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LOS ANUNNAKI Y NIRIBU.

Los Anunnaki (tambien llamados AnunnaHijos de An) fueron los dioses confinados en el mundo subterráneo, también se dice que vivían en Dulkug o Dulku , el «montículo santo» (1), (2) y (3). En el texto sumerio sobre «El descenso de Innana al Mundo Bajo» se identifica a los Anunnaki como los siete jueces del Mundo Bajo (1) y (2). Para otros son una familia de dioses inmaduros, separados de sus padres y abandonados en un mundo que se estaba recuperando de una batalla con una estrella de la muerte. (11)

La leyenda sumeria dice que existe un planeta más en nuestro sistema solar, llamado Niburu por los sumerios, que tiene una órbita elíptica similar a la de un cometa y que tarda 3600 años en dar una vuelta completa alrededor del sol. (4) (5) (6) y (7)

Sitchin, así como otros investigadores sostienen la teoría de que los antiguos sumerios conocían la existencia de todos los planetas del Sistema Solar, desde Mercurio a Plutón, éste último descubierto a principios del siglo XX. Y la presencia de un planeta más, con una órbita alrededor del Sol gigantesca (cada 3.600 años), del cual procedían los «Anunnaki», los dioses de su panteón y que en sus principios fueron el génesis de la vida sobre la Tierra y la causa de la rápida evolución del hombre en nuestro mundo mediante intervención genética.


Nibiru: Sumerian 12th Planet / Orbital Model – Time & Distance Ephemeris

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Los habitantes de este planeta, eran los Annunaki (Sitchin les denomina Nephilim). La razón real por la que los Annunaki bajaron a la tierra está confusa:

  • Martin opina que un choque hubo un choque entre Niburu o una de sus lunas con Tiamet (el planeta que estaba entre Marte y Júpiter). Opina que hubo una gran nave espacial (Niburu 2) que fue a colonizar la tierra (iban 12 parejas) (11)
  • Sitchin opina que vinieron en busca de metales que se estaban agotando en su planeta.

Ambos opinan , y la tradición sumeria así lo menciona, crearon a los hombres para que les sirvieran, de alguna forma utilizaron a los hombres como esclavos. El hecho de la creación del hombre es sorprendente en la versión de Frisell, ya que supone que fuimos creados como unión de dos razas , una de Nibiru y otra de Sirio (7)

La creación del hombre según los mitos sumerios es muy parecida a la Biblia: Enki tomo arcilla y le dio forma, por invitación de Nammu, aunque las primeras formas no fueron satisfactorias (9). Los humanos veían a estos seres como dioses, ya que eran inteligentes, poseían muchas tecnologías y conocimientos, y tenían una gran longevidad, aunque eran mortales. Estos seres fueron llamados por los sumerios Anunnaki. El término que menciona la Biblia es Nephilim (recordemos que la Biblia es una copia de las tradiciones sumerias), aunque algunas traducciones erróneas del termino los denomina «gigantes». (8)

Según los sumerios sus dioses (estos seres) bajaron a la tierra desde el cielo, mucho antes de la llegada de la humanidad. Para los sumerios, al igual que para otros muchos pueblos de la antigüedad, sus dioses fueron seres de carne y hueso que un día habitaron entre ellos y de los que aprendieron numerosas actividades y normas de convivencia. Ellos vinieron como colonos y explotadores . Hicieron de la Tierra su hogar y empezaron a construir ciudades, ciudades que asociaron a funciones determinadas y gobernadas por Anunnakis. (8)

Es sabido que cada ciudad sumeria disponía de un dios y una diosa protectora, esto puede interpretarse que el gobierno de estas ciudades estaba encargado a parejas de dioses. Otra evidencia de estos llamados dioses, o seres reales, está en la lista de reyes sumeria, en las dinastías antidiluvianas, cuyos reyes reinaban edades asombrosas, que se medían en sars (equivalentes a 3600 años)

Es curiosa la coincidencia de 3600 años, es un sar, que es el equivalente a un año de Niburu (el planeta de los Anunnaki). También es curioso la coincidencia con la matemática sumeria, basada en un sistema sexagesimal (múltiplos de 60; 60×60=3600), que ha sido el origen de la forma en que tenemos de medir el tiempo (hh mm ss) y en la trigonometría (360 grados) (ver articulo de matematicas de esta web)

Si se tiene en cuenta la lista real sumeria, y se consideran los sar de 3600 años, sucede que el periodo antidiluviano, que empezó con la llegada de los Anunnaki fue hace 450.000 años, esto hace supone que los Anunnaki vivieron en la tierra muchos años, sin la actual civilización humana, ya que esta apareció al finalizar el reinado de los Anunnaki. (8)

El hecho de la creación del hombre es sorprendente en la versión de Frisell, ya que supone que fuimos creados como unión de dos razas , una de Nibiru y otra de Sirio (7)

Por otra parte Sitchin, cree que el paraíso era un jardín de los Nibiru, y que el Arbol de la Ciencia era el árbol que nos permitió procrear, ya que al ser híbridos de Anunnakis y Hommo Erectus, éramos incapaces de hacerlo. Según esto los Anunnaki no querían que los hombres se reprodujeran y cuando lo consiguieron los echaron del Paraiso (5)

Debemos recordar que los mitos sumerios hablan de un Paraíso llamado Dilmun descrito en el mito de «Enki y Ninhursag». Dilmun es una tierra pura, brillante y santa, regada por 4 ríos de agua dulce, llena de lagos y palmeras y árboles. En Dilmun los dioses parían sin dolor (9) y (10).

