El Ser es la única Realidad
De acuerdo con el Vedanta Advaita, que encarna la esencia de la filosofía hindú, la única realidad es la Existencia-Conciencia. Es una unidad, una totalidad indivisible, inmutable, eterna e infinita. Se le ha denominado Brahman o el Ser; y el mundo es un reflejo de esa realidad. El mundo tiene su base en Brahman.
Donde todo este universo permanece; desde donde todo esto surge; hacia donde todo esto va; por lo que todo este universo surge; en lo que todo esto se convierte, eso sólo es la Existencia-Realidad. Pongamos esa forma en nuestro corazón.(Ramana Maharshi, invocación en el suplemento a los Cuarenta versos sobre la Realidad)
La naturaleza de la realidad es eterna existencia; existencia omnipenetrante y existencia que subyace a todas las formas, a todas las transformaciones, a todas las fuerzas, a toda materia y a todo espíritu. La Realidad es el «uno» o la unidad que está detrás del conocedor, el proceso de conocimiento y lo conocido. Esto son meras apariencias, mientras que la Realidad reside más allá y detrás de ellas. Ellas son como un espejismo sobre la Realidad, el producto de un engaño.(Charla Nº 28.)
El Uno y único que existe es la Realidad. Es la Existencia que aparece como el mundo, las cosas que vemos y nosotros mismos. Eso que existe, existe eternamente.(Charla Nº 186.)
La Realidad es Eso que «es». Todo lo demás sólo es una apariencia y es transitorio, pero nosotros confundimos la apariencia con la Realidad, que es su sustrato.(Charla Nº 238.)
El Ser es la Realidad omnipresente; no hay nada más. Mientras uno se identifique con un cuerpo, parece haber un mundo real afuera. Pero cuando se realiza el Ser, todas estas irrealidades desaparecen, dejando tras de sí el conocimiento de que no son otra cosa más que el Ser.(Charla Nº 353.)
La Realidad siempre tiene que ser real. No tiene que ver con nombres y formas, sino con Eso que subyace a ellas. Subyace a las limitaciones, siendo ella misma ilimitada. Subyace a las irrealidades, siendo ella misma real. La Realidad es eso que «es». Es como es. Trasciende el lenguaje y expresiones tales como existencia, no-existencia, etc.(Charla Nº 140.)
La percepción de un cuerpo y del mundo se debe a que hay una «conciencia corporal». Ésta surge de la conciencia del «yo», que a su vez surge de la Conciencia. Pero en realidad sólo existe la Conciencia. Todo lo demás está superpuesto sobre ella.(Charla Nº 340.)
Brahman es puro espíritu: informe, ilimitado, eterno y sin diferenciación. Es una unidad. Nunca surge ni desaparece. De modo que es permanente y por tanto real; no pasajero e ilusorio.(Charla Nº 363)
El Ser es la única Realidad, que siempre está allí y es eternamente la misma. Es simplemente «Seidad», y como uno no puede negar su propio «ser», todos la experimentan. Esto sólo queda claro cuando se supera la propia tendencia a objetivar. La tendencia a objetivar es la que confunde el Ser con el cuerpo, y da como resultado el falso «ego» (sentido de individualidad) y consecuentemente la aparición del mundo falso.(Charla Nº 46.)
Se dice que Brahman es idéntico al mundo en el sentido de que el mundo no está aparte de Brahman. Al mismo tiempo, no es idéntico al mundo porque Brahman, siendo real, no puede estar sometido a los cambios del mundo. Uno de los criterios de la realidad es la inmutabilidad. Brahman, por tanto, no sufre una transformación al aparecer como el mundo. La transformación sólo es aparente. La causa material (Brahman) produce el efecto (la apariencia del mundo), que no es diferente de la causa. Brahman y el mundo son una unidad que coexiste como realidad y apariencia.
El mundo es real e irreal al mismo tiempo, en el sentido de que es real como el Ser e irreal aparte del Ser. En palabras de Sankara: Brahman es real; el mundo es irreal; Brahman es el mundo.(Charla Nº 315.)
No hay ser que no sea consciente, y por tanto que no sea Shiva (Brahman). No sólo él es Shiva, sino que todo lo demás de lo que él es consciente, o inconsciente, también es Shiva. En la ignorancia, él piensa que ve un mundo de formas diversas, pero cuando él «ve» su ser, no tiene conciencia de estar separado del mundo. Su sentido de separación y el de todo lo demás desaparece, aunque las formas persisten. Shiva es visto como todo; es decir, como el sustrato de todo. Shiva es el Ser asumiendo estas formas, así como la conciencia que las ve. Pero la persona común sólo ve las formas y no a Shiva (la realidad) en estas formas.(Charla Nº 450.)
