En Burgos, al norte de España, se ha descubierto un enterramiento Neolítico de hace 6.000 años que albergaba los restos de individuos de una misma comunidad estrechamente emparentados. En el transcurso de las excavaciones, los investigadores identificaron los huesos de al menos 47 adultos y adolescentes que habían sido enterrados en una única tumba a lo largo de un período de cien años. Al parecer, este enterramiento del Neolítico contenía los restos de individuos pertenecientes a unas pocas familias que vivieron hace unos 6.000 años. Las investigaciones realizadas en el pasado también sugieren que ciertos pueblos neolíticos de la península ibérica podrían haber fundado una comunidad en esta región y haber introducido en ella nuevos rituales de enterramiento.
UNA TRIBU DESCONOCIDA DEL NEOLÍTICO
Los autores del estudio, publicado en la revista online de libre acceso PLOS ONE, han examinado recientemente los restos hallados en esta tumba megalítica del Alto del Reinoso, situado en la provincia de Burgos, al norte de España. Su objetivo era obtener una visión general de esta comunidad del Neolítico utilizando herramientas de investigación como la genética, el análisis de isótopos y el estudio de los restos óseos, entre otros.
Lo que descubrieron acerca de este lugar muestra los cambios sociales que tuvieron lugar hace milenios en esta región, como escriben en su artículo Kurt W. Alt y sus colaboradores:
La gran cantidad de datos recopilados, que incluyen información acerca del estilo de vida, la demografía, el estado de salud, la dieta y la subsistencia, los patrones de movilidad y el perfil genético de este grupo humano, se ajustan a la forma de vida habitual de las poblaciones agrícolas sedentarias de esta época. La adopción de una cámara de enterramiento colectiva para los miembros de la comunidad en lugar de tumbas individuales revela variaciones significativas en la identidad social del grupo.
Según sobre esta investigación, los enterramientos del Neolítico incluían la construcción de tumbas megalíticas, que eran utilizadas a lo largo de un extenso período de tiempo como fosas colectivas y espacios para la celebración de actos rituales.
Basándose en las pruebas de ADN y el análisis de isótopos de los restos descubiertos, los autores del artículo han llegado a la conclusión de que la tumba contenía los huesos de varias familias que formaban parte de un grupo humano con fuertes vínculos entre sus miembros. Esta comunidad probablemente cultivara cereales y criara cabras y ovejas. Los individuos enterrados en los estratos inferiores de la tumba muestran indicios de un parentesco más cercano, y algunos miembros de la misma familia parecen haber sido enterrados los unos junto a los otros.
Superposición de los diferentes estratos del osario neolítico del Alto del Reinoso en el que se indican con diferentes colores los huesos de los individuos con un perfil genético similar
Los autores del artículo han llegado a las siguientes conclusiones:
Los datos bioarqueológicos recopilados nos han permitido por tanto ir más allá de los datos individuales más relevantes, como sexo y edad, y rastrear detalles biográficos como relaciones familiares de parentesco, reconstruir hábitos alimentarios y observar patrones de movilidad y migraciones en el interior de la región y fuera de ella. Unos 50 difuntos tuvieron como lugar de descanso definitivo esta tumba. Basándonos en los datos de carbono-14 podemos afirmar que abarcaban dos o tres generaciones, y entre algunos de los individuos había grandes similitudes genéticas. Como demuestran los perfiles de ADN, la comunidad estaba compuesta por una serie de grupos familiares independientes cuyos miembros por lo general se habrían criado en las proximidades del Alto del Reinoso.
ENTERRAMIENTOS NEOLÍTICOS DEL NORTE DE ESPAÑA
Los investigadores que han trabajado en el Alto del Reinoso han llegado a la conclusión de que su estudio podría ser el primero en aportar una visión tan profunda de esta comunidad, tanto en vida como después de su muerte. Los orígenes y ancestros de los agricultores enterrados en esta tumba nos aportan información sobre los inicios de la agricultura y los componentes genéticos que fueron introducidos en el Neolítico en la península ibérica. Los investigadores han explicado también que las tribus que llegaron a esta región de lo que hoy es España procedían del Próximo Oriente. Además, una proporción menor de la herencia genética de los cazadores-recolectores aparece igualmente reflejada en la composición genética de la población enterrada en el Alto del Reinoso.
Mapa en el que se muestra la localización geográfica de la tumba megalítica del Alto del Reinoso, situada en la provincia de Burgos (Castilla y León, España)
También cabe destacar que las excavaciones realizadas en el norte de España en las que se obtienen muestras de ADN son relativamente raras. En el cuadrante noroccidental de España, las tumbas de la época neolítica no suelen albergar huesos. Debido al alto grado de acidez del terreno en esta zona, los restos óseos no tienen la posibilidad de conservarse a largo plazo.
El grupo de investigadores que está examinando esta tumba ha sido patrocinado y financiado por la Junta de Castilla y León, mientras que el análisis antropológico ha corrido a cargo de la Fundación Alemana para la Investigación, la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (Alemania) y la Universidad Privada del Danubio de Krems, Austria.
En el 2013, descubrimientos realizados por arqueólogos de la Universidad de Barcelona (España) también desvelaron información poco común sobre la vida en la época neolítica en la península ibérica. Los restos óseos que estudiaron, pertenecientes a un adulto, un adolescente y dos niños de entre 3 y 6 años de edad, fueron datados en 6.400 años de antigüedad.
Enterramientos neolíticos hallados en el 2013 en la cueva de Can Sadurní, Begues, Barcelona.
Su investigación desveló un curioso ritual funerario neolítico, que podría haber incluido el consumo de cerveza fermentada. Se cree que este enterramiento de varios mineros ibéricos de la Edad de Piedra, de ambos sexos, podría haber albergado a individuos de alto rango dentro de su comunidad. Esta tumba se encontró cerca de Barcelona, y sugiere ya un conocimiento avanzado de los contextos sociales propios de los inicios de la minería en Europa.
Autor: Natalia Klimczak
Traducción: Rafa García
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