Putin aplica una política como la Matryoshka en Siria

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Pero ¿qué tal si Obama no juega en el juego de Rusia?
Putin parece haber sacado su primera muñeca Matryushka al bombardear a los enemigos de Damasco en septiembre pasado.
Sacó la segunda más pequeña muñeca a la hora de aceptar un alto el fuego.
Luego sacó una tercera muñeca ayudando a sitiar Alepo por primera vez.
La cuarta fue sacada con habilidad cuando apoyó a Erdogan y aprobó -Putin antes que Obama – un paso seguro para las tropas turcas en Siria.
 ¿Cuál podría ser el contenido de las otras 47 muñecas más pequeñas en caso de que el viento soplara el barco Siria en una dirección no deseada?
Por Elijah J. Magnier: @EjmAlrai
. El acuerdo entre Estados Unidos y Rusia: Putin aplica una política como la Matryoshka en Siria
. ¿Rusia, Irán y Hezbollah fallaron en Alepo, mostrando sus limitaciones?
. Rusia esperaba que Hezbolá completara el sitio de Alepo como moneda de cambio para futuras negociaciones
El acuerdo ruso-estadounidense sobre la ciudad de Alepo, se ha completado… no, no se ha completado… será completado.
Ambas superpotencias se ha puesto de acuerdo sobre varias cuestiones, pero sobre todo para permitir la entrada de los convoyes humanitarios en la ciudad (y otras partes de Siria), y para congelar la situación de la guerra en Alepo, definiendo líneas de demarcación entre todos los beligerantes, creando así un modelo potencial para otras regiones de Siria.
Los EE.UU sugirieron desmilitarizar la ciudad, tanto de las fuerzas rebeldes como gubernamentales en ambos lados de la ciudad, pero Rusia rechazó la proposición, también desaprobada por los aliados de Rusia (Damasco y Teherán).
Pero hay una interrogante: ¿cómo los EE.UU impondrán cualquier decisión sobre Al-Qaeda y los grupos yihadistas que están luchando en la zona (junto con otros de los llamados «rebeldes moderados» aprobados por los EE.UU).
En cualquier caso, siempre y cuando se concluya el acuerdo, todos los esfuerzos militares se dedicarán a golpear al «Estado islámico» (acrónimos ISIS / ISIL / Daesh) y Jabhat al-Nusra – Al Qaeda en Siria (como anteriormente se nombraba) y todas las facciones yihadistas que se niegan a unirse al proceso político.
Sin embargo, las dos partes requieren de más tiempo para llegar a un acuerdo sobre Alepo: Estados Unidos quiere asegurarse de que Rusia no va a golpear a sus aliados y otros rebeldes, y Rusia se ha comprometido a detener todos los ataques en contra de los grupos aprobados por los EE.UU como parte del trato.
Después de todo, Rusia quiere -mientras sus aliados completan una vez más el cerco alrededor de Alepo- abrir un corredor humanitario seguro bajo su supervisión y la participación directa de las Naciones Unidas. ¿Es esta una victoria para Rusia o los EE.UU.?
El 15 de Agosto, escribí en un informe especial en AL RAI: «Obama tiene la ventaja sobre Irán y Rusia en Siria e Irak, y sin desplegar grandes fuerzas terrestres». Resulta que la política exterior de Oriente Medio del Kremlin esta estructurada en la línea «Matryoshka»: 51 juguetes de madera, uno dentro del otro!
A pesar de que los medios de comunicación estuvieron afirmando que Rusia se estaba hundiendo en el pantano de Siria, («han logrado poco para recuperar Alepo»), la fuerza aérea del presidente Vladimir Putin por necesidad abraza un acuerdo de paz con Turquía, modificando el curso de los acontecimientos en Siria de estribor a babor.
Esto alteró significativamente el curso de esta compleja guerra siria, deteniendo el proceso de división de Siria, y apoyando una recuperación, con pocas bajas, de las academias militares alrededor de Alepo con el fin de cerrar una vez más el círculo roto hace unas semanas.
Al llegar a un acuerdo con Turquía, Putin ha cosechado los beneficios de una situación en la que los aliados de ayer (es decir, los grupos de rebeldes del Ejército Sirio Libre aprobados por los Estados Unidos y también considerados pro-Turquía) ahora luchan entre sí (Fuerzas Democrática Sirias apoyadas por los EE.UU), y la misma fuerza apoyadas por la fuerza Aérea de Estados Unidos en el norte de Siria, SDF-YPG, se dividen y unos cientos de militantes han abandonado a los kurdos para unirse a Turquía.
