Aida. ¿Nuestra interpretación de la realidad condiciona la realidad que percibimos?

por «Liberación AHORA»

by

Imagen: geralt. Fuente: Pixabay.

Imagen: geralt. Fuente: Pixabay.

Los procesos de organización de la mente y de la materia son homólogos

La ‘función reductora de la realidad’ que realiza el yo humano puede compararse con el colapso reductor de la función de onda cuántica

La ‘función reductora de la realidad’ que realiza el yo humano al interpretar el mundo en el que vive es comparable con el colapso reductor de la función de onda cuántica, en partículas concretas. La primera ‘reducción’ se realizaría en la mente; y la segunda en la materia. Por similitudes, podríamos llamar a la función cuántica “yo cuántico”. De esta semejanza se pueden extraer interesantes conclusiones. Por Sinesio Madrona*.

Imaginemos el “yo” como una función reductora de la realidad, ya sea ésta la realidad material o la realidad representada. Relacionemos esto con la física cuántica: Imaginemos un “yo psíquico” que reduce la realidad a una sola interpretación de la misma; y un “yo cuántico” que realiza el colapso de la función de onda, reduciendo la realidad a una sola posición de las partículas que la componen.

En este sentido, ambos ‘yoes’ serían homólogos, la función es la misma, y su resultado estructuralmente equivalente (Bertalanffy, Teoría de sistemas). Como ha dicho el físico David Bohm, según nos cuenta Manuel Béjar, hablaríamos, pues, “de una misma realidad ontológica de materia-energía y conciencia. Todo es el resultado de la acción dinámica de un solo todo de energía-mente.”

El lenguaje simbólico, como el lenguaje matemático, asimismo simbólico, es la clave de todo esto. Está por encima de las corporizaciones [1] de la misma información en diferentes sistemas: físicos, químicos, biológicos, psicológicos, sociales… (Keeney, 1983). Puede ver, por lo tanto, en las distintas concepciones de la realidad un mensaje transdisciplinario que es muy de tener en cuenta a ciertos niveles de percepción de la realidad.

La psicología profunda se ocupa ante todo del lenguaje simbólico. Para este enfoque de la realidad tanto el lenguaje religioso, filosófico y psicológico como el lenguaje científico son simbólicos, están al mismo nivel, hablan de la misma realidad. Ello nos permite ir más allá de sus marcos conceptuales y encontrar otro que los abarque a ambos.

Qué es el ‘yo cuántico’

Intentaré explicar por qué identifico el colapso de la función onda de la mecánica cuántica con lo que llamo el “yo cuántico” [2]. Básicamente, la idea es que el yo (humano) ‘colapsa’ la realidad en una interpretación parcial de la misma, ‘escoge’ una ‘posición’ entre las múltiples o infinitas concepciones que son posibles acerca de la realidad.

De la misma manera,  el colapso de la función de onda produce una ‘interpretación’ de una realidad más amplia que abarca todas las posibles posiciones de la partícula. Es decir, el colapso de la función onda sería un fenómeno de estructuración de la realidad homólogo, en el terreno físico, (teoría de sistemas) al que hace el yo humano al interpretarla, en el terreno psíquico.

Concibo la realidad formada por la dualidad materia-energía/información-forma;un estado que contiene materia y consciencia. Actualmente se empieza a considerar la información como un componente básico de la materia. Vlatko Vedral llega aún más lejos, al afirmar que la información es la única realidad del Universo.

Ambas posturas son reductoras. La primera reduce todo el universo a la materia. Así, la información (y con ella Dios, la consciencia, el pensamiento…) sería también ‘materia’ o producto de la materia. La segunda se alinea, aunque no sé si su autor se da cuenta de ello, con los que afirman que la consciencia (o Dios, o el espíritu…) es la única realidad que existe. O, lo que es lo mismo, la materia sería, según esta postura, una ‘creación’ de la no-materia (Dios, la consciencia, la información…).

Desde la perspectiva que se defiende en este artículo, podemos afirmar que el ser humano estructura (interpreta) una determinada información sobre sí mismo y su entorno. Esta información la fija en una forma (ideología, carácter, actitud, propósitos, esperanzas…), en un yo. Es un fenómeno de información-forma. El yo humano, su naturaleza funcional y circunstancial en el proceso de crecimiento, define una realidad entre todas las posibles maneras de concebirla. Esta realidad única y personal es, entre otras cosas, operativa y necesaria para ‘estar en el mundo’.

Por otra parte, la materia-energía del Universo estructura (‘interpreta’) asimismo la realidad infinita en determinadas configuraciones materiales concretas (partículas, átomos, moléculas…, estrellas, planetas, asteroides, galaxias…,). Es un fenómeno de la materia-energía. Lo que denomino aquí, pues, el ‘yo cuántico’ define (crea, produce, manifiesta…) una realidad concreta entre todas las posibilidades que nos brinda la materia del universo.

