David Icke y los reptilianos.

En últimos años ha habido un extraño fenómeno de un “revival” de las teorías de conspiración. Uno de las más extrañas expresiones de esta moda es la aplastante avalancha de material sobre “Reptilianos” que no solo ha acaparado las páginas de internet sino también la televisión y los libros. Sobre estos últimos uno de los escritores de mayor éxito al respecto ha sido David Icke. A decir vedad nunca he leído sus libros, principalmente porque el dinero no me sobra y no lo gastaría en material tan paranoide y fantasioso. Pero… ¿Si no he leído el material puedo hacer una crítica al respecto? Evidentemente no, lo que pienso hacer en este post es echar un ojo a los motivos del movimiento en sí.
Lo que hace a las teorías de Icke (que no es el único pero si el más conocido) únicas es precisamente la mezcla que temas inconexos que hace. Mientras que muchas teorías de conspiración se limitan a un grupo de poder especifico (léase club Bilderberg, masones, Illuminati, la CIA, Skull and Bones…. Y un largo etcétera) Icke despotrica contra todos y todo. En sus libros (no los he leído pero hay mucha información al respecto en la web) incluye en sus alocadas hipótesis a las familias reales del mundo, a la familia Bush y a los Rockefeller, solo por citar ejemplos. Pero no se queda ahí, va más allá y entra de lleno al terreno de la mitología incluyendo a los dioses sumerios, leyendas de los nativos americanos ¡y hasta el mismo Drácula!… no conforme embebe a sus lectores en una teoría de conspiración absoluta. Según él los reptilianos no solo se encargan de dominar la economía y la política, sino que también son monstruos chupasangre, antropófagos, roba chicos y violadores. Son, para no hacerla de emoción, el mal en la tierra, los nuevos demonios y como tales los ubica viviendo en un infierno subterráneo al puro estilo de la edad media.
Esto ha desatado un fenómeno que destaca por lo burdo y lo abundante. De pronto el mundo que llenó de aficionados que buscaban cualquier falla en el disfraz humano de los reptiles… porque, por alguna razón, estas iguanas que les gusta manejar los hilos desde las sombras también les gusta ser estrellas de rock, de cine o simples presentadores noticiosos. Así cualquier arruga, verruga o imperfección en la piel se convirtió en material para Youtube. Cierto fallo de las cámaras que hace ver las pupilas como líneas verticales dio mucho material a los aficionados que tomaron la caza de los supuestamente todopoderosos reptiloides illuminatis como hobby. De igual forma comenzaron a surgir infinidad de “testimonios” de supuestos testigos y contactados de estos seres escamosos. Que si un gigantón con cabeza de triceratops, que si una mujer lagartija… al parecer entre los reptiles que dominan este mundo desde las sombras hay algunos que no tienen para comprarse su disfraz de la reina de Inglaterra y tienen que salir al mundo como el diablo los trajo al mundo. Más aun, algunos son particularmente boquiflojos como para contar al detalle sus planes de dominación mundial a adolescentes que lo primero que harán es subirlos a un blog.
Por otro lado muchos de los miembros de esta nueva moda creen a pies juntillas que gente como los Bush o las familias reales de medio globo tienen sangre reptil en algún grado. Es decir que los presidentes de los países poderosos y los reyes tienen parentela con las iguanas. Esto es particularmente divertido pues se supone que esto es una forma de controlar a las chillonas masas humanas… que serían el alimento de los reptiles. ¿Esto les parece lógico? Si los reptiles nos ven como ganado ¿Se reproducirían con nosotros? No dudo que algún granjero solitario le entre a la zoofilia en un momento de debilidad adolescente, pero en ningún momento se plantearía crear un hibrido vaca-humano para controlar a su ganado. ¿Por qué hemos de creer que los reptiles, cuya mente es tan avanzada como su malevolencia, si lo harían así? debe haber muchas formas de dominación que no  impliquen hibridar con tu plato de comida.
Como vemos los fans de los reptiles son muy creativos en algunos aspectos, pero en muchos otros dan lastima. Por ejemplo muchos creen que los reptilianos son originarios de la constelación del Dragón, concretamente de la estrella Alfa Draconis. De esta forma los habitantes de una estrella que se llame, por ejemplo, Proción… serían mapaches. De hecho la idea de los reptilianos ni siquiera es suya, ya habíamos visto cosas muy similares en películas y series añejas como “Land of the Lost” de 1974, “V” de 1983 o “They Live” de 1988. Claro que para los seguidores de Icke estas no son ficción sino veladas muestras de propaganda, para unos de buenos samaritanos que tratan de promover la verdad, para otros de los mismos reptilianos que tienen un sentido del humor un tanto retorcido. Y más aún, este tipo de teorías son un batidillo de cosas prestadas de diferentes mitologías, los reptilomanos echan mano de casi cualquier cosa con escamas que se les cruce: dragones, dioses sumerios, dioses egipcios con cabeza de cocodrilo, Quetzalcoatl, la serpiente del génesis, Nagas hindúes… y varios largos etcéteras.