Para aquellos que tengan interés en profundizar en este, desde el punto de vista cosmológico, recomiendo la web (en inglés) de Andy Lloyd (12).

Para justificar el origen extraterrestre de los conocimiento Sitchin se apoya en dos interpretaciones de arte sumerio:

Primera :

La estela de Naramsin, esta estela celebra la victoria de Naramsin sobre sus enemigos en el campo de batalla.

 

El propio rey ocupa la figura central pisoteando a sus contrincantes con una lanza en su mano derecha, mientras observa desafiante a lo que parece ser una montaña con un extraño diseño cónico y sobre la cual a su vez se pueden apreciar claramente al menos, dos cuerpos celestes, aunque se adivina un tercero un tanto deteriorado arriba del todo.

 

«Estela de Victoria de Narâm-Sîn (Susa – Epoca de Akad, 2230A C – alto 2 m; largo 1,05 m):
Originalmente, esta estela se encontraba en la ciudad de Sippar, centro del culto al dios Sol, al norte de Babilonia. Fue tomada como botín de guerra por un rey de Elam, en Susa, en el siglo XII AC.

 

Ilustra la victoria sobre los montañeses de Irán occidental por Narâm-Sîn, cuarto rey de la dinastía semita de Acad, que reivindica la monarquía universal, al tiempo que se hace deificar vivo. Se hizo representar subiendo a la montaña a la cabeza de sus tropas. Su casco está adornado con los cuernos emblemáticos de la divinidad. Aunque desgastado, su rostro expresa el ideal humano dominador, impuesto a los artistas por la monarquía.

 

El rey pisotea los cadáveres de sus enemigos al pie de un pico, sobre el que el disco solar estaba representado varias veces. El rey le rinde homenaje, agradeciéndole su victoria y ofrece la hazaña a los dioses.»

 

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Sitchin cuestiona que la figura central de toda esta escena sea la del Rey Naramsin, pues a los dioses sumerios al igual que otros muchos de la zona, siempre eran representados con un casco con cuernos, como el de la figura y que supuestamente representa al soberano de Akkad.

También llama la atención es la presencia de «dos soles» (o más) en el firmamento, precisamente sobre la cumbre de una no menos sorprendente montaña, y que Zecharia Sitchin asocia más a la figura de un cohete por muy fantástico que pueda parecer.

 

Segunda :

Hay un sello del tercer milenio a.C., conocido con el nombre de VA/243. A la izquierda entre dos figuras se aprecia lo que Sitchin ha identificado como el Sistema Solar, en una muestra clara de los elevadísimos conocimientos astronómicos de los sumerios. En la imagen de abajo vemos un esquema más claro de dicha representación y que Sitchin define de la siguiente manera:

«……Al observar detenidamente una ampliación del Sistema Solar representado sobre el cilindro VA/243, se puede observar que los «puntos» que rodean la estrella son de hecho esferas. Al pequeño Mercurio le sigue un Venus más grande. A la Tierra, del mismo tamaño de Venus, le acompaña una Luna pequeña. A continuación, en dirección contraria a las agujas del reloj, se ve a Marte, más pequeño que la Tierra aunque más grande que la Luna o Mercurio.

 

Luego la antigua representación muestra un planeta desconocido para nosotros, bastante más grande que la Tierra aunque más pequeño que Júpiter y Saturno, que se observan claramente a continuación. Más adelante, otra pareja concuerda perfectamente con nuestros Urano y Neptuno. Por último, también se encuentra allí el pequeño Plutón, aunque no donde lo ubicamos en la actualidad (después de Neptuno), sino entre Saturno y Urano……»

Las anomalías detectadas con el nuevo planeta entre la Tierra y Júpiter, y la extraña ubicación de Plutón, corresponderían a la irrupción cada 3.600 años de un planeta extrasolar que en sus orígenes desvió la órbita de Plutón a su actual posición y que chocó seguidamente con un planeta situado donde se encuentra el cinturón de asteroides, que serían los restos de esa colisión.

 

Posteriormente, lo que quedó del planeta acercó su órbita al Sol, y es nuestro actual mundo, la Tierra. Los antiguos sumerios llamaban al planeta del que se desgajó la Tierra, Tiamet, y al planeta intruso que originó el choque, Nibiru, de donde procedían sus dioses. Según la mitología sumeria de este choque surgió la vida en la Tierra. Hoy en día, son muchos los científicos que opinan que la vida en la Tierra tal vez tuvo su inicio por la presencia de organismos extraterrestres procedentes de meteoritos u otros cuerpos del espacio exterior que impactaron hace millones de años sobre la Tierra.

