El poder del miedo

El miedo es un elemento fundamental de la condición humana y, además, juega un papel crucial en nuestra sociedad como elemento político. Ilustración de Mohamed Hassan (CC0).
El miedo es un elemento fundamental de la condición humana y, además, juega un papel crucial en nuestra sociedad como elemento político. Ilustración de Mohamed Hassan (CC0).

Al clasificar al ser humano como animal racional, la filosofía se ha centrado con demasiado ahínco en la razón como elemento fundamental. Sin embargo, nuestra naturaleza incluye otros muchos aspectos entre los que destacan, sin duda, las emociones. De estas, es el miedo la emoción más importante en las sociedades actuales.

Por Marco Represas

El miedo es quizás uno de los temas menos tratados en la filosofía. Y esto se puede justificar, ya que los filósofos le han dado demasiada preponderancia al problema de la razón, a lo racional, a la racionalidad. El miedo pareciera no encajar en el problema de la razón por estar tan cercano a las emociones. Sin embargo, esto no es cierto.

Hoy estamos llenos de miedo

Tenemos miedo a la soledad, a hablar en público, a las enfermedades… Miedo a todo. Hay filósofos, como Epicuro, que han clasificado los miedos más importantes, como los siguientes: miedo al dolor, miedo al fracaso, miedo a los dioses y miedo a la muerte. Incluso pensadores como Hobbes, en su texto Leviatán o la materia, forma y poder de un estado eclesiástico y civil, afirma que el Estado se constituye precisamente por el ejercicio del miedo.

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El tema central de la película Divergente es el miedo. El argumento de la película se centra en cómo el miedo es el motor de la conducta. Además, y jugando con el título, también aborda cómo el miedo es incluso el motor del pensamiento divergente, es decir, del proceso de la inteligencia que genera nuevas ideas para resolver problemas con muchas soluciones. Veamos qué dicen Epicuro —y la filosofía epicúrea— y Thomas Hobbes —y su Estado-Leviatán— sobre el miedo.

¿Qué pasó con «Divergente 4»?

La película Divergente cuenta la historia de cómo la personaje principal, Tris, hace el viaje del héroe para salir de Abnegación e ir hacia Osadía. En medio de esto, va a enterarse de una conspiración biopolítica de la facción de Erudicción para hacerse con el Estado de Chicago. Lamentablemente, la cuarta película —a pesar de estar grabada— no se proyectó y no pudimos ver el desenlace de la historia (seguramente las fuertes críticas y el parecido a Los juegos del hambre tuvieron mucho que ver).

En lo que a nuestro tema se refiere, en el viaje del héroe que está haciendo Tris tiene que superarse a sí misma y el motor de esta superación es nada más y nada menos que el miedo.

La visión de Epicuro sobre el miedo

Para este filósofo, el placer y el dolor son el fundamento que atraviesan todos nuestros deseos. Nuestras acciones, nuestra vida práctica, responden principalmente a estos dos polos: el placer y el dolor. Pero, también, juegan un papel clave nuestros miedos. Quizás, el mayor miedo —y Epicuro se da cuenta de esto rápidamente— es el miedo a la muerte. Epicuro nos enseña cómo el miedo nos encadena a pensamientos falsos, a representaciones falsas como, por ejemplo, el miedo al dolor físico. El motivo es que este miedo proviene más de la representación que de su realidad efectiva.

Los filósofos le han dado demasiada preponderancia al problema de la razón, a lo racional, a la racionalidad

El miedo a la muerte tiene varias razones de ser. Entre todas ellas, la principal es el temor ante la desaparición del yo. ¿Qué entiende Epicuro y su filosofía por la muerte? Pues, sencillamente, la privación de toda sensación: no sentimos nada al morir, es decir, no sentimos nada cuando estamos muertos. De hecho, en una carta a Meneseo, Epicuro va a decirle: «¡Acostúmbrate a pensar que la muerte no es nada para nosotros! Porque todo bien y todo mal reside en la sensación y la muerte es la privación de sentir».

La solución de Epicuro a Meneseo es muy interesante porque le va a enseñar que mientras somos, la muerte no está presente, y cuando la muerte se presenta ya no somos. Por lo tanto, ¿en qué nos afecta la muerte? En nada.

Thomas Hobbes y el miedo

Con la publicación del Leviatán de Hobbes se evidenció, al igual que en el El Príncipe de Maquiavelo, que el miedo es algo a tener en cuenta durante el ejercicio del poder. Así, afirmará Hobbes que la conformación, la conservación de la política y del Estado se va a dar por generar miedo a sus habitantes. ¿Qué es lo que entiende Hobbes por miedo? Para este autor, el miedo es una aversión al objeto temido.

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Lo fundamental en la visión hobbesiana es que el miedo se entiende como parte de la naturaleza humana. Su naturaleza, además, hace que guarde una relación muy particular con otras sensaciones de la condición humana (hambre, frío, sed) porque en muchas ocasiones el miedo surge ante el temor a no satisfacer estas sensaciones que son necesarias y naturales.

Si el motor del Estado es el miedo, ¿por qué nosotros querríamos hacer un contrato social con el Estado desde su nacimiento? Y me pregunto esto porque al hacerlo estaríamos renunciando a nuestra libertad individual. La respuesta que nos da Hobbes es muy contundente: ese contrato que se va a dar entre el Estado y la población tiene su razón de ser en el miedo. La población acepta un Estado y la pérdida de sus libertades individuales porque la población tiene miedo a morir y el Estado les puede garantizar la seguridad.

Ocurre, sin embargo, algo más en el desarrollo de este contrato. En la medida en que el estado pueda garantizar y proteger a su población, estaría garantizando y protegiendo ese contrato. Por tanto, al miedo de la población a morir se le suma el miedo a que puedan perder ese contrato. Esto se deja ver en nuestros días con la imposición en algunos países de la vacuna (que jurídicamente se argumenta con que la salud pública está por encima de la libertad individual de escoger si vacunarse o no).

En muchas ocasiones el miedo surge ante el temor a no satisfacer estas sensaciones (hambre, frío…) que son necesarias y naturales

Miedo a todo

Hay un gran problema en la contemporaneidad. Desconocemos absolutamente los mecanismos por los cuales los discursos de verdades (que ha producido el poder) nos afectan en este mundo. Un mundo que nos satura con la búsqueda de la seguridad. Hoy, el miedo es un componente fundamental. Es también un motor social, porque el miedo nos clasifica, gracias al miedo nos tipifican.

Además, nos ubica en un lugar muy específico y ubica también en un lugar muy específico a lo que hay que temer, a lo que hay que tenerle miedo. Ante aquello que nos da miedo quedamos esclavizados sin voluntad ni posibilidad de decisión. Quedamos sujetos a la verdad producida por el poder sujetando nuestra subjetividad, es decir, nuestra forma de pensar, sentir y actuar. El miedo destruye la autonomía del ser y de ser.

El poder del miedo

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