Sólo hay una Conciencia que, manifestándose como el pensamiento «yo» e identificándose con un cuerpo, se proyecta a través de los ojos y ve un mundo de objetos externos. Estando limitada en el estado de vigilia, espera ver algo aparte de sí misma, y las evidencias de los sentidos ponen el sello de autoridad. En este estado uno no admite que el veedor, lo visto y el acto de ver son, todos ellos, manifestaciones de la Conciencia una, el verdadero «yo». En verdad no hay nada visual.(Charla Nº 196.)
No existe ni el que ve ni lo visto, sino sólo el Ser. Nada ―el que ve o lo visto― puede existir aparte del Ser, del mismo modo que no pueden verse imágenes sin una pantalla.(Día a día con Bhagavan; 17-10-46.)
La apariencia de la Realidad
El mundo no es la verdad esencial, sino meramente la verdad fenoménica de Brahman. El mundo finito es, en verdad, el Brahman infinito, pero este Infinito está oculto de nuestra vista. La causa de la aparición del mundo y de que lo consideremos real es la naturaleza del intelecto humano, y su mecanismo cognitivo que depende de los sentidos. Confiamos en el intelecto y en los sentidos, y aceptamos el mundo pluralista como real, mientras que la realidad es la totalidad indivisible o Brahman.
El mundo tiene la forma de los cinco (tipos de) objetos sensoriales, y nada más. Estos quíntuples objetos de los sentidos son las esferas de los cinco órganos sensoriales. Como la mente una (el intelecto) comprende el mundo a través de los canales de estos órganos de los sentidos, podemos preguntarnos: ¿hay un mundo (pluralidad) aparte de la mente?(Cuarenta versos sobre la Realidad, verso 6.)
El Vedanta Advaita afirma que el intelecto fragmenta el mundo en objetos y sucesos separados. Esta fragmentación no es un rasgo fundamental de la realidad para Brahman, sino sólo una abstracción inventada por nuestro intelecto discriminante y categorizante. La causa de la aparición del mundo reside, por tanto, en la naturaleza del intelecto y no en la naturaleza de Brahman. Brahman existe entero e indiviso, y la aparición de la pluralidad se debe al intelecto que opera en el espacio, el tiempo y la causalidad. Como percibimos a través de los sentidos, mientras que la realidad está más allá de ellos, aceptamos el universo pluralista por la realidad del Brahman unitario, de la cual es un efecto. La tendencia a confundir lo trascendental con lo empírico es natural para la mente humana. Es el resultado de nuestro mecanismo cognitivo y de la naturaleza de nuestro intelecto. Creer que nuestros conceptos abstractos de «cosas» y «sucesos» separados son realidades de la naturaleza es, por tanto, una ilusión.
La ilusión de que los objetos percibidos que constituyen la apariencia del mundo son reales se atribuye, en el Vedanta Advaita, a «avidya», que se traduce, literalmente, como falso conocimiento. Es, por ello, otro nombre para la ignorancia. No podemos, por tanto, alcanzar el verdadero conocimiento de la Realidad mientras estemos sometidos al pensamiento lógico que le es natural a la mente humana.
«Avidya» es una obscuración innata de la realidad causada por un giro de la mente que nos impide ver excepto a través de la textura de espacio-tiempo-causa. Por tanto, nos cierra a nuestra realidad y a la realidad del mundo.
El falso conocimiento o «avidya» es disipado, según el Advaita, superando su causa; es decir, trascendiendo el intelecto que crea la ilusión de la realidad del mundo. Entonces uno se da cuenta, por experiencia mística directa, de que Brahman está en el mundo, aunque no en la apariencia del mundo. El mundo es visto como ilusorio, pero no en el sentido de no-ser. Tal como existe un espejismo porque hay una base para que surja, el mundo existe porque tiene su base en Brahman. Todos los fenómenos o apariencias son expresiones del Brahman infinito que es su base, la realidad que está detrás de ellos.
La Unidad es la Realidad. La variedad percibida de formas es falsa, y obstruye el conocimiento de la unidad de la Realidad.(Charla Nº 354.)
Maya o ilusión no puede oscurecer el Ser Absoluto, pero oscurece el conocimiento absoluto haciendo que parezca diferenciado en particularidades. Así como bajo una luz tenue una cuerda aparece como una serpiente, del mismo modo el Ser Absoluto ―el sustrato― aparece como el Universo debido a Maya.(Charla Nº 100.)
Tanto el «conocedor» como el «no-conocedor» perciben el mundo, pero su punto de vista es diferente. El primero es consciente de lo real (es decir, del sustrato de la apariencia del mundo), pero el último sólo percibe la apariencia superficial.(Charla Nº 65.)
