Los monos silbadores son capaces de fabricar lascas concoides

Anteriormente se asociaba la fabricación de lascas concoides al género Homo

La tan debatida cuestión de a partir de qué momento surge el pensamiento complejo, o si éste es necesario para el desarrollo de herramientas de piedra vuelve a estar en la palestra a causa de unos pequeños monos silbadores de la región de Capivara en Brasil. Estos monos son capaces de seleccionar cantos rodados y golpearlos en los acantilados hasta producir lascas concoides, hasta ahora asociadas a las capacidades del género Homo. ¿Significa esto que las herramientas líticas más antiguas no fueron obra de los primeros homínidos? Para estos investigadores, las preguntas que se generan ahora se encaminan principalmente a cómo evolucionaron estas habilidades hasta llegar al punto que conocemos a partir del registro fósil africano.

Fuentes de información digital utilizadas
SincEl PaísNature News
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Sinc
Palabras clave:
ciencias auxiliares, biología, evolución humana, herramientas, industria lítica, monos silbadores, Capivara, Brasil, internacional
Bibliografía científica, publicación original
NatureNature

Los monos silbadores (Sapajus libidinosus) golpean la piedra una y otra vez, como si fuera un martillo, y la percusión continuada hace que se formen afiladas láminas de piedras, llamadas lascas, como las que formaban los humanos de la Prehistoria para hacer sus herramientas. Hasta ahora, los científicos pensaban que crear este tipo de fracturas en la roca era un comportamiento único en humanos.
El estudio, publicado en Nature, demuestra que, al igual que los humanos, estos pequeños capuchinos de Brasil también son capaces de fabricar, aunque de manera inintencionada, herramientas de piedra. A pesar de romperlas de forma deliberada, su objetivo es extraer minerales o líquenes de las piedras, según los científicos que los observaron en el Parque Nacional de Serra da Capivara en Brasil.
El equipo admite que sigue sin quedar del todo claro por qué llevan a cabo este comportamiento. En ningún momento los monos intentaron cortar o raspar con las lascas, sino más bien parecían querer extraer el polvo de silicio de las rocas o los líquenes con propósitos medicinales.
“En la última década, diversos estudios han demostrado que el uso y la producción intencionada de láminas afiladas no están necesariamente vinculados a los primeros seres humanos, al género Homo, que son nuestros parientes directos, sino que también fueron utilizadas y producidas porun rango más amplio de homínidos”, explica Tomos Proffitt, investigador principal del trabajo y científico en la Escuela de Arqueología de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Para el equipo de investigación, este trabajo va un paso más porque muestra que los primates modernos pueden producir lascas y núcleos arqueológicamente identificables con las características que se pensaban que eran exclusivas de los homínidos.
“Esto no quiere decir que el material arqueológico más antiguo en África oriental no lo hicieran los homínidos. Sin embargo, el hallazgo plantea cuestiones interesantes sobre cómo se desarrolló esta tecnología de herramientas de piedra antes de que aparecieran los primeros ejemplos en el registro arqueológico”, señala Proffitt, para quien este descubrimiento desafía las ideas anteriores sobre el nivel mínimo de complejidad cognitiva y morfológica necesario para producir numerosas lascas concoides.Una técnica repetida por los monos silbadores
Según las observaciones de los científicos, los monos silbadores seleccionan de forma individual cantos de cuarcita redondeada, y usando una o las dos manos golpean enérgica y repetidamente la piedra como si fuera un martillo contra otras rocas situadas en un acantilado.
Esta acción hace que la superficie de la piedra sobre la que se golpea se aplaste, y la que sostiene la mano se rompe, dejando un registro arqueológico identificable de estos primates. Estos capuchinos también fueron observados reutilizando piedras usadas como martillos que se habían roto anteriormente.
En total, los científicos examinaron 111 fragmentos de piedras recogidos del suelo inmediatamente después de caerse, y de la superficie y de la zona excavada. Los investigadores también recogieron las piedras completas o rotas con las que y sobre las que golpearon, y las lascas completas o fracturadas.
Cerca de la mitad de las lascas mostraban fracturas concoidales (con forma curva), asociadas con la producción de lascas por parte de los homínidos. Aunque otros monos capuchinos y macacos japoneses son conocidos por golpear piedras las unas contra las otras, el estudio subraya que los monos silbadores de Brasil son los únicos primates salvajes con la intención de romper las piedras.
“El hecho de que hayamos descubierto monos que sean capaces de crear herramientas a partir de piedras afiladas nos hace pensar sobre la evolución del comportamiento y sobre cómo atribuimos la autoría de los artefactos”, dice Michael Haslam, coautor del estudio y líder del proyecto Primate Archaeology (Primarch) de la universidad británica.
Sin embargo, mientras el hallazgo revela que los humanos no son los únicos en crear esta tecnología, “la manera en la que la usan parece seguir siendo muy diferente a la de los monos”, concluye el científico.

 

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