 Las fuerzas rusas estacionadas en Siria apoyan la seguridad en torno a Damasco y contribuyen a la mediación de un alto el fuego entre más de 48 grupos rebeldes y el gobierno sirio. Resultó que Putin jugó en el último minuto a la «Ruleta Rusa», arrastrando a los EE.UU a la mesa de negociación exactamente en el momento que la situación en Siria estaba a punto de salirse del control de los Estados Unidos, pero sin recurrir a un show de fuerza al estilo Rambo y con un costo mínimo.
En septiembre de 2015, la Fuerza Aérea de Rusia comenzó a bombardear yihadistas y rebeldes en las zonas rurales de Latakia y en Jabal (kurdos) para asegurar el control de Damasco y sus aliados en muchas áreas. Rusia apoyó también la recuperación de las ciudades estratégicas de Homs, Alepo, Damasco rural y Deraa, en el sur de Siria.
 Los medios de comunicación y analistas atacaron a Rusia en ese momento diciendo que «no logró ningún avance significativo». Incluso el presidente Obama dijo que «la acción de Moscú la llevaría a un atolladero» y que «su intervención militar no iba a funcionar». Rusia fue acusada además de ser «novata en las políticas de Oriente Medio, comparada con una larga experiencia diplomática de Estados Unidos en este punto caliente del mundo».
Estaban equivocados: Después de seis meses de apoyo a las tropas de tierra para controlar más de 10,000 kilómetros cuadrados de territorio anteriormente ocupado por los yihadistas y rebeldes, los EE.UU llamaron a un cese al fuego que fue bien recibido por Moscú y Damasco. Irán no estaba contento, con el argumento de que los yihadistas y rebeldes estaban en retirada y que, por lo tanto, la operación militar no debería detenerse hasta que éstos fueran derrotados.
Independientemente de la posición de sus aliados, Moscú retiró un gran número de aviones de la base militar costera siria de Hamymeen, en medio de exclamaciones de Irán y el presidente Bashar al-Assad relacionadas con el momento (antes de un sólido alto al fuego que se había acordado) de la retirada. Otros argumentaron que Rusia retiraba sus aviones debido «al elevado costo económico».
Poco tiempo después, con las negociaciones estancadas en Ginebra entre los EE.UU y Rusia, los aviones de combate rusos comenzaron a bombardear de nuevo, asegurando más territorio y cerrando el círculo alrededor de Alepo oriental por primera vez desde que se inició la guerra.
Sin embargo este círculo fue roto de nuevo después de unas pocas semanas: miles de yihadistas, apoyados por grupos de rebeldes aprobados por los Estados Unidos, tomaron el control con poca resistencia de las mayores cuatro academias militares, que estaban equipadas con enormes almacenes llenos de municiones.
Más de 1,200 oficiales y soldados del Ejército sirio vigilaban las instalaciones y tenían un gran espacio alrededor de las academias que debería permitirles una fácil defensa.
La caída de las academias se produjo en momentos en que Moscú estaba a punto de imponer sus términos a los EE.UU y las Naciones Unidas para el establecimiento de un corredor humanitario en la parte sitiada de Alepo y en otras ciudades del norte, y participar en un largo y sostenido cese al fuego.
El congelamiento de la guerra en curso en este momento parece lógica: la mayoría de los beligerantes están convencidos de que una solución militar para la guerra en Siria ya no es una opción viable.
El verdadero problema no reside en la actuación político-militar de Rusia ni en las capacidades diplomáticas de su ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, frente a su homólogo estadounidense, John Kerry. El problema reside en Damasco, sus soldados y sus aliados.
En marzo pasado, Rusia retiró parte de su fuerza aérea debido a la falta de capacidad de las fuerzas aliadas en el terreno para mantener el ritmo con los bombardeos masivos de la Fuerza Aérea contra los yihadistas y los rebeldes en varias ciudades simultáneamente.
El ejército sirio tiene una unidad especial dirigida por el coronel Suhail Al-Hassan -conocida como las «Fuerzas Tigre»- que cubre todo el mapa militar y lucha en varios frentes; debido a que las unidades regulares dentro del ejército sirio carecen del espíritu de lucha para hacer frente a sus enemigos o para mantener una posición conquistada.
