Ni el calor, ni la mirada atónita de miles de bañistas que apuraban ayer los últimos sorbos del puente de la Asunción, epicentro festivo de la España más cañí, pudieron con sus consignas.
Unos 800 efectivos del 15M y colectivos de ecologistas, muchos de ellos veraneantes asiduos de esta zona de la costa gaditana, se dieron cita ayer en las playas de Conil, El Palmar, Caños o Zahora.
El objetivo no era otro que armar jaleo, y llamar la atención con ese ruido, pancartas, camisetas, timbales y consignas asamblearias, acerca de la destrucción de esta joya del litoral de la provincia.
«Estamos aquí para que se entere todo el mundo de los planes especulativos de la clase política para Trafalgar», explicaba Lola Illescas, portavoz de Ecologistas en Acción en Andalucía.
La jornada reivindicativa, que tuvo mucho de festiva, comenzó bien temprano en Conil y Malcucaña con sendas rutas a pie.
La lucha contra los proyectos de construcción de varios complejos hoteleros en torno al faro estuvo presente ayer en Barbate. El día resultó una mezcla del movimiento Salvemos El Palmar, que hace unos meses aglutinó la lucha contra «los desmanes urbanísticos que se pretenden acometer aquí», y el espíritu del 15-M.
De esta mezcla heterogénea de caras y emblemas salieron, ya por la tarde, cuando el calor y las horas de recorrido reivindicativo hacían mella entre los participantes, varias conclusiones principales. La asamblea de participantes acordó en un principio continuar con las movilizaciones, y oponerse hasta las últimas consecuencias a que el «urbanismo atroz que ha imperado en el litoral español pueda contaminar también esta zona».
El coloquio sobre medioambiente, ecología, turismo alternativo y sostenibilidad fue un espejo donde mirarse para todo aquel que considera que la playa de Trafalgar está ahora «amenazada», y para quien considera que «nuestras costas no son mercancía en manos de políticos y banqueros».
Precisamente este era el lema de la concentración de ayer en el litoral gaditano. El 15-M decidió «mojarse», y removió las conciencias de muchos. «Yo veraneo aquí desde hace muchos años, y me parece bien defender una de las pocas costas vírgenes que quedan». Estas palabras de Susi González, sevillana de nacimiento, explica de manera sencilla la iniciativa.
Además, el entronque con los ‘leitmotivs’ del movimiento de Sol son claros. «No queremos que unos pocos den aquí otro pelotazo, no queremos ser camareros o limpiadoras; por eso hemos tomado la playa», decían. Este sueño hecho realidad para muchos discurrió sin incidentes, más allá de la mirada atónita de bañistas y curiosos en un día central de sus vacaciones.
Las movilizaciones de Toma la Playa comenzaron ya el viernes en distintos puntos de la provincia. Cádiz capital, tras la ocupación de Valcárcel, sigue siendo uno de los referentes. Pero los seguidores de este movimiento también se han puesto las pilas en Chiclana, El Puerto o Jerez. Para la marcha pacífica de ayer en Vejer-Costa y Barbate se organizaron, como es costumbre, a través de las redes sociales, diseñaron camisetas e incluso se dispuso transporte colectivo para quienes venían de lejos.
Los casi 800 ‘indignados’ que estuvieron ayer en la Mangueta esperan que sus pasos sobre la arena no caigan en saco roto. Estos bañistas reivindicativos con acento gaditano dieron de nuevo sentido al tómbolo de Trafalgar; y qué mejor sitio para luchar por unos principios que a solo unos metros de donde hace siglos se libró otra batalla, esa también, histórica.
https://selenitaconsciente.com