¿Cómo puede ser que usemos gran parte del tiempo para odiar, o envidiar o criticar, pudiendo aprovechar esos momentos, para cantar, bailar, abrazar, disfrutar y agradecer?
Es tan corto y preciado el tiempo del hombre en el planeta, que no da para gastarlo en el conflicto y negociar nuestra libertad, si en un soplo se va el cuerpo, y no captamos la felicidad.
No es bueno plantearnos salirnos de ese circulo enfermo ya mismo?
Qué puede ser más importante que eso? Ver un programa de tele hoy? Agredir a alguien o flagelarnos con la baja estima y la necesidad de que otros nos rescaten?
Genios por favor, entren en soledad en su interior y perciban quién está ahí.

Por qué te importa tanto la mirada del otro, que es quizás más frágil, vulnerable, o ignorante que lo que vos has sido hasta ahora?

Por qué esa necesidad de pertenecer a un grupo en el cual te puedas esconder de vos mismo y atontarte otro tiempo más?
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