Y sin embargo el señor Icke no siempre fue así. En su libro “El mandril de madame Blavatsky” Peter Washington hace una breve descripción de cómo era el personaje en los noventas, cuando todavía trataba de transmitir un mensaje de la Nueva Era positivo:
“El señor Icke estaba acompañado por su esposa, su hija y una colega. Los cuatro iban vestidos con un chándal de idéntico color azul turquesa. Preguntado por la razón de ir vestidos así, Icke dijo que el amor y la sabiduría resuenan en «la misma frecuencia que el color turquesa». Y a continuación dijo que había sido elegido por Dios para desempeñar un papel vital en el Plan Divino.”
El señor Icke comenzó su carrera como jugador profesional, pero una artritis temprana truncó ese sueño a la edad de 21 años, tras lo cual inició carrera como comentarista deportivo y presentador de televisión. Como muchos otros famosos trató de buscarse a sí mismo, volcando su interés por la ecología (fue portavoz del partido verde de Inglaterra) y los temas espirituales. Como muchos otros aficionados a la Nueva Era propagaba un mensaje de cambio positivo en su libro “The Truth Vibrations”. Sin embargo su mensaje no tuvo éxito, digamos que había llegado un tanto tarde y la época dorada de la nueva Era había pasado, por lo que muchos simplemente lo tomaron por orate.
¿Fue esto lo que le hizo cambiar a un mensaje lleno de paranoia y terror? ¿Qué le hizo pasar de un gurú de paz y amor turquesa al portavoz de un mundo dominado por reptiles que manipulan cada movimiento de la humanidad? Si me lo preguntan a mí fue el desencanto.
Si bien las raíces de la “nueva era” pueden rastrearse hasta los clubes y logias secretas de finales del siglo XIX fue en la segunda mitad del siglo XX que cobraron un auge de importancia. Y es que lo que antes era materia para ricos excéntricos que no sabían qué demonios hacer con su dinero y su tiempo libre a partir de los 60’s la nueva era encontró abrigo entre la contracultura de la música y las drogas. Hippies y Gurús proliferaron llevando mensajes de paz, amor y psicodelia… pero todo terminó a balazos. Las manifestaciones pacíficas fueron disueltas a golpe de culata en todo el mundo “civilizado”. Con todo, la idea de que una nueva era, concepción sacada de las culturas orientales donde el tiempo es un ciclo de sucesiones, estaba por llegar se mantuvo vigente gracias al milenarismo occidental.
Lamentablemente el nuevo milenio llegó manchado de sangre. Tuvimos un 11 de septiembre, un 11 de marzo, una “guerra contra el terror”, crisis económicas globales… ante esto los fanáticos de la nueva era solo podían preguntarse ¿Qué salió mal? Sin duda el ser humano resultó  más necio de lo que pensaban pero para muchos el cambio hacia una “conciencia cósmica” era algo que debía pasar. Sin duda debía haber un culpable, uno tan poderoso que dominara todos los aspectos de la vida humana, de lo económico a lo espiritual. Es aquí donde comienzan a aparecer las teorías conspirativas descabelladas, no solo como medio para salvar la fe quebrantada sino como medio de escape al fracaso propio; porque si eres un fracasado no por tus propias malas decisiones sino por la intervención de una fuerza superior entonces tu situación se vuelve más tolerable. De esta forma no es extraño que estas teorías tengan tantos seguidores.
Icke es el ejemplo perfecto. Después de su etapa turquesa su carrera se vino abajo y para su público pasó a ser un loco más entre los chalados de la nueva era. En su desesperación ante un mundo incapaz de asimilar un mensaje de esperanza espiritual y ecológica se volcó hacia el lado oscuro, creo (o más bien usó) un villano tan arquetípico que resultaba infalible. Y lo cierto es que el truquito le funcionó.
Por mi parte es todo. Yo no recomendaría la bibliografía sobre reptilianos pero lo cierto es que no he leído ningún libro al respecto y sería injusto para los escritores no darles el beneficio de la duda.
Más información:
Washington, Peter. 1995 (1993). El mandril de Madame Blavatsky. Historia de la teosofía y del Gurú Occidental. Ediciones Destino. Barcelona. 500 págs.

http://www.erraticario.com/historia/conspiraciones/la-teoria-reptiliana-david-icke-aproximacion-cultural/

2 comentarios en “David Icke y los reptilianos.

  1. Este es un tipo de credibilidad bastante dudosa. Yo no pienso que su motivación fuese el desencanto, más bien el enriquecimiento personal a cualquier precio.

    » David Icke tiene cosas comunes con los lideres de sectas, en 1991 David Icke salio en el programa de televisión de Terry Wogan enfundado en un chandal color turquesa y anuncio que era el hijo de dios y el mundo iba acabar ese año. También Icke cuenta que su primer momento de iluminación fue cuando una voz se introdujo en su cabeza, esto lo cuenta en el programa Magic Bullet – David Icke y el Apocalipsis Reptiloide. »

    Poco más que añadir.

    Si alguien está interesado en profundizar en este tema de los reptiles, su origen y evolución, puede hacerlo aqui:

    http://laradioliberada.blogspot.com.es/2013/08/el-mito-reptiliano-de-los-mitos-hasta.html

    Un saludo.

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