Vivir en un entorno intelectual estimulante puede hacer mucho por las habilidades verbales, matemáticas y el razonamiento de los chicos y chicas adolescentes. Lo acaba de demostrar un equipo de investigadores españoles gracias a un estudio con más de 2.000 menores de Granada, Madrid, Murcia, Santander y Zaragoza.
Ruth Castillo, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Málaga, es la autora principal de la investigación que ha contado con la participación de expertos del Instituto Karolinska de Estocolmo, el CSIC y la Universidad de Zaragoza.
«Las habilidades cognitivas o la inteligencia en la adolescencia predicen de forma importante la salud física y psicológica de un menor en un futuro… Además, los logros académicos se relacionan con variables positivas desde el punto de vista psicológico, como tener una mejor autoestima. Sin embargo, gozar de un menor intelecto en la infancia está asociado con problemas de ansiedad en la edad adulta», documentan los investigadores en su trabajo.
Publicado en el último número de ‘Psicothema’, el ensayo fue llevado a cabo con el fin de «explorar la relación entre la educación de los padres y su profesión, el tipo de colegio y las habilidades cognitivas de los participantes del estudio AVENA (Alimentación y Valoración del Estado Nutricional de los Adolescentes Españoles)», se insiste en el artículo.
Un total de 2.162 adolescentes de entre 13 y 18 años han participado en la investigación. A todos ellos se les realizaron pruebas de inteligencia que evaluaron sus habilidades verbales, numéricas y de razonamiento. Asimismo se analizó el nivel educativo y profesional de los padres. En este último apartado se examinaron tres categorías (directivo, trabajador cualificado o no, en paro o ama de casa) que se clasificaron como alta, media y baja. Se tuvo en cuenta, también, si la formación de los alumnos se llevaba a cabo en colegios públicos o privados.
Categoría profesional baja para las madres
Los datos revelan que el nivel educativo de las madres y de los padres fue clasificado como universitario en el 46% y el 51% de los casos, respectivamente. Donde más diferencias se produjeron fue en la categoría laboral. Así, esta fue clasificada como de ‘baja’ en el 53% de las mamás, aunque sólo en el 4% de los papás.
Los científicos concluyen: «la probabilidad de que los adolescentes tuvieran un alto rendimiento cognitivo y sus padres tuvieran un nivel educativo alto fue de entre 1,6 a 1,7 veces superior al de aquéllos con progenitores con bajo nivel formativo. Del mismo modo, las posibilidades fueron de 1,8 a 2,4 veces mayores para los adolescentes con padres de nivel profesional elevado».
En relación con el tipo de colegio, el ensayo desvela que «la probabilidad de tener mayor capacidad intelectual era 1,5 veces mayor en los que asistían a centros privados en comparación con los que se instruyen en públicos», declaran los científicos. No obstante, advierten en sus conclusiones que este «dato debe ser tomado con cautela, porque cuando se tuvieron en cuenta otros parámetros, esta diferencia no persistió», aclaran.
Defienden que sus conclusiones «coinciden con los de la bibliografía científica disponible». De hecho, «en general, los factores socioeconómicos parecen tener una influencia sobre el desarrollo cerebral, sobre todo en el lenguaje y en la memoria… Asimismo se ha constatado que un mayor nivel educativo de los padres se relaciona con una mayor atención del hijo y con una mejor adquisición del lenguaje y de la memoria».
En definitiva, los nuevos hallazgos confirman el papel que desempeñan los padres en la creación de un entorno intelectual estimulante.
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La penuria de estos señores es que sus evaluaciones vienen dadas todas a través de estadísticas y estudios. Y así es como «se tiene que hacer» en este modelo actual de sociedad. De todas formas está bien que lo afirme un estudio avalado.
Todo se «contagia», porque el entorno es tan importante como nuestro interior. Hay quien ha dicho y afirmado que todo reside básicamente en nuestro interior, y así es; pero en un mundo físico, donde lo que impera es el entorno, no sólo a nivel geofísico sino de personas o seres con los que inter-conectamos nuestra vida diaria. Por supuesto no es lo mismo haber nacido en una chabela del Brasil que haber nacido en la casa de un bienestante. Pero aún y así, esos entornos quizás sean también relativos, porque depende de los seres que viven en él. Pueden haber seres sumamente inteligentes en las peores condiciones de existencia y seres con poca apertura mental y espiritual dentro de los núcleos de los bienestantes. Por lo tanto lo que más nos favorecerá a la hora de «ganar» tiempo en nuestro aprendizaje son los seres que nos rodean. Ellos mediante sus prácticas, sus vivencias y su compañía son los que realmente favorecen, enriqueciendo, cualquier vida, pequeña o grande, si se trata de seres con un nivel alto de consciencia (no importa tengan o no estudios tan siquiera). En la misma tesitura, son estos mismos seres los que influirán de forma negativa sobre cualquier existencia con la que estén compartiendo su vida.
Sí, es cierto, hay cosas que se alcanzan estudiando, otras se mejoran con el estudio, otras te dan las claves para avanzar en tu aprendizaje y así desarrollar positivamente tu inteligencia (que luego es catalogada por puntos, cosa realmente nefasta para cualquier ser viviente, pero de lo más nefasto y anti-inteligente y anti-espiritual). Después hay grados de inteligencia interior o superior que es la que está relacionada con los niveles espirituales, de empatía con el entorno y con los demás seres, que se trata de una inteligencia sutil y muy muy ligada a nuestros genes cósmicos (no a los genes progenitores). Este tipo de inteligencia sólo puede ser transmitida como un don precioso. Es como cuando te entregan un tesoro, lo descubres y te quedas maravillado. Pues esto transcurre a ese nivel: el conocimiento, la auténtica enseñanza, la transmisión de la enseñanza espiritual sólo puede tener como vehículos transmisores a seres espirituales (que más o menos sabios), transmiten ese preciado tesoro para nuestra existencia.
Es por ello que ahora son necesarios muchos seres de este tipo, seres con inteligencia espiritual y cósmica, para que guíen, enseñen y transmitan por «contagio» a los seres que habrán de tener su espacio de vida en este Planeta.