El Puro Ser, la naturaleza de nuestro Ser, sólo Eso existe eternamente. Aparte de Eso, todos los objetos que vernos son series de apariencias ilusorias que vienen y van mientras Eso, inmóvil e inmutable, permanece igual por siempre.(Guru Vachaka Kovai, dicho 980.)
El «conocedor» sólo ve el Ser y todo en el Ser. Una analogía es el espejo y los reflejos dentro de él. Para ver el espejo (que es la única realidad) no es necesario que uno deje de ver los reflejos dentro de él (las apariencias del mundo).(Día a día con Bhagavan; 6-3-46.)
Uno debe darse cuenta, en primer lugar, que no hay nada más que el Ser, y que él es el Ser. Sólo entonces puede ver todas las cosas como formas de ese Ser. Uno debe, por tanto, dirigir la mente hacia dentro; verse como el Ser interno; y después ver el Ser que está dentro de uno mismo en todo. En ese «ver», no hay veedor ni [cosa] vista. Sólo existe el Ser. Es tanto el ser como lo visto, y está por encima del ver y de ser visto.(Día a día con Bhagawan; 18-4-46.)
Quien ve el Ser, sólo ve el Ser en el mundo. Es inmaterial tanto si aparece el mundo como si no. Su atención está en el Ser.(Día a día con Bhagawan; 17-8-46.)
Parece haber tantos «yoes» como cuerpos. Pero, en verdad, sólo hay un «yo», sólo está el Ser. Conviértete en el Ser-Conciencia integral y contempla todos los «yoes» como el Ser.(Guru Vachaka Kovai, dicho 843.)
Tal como en una pantalla de cine puede haber una escena en la que el espectador contempla el drama de los eventos desplegándose, así el ser ilusorio contempla un mundo ilusorio en la vida real durante el estado de vigilia.(Charla Nº 443.)
En nuestro verdadero Ser, que es Seidad-Conciencia suprema, concebimos un pequeño «yo», y así creamos un mundo de ignorancia en el que el Ser supremo parece no existir.(Guru Vachaka Kovai, dicho 982.)
La mente es meramente identificación del Ser con el cuerpo. Esta identificación crea el falso «ego» (sentido de ser individual) y esto, a su vez, crea los falsos fenómenos (la apariencia del mundo ilusorio). El Ser es la única realidad. Si la falsa identificación desaparece, la eterna presencia del Ser ―la Realidad― se hace aparente.(Charla Nº 46.)
Cuando el sentido de que «yo soy el cuerpo» muere, todas las ilusiones y confusiones problemáticas desaparecen definitivamente. Dentro del corazón explorado aparece el Yo-Yo, el Ser no-dual de pura Conciencia.(Guru Vachaka Kovai, dicho 866.)
La Totalidad de la Física
La anterior filosofía Advaita con relación al mundo se basa en la experiencia mística, que es una experiencia directa y no-intelectual de la realidad. Los rasgos fundamentales de esta filosofía son muy similares a los que ahora emergen de la física moderna. Su esencia es una conciencia de la unidad y de la interrelación de todas las cosas y los sucesos, que ahora son vistos como manifestaciones de la «unidad» básica, de la «Totalidad Cósmica» última, que es la única realidad. La unidad básica del universo ha sido una de las revelaciones más importantes de la física moderna, que se ha manifestado cada vez más a medida que la investigación ha penetrado más profundamente en la naturaleza de la materia y ha alcanzado el reino de las partículas subatómicas. Aquí se ha descubierto que los constituyentes de la materia, y los fenómenos que les atañen, están interconectados y son interdependientes. No pueden ser entendidos como entidades aisladas, sino sólo como partes de una totalidad integrada.
Ver y creer en la diversidad, en la pluralidad y en la separación de los fenómenos del mundo es una ilusión. En la experiencia mística, toda la diversidad de los fenómenos del mundo se experimenta como manifestaciones de una unidad básica. Todas las cosas y eventos son interdependientes e inseparables, siendo diferentes formas o manifestaciones de la misma realidad última, que es intrínsecamente indivisible. Esta gran «totalidad» omnímoda es la unidad de todas las cosas.
Según el Vedanta Advaita, el principal objetivo de la vida en el mundo es, por tanto, la trascendencia de esta ilusión, para experimentar directamente la unidad básica del universo o Brahman. Cuando se supera «avidya» ―la causa de la ilusión―, las apariencias del mundo desaparecen. La apariencia se alzará transfigurada como el Absoluto.
La falsa identificación del Ser con el cuerpo se debe a los pensamientos, que surgen por el pensamiento «yo» (sentido de existencia individual). Si este pensamiento raíz es aplacado, todos los demás pensamientos quedan anulados. El verdadero Ser brillará por sí mismo, y todo se dará a conocer. La realización del Ser es, por tanto, nuestro primer y único deber.(Charla Nº 379)