Un especialista en arte forense ha llevado a cabo la reconstrucción del aspecto de la mujer a partir de los restos óseos hallados en 1987.
No es ninguna mentira. Esta chica, a la que se conoce como Ava, debido a que sus restos óseos fueron encontrados en Achavanich, Escocia, en 1987, tendría ahora más de 3.700 años.
Su rostro se ha podido conocer gracias al enorme trabajo de la arqueóloga Maya Hoole junto al especialista en arte forense, Hew Morrison, encargados de llevar a cabo la reconstrucción del aspecto de la joven a partir del descubrimiento de gran parte de sus huesos como cráneo y dientes, según recoge BBC.
La mujer vivió durante la Edad de Bronce y al parecer a pesar de que sus restos muestran cierta forma irregular pasó sus días junto a un grupo de Europa que tenía en común el hecho de poseer el cráneo pequeño y redondo: la cultura del vaso campaniforme.
Recreando a Ava Hew Morrison hizo la reconstrucción valiéndose de varias técnicas. Primero que nada, tomó todas las medidas y datos antropológicos/patológicos del cráneo para determinar su edad y linaje. Después, implementó una fórmula descrita por el antropólogo estadounidense Wilton M. Krogman en su libro «El Esqueleto Humano en la Medicina Forense» (1962), para recrear la mandíbula inferior de Ava, la cual no fue hallada.
La tonalidad de piel de la joven escocesa fue seleccionada con la ayuda de un registro de las tonalidades promedio para individuos de esa zona del mundo. Morrison entonces reconstruyó las capas de músculo y tejido sobre el rostro, tomando una amplia base de imágenes de características faciales en alta resolución para escoger las que se adaptaban mejor al cráneo. Finalmente, todos estos aspectos se combinaron para crear la imagen que vemos de Ava.
A pesar que el trabajo de Morrison es sobresaliente, el propio artista forense recuerda que esta representación no es precisa y está sujeta a conjeturas y ciertas licencias artísticas.
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