Otro Profesor Marco A Reinoso, sobre las ideas de Sitchin avanza esta cronología de Anunnaki, dioses o reyes Antidiluvianos:

  • Hace 450,000-445,000 años: Los Nephilims arribaron a la tierra «Ki» procedentes del planeta Marduk, se establecieron en la antigua Mesopotamia, cuando arribaron algunas áreas del planeta estaban cubiertas por el hielo y glaciares, 432,000 (120 Shar), años han pasado entre el primer descenso de los Nephilims en la tierra y el diluvio.
  • Hace 415,000 años: «Enki» un Nephilim estableció la ciudad de Larsa.
  • Hace 400,000 años: Sobreviene un gran período interglaciar, Enlil otro Nephilim arriba a la tierra «Ki», y establece rutas marítimas hacia el sudeste de África y organiza extracción del oro en las minas.
  • Hace 360,000 años: Los Nephilim establecen el gran centro metalúrgico Bad-Tibira para trabar y moldear el oro para los componentes espaciales y sus ciudades de oro que son construidas.
  • Hace 300,000 años: Anunnaki , Enki y Ninhursag, otros Nephilim, intervienen en la genética de algún mono para crear a los trabajadores primitivos que utilizarían en la extracción del oro en las minas.
  • Hace 25,000 años: El homo-sapiens se multiplica y esparce por otros continentes.
  • Hace 13,000 años: Los Nephilim regresan definitivamente a su planeta dejando al reino humano morir, sobreviene el gran diluvio universal abruptamente sobre el planeta y dando por terminada la era glacial.

Hoy sigue siendo un misterio para la ciencia el establecer el origen de la civilización sumeria, aparecida de la noche a la mañana, con una estructura social extremadamente compleja.

 

La agricultura, la metalurgia, la alfarería, la música, la medicina, las leyes, etc, etc,… alcanzaron una dimensión totalmente desconocida en un periodo brevísimo de tiempo, después de más de dos millones de años de una evolución aparentemente lenta y sin grandes sobresaltos, en la que el hombre había estado más cerca de un estilo de vida animal.

