Nairobi ha estallado en el caos mientras los kenianos enojados protestan por nuevos impuestos severos y un programa de austeridad ecológica, lo que llevó al incendio del edificio del parlamento. Los legisladores escaparon por un túnel después de votar a favor de la aprobación del controvertido Proyecto de Ley de Finanzas de 2024, que aumenta los precios de productos esenciales como pañales y productos electrónicos. La situación se volvió violenta y la policía utilizó fuego real y gases lacrimógenos, lo que provocó muertos y heridos. El presidente William Ruto, actualmente fuera de la ciudad, elogió el entusiasmo de los jóvenes, pero la violencia continúa en medio de informes de secuestros por parte de las fuerzas de seguridad. La crisis refleja un patrón más amplio de presión económica internacional que causa malestar local.
Nairobi, la capital de Kenia, ha degenerado en violencia y caos cuando los kenianos, indignados por las nuevas políticas fiscales y el duro programa de «Eco-Austeridad» del gobierno, prendieron fuego al edificio del parlamento.
Los legisladores huyen después de que los manifestantes contra los impuestos entraron por primera vez en el parlamento. Rápidamente dominaron a la policía después de que los parlamentarios votaron a favor de una medida que introduce nuevos impuestos nacionales, incluido un impuesto ecológico que aumenta el precio de productos básicos como pañales, como parte de los intentos de reducir el desperdicio y ser más respetuosos con el medio ambiente.
El proyecto de ley de finanzas de Kenia de 2024 contiene nuevos impuestos, que tienen un impacto directo en las importaciones, los precios y las ventas de pañales, baterías/pilas secas, teléfonos inteligentes, auriculares, relojes, radios, televisores, cámaras, grapadoras, impresoras, calculadoras y fotocopiadoras. , teclados, ratones, proyectores y monitores LCD.
El riguroso Eco Levy tiene una influencia significativa sobre quienes planean importar plásticos al mercado de Kenia, imponiendo un alto precio por kg de los productos.
Al entrar al parlamento, los manifestantes corearon: «Vamos por todos los políticos». Hay informes generalizados de que la policía ha comenzado a utilizar fuego real contra la multitud, además de métodos antidisturbios como gases lacrimógenos.
El presidente William Ruto asiste actualmente a un evento de la Unión Africana en las afueras de la capital, aunque ha intentado adoptar un tono conciliador, aplaudiendo el entusiasmo de los jóvenes, principales responsables de las manifestaciones.
Sin embargo, los enfrentamientos cada vez más violentos con la policía en las calles de Nairobi, que comenzaron la semana pasada con la muerte de dos personas, también son resultado de presuntos secuestros por parte de las agencias de seguridad. La Prensa Asociada informa:
LA PRESIDENTA DE LA SOCIEDAD JURÍDICA DE KENIA, FAITH ODHIAMBO, DIJO EL MARTES QUE 50 KENIANOS, INCLUIDO SU ASISTENTE PERSONAL, HABÍAN SIDO «SECUESTRADOS» POR PERSONAS QUE SE CREE QUE ERAN AGENTES DE POLICÍA .
ENTRE LOS DESAPARECIDOS SE ENCUENTRAN PERSONAS QUE PARTICIPARON EN LAS MANIFESTACIONES Y FUERON SACADAS DE SUS HOGARES, LUGARES DE TRABAJO Y ESPACIOS PÚBLICOS ANTES DE LAS PROTESTAS DEL MARTES, SEGÚN GRUPOS DE LA SOCIEDAD CIVIL.
Según un informe preliminar publicado por AP, al menos ocho personas han sido asesinadas. La Comisión de Derechos Humanos de Kenia también ha declarado que la policía está “disparando munición real” contra los manifestantes.
Docenas más de personas han resultado heridas y se espera que el número de víctimas aumente a lo largo del día y la noche a medida que continúe la situación.
Los legisladores salieron ilesos del edificio del parlamento ocupado y en llamas a través de un túnel.
Los manifestantes se han grabado ocupando el edificio del parlamento, que actualmente está vacío de legisladores y personal.
Lamentablemente, todo esto forma parte de un patrón conocido e histórico en África: la llamada comunidad internacional y las poderosas instituciones mundiales y occidentales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), persuaden sistemáticamente a los gobiernos para que se endeuden masivamente antes de imponer a la población políticas draconianas de reforma social desde el exterior.
En el proceso de intercambio de miles de millones de dólares, funcionarios deshonestos de los gobiernos locales se llenan las carteras mientras imponen medidas duras e inesperadas a las clases bajas y a los ciudadanos desfavorecidos.
Las siguientes líneas sobre el problema de Kenia parecen sacadas directamente de Confesiones de un asesino a sueldo económico… “El estricto Eco Levy tiene como objetivo mejorar los mecanismos existentes de control de desechos y contaminación, más débiles y menos efectivos, como las regulaciones de Responsabilidad Extendida del Productor (EPR) que Kenia adoptó. hace dos años. El EPR es un marco global integral diseñado para responsabilizar a los fabricantes por todo el ciclo de vida de sus productos plásticos y electrónicos”.
Kenya On Fire: Parliament Set Ablaze As Furious Protesters Revolt Against Harsh New Taxes
Es totalmente surrealista que en un lugar donde cientos de miles de personas pasan hambre, llegando incluso a morir por ello, penurias sanitarias y beben aguas poco recomendables; la gente solo reaccione y proteste cuando le suben los precios de » baterías/pilas secas, teléfonos inteligentes, auriculares, relojes, radios, televisores, cámaras, grapadoras, impresoras, calculadoras y fotocopiadoras. , teclados, ratones, proyectores y monitores LCD. »
Ninguna de esas cosas son importantes para la vida. Los padres y abuelos de todos los que ahora protestan vivieron con ninguna de esas cosas.
Es tan absurdo como que en un país con muertos por hambre la prioridad de los dirigentes sea la «Eco-Austeridad». Nos preocupamos por el planeta mientras dejamos morir de hambre y enfermedad a la gente. Es totalmente irracional e incomprensible.
Pero es real.