Creedme, son muy numerosos los ejemplos de representaciones de seres reptilianos en el arte de nuestros antepasados, fruto ello de sus experiencias y sus vivencias, no de su imaginación.

Hoy estos seres no se nos muestran abiertamente, pero siguen valiéndose de nuestros miedos y de nuestra sangre para poder persistir en nuestro denso mundo.

La Creación continúa a pequeña escala en nuestro entorno, fruto de nuestro inconsciente como colectivo de almas o complejo álmico.

Nuestro entorno puede tornarse benigno poco a poco si prevalece la Luz (el bien) en él sobre la Oscuridad (el mal); si continuamos dando la espalda al Conocimiento Verdadero y no nos enfrentamos a nuestros miedos nuestra Creación nos deparará un entorno hostil.

Hemos de desprendernos de nuestros miedos y para ello hemos de luchar por crecer en conocimiento cada día y hemos de dar las gracias siempre al SER del que formamos parte, aquel SER que todo lo mantiene con su pensamiento incluyendo a cada persona, animal o planta que nos encontremos; este SER  está dentro de cada uno de nosotros pero, a su vez, lo encontraremos en todos los seres, incluso bajo el aspecto de nuestros enemigos.

Hemos de favorecer la existencia de los seres de bien y controlar la existencia de los seres de mal no dejando que proliferen en exceso. Necesitamos el mal para poder elevarnos con más celeridad a mundos más sublimes y para no quedarnos estancados; a través de él comprenderemos ‘lo que no debe ser’ y podremos demostrar nuestro nivel de preparación espiritual en múltiples ocasiones, aunque a partir de un umbral de logro ya no lo necesitaremos.  

No necesitaremos el mal tras haber alcanzado un nivel de espiritualidad suficiente.

Todo se resume como una lucha constante de la Luz contra la Oscuridad; comprende que, por nuestro bien, no hemos de exterminar la Oscuridad, tan solo hemos de mantenerla controlada*, sin que demasiados de entre nosotros se pasen a sus filas. La mayoría de nosotros hemos de estar con la Luz.

Hemos de tener en cuenta que la mayoría de estas piezas de arte se hallan en museos pero, las que más claro pudieran dejar el tema por su autoelocuencia se han retirado de nuestra visión y están en colecciones de la élite oculta, de sociedades secretas, colecciones privadas o en colecciones a las que bajo ningún pretexto pueda acceder alguien de la calle, como las colecciones del Vaticano, con sus 85 Km de pasillos repletos de libros antiguos, piezas de arte prohibidas para nosotros e incluso huesos de seres que no son de la Tierra.

Algunas de estas piezas están siendo destruidas por los pretendidos ejércitos islamistas descontrolados, pero estos ejércitos en realidad están formados en su mayor parte, y también dirigidos, por mercenarios a los que paga Occidente;  es decir, las está destruyendo la élite oculta a través de ellos.

Para no hacer demasiado extenso el apartado ‘Dioses reptilianos’ continúo con este apartado el cual supone una extensión del mencionado.