El episodio frío del año 536 d.C.

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En el año 536 d.C., la niebla seca más persistente y más densa de la historia registrada afectó a Europa, Oriente Medio, China, y probablemente a todo el mundo. El verano fue frío y hubo hambre, escasez y guerra. La cosecha insólitamente grande de 534 se consumió tratando de alimentar a la gente. Un gran porcentaje de la población de Europa murió y el número de habitantes de Europa disminuyó a su nivel más bajo entre los tiempos clásico y moderno.

Flavio Magno Aurelio Casiodoro Senator era el prefecto del pretorio, lo que podríamos llamar hoy en día el primer ministro del reino visigodo del siglo VI, que tenía su capital en Rávena, y que incluía Roma. En otoño de 536 escribió una carta desde su finca de campo a su asistente, Ambrosio. En ella, describe como era vivir en Italia durante este año: ¿Qué clase de experiencia es esta, te pregunto, de mirar al astro principal y no percibir su luz usual? ¿Mirar la luna totalmente llena pero sin su esplendor natural? Todos percibimos un sol coloreado de azul. Nos sorprendemos que a mediodía los cuerpos no tengan sombras, de que el calor más fuerte haya alcanzado la inercia de la tibieza extrema durante el espacio de un año entero.

Zacarías de Mitilena refirió las observaciones hechas en Constantinopla en el mismo año: El sol empezó a oscurecerse durante el día y la luna, por la noche… desde el 24 de marzo de este año hasta el 24 de junio del año que sigue.

El historiador bizantino Procopio, en su descripción de las guerras contra los vándalos, escribió, refiriéndose al año 536: “Durante este año tuvo lugar el signo más temible. Porque el sol daba su luz sin brillo, como la luna, durante este año entero, y se parecía completamente al sol eclipsado, porque sus rayos no eran claros tal como acostumbra. Y desde el momento en que eso sucedió, los hombres no estuvieron libres ni de la guerra ni de la peste ni de ninguna cosa que no llevara a la muerte. Y sucedió en el momento en que Justiniano estaba en el décimo año de su reinado”.

En Irlanda, los Anales de los cuatro maestros registran referencias en 536 y 539 d.C. de una escasez de pan. En los Anales cámbricos británicos, hay una referencia en 537 a mortalitas in Britannia et Hiberna, muerte en Bretaña e Irlanda. El período de hambruna fue seguido por el brote de plaga en 542 en la región del Mediterráneo, que llegó hasta Irlanda en 545.

En China, durante los equinoccios de primavera y otoño de cada año, los antiguos chinos buscaban a Canopus, la estrella más brillante de la constelación de Alfa Carina, para asegurarse buenos tiempos y para marcar las estaciones. Sin embargo, en 536 d.C. no se pudo ver Canopus. Los registros del gobierno Ching en el sur de China informan de frío y nieve en julio y agosto que acabó con el cultivo de granos, causando una grave hambruna el siguiente otoño. Las narraciones muestran que los efectos climáticos se notaron hasta 538. Otros reinos chinos informaron de desastres similares. Uno de ellos señaló que el tiempo fue tan severo que del 70 al 80 % de la gente de la región murió de hambre.

Los registros de la capa de hielo Quelccaya en los Andes del sur de Perú señalan un período de sequía severa alrededor de 540-560 d.C. y de 570-610 d.C. Un estudio ha sugerido que una era fría puede haber empezado alrededor del año 535.

El profesor Mike Bailley, experto en dendrocronología, encontró un crecimiento anormalmente pequeño en los anillos de los robles de Irlanda en el año 536, seguido de otra caída brusca en el año 540, después de una recuperación (Dendrochronology raises questions about the nature of the AD 536 dustveil event). Se han encontrado patrones semejantes en árboles de Suecia, Finlandia y California. En la figura siguiente se puede ver una cronología del crecimiento de los anillos de los árboles de los últimos 1000 años, en el que se aprecia, en la franja amarilla, el evento de 536 d.C.