 http://www.bibliotecapleyades.net/sumer_anunnaki/anunnaki/anu_8.htm

La lista de reyes sumerios que se extiende por más de 241.000

De los muchos increíbles artefactos que han sido recuperados desde sitios arqueológicos en Irak donde florecientes ciudades Sumerias existieron una vez, pocos han sido tan intrigantes que la Lista de Reyes Sumerios, un antiguo manuscrito grabado originalmente en la lengua Sumeria, listando los Reyes de Sumer (antiguo sur de Irak ) desde Sumerios y dinastías vecinas, sus supuestos tiempos de reinados, y la localización de la realeza «oficial».
Lo que hace que este artefacto tan único es el hecho de que la lista mezcla gobernantes pre-dinásticos aparentemente míticos con los gobernantes históricos que se sabe que han existido. El primer fragmento de este extraordinario y único texto, una tablilla cuneiforme de 4.000 años de antigüedad, fue encontrado en el año de 1900 por el erudito alemán-estadounidense Hermann Hilprecht en el sitio de la antigua Nippur y publicado en 1906.
Desde el descubrimiento de Hilprecht, se han encontrado al menos otros 18 ejemplares de la lista de reyes, la mayoría de ellos data de la segunda mitad de la dinastía de Isin (c. 2017-1794 aC.). No hay dos de estos documentos que sean idénticos.
Sin embargo, hay suficiente material en común en todas las versiones de la lista para dejar claro que se derivan de un solo reporte «ideal» de la historia Sumeria.
Entre todos los ejemplos de la Lista de Reyes Sumerios, el prisma de Weld-Blundell en la colección cuneiforme del Museum Ashmolean de Oxford representa la versión más extensa, así como la copia más completa de la Lista de los Reyes. El prisma de 20 cm. de alto contiene cuatro lados con dos columnas a cada lado.
La Lista de los Reyes Sumerios
Se cree que originalmente tenía un husillo de madera que iba a través de su centro que podía ser girado y leído en los cuatro lados. En él se enumeran los gobernantes desde las dinastías antediluvianas («antes del diluvio») hasta el decimocuarto gobernante de la dinastía de Isin (ca. 1763-1753 aC).
La lista es de inmenso valor porque refleja tradiciones muy antiguas y, al mismo tiempo, proporciona un marco cronológico importante en relación con los diferentes períodos de la realeza en Sumeria, e incluso demuestra notables paralelismos con los relatos en el Génesis.
La antigua civilización de Sumer
Sumer (a veces llamada Sumeria), es el sitio de la civilización más antigua conocida, situada en la parte más meridional de Mesopotamia entre el Tigris y el Eufrates, en la zona que más tarde se convirtió en Babilonia y es ahora el sur de Irak desde los alrededores de Bagdad al Golfo Pérsico.
Por el 3er milenio aC, Sumer fue el sitio de al menos doce ciudades-estado independientes: Kish, Erec, Ur, Sippar, Akshak, Larak, Nippur, Adab, Umma, Lagash, Bad-Tibira, y Larsa.
Cada uno de estos estados comprendían una ciudad amurallada y rodeado por sus pueblos y tierras, y cada uno adoraban a su propia deidad, cuyo templo era la estructura central de la ciudad.
La Lista de los Reyes Sumerios, registra que ocho reyes reinaron antes de un Gran Diluvio. Después del Diluvio, diversas ciudades-estado y sus dinastías de reyes ganaron temporalmente el poder sobre los demás.
El Mítico pasado de Sumer
La Lista de los Reyes Sumerios comienza con el origen mismo de la monarquía, que es visto como una institución divina: «la realeza había descendido del cielo». Los gobernantes de las primeras dinastías son representados como reinando períodos fantásticamente largos:
«Después la realeza descendió desde el [los] cielo [s], la monarquía estaba en Eridug. En Eridug, Alulim se convirtió en rey; Él gobernó durante 28,800 años. Alaljar gobernó por 36,000 años. 2 reyes; ellos gobernaron durante 64.800 años.»
Algunos de los gobernantes mencionados en la temprana lista, como Etana, Lugal-banda y Gilgamesh, son figuras míticas o legendarias cuyas hazañas heroicas son temas de una serie de composiciones narrativas de los Sumerios y Babilonios.
Rey Etana de Kish asciende al cielo en la espalda de un águila (izquierda), una figura barbuda vuela e interactúa con una serie de círculos celestiales (¿ONVIs?)
La temprana lista nombra ocho reyes con un total de 241.200 años desde el momento en que la monarquía «descendió desde el [los] cielo [s]» hasta el momento en que «el diluvio» barrió sobre la tierra y una vez más «la realeza decenio del cielo «después del Diluvio.
Interpretación de los reinados largos
La increíblemente larga permanencia de los primeros reyes ha provocado muchos intentos de interpretación. En un extremo está la completa desestimación de las astronómicamente grandes cifras como «completamente artificial» y la idea de que son indignos de ser consideradas.
En el otro extremo, es la creencia de que los números tienen una base en la realidad y que los primeros reyes eran realmente dioses que eran capaces de vivir mucho más tiempo que los humanos.
En medio de los dos extremos es la hipótesis de que las cifras representan el poder relativo, triunfo o importancia. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, la frase «murió 110 años» se refería a alguien que vivió la vida al máximo y quien ofreció una importante contribución a la sociedad.
De la misma manera, los extremadamente largos periodos de reinado de los primeros reyes pueden representar lo increíblemente importante que fueron percibidas frente a los ojos de las personas. Esto no explica, sin embargo, ¿por qué los períodos de permanencia más tarde pasaron a períodos de tiempo realistas.
Relacionado con este punto de vista esta la creencia de que a pesar de que los primeros reyes son históricamente no comprobados, esto no excluye su posible correspondencia con los gobernantes históricos que más tarde fueron mitificados.
Por último, algunos estudiosos han tratado de explicar las cifras a través de una investigación matemática y su interpretación (por ejemplo, Harrison, 1993).
Relación con el Génesis
Algunos estudiosos (por ejemplo, Wood, 2003) han llamado la atención sobre el hecho de que existen notables similitudes entre la lista de reyes sumerios y los relatos en el Génesis.
Por ejemplo, Génesis narra la historia del «Gran Diluvio» y los esfuerzos de Noé para salvar a todas las especies de animales en la Tierra de la destrucción
. Del mismo modo, en la Lista de Reyes Sumerios, hay un tratamiento de un Gran Diluvio: «la inundación barrió la Tierra.»
La Lista de Reyes Sumerios proporciona una lista de ocho reyes (algunas versiones tienen 10), que reinó durante largos períodos de tiempo antes de la inundación, que van desde 18.600 a 43.200 años. Esto es similar al Génesis 5, donde se registran las generaciones desde la Creación hasta el Diluvio.
Curiosamente, entre Adán y Noé hay ocho generaciones, así como hay ocho reyes entre el comienzo del reinado y la inundación en la Lista de Reyes Sumerios.
Después de la inundación, la Lista de los Reyes registra reyes que gobernaron durante períodos mucho más cortos de tiempo. Por lo tanto, la Lista de Reyes Sumerios no sólo documenta una gran inundación en la historia temprana del hombre, sino que también refleja el mismo patrón de disminución de la longevidad como se encuentra en la Biblia – los hombres tenían una vida de extremadamente larga duración antes del Diluvio y una vida mucho más corta después del Diluvio (Wood, 2003).
¿Por qué los Sumerios combinarían gobernantes míticos con los gobernantes históricos reales en un documento? ¿Por qué hay tantas similitudes con el Génesis? ¿Por qué los antiguos reyes se describen como gobernado por miles de años?
Seres de otro mundo con vidas extremadamente largas gobernaron la Tierra
No tiene sentido que una especie enrede su verdadera historia con historias míticas y, dándose la circunstancia de que los Sumerios fueron muy bien informado en tantos campos diferentes, es obvio que sabían exactamente de lo que estaban hablando (lo que significa que estos eventos realmente tuvieron lugar).
Una de las cosas más difíciles de digerir para algunas personas, es la extremadamente larga vida útil de estos reyes celestiales (es decir Anunnaki). Estos dioses del culto cargo habían descubierto «la fuente de la juventud», es decir que no podían morir por causas naturales.
Los seres humanos sólo comienzan el envejecimiento en algún momento en los finales de los 20, cuando sus células comienzan a dividirse más lentamente (con el tiempo, las células dejan de dividirse por completo).
Pero una especie antigua y tecnológicamente avanzada (por ejemplo, los Anunnaki) no tendrían problemas al modificar sus cuerpos mediante la ingeniería genética para que pudieran vivir para siempre.
Como era de esperar, la ciencia puede ir muy lejos en ese campo y, probablemente, estamos a sólo siglos de distancia de descubrir la fuente de la juventud (también conocido como la inmortalidad).
Un par de características interesantes del cuerpo humano son los siguientes: un feto puede volver a crecer las extremidades cuando aún estaba en el vientre y nuestros esqueletos continúa desarrollándose hasta la edad de 79 (las caderas se ensanchan y los cráneos aumenta en volumen).
Así que, ¿por qué empezamos a envejecer en nuestros 20s y por qué no podemos volver a crecer nuestras extremidades después de nacer? ¿Es que se ha moderado nuestro ADN? ¿Hemos sido programados genéticamente para vivir vidas más cortas? ¿Fueron estos antiguos reyes que gobernaron la Tierra quienes modificaron nuestro ADN?
http://carlosagaton.blogspot.com.es/2015/03/la-lista-de-reyes-sumerios-que-se.html

