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Por Alfonso Guadarrama
Estas cariátides de forma humana representan guerreros erguidos y con cierto aire de dignidad. Cubren su cabeza con un tocado representando una banda celeste con estrellas y rematado con un puñado de plumas, todo está atado a la nuca por un nudo. El rostro de cada Atlante estaba pintado y seguramente que los ojos y la boca tuvieron incrustaciones de concha y de obsidiana. El pelo está representado por líneas verticales. El guerrero porta orejeras rectangulares. Su pecho está protegido por una placa en forma de mariposa.
Se decora con un collar alrededor del cuello cuyas piezas cuelgan armónicamente hacia atrás, formando un disco (Tezcacuitlapilli) que cubre su espalda. Esto probablemente representa al sol con cara humana saliendo de un disco en el cual se distinguen cuatro serpientes separadas por cuatro bandas radiales. Está armado con un lanzador de dardos (atlatl) que tiene en su mano derecha, mientras que con la izquierda sostiene un puño de dardos. Asimismo está provisto de una espada curvada y una bolsa para incienso
. A pesar de su talla colosal y cierta rigidez, los guerreros están representados en forma realística y sus facciones ofrecen una impresión de energía y calma. Cada guerrero está asociado con el dios Quetzalcoatl, en su advocación de Tlahuizcalpantecutli, que es la representación de la estrella de la mañana, en otras palabras es una alusión al planeta Venus, que en el cielo de México es la estrella más brillante, sobre todo al amanecer.
De los cuatro Atlantes existentes, el de la extrema izquierda es una copia del original que se encuentra en el Museo de Antropología de la ciudad de México; los dos del centro son originales y el de la extrema derecha es original solo en la parte baja y la parte superior es una copia, en vista de que tales fragmentos nunca fueron recuperados durante las excavaciones.
Los pilares que se encuentran sobre la pirámide, en una línea, atrás de los Atlantes, tienen la misma altura y servían igualmente para sostener el techo de madera. Están formados por cuatro secciones, empotrados sección por sección y su superficie está cuidadosamente esculpida. Cada faceta muestra, con pequeñas diferencias, los mismos motivos: una banda terrestre representada por el monstruo conocido como Cipactli por los antiguos mexicanos, mientras que la actitud guerrera es invariablemente la misma: sostienen una espada curva y unos dardos en una mano y un lanzador de dardos, en la otra. Casi todos llevan una mariposa sobre el pecho. Uno de los pilares muestra una representación de Ce Acatl Topiltzin Quetzalcoatl, famoso rey y gran sacerdote, fundador de Tollan, capital de los toltecas.
Estos monumentos se encuentran sobre la pirámide principal y es lo que da al edificio su mejor expresión, ya que la pirámide sólo cuenta con 10 metros de altura. En el próximo número mencionaremos con detalle la cultura tolteca, una de las más importantes del México antiguo.
¿Quiénes fueron los legendarios Gigantes?, ¿híbridos de extraterrestres?, esta especie de homínidos de quienes se hace referencia en multitud de crónicas y leyendas griegas, nórdicas, germánicas, hindúes, indoeuropeas, mayas, aztecas, toltecas e incas, se les menciona al igual en textos sagrados como en la Biblia. La figura del gigante se presenta en casi todas las culturas.
Esta manipulación genética fue por la búsqueda de una hibridación entre ambas especies y terminó en una degradación en los genes, dando por resultado a los legendarios gigantes, quienes poseían un coeficiente intelectual superior al humano, heredado de sus padres cósmicos y además fueron los primeros receptores de un conocimiento y una tecnología muy avanzada, la cual transmitieron a los núcleos de población que dieron origen a las grandes culturas que florecieron en la Atlántida y que posteriormente quizás fueron las culturas madres de la Egipcia, Maya, Tolteca, Azteca, Olmeca, Inca y Hebrea.
En la Biblia se hace referencia a un sinnúmero de eventos sumamente interesantes, donde se involucran la presencia de los gigantes. En el libro de Números, los exploradores enviados por Moisés para hacer un reconocimiento de la tierra de Canán, llegan a Hebrón y descubren que los descendientes de Anak, viven en la región, informando a su líder, que la región explorada que les fue asignada estaba ocupada por gigantes.
