lo cual, le habló Yohanna a Manda dJiya: Mil veces mil personas en el Jordán dejé descender, y bauticé diez mil veces diez mil almas en el agua. Pero uno como tú mi mano aún tiene que tomar. Ahora explícame; ¿cómo te bautizo? Entonces Manda dJiya le habló a Yohanna: tan lejos como el agua, ve también, y yo quiero ir contigo. Bautizándome con tu bautismo puro, con el cual tiendes a bautizar, y pronuncia sobre mí algo del nombre, que tiendes a pronunciar. Así, Yohanna volvió a bajar al agua desde la tierra firme, y Manda dJiya fue con él. El resplandor de Manda dJiya estaba sobre el Jordán y sus bancos. Los pescados abrieron su boca desde el mar, los pájaros sobre los dos bancos del mar cósmico. Ellos alabaron a Manda dJiya y le hablaron: Bienaventurado eres, Manda dJiya, bienaventurado es el lugar del cual viniste, y alabado y fortalecido sea el gran lugar al cual vas. Cuando la voz de los pescados del mar y los pájaros de los dos bancos del mar cósmico entraron en el oído de Yohanna, supo que era Manda dJiya quien iba con él. Entonces Yohanna le habló a Manda dJiya: Tú eres aquel en cuyo nombre bautizo con el bautismo viviente. Y él le preguntó: ¿A nombre de quién bautizas? Con lo cual, Yohanna le contestó a Manda dJiya: En nombre de aquel que me ha sido revelado, en nombre del predestinado, de él quien está destinado a venir, como en nombre del Mana bien guardado, quien tiene que revelarse a sí mismo. Ahora, coloca sobre mí ahora tu mano de la Verdad, tu gran mano derecha de sanaciones, y pronuncia sobre mí tus nombres, porque Yo soy la plantación que tú plantaste. En tu nombre será fortalecido el primero y el último. Con lo cual, le habló Manda dJiya a Yohanna: Si coloco la mía mano sobre ti, te separarás de tu cuerpo. Entonces Yohanna le habló a Manda dJiya: Ya que te he visto, ahora ya no quiero estar más aquí. En verdad, no provoques que sea maldecido y ser alejado de ti, lejos del lugar de donde has venido. Ármame y dame instrucción para el gran lugar a donde vas. Revela para mí los Misterios de los reyes benévolos, sobre la gran fruta de la luz, sobre las fundaciones y la fruta de la tierra, para saber sobre qué están puestos, y las fundaciones del agua, aquellas de las cuales el fuego viviente se extiende, donde la Vida vive, para saber quién es el pre-eminente y más grande que los demás.” [1]