Los Dioses Reptilianos de Mesopotamia

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Por La Entrada Secreta

Al Ubaid es un sitio arqueológico de la antigua Mesopotamia (hoy Irak) conocido por unas singulares estatuillas que datan de hace unos 7000 años. La peculiaridad de estas estatuillas es que tienen características reptilianas.

Los arqueólogos no consiguen dar una explicación fehaciente sobre ellas.

La mitología sumeria nos cuenta que los dioses vinieron del cielo para hacerla habitable. ¿Son estas estatuillas una representación de aquellos dioses, presuntamente alienígenas?

LA ADORACIÓN SECRETA DE LOS ILLUMINATI: LA ESTATUA DE LA LIBERTAD ES LA DIOSA ANUNNAKI INANNA

La adoración secreta de los Illuminati: La Estatua de la Libertad es la diosa Anunnaki Inanna

La Estatua de la Libertad se ha convertido en el símbolo más preciado de los Estados Unidos de América. Lo que no han enseñado al pueblo estadounidense fueron los hechos verdaderamente significativos en cuanto a la verdadera naturaleza de la estatua. Esos hechos pertinentes que permanecen en gran parte desconocido giran en torno a la verdadera historia de la creación de la estatua, así como el sentido y el significado detrás de ella.

Las mentes detrás de la estatua

El escultor francés Frederic Bartholdi, diseñó la Estatua de la Libertad. Bartholdi no originó el concepto de la estatua. La idea de la creación de una estatua de la libertad y de la liberación fue propuesto por primera vez por otro francés con el nombre de Eduardo Laboulaye. Fue la idea y la determinación de Laboulaye durante la Guerra Civil Americana que llevo la idea desde una simple noción a un proyecto real.

Laboulaye, un Masón Francés propuso la idea de una estatua gigante replicando a una diosa que el movimiento Masónico idolatraba. Laboulaye procedió a aumentar el apoyo financiero y encargar a Bartholdi para que proveyera la escultura de esta diosa de la iluminación de la antigüedad.

Frédéric Auguste Bartholdi (con la mano oculta) fue un Masón, diseñador y escultor de la Estatua de la Libertad en el puerto de Nueva York.

Ver también: La mano oculta que formo la historia

¿Qué deidad era esta? Era la diosa conocida por varios nombres. Laboulaye y su compañero Masón, el escultor Bartholdi se referían a ella como «Libertas» pero ella fue también tempranamente adoptada por los Romanos de la diosa Babilónica Ishtar. Tendremos que seguir la investigación sobre las conexiones de la diosa para comprender plenamente el significado de esta estatua.

La Diosa Romana Libertas

Izquierda: diosa romana Libertas

Libertas era el nombre de una antigua diosa Romana adoptada por los romanos tal vez ya en el siglo quinto antes de Cristo y desde luego por el cuarto siglo antes de Cristo. Ella fue referida como la diosa de la liberación personal y la libertad. De hecho Libertas significaba libertad. Así que la libertad significa liberación y viceversa.

Esta diosa era la diosa de la libertad, porque ella promovió los ideales de la libertad/liberación personal para hacer cualquier cosa que se sintiera bien. Ella fue llamada la diosa matrona de la prostitución porque ella promovió la libertad sexual. De hecho, ella había inventado el concepto. Los esclavos la consideraban su diosa con la esperanza de ganar su libertad.

Muchas mujeres que obtuvieron la libertad más tarde volvieron a la prostitución para sobrevivir y por lo tanto conservaron a Libertas como su diosa, especialmente si se convertían en sacerdotisas en el culto a Libertas. Libertas era también una diosa de la guerra con el fin de luchar por la libertad. También se hace referencia a veces como la diosa de la victoria, porque la libertad debe tener la victoria para poder sobrevivir. Esta diosa era también la diosa de los inmigrantes.

La idea de la inmigración connotaba la idea de libertad. Su popularidad también fue única debido a su doctrina única de escuchar las plegarias personales. Esta doctrina única era algo que la mayoría de las doctrinas de deidades paganas no estaban dispuestos a aceptar.

