se absorbe, en el amor
se dispensa.
La paz que proviene del hábito de la contemplación (…) no es ni rara ni difícil de encontrar. Se ofrece a cada persona en ciertos momentos desde temprana edad, aunque surge cada vez menos en caso de no haber sido bien recibida. Puede ser alcanzada, entrenada y cultivada hasta que se convierta en un hábito constante que forme la base de nuestra rutina diaria. Sin ella la vida es solamente agitación, en la que todo sentido y hasta toda intensidad de sentimiento acaban por extinguirse entre el tedio y el desorden.
En el corazón de la vida hay una minúscula y permanente llama de contemplación. Incluso sin saber nada de ella, la gente vuelve instintivamente a este “centro de calma”. Siempre está ahí, aún en medio de las situaciones más turbulentas; pero algunas circunstancias le son especialmente favorables.
Kenneth Rexroth
-Las ventajas de aprender y otros poemas-.
Es bueno meditar y contemplar, contémplarnos «por dentro» para poner orden en nuestra vida, aprender nuestras príoridades y ver con ojetividad la verdadera importancia de las cosas.
Que importante es la meditación y la contemplación, para aquietar la mente e ir hacia adentro. En estos tiempos tan agitados y turbulentos, éstas prácticas espirituales son de gran ayuda, para recuperar nuestro centro, es decir, ése «espacio» interior de silencio y quietud. Tal como dijo lalunagatuna, es también el momento propicio para conectarnos con nuestra «voz» interior.
La sociedad actual, la «vieja energía» que está colapsando ahora, nos ha condicionado y programado desde muy pequeños, a competir, a ser productivos, eficaces, eficientes, el número uno, ha ir rápido…más rápido…más rápido, como si la vida fuera una eterna carrera. Esto ha generado en muchos un modo de vida agitado, estresado y tenso, perdiendose el encanto y utilidad de la contemplación y de las cosas simples y sencillas de la vida.
Muy buen artículo. Gracias Maestro Viejo
Feliz dia para lalunagatuna..!