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Sería demasiado sencillo tener la facultad de poder librarnos del dolor como por arte de magia, pero esto no dejaría mayor aprendizaje y seguramente aquello que nos hizo sufrir lo repetiríamos una y otra vez, pues el dolor es gran maestro y por el sufrimiento escarmentamos en la mayoría de los casos.
La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces.
Proverbio persa
Ante el dolor, lo mejor es tener paciencia, a través de ella podemos ir avanzando en medio de esta emoción, sin resultar profundamente perturbados, pues el sentimiento simplemente queda, no se irá por más que lo deseemos o que pretendamos evadirlo, hay que vivirlo, la negación y la represión no son buenas compañeras para este sentimiento, lo mejor es tener la calma y la serenidadde desarrollar la entereza para soportarlo, poco a poco, día a día, cada vez de un tanto a otro, con paciencia el tiempo irá transcurriendo y el dolor va haciéndose más liviano y sus raíces comienzan a desprenderse de nosotros.
Indudablemente hay dolores que se quedan para siempre en nuestras vidas, relacionados generalmente con grandes pérdidas o con trágicos sucesos, sin embargo, la paciencia actúa de manera positiva, pues si bien jamás serán parte del recuerdo, no nos quedaremos sumergidos en el sufrimiento de lo que ha sucedido, mediante la paciencia, la aceptación y la resignación, logramos aprender a vivir con ello sin destruirnos ni destruir a quienes nos rodean y que indudablemente suelen reflejarse en nuestro dolor.
La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte. Immanuel Kant
La paciencia nos muestra caminos, que no muchas veces son de nuestro agrado, especialmente si eres una persona dinámica y muy activa, pues te resultará un tanto difícil ajustarte al tiempo y su pasar, solemos revivir una y otra vez la vivencia en nuestra mente y profundizar la herida que ya es y que no se borrará, de allí la necesidad de ser pacientes, en principio con nosotros mismos y con nuestra manera de superar ese dolor que nos agobia.
La paciencia tiene muchas fortalezas en si misma, pues se necesita calma, serenidad, aplomo y perseverancia para traerla y mantenerla en nuestra vida y obviamente son esos momentos de desesperación, los que nos invitan a ponerla en práctica, no se aprende mucho de paciencia si se lleva una vida tranquila y sosegada, en realidad es lo contrario, lidiando con los problemas, evaluando alternativas, aceptando a las personas tal y cual son, son maneras muy acertadas de implementar la paciencia en nuestra vida.
Es natural buscar las maneras de lidiar con el dolor, es una reacción humana y completamente válida, de hecho es muy insensato juzgar las maneras en las cuales la gente se relaciona con su dolor y como trata de superarlo, cada quien conoce aquello que lo alivia y lo que lo tortura y lo pone en práctica en el momento que lo considere, sin embargo, la paciencia siempre es buena consejera, incluso para todos los momentos de la vida, no hay sabio sin silencio y sin serenidad y evidentemente la paciencia es parte de ello.
No confundas la paciencia, coraje de la virtud, con la estúpida indolencia del que se da por vencido. Mariano Aguiló
Podemos confundir muchas veces paciencia con tolerancia, sin embargo, la paciencia es un proceso más profundo y que nos permite indagar más en las razones de lo que ocurre, en las verdaderas causas, la paciencia nos lleva a un lugar de encuentro con nosotros mismos que en pocos momentos de nuestra vida visitamos, pues la rutina y el agobio diario no nos deja ver más allá de la situación inmediata y por lo general es desde la angustia y desde la necesidad de librarnos de esa preocupación.
Dale cabida a la paciencia en tu vida, hazla fiel compañera en tu dolor y poco a poco te descubrirás cuan fuerte puedes llegar a ser…