Sabemos que existió esta diosa debido a los registros dejados a nosotros. Tenemos los antiguos escritos de Cicerón que escribe de esta diosa y su Templo en el Camino del Aventino en Roma. Ella era representada en algunas monedas romanas usando una gorra de la libertad y teniendo una corona junto con una lanza o, a veces una espada.

Tales imágenes de monedas no eran las únicas representaciones. A veces ella estaba bien vestida y en otras ocasiones seductoramente desnuda en ambas, esculturas y pinturas. Sabemos de Libertas era conocida como la Madre de las Rameras por el famoso historiador romano (y senador) Cicerón. Cicerón indica que ella era también una diosa muy antigua de los Griegos, incluso antes de la temprana y desarrollada civilización Romana.

Tras realizar investigaciones adicionales nos encontramos con que los Griegos habían tenido conocimiento de este ser desde antiguos imperios en el Oriente Medio y Egipto. Esta diosa era llamada Astarté en Hebreo y en la versión Griega del Antiguo Testamento (la Septuaginta).

Astarté llegó a ser transcrito en el Griego como Astarté, que se convirtió en el nombre Griego primitivo para la diosa hasta que fue cambiado posteriormente a Afrodita. El término Hebreo Astarté era en sí misma una transliteración del término dialecto Babilónico (Acadio) de Ishtar.

Ishtar en el más antiguo de los tiempos también fue mencionada por el dialecto Sumerio como Inanna o Ninanna que significa la Reina del Cielo o Señora del Cielo. En Canaán esta deidad fue llamada Astarot. Los Hititas la llamaban Shaushka. Los Fenicios en Cypress se refirieron inicialmente a ella como Astarté.

Isis era el nombre que los egipcios le dieron a ella. Así es como la diosa llego a ser introducida a los primeros Griegos. Sabemos que esta transformación, en parte debido a los textos escritos hallados por los arqueólogos además del estudio de los rasgos de carácter y descripciones. Por ejemplo todas estas deidades eran en realidad una sola diosa y ella se asociaba con el planeta Venus.

La mayoría tenía raíces lingüísticas fonéticas en los aspectos transliterados del nombre Ishtar y esto siguió siendo así hasta que los Griegos cambiaron el nombre por el de Afrodita. Más tarde, los romanos se referían a ella en el Latín, inicialmente como Libertas y más tarde como Venus cuando aceptaron más que solo las doctrinas de la Libertad.

ISHTAR: Diosa de la Libertad y la Liberación Personal

Relieve del período babilónico, a menudo considerado una representación del aspecto de Ishtar, la diosa de la fertilidad, el amor, la guerra y el sexo.

Ishtar fue introducido por los Griegos como Astarte través de los fenicios. Podemos ver que el linaje de la diosa Griega y Romana del planeta Venus va todo el camino de regreso a la antigua Babilonia de alrededor del 3000 aC.

Al parecer, los Griegos (y más tarde los Romanos) decidieron honrar inicialmente sólo una parte del carácter y doctrinas que apelaban a ellos en esos primeros años antes de que ellos establecieran sus imperios. La doctrina de Ishtar de la libertad/liberación personal era lo que realmente impresionó tanto a los Griegos y Romanos. Por lo tanto, optaron por adorar sólo ese aspecto de su carácter.

A medida que pasaba el tiempo, las sucesivas generaciones de Griegos encontraron que las otras doctrinas de Ishtar eran atractivas y la incorporaron en su panteón de deidades como Astarté o Afrodita. Más tarde, los Romanos hicieron lo mismo y se refirieron a ella como Venus.

Parece que el atractivo de Ishtar era su doctrina del sexo santo o la salvación por las relaciones sexuales sagradas con una sacerdotisa del templo o sacerdote como un medio de purificación y santidad.

Por supuesto, esto implicaba pagar a la sacerdotisa o sacerdote y así fue sancionado oficialmente, y por lo tanto, la prostitución se hizo «sagrada». Ishtar introdujo todo ese concepto a la raza humana.

Es por esto que se la conoce como la Madre de las Rameras. Las rameras habían sido consideradas como parias sociales por lo que también se la conoce como la Madre de los Exiliados.

Esta fue más tarde equiparada con la idea de la inmigración. Naturalmente entonces Ishtar (alias- Libertas) era conocida como la Madre de las Rameras, la Madre de los Exiliados y la Madre de los Inmigrantes a lo largo no sólo Babilonia, sino también más tarde Asiria, Egipto, Grecia y Roma.

¿Cuál fue el legado de Ishtar en Babilonia? Ella era la diosa principal de toda Babilonia. No había otra diosa más honrada que ella. Ella fue equiparada a tener casi el mismo poder que el dios principal de Babilonia, el dios del sol Utu, también conocido como Shamesh. En años posteriores, las deidades masculinas principales disminuyeron en popularidad.

El más famoso y prominente durante los tiempos de la nación de Israel fue «Baal». [Baal también fue llamado Marduk/Mardok/Merodac/Bel] Baal fue identificado con el planeta Marte y fue llamado el Dios de la Guerra. Su nombre significa «Señor del Aire» por sus poderes superiores y la supremacía del aire. Se alegó que tanto él como Ishtar y todas las otras deidades «volaban» entre y desde las «estrellas del cielo.»