En el Génesis 6: Por entonces y también en épocas posteriores, cuando los hijos de Dios cohabitaban con las hijas de los hombres y éstas tuvieron hijos, aparecieron en la Tierra los gigantes. E
De acuerdo a Enoch de esta unión:
Concibieron y pusieron en el mundo grandes gigantes. Dicho relato también es confirmado en el libro del Génesis de la Biblia, así como muchos otros relatos de otros pueblos de la Tierra, inclusive leyendas de los nativos norteamericanos, todo indica que existió una raza de gigantes que emergió de una manipulación genética con seres humanos o prehomínidos, con seres del cosmos o como se ha manejado entre Ángeles y mujeres. De acuerdo a Enoch, estos gigantes eran la prole de los falsos creadores espaciales, Goliat una de estas creaciones grotescas había nacido de los Refaim o los gigantes nacidos en Gat, tenían parecido físico con el humano pero carentes de capacidad espiritual.
Otros pasajes referentes a esto fueron:
Así, pues, cuando los hijos de los hombres se hubieron multiplicado y les nacieron en esos días hijas hermosas y bonitas y los Ángeles, hijos de los cielos, las vieron y las desearon, y se dijeron entre ellos: Vamos, escojamos mujeres entre los hijos de los hombres y engendremos hijos.
Entonces todos juntos juraron y se comprometieron acerca de eso, los unos hacia los otros con un anatema.
Así pues todos ellos eran doscientos y descendieron sobre Ardis, la cima del monte Hermón; y lo llamaron monte Hermón porque es sobre él donde habían jurado y se habían comprometido los unos con los otros con un anatema.
Estos y todos los otros con ellos tomaron mujeres; cada uno escogió una y comenzaron a ir hacia ellas, y a tener comercio con ellas, y les enseñaron los encantos y los encantamientos, y les enseñaron el arte de cortar las raíces y las ciencia de los árboles.
Estos gigantes tenían seis dedos en cada una de sus extremidades.
Plínio nos cuenta en sus crónicas, que habitaban en Andalucía un grupo de gentes de colosales dimensiones dedicadas a la depredación y piratería y era tal su tamaño, que en ocasiones uno sólo de ellos podía hacer zozobrar a alguna pequeña embarcación con la única fuerza de su peso.
Decía el cronista mexicano Fernando de Alba Ixtlilxochitl, que los primeros pobladores de México habían sido unos Gigantes que les llamaron Quinametzin, dicho nombre que otorgado por los toltecas y posteriormente lo tomaron los Aztecas, se decía que ese grupo de gigantes que fueron destruidos por el cielo a través de un diluvio como justo castigo por su iniquidad, sabían de agricultura, metalurgia, artes, orfebrería, etc., levantaron enormes templos de piedra y conocían de la creación del mundo.
Francisco Javier Clavijero estudioso del siglo XVIII, estaban convencidos de que los primeros ocupantes de México habían sido seres de estatura superior a lo normal, los humanos después llegados les llamaron Quinametzin Hueytlacame, que significaba enormes hombre deformes ó gigantes monstruosos, dando una coexistencia pacífica con ellos.
Una evidencia arqueológica de los Atlantes, son las esculturas majestuosas que se encuentran en la ciudad Tolteca de Tula, en el estado de Hidalgo, México, estos enigmáticos gigantes poseen detalles curiosos que han hecho pensar a los ufólogos, que son representaciones de visitantes del espacio; las esculturas muestran una serie de instrumentos que son claramente producto de una tecnología muy avanzada.
Tal es el caso de una especie de pistolas de rayos que están sostenidas en las manos, mientras que en le pecho cada Atlante porta un escudo magnético protector. La cabeza está coronada por un extraño casco espacial de forma semicuadrada.
Estos seres eran compañeros y guardias de Quetzalcóatl, durante su misión en la Tierra y en particular con los Toltecas, a quienes enseñaron gran cantidad de conocimientos astronómicos y científicos, ellos permanecieron durante muchos años hasta su muerte, en memoria de ellos se les construyeron esas cuatro esculturas para que las generaciones futuras no los olvidaran. El tamaño de cada Atlante es de casi cuatro metros de alto, representa la estatura real de aquellos extraterrestres, quienes pudieron haber sido los NEPHILIMS o Ángeles caídos, que se cruzaron con las hijas de los hombres y procrearon los gigantes.