Un comentario en “Los Infranqueables Cinturones de Van Allen”
La NASA conocía perfectamente los peligros derivados de la existencia de este cinturón de radiación. De hecho, llevó a cabo experimentos previos a las misiones Apollo para investigar su naturaleza. Por ejemplo, los astronautas de la misión Gémini 10 sobrevolaron la zona conocida como Anomalía Magnética del Atlántico Sur (Southern Atlantic Magnetic Anomaly, SAMA), una especie de prolongación a menor altura y de menor intensidad de los cinturones de Van Allen.
Antes de considerar la radiación absorbida por los astronautas, es conveniente adquirir una noción básica de la radiación y las unidades utilizadas para medirla. La unidad utilizada actualmente para cuantificar la dosis de radiación absorbida es el gray. Sin embargo, antes se utilizaba el rad (radiation absorbed dose, o dosis de radiación absorbida). 1 gray equivale a 100 rad.
El efecto biológico de la radiación depende de la región del cuerpo que haya sido expuesta, así como del tipo de radiación. Debido a esto, el gray se modifica mediante los conceptos llamados factor de ponderación tisular (wT) y factor de ponderación de la energía (wR). El resultado es una nueva unidad llamada Sievert (Sv), que equivale a 100 rem (roentgen equivalent for man, o equivalente roentgen para el hombre), unidad semejante antiguamente utilizada.
El tiempo de exposición de cada nave Apollo a la radiación de los cinturones de Van Allen fue relativamente breve (unas cuatro horas por misión, aproximadamente), ya que empezaban a pasar por esta zona a una velocidad de unos 40.000 km/h. Cada nave Apollo pasó por ellos dos veces, una de ida y otra de vuelta. En total, los astronautas pasaron menos de una hora en la parte más densa del cinturón de radiación, y estaban bien protegidos en su nave espacial, ya que el principal peligro de los cinturones de Van Allen lo constituyen los protones y electrones de alta energía, contra los que es relativamente fácil protegerse (el casco de la nave y los cristales de las ventanas son suficientes para frenarlos). Para ello no se necesita estar recubierto de varios metros de metal pesado. El plomo sirve para frenar la radiación proveniente de partículas cargadas (el caso de los cinturones de Van Allen), pero no es el método ideal para hacerlo. Por ejemplo, actualmente se usa una fina capa de polietileno en las naves espaciales para realizar esta tarea.
La NASA conocía perfectamente los peligros derivados de la existencia de este cinturón de radiación. De hecho, llevó a cabo experimentos previos a las misiones Apollo para investigar su naturaleza. Por ejemplo, los astronautas de la misión Gémini 10 sobrevolaron la zona conocida como Anomalía Magnética del Atlántico Sur (Southern Atlantic Magnetic Anomaly, SAMA), una especie de prolongación a menor altura y de menor intensidad de los cinturones de Van Allen.
Antes de considerar la radiación absorbida por los astronautas, es conveniente adquirir una noción básica de la radiación y las unidades utilizadas para medirla. La unidad utilizada actualmente para cuantificar la dosis de radiación absorbida es el gray. Sin embargo, antes se utilizaba el rad (radiation absorbed dose, o dosis de radiación absorbida). 1 gray equivale a 100 rad.
El efecto biológico de la radiación depende de la región del cuerpo que haya sido expuesta, así como del tipo de radiación. Debido a esto, el gray se modifica mediante los conceptos llamados factor de ponderación tisular (wT) y factor de ponderación de la energía (wR). El resultado es una nueva unidad llamada Sievert (Sv), que equivale a 100 rem (roentgen equivalent for man, o equivalente roentgen para el hombre), unidad semejante antiguamente utilizada.
El tiempo de exposición de cada nave Apollo a la radiación de los cinturones de Van Allen fue relativamente breve (unas cuatro horas por misión, aproximadamente), ya que empezaban a pasar por esta zona a una velocidad de unos 40.000 km/h. Cada nave Apollo pasó por ellos dos veces, una de ida y otra de vuelta. En total, los astronautas pasaron menos de una hora en la parte más densa del cinturón de radiación, y estaban bien protegidos en su nave espacial, ya que el principal peligro de los cinturones de Van Allen lo constituyen los protones y electrones de alta energía, contra los que es relativamente fácil protegerse (el casco de la nave y los cristales de las ventanas son suficientes para frenarlos). Para ello no se necesita estar recubierto de varios metros de metal pesado. El plomo sirve para frenar la radiación proveniente de partículas cargadas (el caso de los cinturones de Van Allen), pero no es el método ideal para hacerlo. Por ejemplo, actualmente se usa una fina capa de polietileno en las naves espaciales para realizar esta tarea.