Un análisis de la absorción de dióxido de carbono determinó que los bosques, suelos y océanos no fueron capaces de mantener su eficiencia como sumideros de este gas de efecto invernadero.
En la naturaleza hay miles de procesos que regulan el clima planetario. Pero a medida que la Tierra se calienta gracias a la intervención humana, los científicos están cada vez más preocupados de que estos mecanismos se vean interrumpidos o se vuelvan menos eficientes. Y si nos basamos en datos, esa preocupación está justificada.
Los resultados preliminares de un estudio internacional muestran que la cantidad de carbono absorbido durante el 2023 por la tierra ha disminuido hasta ser casi nulo. Y eso no es todo.
El año pasado, la tasa de crecimiento de CO2 medida en el observatorio de Mauna Loa, Hawai, fue de 3,37 partes por millón (PPM), un 86 % más que el año anterior y alcanzó un récord desde que comenzaron las observaciones en 1958.
En conjunto, los océanos, los bosques, los suelos y otros sumideros naturales de carbono del planeta absorben aproximadamente la mitad de todas las emisiones de gases de efecto invernadero humanas. De esta manera, contribuyen a reducir el aumento de temperatura global y el cambio climático.
“Los ecosistemas terrestres están perdiendo su capacidad de almacenamiento y absorción de carbono, pero los océanos también están mostrando signos de inestabilidad”, dijo Johan Rockström, director del Instituto Potsdam para la Investigación del Impacto Climático, en un evento durante la Semana del Clima de Nueva York en septiembre. “Hasta ahora la naturaleza ha compensado nuestro abuso. Esto está llegando a su fin”, afirmó.
Alcanzar el objetivo de cero emisiones netas es imposible sin la ayuda de la naturaleza. Dado que no existe tecnología capaz de eliminar carbono de la atmósfera a gran escala, los bosques, pastizales, turberas y océanos son nuestra única opción para absorber el carbono generado por el ser humano, que en 2023 alcanzó un récord de 37.400 millones de toneladas.
Las causas del colapso de los sumideros
El estudio sugiere que los grandes incendios del 2023 están detrás de esta baja en la captura de carbono. Estos incendios redujeron significativamente la capacidad de los bosques de Rusia, Amazonas y Canadá para absorber CO2, lo que contribuyó a la disminución de la absorción mundial de carbono. Sólo una gran selva tropical de la cuenca del Congo constituye hoy un potente sumidero que absorbe más de lo que libera a la atmósfera.
Por ejemplo, los bosques boreales de Canadá sufrieron incendios forestales sin precedentes, liberando entre 0,48 y 0,68 GtC a la atmósfera. Al mismo tiempo, la Amazonía enfrentó una sequía severa que provocó la pérdida de 0,31 GtC de carbono. Estos eventos, en conjunto, redujeron a la mitad la capacidad de absorción de carbono en el hemisferio norte, una región clave para mitigar las emisiones globales.
Los océanos también son grandessumideros de CO2
También en los océanos hay señales de alerta. Los glaciares de Groenlandia y las capas de hielo del Ártico se están derritiendo más rápido de lo esperado, lo que altera la corriente oceánica del Golfo y reduce la velocidad a la que los océanos absorben el carbono. En el caso del zooplancton, el derretimiento del hielo marino lo expone a más luz solar, un cambio que, según los científicos, podría mantenerlo en las profundidades durante más tiempo, alterando la migración vertical que almacena el carbono en el fondo del océano.
Sin embargo, los expertos creen que el colapso del sumidero de carbono terrestre en 2023 podría ser temporal. Sin la presión de la sequía o los incendios forestales, la tierra volvería a absorber carbono. Pero la preocupación sigue latente: estos sucesos ponen en evidencia la fragilidad de estos ecosistemas y las enormes implicaciones para la crisis climática.
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