Así pues, lo que trato en este artículo es que el postulado de la unidad mente-materia (Peat, 1987; Zohar,  1990; Bohm, 1975; Capra,  1987) no se quede en una mera idea, sino de llevarlo a sus últimas consecuencias lógicas y coherentes con el mismo.

Si podemos hablar del origen material del mundo representativo (ubicado en el cerebro) podemos, en coherencia con lo aquí postulado, hablar también del origen y significado representativo del mundo material. En última instancia, es una cuestión estética, la realidad está llena de simetría, proporción y ritmo, ya sea la materia, ya la consciencia, ya la relación o unidad entre ambas (véase La consciencia como espiral matemática).

La experiencia de campo

Tras esta idea unitaria está el concepto y naturaleza de campo. La idea de campoimplica, entre otras cosas, una concepción de la realidad que está más allá de las afirmaciones polares sobre la misma.

Siguiendo el postulado unitario que se describe, la idea básica de la fenomenología de campo implica la aparición de un fenómeno inexistente antes de la apreciación directa. No existen unas líneas de fuerza directamente ‘visibles’ del imán, sólo son reveladas por sus efectos. Sólo son reveladas por la circunstancia del papel interpuesto entre el imán y las limaduras de hierro.

Así podríamos decir lo mismo del campo organismo-entorno de la teoría de laterapia gestalt (Perls, Hefferline y Goodman, 1951):  Este campo no se da de manera directa, –lineal–, sino que aparece sólo cuando alguna circunstancia, experiencia o mirada alternativa revela la existencia de un fenómeno inapreciable desde una postura parcial; es decir, desde una postura polar, yoica, reductora, que ‘colapsa’ la realidad total en una sola ‘posición’, en un “yo” (relativismo filosófico).

Por tanto, la idea de campo se lleva más allá de una concepción material y/o psíquica del mismo. La idea de campo representa la aparición de un fenómeno que implica dimensiones o manifestaciones de la realidad ocultas anteriormente. Manifestaciones que implican una visión global (binocular, tridimensional) imposible de ver desde la percepción parcial (monocular) de la realidad: “Es simplemente imposible describir con clari­dad una epistemología alternativa en los términos convencionales…” dice Keeney, (1983), pág. 29.

Ésta podría ser una buena comparación: “Una realidad nueva parece descubrirse cuando León Battista Alberti publica en Florencia su teoría de la perspectiva el año 1435 (…) La transición de la forma bidimensional gótico-bizantina a la representación del espacio y la profundi­dad fue para Occidente un modo nuevo de ver el mundo” (Bertalanffy, 1968, pág. 33, el subrayado es mío).

La experiencia común de la realidad es lineal y polar, plana. La experiencia de campo implica una percepción ‘binocular’ de la realidad, con volumen y perspectiva. Difícilmente se puede entender la naturaleza del campo sin una experiencia directa del mismo y sin una teoría que explique lo que esa experiencia significa. Esta concepción de la naturaleza global de la realidad como un fenómeno de campo psíquico y físico, puede ser descrita en un lenguaje objetivo [3] en ambas manifestaciones, tal como se expone aquí.

La experiencia de campo implica, como en el caso de la perspectiva pictórica, una revelación conceptual de tipo tridimensional (bi-hemiesferoidal por semejanza a binocular). No es necesario acudir a un lenguaje específicamente psicológico o religioso o místico (experiencia cumbre, mística, nirvana…) para describir esa experiencia (Tendencias21).

Sólo hay que reflexionar sobre la naturaleza esencial del fenómeno de campo, es decir, sobre el hecho de que el campo es el resultado de la interacción-unidad de los opuestos. En este caso utilizamos, así, un lenguaje simbólico que trasciende las categorías materia y mente (o ciencia y religión) y que es único para ambas.

Esta falta de visión tridimensional hace que el enfrentamiento entre dos paradigmas vaya más allá de lo que nos cuenta  Kuhn (1962). Se trata del enfrentamiento entre dos visiones que requieren sistemas de percepción diferentes, lo lineal-polar (monocular) frente a lo tridimensional-unitario (binocular). Ésta es, a mi entender, la razón de que los físicos se encuentren tan divididos. El enfrentamiento ocurre no sólo entre dos sistemas de datos o teorías, sino que es con dos sistemas de percepción-comprensión de la realidad que no forman polaridad, pues lo lineal está incorporado en lo tridimensional.

Es como si el plano quisiera discutir con el volumen en igualdad de condiciones. Así creo que muchos enfrentamientos entre los físicos se deben a que intentan interpretar los hechos de la mecánica cuántica con la visión plana y compartimentada de la física clásica.

¿Convergen los campos humano y cuántico?

Así pues, la configuración material del Universo (polaridad materia-energía) y la configuración conceptual de la realidad humana (polaridad información-forma) son homólogas. Son dos polos que forman un campo.

Son homólogos en tanto consideremos que la realidad es única y que la unidad que conforma toda polaridad (un ejemplo claro: los polos eléctricos, positivo y negativo) excluye por completo su separación.

