Cúpula de Hierro (hebreo: כִּפַּת בַּרְזֶל, kipat Barzel; también llamada en términos anglosajones Iron Dome o Iron Cap ) es un sistema móvil de defensa aérea desarrollado por la empresa Rafael Advanced Defense Systems. Se trata de un sistema de misiles diseñado para interceptar y destruir cohetes de corto alcance y proyectiles artilleros lanzados desde una distancia de 4 a 70 kilómetros destinados al bombardeo de población civil.
Este sistema es utilizado por el Estado de Israel, quien prevé a medio plazo aumentar el alcance efectivo de los misiles de 70 a 250 kilómetros y aumentar su versatilidad, como la capacidad de interceptar misiles provenientes de múltiples direcciones. El sistema fue creado como respuesta defensiva a la amenaza sobre la población israelí de la caída de cohetes procedentes de las fronteras norte y sur. Es también pionero en el uso del sistema SPYDER.
La Cúpula de Hierro fue declarada operativa y desplegada el 27 de marzo de 2011 cerca de Beersheba. El 7 de abril el sistema interceptó con éxito un primer misil Grad lanzado desde la franja de Gaza. El 10 de mayo el Jerusalem Post publicó que el sistema había derribado el 90% de los misiles lanzados hacia Israel. En noviembre ya habían sido interceptados más de 400 cohetes. El Iron Dome también es capaz de interceptar aeronaves a una altitud máxima de 10.000 metros, por lo cual está considerado uno de los mejores escudos de misiles operativos.
En el Singapore Air Show de 2014, la empresa Rafael dio a conocer su nuevo sistema de defensa aérea por láser, el Iron Beam. El Iron Beam es un arma de energía dirigida (DEW) dirigida a complementar a la Cúpula de Hierro mediante la destrucción de cohetes y morteros enemigos mediante un láser de alta energía.
Costos
En 2010, antes de que el sistema entrara en funcionamiento, la Cúpula de Hierro fue criticada por Reuven Pedatzur, un analista militar, ex piloto de combate y profesor de ciencia política en la Universidad de Tel Aviv, por sus altos costes de funcionamiento, pues el costo de fabricación de un cohete Qassam (el típico cohete empleado por las fuerzas palestinas) es de unos 800 dólares, mientras que fabricar y lanzar un misil interceptor Tamir cuesta entre 35.000 y 50.000 dólares. Los altos costes, en opinión de los críticos, supondrían un problema económico para Israel si se lanzaran un gran número de cohetes enemigos. La empresa Rafael respondió que los costes estimados son exagerados y que la Cúpula de Hierro está dirigida a interceptar sólo aquellos cohetes que constituyan una amenaza y que las vidas salvadas y el impacto estratégico son más importantes que los costes.
En un artículo de opinión del diario Haaretz, Jamie Levin sugirió que era probable que la puesta en marcha del Iron Dome aumentaría la demanda de este tipo de sistemas. También criticó que este tipo de inversiones provocarían déficits presupuestarios y que el dinero necesario para equilibrar las cuentas saldrían de fondos destinados a los sectores más vulnerables de la sociedad, como los fondos para el bienestar social.
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