Ishtar era una deidad de múltiples facetas. Ella era, ante todo, aplaudida por los corazones y las mentes de los Babilonios por su dedicación principal a la Libertad y la Liberación. También se consideró la Madre de la prostitución o fornicación … y se consideró «santa».

¿Por qué? Ishtar introdujo el concepto de la eliminación de los pecados por la práctica del pecador a participar en un rito «santo» de relaciones sexuales con una sacerdotisa o sacerdote.

Esta acción implicaría el pago de dinero para la sacerdotisa o sacerdote como parte del proceso de limpieza. Era una ofrenda de acción de gracias por la purificación. Esta es la primera instancia de la prostitución en la historia humana.

Ishtar también era conocida como la Diosa de la Guerra porque ella luchaba por la libertad y la liberación. También fue conocida como la diosa de la victoria, porque no hay libertad sin victoria. También fue conocida como la diosa del amor, debido a su sexualidad y su promoción de todo tipo de perversión sexual en nombre de la libertad. Su lema era: «Si eso se siente bien, hazlo.»

Zecharia Sitchin, en su libro «Encuentros Divinos» describe otro papel significativo para Ishtar en Babilonia/Sumeria. [Nota: los primeros Babilonios no se llamaban a sí mismos Babilonios ni su tierra Babilonia. Ellos llamaron a su tierra Sumeria y se les conoce como los Sumerios.]

Encuentros Divinos de Zecharia Sitchin

Ahora, Sitchin es uno de sólo un puñado de eruditos que ha sido capaz de aprender y traducir las tabletas cuneiformes escritos de los Sumerios/Babilonios. Ha escrito numerosos libros que detallan diversos aspectos de la cultura y los escritos de Sumeria.

En su libro «Encuentros Divinos» él describe un papel significativo que Ishtar celebró para los Sumerios. En las páginas 174-176 describe el ritual anual en la que el Rey de Sumeria debía ir a la cámara especial del templo de Ishtar para mantener relaciones sexuales con ella para una noche de pasión.

Si durante la noche ella está descontento con el Rey en alguna manera ella lo mata y un nuevo candidato era seleccionado para someterse a otra iniciación ritual de una noche de pasión. Él debe tener un rendimiento satisfactorio. Este proceso debía continuar hasta que Ishtar aceptara un candidato que la dejara totalmente satisfecha.

Si el rey o candidato encontraba aceptación aparecería a la mañana siguiente a las multitudes que esperaban fuera del palacio-templo para demostrar que había ganado el favor de la diosa para gobernar por un año más. Tal aceptación también significó que la nación tendría un buen año de cosechas agrícolas.

Sitchin señala también que las referencias bíblicas a la «hija de Babilonia» siempre se refiere a Ishtar de Babilonia. Ella era una Madre de las Rameras y también una Hija de Babilonia.

Esto parece como una dicotomía de clases pero Ishtar era hija del dios fundador original de Babilonia conocido como «Anu» que fue el gobernante del planeta llamado «Nibiru.» Nibiru era un planeta adicional en nuestro sistema solar que rodea la Tierra cada 3600 años, de acuerdo con los registros reales de Babilonia.

Anu gobernante del planeta Nibiru que alguna vez vino a la Tierra

Ver también: ¿Quiénes fueron los verdaderos “Dioses del Edén”?

Sitchin ha sido ampliamente ridiculizado por los científicos por proponer que esta noción de Nibiru podría existir realmente. Sin embargo el 30 de junio 1999, un científico, David Stevenson, del Instituto de Tecnología de California publicó un artículo afirmando que «planetas interestelares» (el cual es lo que un «Nibiru» podría ser llamado) es ciertamente una posibilidad teórica, y no debe ser desestimado.

David Stevenson no está solo, ya que otros han teorizado que puede haber otros planetas rondando el espacio interestelar que provienen desde nuestro sistema solar.

Ver también: Hercólubus es muy real… y se aproxima!

Ahora bien, este ritual entre Ishtar y el rey o rey candidato es lo que las profecías bíblicas se refieren cuando se habla de la ramera que tiene relaciones con los «Reyes de la Tierra.»

En otras palabras, en las profecías, se está refiriendo a Ishtar aprobando la autoridad de los reyes porque tienen el placer de ella y hizieron lo que ella les mandó. Véase Apocalipsis 17: 1-2, 4-5 y también 18: 3, 9 y 19: 2. Ver también: Isaías 47: 1-15; Jeremías 51: 7.

También significa que la relación es una calle de dos vías. Ishtar da a los reyes lo necesario para mantener la autoridad y el control. A cambio, los reyes de curso juran lealtad a Ishtar y ofrecen sacrificios para ella. Apocalipsis proporciona una similitud simbólica entre el aspecto histórico antiguo y una futura relación entre una futura Babilonia y el resto de las naciones.

La super poderosa Babilonia actúa igual que una Ishtar y se dedica a la prostitución con el resto de las naciones. El contexto es todo en cuanto a dinero y el materialismo. Véase Apocalipsis 18: 1-24 y observa cómo el tema general gira en torno al dinero y las cosas materiales.

