LOS HÁBITOS COTIDIANOS ENMARCADOS EN UNA CULTURA PUEDEN DETERMINAR TAMBIÉN LA NATURALEZA DE SUS DOLORES Y ENFERMEDADES. LA FISIOTERAPIA Y LA ANTROPOLOGÍA ENCONTRARON UNA MANERA DE AYUDARSE MUTUAMENTE A TRAVÉS DE UNA FISIOTERAPEUTA QUE NO ENCONTRABA ALIVIO PARA SU DOLOR DE ESPALDA EN LA MEDICINA OCCIDENTAL.
Un tercio de la población adulta de Estados Unidos ha sido incapaz de curar su dolor de espalda con los remedios a la mano; con el auge de las operaciones de espalda, hernias de disco y el sobrepeso de la población, la espalda ha sido una zona resentida que somatiza mucho de nuestro estrés cotidiano. Una masajista de California llamada Esther Gokhale ha dedicado su vida a viajar y entender el dolor de espalda en un contexto cultural no occidental, como en pequeñas tribus africanas y sudamericanas para las que Gokhale fue el primer contacto blanco.
Esther comenzó su travesía como paciente con un dolor de espalda que le impedía dormir por las noches. Luego de una operación de hernia de disco infructuosa, decidió buscar cómo trataban el dolor de espalda grupos humanos ajenos a la medicina alopática; además de analizar las posturas cotidianas de la población (la forma en que un pueblo camina, se sienta, trabaja, duerme e incluso desahoga sus necesidades fisiológicas), Gokhale analizó la obra de antropólogos como Noëlle Pérez-Christiaens, y métodos de fisioterapia como la técnica Alexander y el método Feldenkrais.
Gokhale vio mujeres cargando agua en Ecuador balanceando baldes sobre sus cabezas y recogiendo nueces del suelo selvático hasta edad muy avanzada, sin ningún tipo de dolor de espalda. Al analizar la forma de sus espaldas, Esther se dio cuenta de que no presentan la característica forma de S, sino más bien se ven como una J. La representación de la columna vertebral en manuales de medicina o anatomía clásica (por ejemplo en Leonardo da Vinci) de hecho no es con forma de S, sino con una forma mucho más homogénea excepto al final, donde la espalda pierde su nombre y la columna toma la grácil forma de una J “que uno puede apreciar en las estatuas griegas. Es lo que ves en los niños pequeños. Es buen diseño”.
Luego de curar su propio dolor de espalda, Gokhale se dedicó a desarrollar sistemas de ejercicios, escribir libros y dar entrevistas, hasta que llegó a ser conocida como “la gurú de la postura” por los ingenieros de Silicon Valley, y ha trabajado con el dolor de espalda del personal de Google, Facebook, YouTube y muchas otras compañías de tecnología. Si sus descubrimientos son correctos, la modernidad trajo consigo posturas artificiales y una nueva serie de dolores provocados por las jornadas laborales, la forma de nuestro mobiliario y un énfasis en la funcionalidad por sobre la ergonomía. ¿Pero qué opina la comunidad científica?
Cada año cientos de médicos refieren a sus pacientes al estudio de Gokhale; la internista Neeta Jain coloca el método de la fisioterapeuta en la misma categoría que un yoga o pilates para dolores de espalda. Según ella, no importa demasiado si sus herramientas no cuentan con pruebas clínicas: “Si la gente encuentra que estas cosas son de ayuda y no les causa ningún daño, ¿por qué deberían esperar a una prueba clínica?”
Otros, como el neurocirujano Praveen Mummaneni de la Universidad de California, están más interesados en hacer pruebas y comparaciones de espaldas de poblaciones indígenas en todo el mundo y de países occidentales, no solo con el fin de comparar su forma sino de contrastar los hábitos en aspectos como la alimentación, y consecuencias como la obesidad. “Si has acumulado mucha grasa en la zona del abdomen, eso podría estar jalándote hacia adelante”, dice el doctor Mummaneni. “Eso podría curvar tu espina. Y la gente más delgada probablemente tiene menos curvatura –y por ello su espina tendría una forma mucho más como J que como S”.
5 ejercicios de Esther Gokhale
Estos ejercicios están pensados para ser practicados al sentarnos en nuestro escritorio, en una mesa o simplemente caminando. Su aplicación ayudará a aliviar el dolor de espalda y mejorará tu postura.
- Saca los hombros. Una buena postura comienza por no caminar con los hombros al frente del cuerpo. Para corregirlo, sube un hombro y empújalo suavemente hacia atrás con la mano del lado contrario, y luego déjalo caer. Con esto, tus pulgares deben apuntar hacia afuera (y podrías notar que tu estatura aumenta algunos milímetros).
- Alarga tu columna. Estando de pie y cuidando de no arquear la espalda, toma una bocanada de aire y alarga la espalda. Mantén esa altura mientras exhalas. Repite: respira, hazte un poco más alto y mantén esa postura al exhalar. Según Gokhale también es un gran ejercicio para fortalecer los músculos abdominales.
- Aprieta los glúteos cuando camines. Según Gokhale, muchas culturas indígenas aprietan un poco los músculos de los glúteos al dar un paso, lo que fortalece el trasero y da soporte a la baja espalda. “Elgluteus medius es el que estás buscando. Es el que está en la parte superior de tu trasero”.
- No levantes la barbilla. A pesar de lo que diga tu madre, no es necesario ponerte un libro en la cabeza y balancearlo para adquirir una buena postura: en vez de eso, Esther recomienda colocar un objeto pequeño (una toalla de cocina, un paquete de arroz) y trata de balancearlo sobre la cabeza mientras estiras un poco el cuello. Trata de presionar tu cabeza contra el objeto. Según ella, la posición de la barbilla debe ser de ángulo cerrado y sentirse relajada.
- No te sientes rígidamente. “Eso solo hace que te duela la espalda y te mete en todo tipo de problemas”. En lugar de eso, haz el ejercicio de sacar los hombros al sentarte para abrir el pecho y toma aire para estrechar y alargar la espina.
fuente/PIjamasurf