Estados Unidos sabía desde la década de 1960 que Israel podía producir plutonio apto para armamento en el centro de investigación nuclear de Dimona, revela un informe recientemente desclasificado del Comité Conjunto de Inteligencia sobre Energía Atómica. El reporte forma parte de 20 documentos que fueron difundidos el martes por el Archivo de Seguridad Nacional estadounidense.
De acuerdo con el archivo, a finales de la década de 1960 Israel alcanzó el umbral de la capacidad armamentística nuclear y llegó a un acuerdo secreto con Estados Unidos sobre su estatus de potencia nuclear no declarada.
Los documentos también contienen relatos de visitas de inspección de representantes estadounidenses al reactor de Dimona en 1965, 1966 y 1967. La visita de enero de 1965 fue precipitada. Solo duró un día, algo menos de 11 horas, porque los israelíes no accedieron a proporcionar más tiempo. No obstante, los miembros del equipo consideraron que habían visto lo suficiente como para sacar conclusiones fiables de que «no había ninguna posibilidad a corto plazo de un programa de desarrollo de armas», pero el reactor «tiene una excelente capacidad de desarrollo y producción».
Por primera vez en su historia, Israel ensambló dos o tres dispositivos nucleares en vísperas de la guerra de los Seis Días de 1967 como último recurso y se convirtió así en un Estado con capacidad nuclear, señala el archivo. Los datos revelados indican que, en febrero de ese año, varias fuentes israelíes dijeron también a la Embajada de Estados Unidos que Israel había «construido o estaba a punto de terminar» una planta de reprocesamiento en Dimona y que «el reactor allí funcionaba a plena capacidad», lo que significaba que el país hebreo podría producir un arma nuclear en un lapso «de seis a ocho semanas«. Cabe señalar que ningún funcionario estadounidense había sido autorizado a visitar la instalación desde 1969.
El mismo año presuntamente se firmó un acuerdo bilateral secreto entre el presidente estadounidense Richard Nixon y la entonces primera ministra israelí Golda Meir, por el que Washington aceptaba el estatus no declarado de armas nucleares de Israel. Según los documentos, ambas partes llegaron a un acuerdo para que Washington dejara de presionar a Tel Aviv en la cuestión nuclear, por ejemplo, poniendo fin a las solicitudes de inspección de las instalaciones nucleares israelíes. El tratado estipulaba que Washington apoyaría las afirmaciones de Israel de que no tenía armas nucleares, y Tel Aviv, a su vez, tampoco hablaría de ellas ni las probaría. EE.UU. también exigió las garantías de Israel de que «no sería el primero en introducir armas nucleares en Oriente Medio».
El país hebreo nunca ha confirmado ni desmentido oficialmente que posea o esté desarrollando armas nucleares. Sin embargo, su existencia ha sido ratificada por expertos y políticos: estudios indican que Israel posee una tríada nuclear completa.
El papa Francisco desvela un fallido doble atentado en su contra
El papa Francisco revela en una autobiografía, aún no publicada, que corrió el riesgo de sufrir un doble atentado contra su vida durante su visita apostólica a Irak en marzo de 2021.
Según relata el pontífice, un grupo de terroristas islámicos cargó una furgoneta con explosivos para detonarlos durante su estancia en la ciudad de Mosul y también prepararon a una mujer suicida para inmolarse en su presencia, recogen medios italianos.
«Me avisaron tan pronto como aterrizamos en Bagdad el día anterior», detalla el papa en su libro. «La Policía había alertado a la Gendarmería vaticana sobre una información recibida de los servicios secretos británicos: una mujer cargada de explosivos, una joven terrorista suicida, se dirigía a Mosul para hacerse estallar durante la visita papal». «Y una furgoneta también había salido a toda velocidad con la misma intención», añade el texto.
Francisco atribuye ese intento de asesinarlo, que no se hizo realidad debido a los esfuerzos coordinados de las autoridades de varios países, al «viento de odio» que seguía soplando en Irak después de la derrota del Estado Islámico, en medio de la devastación dejada por los combates y, por si fuera poco, en plena pandemia del coronavirus. Ese episodio le hizo sacar una moraleja sobre las relaciones interconfesionales: «la más blasfema de las ofensas es profanar el nombre de Dios odiando al hermano».
Antes de su viaje a Irak, Francisco dijo a la población iraquí en un mensaje de video que iba «como un peregrino de la paz», tras «años de guerra y terrorismo», en busca de «fraternidad». La visita papal requirió de medidas reforzadas de seguridad y se desarrolló en ausencia de multitudes, debido al confinamiento decretado en el país por la pandemia.
El libro verá la luz en la editorial Mondadori a mediados de enero próximo bajo el título ‘Esperanza’ (‘Spera’, en su versión original italiana). Medios italianos como Corriere della Sera y La Repubblica adelantaron varios fragmentos de la obra.