Los aliados de Damasco, es decir, Irán y sus aliados, tienen una fuerza de ataque pero esta no es una fuerza estática para ser posicionada para defender las ciudades en caso de ataque. Esta fuerza de ataque se compone de alrededor de 12,000 iraquíes, afganos, paquistaníes e iraníes, pero solo los combatientes de Hezbolá libanés exceden este número.
 Sin embargo, distribuidos en todo el mapa militar sirio (norte, noreste, oeste de Alepo, Damasco rural, Qalamoun, Zabadani y Daraa), este total representa un número relativamente pequeño de combatientes. Hezbolá está cambiando las tácticas en todas las batallas, con excepción de Alepo.
Ya no está enviando tropas para tomar el control de una ciudad o de los puestos importantes cuando esto implica una falta de consideración por sus propias bajas.
Por lo tanto, si el ejército sirio no está dispuesto o es incapaz de mantener una posición su papel debilita todo el caso.
De esto es lo que Rusia está plenamente consciente, y es una de las principales razones por las que Putin buscó apoyo alternativo donde los intereses comunes están presentes: Turquía.
El presidente ruso, sacó de su bolsillo la primera muñeca de Matryoshka cuando ayudó al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, antes y durante las primeras horas del fallido golpe de Estado, siendo recompensado a cambio con un cambio radical de política por parte de Turquía en Siria. Erdogan llamó a sus numerosos representantes en todo Alepo para luchar contra los kurdos y recuperar los territorios en posesión del «Estado Islámico» (acrónimos ISIS/ISIL), dejando la ciudad a los yihadistas y a unos pequeños grupos. Turquía dirigió sus armas hacia los aliados de los EE.UU, las fuerzas kurdas apoyadas por la Fuerza Aérea de Estados Unidos, con el fin de evitar la creación de un estado kurdo.
 Putin apoyó a Erdogan, el que ordenó el derribo del jet ruso Su-24. Putin jugó la «ruleta rusa» con el apoyo a su enemigo declarado, incluso cuando estaba determinado a golpearlo por medio del desplazamiento en Siria del S-400 y dar órdenes en ese momento para derribar cualquier jet turco en la frontera entre Turquía y Siria.
Rusia aprovechó su oportunidad cuando Erdogan lanzó su acusación indirecta contra los EE.UU por tener pleno conocimiento del fallido golpe de estado. Putin, con su arriesgada movida, logró asegurar la supervivencia del presidente sirio Bashar al-Assad, y otorgándose él mismo una importante ventaja sobre los EE.UU en la guerra de Siria. El resultado es sorprendente: Turquía acepta a Assad y ya no está pidiendo que sea removido como una condición previa a cualquier negociación. Por otra parte, Turquía ha demolido el sueño kurdo de establecer un Estado, previniendo la partición de Siria a partir del norte.
Por otra parte, Moscú y Damasco aceptan tratar con los «rebeldes moderados», incluyendo Ahrar al-Sham, siempre que éstos mantengan su distancia de al-Qaida, ex Jabhat al Nusra. Rusia y Siria están dispuestas a aceptar una congelación en todos los frentes y dejar de atacar a los rebeldes sirios (con excepción de los yihadistas). ISIS y ex-Nusra estan siendo sacrificados en el altar de los EE.UU-Rusia, una vez esto esté concluido.
Este es el acuerdo elaborado por las grandes potencias sobre Siria, lo que puede permitir la posibilidad de lograr un cese gradual de las hostilidades en Siria -y poner fin a los yihadistas, renuentes a abordar el tren de la conciliación.
Pero ¿qué tal si Obama no juega en el juego de Rusia? Putin parece haber sacado su primera muñeca Matryushka al bombardear a los enemigos de Damasco en septiembre pasado. Sacó la segunda más pequeña muñeca a la hora de aceptar un alto el fuego. Luego sacó una tercera muñeca ayudando a sitiar Alepo por primera vez.
La cuarta fue sacada con habilidad cuando apoyó a Erdogan y aprobó -Putin antes que Obama – un paso seguro para las tropas turcas en Siria. ¿Cuál podría ser el contenido de las otras 47 muñecas más pequeñas en caso de que el viento soplara el barco Siria en una dirección no deseada?

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