Durante los años 540 y 541 se extendió por toda Europa, el norte de África y parte de Asia, la llamada plaga de Justiniano (en aquel entonces emperador de Bizancio), que causó la muerte de millones de personas. La enorme mortandad de esta plaga se puede explicar por la debilidad de la población después del período de malas cosechas debidas al frío de los años anteriores.

¿Cuál fue la causa de este frío intenso, repentino y que afecto todos los continentes? Una causa puede ser una explosión volcánica que provocase la misteriosa nube de aerosol de 536 d.C. Hasta hace poco había dos candidatos para esta erupción: la caldera Rabaul, en Papúa Nueva Guinea, y El Chichón. Pero no hay pruebas evidentes para ninguno de ellos.

Se ha planteado la posibilidad de que la niebla seca de 536 d.C. no fuese el resultado de una erupción volcánica, sino más bien el efecto del choque de un asteroide o cometa contra uno de los océanos del mundo, o bien el del paso de la órbita de la Tierra a través de una nube de polvo interestelar. Puesto que no hay ningún volcán que sea un candidato indiscutible, y como la señal ácida en el hielo es mucho menor de lo que se esperaría de una erupción de tamaño suficiente para causar los efectos observados por todo el mundo, hay que considerar la posibilidad de un impacto o de una nube de polvo cósmico.

Últimamente han aparecido dos estudios sobre el tema. La novedad es que se ha mejorado mucho la precisión con la que se pueden datar los testigos de hielo. El primero, New ice core evidence for a volcanic cause of the A.D. 536 dust veil, publicado en el 2008, tras analizar el contenido en SO4 de los testigos de hielo de Groenlandia, en los que se encontró un depósito de SO4 en los años 533-534 ± 2, precedido de otro depósito de SO4 aún mayor datado el año 529 ± 2, como se ve en la figura, se formula la hipótesis de una erupción del volcán Haruna, en el Japón. Por la cantidad de SO4 encontrado, la explosión del año 529 debió ser mucho más importante que la del Tambora de 1815.

El segundo estudio está firmado en primer lugar por Dallas Abbott, de la Universidad de Columbia, y es del año 2008, Magnetite and Silicate Spherules from the GISP2 Core at the 536 A.D. Horizon. Este estudio se completa por otro de la misma autora, del año 2009, Comet smashes triggered ancient famine. En él, los autores han examinado los residuos sólidos del testigo de hielo de GISP 2 con una profundidad entre 361,45 y 361,55 metros, que cubre las fechas entre el 24 de febrero y el 28 de agosto del año 536 d.C. Esta muestra de hielo contiene la concentración de cloro no volcánico más elevada de los últimos 2.000 años (64 ppb). La zona correspondiente a principios del año 536 contiene, además, 5 esférulas perfectamente redondas, de las cuales 3 son de óxido de hierro puro, y miden entre 0,3 y 1,3 micras de diámetro. Otra es de silicato con óxido de hierro, y mide 0,5 micras. La última es un silicato sódico potásico de aluminio, y mide 2,6 micras. Estas esférulas, según los autores, tienen su origen en un impacto, aunque no provienen directamente del cuerpo causante del impacto, sino que su análisis hace pensar que se trata de restos terrestres lanzados a la atmósfera por el impacto. En el segundo estudio se añade que estas esférulas se hallan en testigos de hielo correspondientes a varios años, lo que hace suponer que se trata del impacto de un cometa, ya que estos cuerpos tienden a fragmentarse antes de llagar a la Tierra. Localizan la caída de un primer objeto de unos 640 metros en el golfo de Carpentaria, en Australia, y de un segundo objeto, más pequeño, en el Mar del Norte, cerca de Noruega. Microfósiles marinos encontrados junto con las esférulas son coherentes con un impacto oceánico.

De manera que, hoy por hoy, no tenemos la certeza de cual fue la causa del evento del año 536. Pudo ser una erupción volcánica o la caída de un cometa.

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