Su acción es conjunta y unitaria, y ambos polos no pueden actuar o manifestarse por separado, simplemente porque la realidad no es así. Lo que hemos hecho para concebirla de esa manera es una división epistemológica sobre una realidad unitaria; división de la que nos hemos olvidado luego (Keeney, 1983).

Lo que propongo no es, pues, una simple metáfora. Voy más allá, y afirmo que la misma acción estructural se encuentra en las configuraciones materiales del universo y en las configuraciones e interpretaciones que hace el ser humano de la realidad.

La primera pertenece a la polaridad materia-energía, la segunda a la asimismo polar información-forma. Pero, como queda dicho, ambos polos no se pueden separar. Por lo tanto, el mismo fenómeno reductor a un aspecto parcial de la totalidad tiene lugar en la materia y en la psique (información). Y ambas configuraciones parciales son pasajeras por muchos miles de millones de años que las materiales persistan. Es decir el ‘yo’, tanto cuántico como humano, es pasajero, pues no es toda la realidad.

Aunque parezca innecesario aclararlo, no estará de más hacerlo, dadas las posiciones que hay al respecto: no estoy diciendo que la consciencia influya en la medición cuántica (tampoco negándolo, pues no es ésa la cuestión), sino que ambos fenómenos son paralelos y convergen, y que cada uno tiene su nivel de expresión en la realidad. Esta supuesta influencia de la consciencia en la medición cuántica sería una interpretación lineal (causa-efecto) del paradigma actual de la física clásica.

Otra explicación, más acorde con el paradigma de campo, podría ser, quizá, que ambos campos, el humano y el cuántico, convergen en el fenómeno por paralelismo estructural. Es decir, sería la respuesta o la manifestación de un campo mente-materia (Peat, 1987; Zohar, 1990). Una propiedad del mismo, propiedad de la unidad mente-materia. Aunque esto es sólo una hipótesis plausible.

 

 

 

 

Fuentes: tendencias21.net, makemefeed.com

Edición y título post, Freeman

6 comentarios en “Aida. ¿Nuestra interpretación de la realidad condiciona la realidad que percibimos?

  1. por supuesto que si…..

    cualquier terapeuta le dice eso….. los hijos, la esposa, la madre, los amigos nos pueden decir eso….

    no es un seccreto de clase alguna.-

    las «cosas» (el «mundo»), se percibe «al modo del perceptor»…
    _____________________________

    pero…. ¿que significan palabras como?… (breve lista….).-

    1) realidad ontológica de materia-energía y conciencia.-
    2) la acción dinámica de un solo todo de energía-mente.-
    3) bi-hemiesferoidal por semejanza a binocular.-
    4) manifestación de un campo mente-materia.-

    en realidad…. el texto esta lleno de estas palabras o frases pseudotecnicas….-

    pero a los fines…… si lo que «buscamos» es enseñar…..

    ¿porque hablan de esta manera…. sencillamente inentendible….?

    ¿porque usan un lexico «tan complejo» innecesariamente?…..

    ¿querran demostrar «que saben mucho»…. «que lo suyo es de «raiz» cientifica?.-

    ¿quieren aparentar que en su conocimiento hay un sustrato apoyado en la ciencia?.-

    esto molesta un poco….. Yo soy ignorante…. y me gusta que me expliquen las «cosas» de una forma mas sencilla….. mas simple.-
    ________________________________

    los grandes maestros de la historia (Jesus , Buda , Socrates , Platon , Aristoteles, Lao Tse , Confucio, Sun Tzu, Miyamoto Musashi, Maquiavelo…… ), tuvieron la gentileza de hablar en terminos mas sencillos…. por eso eran Maestros.-

    profesor J

  2. A mi me pasa lo mismo ,cuando leo tantas palabras «inteligentes y finas»me pongo cabezona y cazurra y paso al siguiente articulo porque me aburre.

  3. Respondiendo a la pregunta del título: Si. El resto. . . no sé che, yo llegué hasta el colapso reductor de la función de onda cuántica . . .

  4. A cosas como estas es a lo que se dedica la Filosofía académica actual. Cosas difícilmente comprensibles y totalmente irrelevantes para la persona común. Pero a los gobernantes ya les está bien que los que tendrían que ocuparse de lo humano en sus múltiples facetas y vertientes, pierdan el tiempo y la energía en sesudas elucubraciones insustanciales e intrascendentes……… no vaya a ser que empezáramos a cuestionar cosas.

    Ésta parte de la Filosofía es de consumo interno. Dudo mucho que cualquiera no versado encuentre interés o utilidad en ello. Yo mismo no la encuentro, me aburre.

    ………………………………………………………………………………

    Sobre la pregunta del enunciado, una breve rima :

    En este mundo traidor.

    Nada es verdad ni mentira.

    Todo es según el color

    del cristal con que se mira.

  5. Que gusto de complicarse la del autor. Hay dos habitos incrustados en el humano : el placer de sufrir y el gusto de complicar/se lo que es sencillo y simple.
    En el caso del titulo la respuesta es si pero siempre en los casos de locura o alteracionn funciones del cerebro.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.