La conexión de Ishtar a la Estatua de la Libertad

La Estatua de la Libertad fue un concepto Masónico concebido desde dentro la Masonería. El principal promotor y recaudador de fondos para el proyecto fue Eduardo Laboulaye y colaboró ​​con el escultor Frederic Bartholdi para desarrollar una estatua de la iluminación Masónica.

El 5 de agosto de 1984, una placa se expuso en la Estatua de la Libertad para conmemorar el 100 aniversario de la estatua de la ciudad de Nueva York, explicando que la Dama de la Libertad fue un regalo de los Masones Franceses y el gobierno a los Masones Americanos y el gobierno y se nombra oficialmente Libertad Iluminando el Mundo.

Una imagen de la placa se muestra aquí y se lee en mayúscula:

«EN ESTE SITIO EN EL 5 DE AGOSTO DE 1884, LA PIEDRA ANGULAR DEL PEDESTAL DE LA ESTATUA DE LA LIBERTAD ACLARANDO EL MUNDO FUE PUESTO CON CEREMONIA POR WILLIAM A. BRODIE, GRAN MAESTRE DE MASONES EN EL ESTADO DE NUEVA YORK, MIEMBROS DE LA GRAN LOGIA, REPRESENTANTES DE LOS GOBIERNOS de ESTADOS UNIDOS Y FRANCÉS, EL EJÉRCITO Y OFICIALES DE LA ARMADA, LOS MIEMBROS DE LEGACIONES EXTRANJERAS Y CIUDADANOS DISTINGUIDOS ESTUVIERON PRESENTES. ESTA PLACA SE DEDICA POR LOS MASONES DE NUEVA YORK EN CONMEMORACIÓN DEL LOS 100 AÑOS DE ESTE HISTÓRICO ACONTECIMIENTO».

La estatua fue desarrollado desde dentro de las más altas doctrinas de la Masonería. Esta «iluminación» tomó su forma en diferentes símbolos que se encuentran en la propia escultura.

# 1. La Corona de 7 Púas:

Este símbolo era para representar la iluminación del dios del Sol Babilónico Shamesh/Utu. La idea era que esta iluminación ocultista del Dios del Sol podría centrarse en cada una de las 7 púas de la corona. Cada púa podría destellar esta iluminación ocultista a cada una de los 7 «horas» o grandes masas de tierra del mundo.

En otras palabras, cada punta destellaría la iluminación ocultista a un continente en el planeta Tierra. Cada una de las 7 puntas sería entonces representante de uno de las 7 grandes masas de tierra o continentes del mundo.

# 2. Las Tabletas:

Un error común es que las tabletas representan los 10 mandamientos que Dios dio a Moisés. Esto no es cierto. Las tabletas están grabadas sólo con los números Romanos presentados para el 04 de Julio 1776.

De acuerdo con el preeminente Historiador de Estatua, Marvin Trachtenberg en su libro «La Estatua de la Libertad» las tabletas representa una noción genérica del concepto de derecho. Esto no debe confundirse con las Leyes de Moisés.

La Masonería dío palabrería vacía al judaísmo, el cristianismo y el Islam como legislador de religiones, pero la Masonería intenta sintetizar todas las religiones en un foco central … la idea de la «ley» en general. Por lo tanto las tabletas en poder de la Estatua de la Libertad llevan ese significado general.

# 3. La Túnica :

En el plan original, la Estatua de la Libertad fue diseñada en las etapas iniciales para que contenga color. Ella iba a vestir las túnicas reales de escarlata y púrpura.

Se hizo evidente que por razones de efectos monetarios la estatua debía estar hecho de cobre. El uso del cobre impide el uso de cualquier combinación de colores. Así se abandonaron los planes originales para las túnicas escarlata y púrpura.

# 4. La Antorcha:

Este artículo fue originalmente diseñado para ser una copa de oro llena del vino de la libertad. Esta copa de oro se mantuvo en la planificación y se hizo realidad.

Sin embargo, antes de la finalización y el envío de toda la estatua, las autoridades portuarias de Nueva York pidieron si podría haber algún tipo de modificación para permitir que una llama eterna o luz sea diseñada en la estatua para que los barcos pudieran usarla como ayuda de navegación nocturna. Bartholdi consintió en realizar las modificaciones en el diseño básico de la copa para permitir que una llama de gas natural sea utilizada. Algunos afirman que el pedido de modificación, no fue para ayudar a los navegantes en la oscuridad, sino fue para tener una representación del símbolo del conocimiento y del Sol.

La antorcha es el último símbolo de los iluminados (personas que han adquirido el conocimiento secreto de la orden ocultista, un conocimiento negado al resto de la población). La Estatua de la Libertad sostiene la antorcha encendida, símbolo de Nimrod (Dios del Sol)

La antorcha que vemos hoy es realmente el mismo tipo de diseño de copa utilizada en la antigüedad para beber vino. Contaba con un mango para la copa en la parte inferior y el mango se parecía mucho a un palo. El aspecto de oro en sí se alteró de nuevo para ajustarse a las necesidades de la llama de gas natural.

La copa de oro real, original fue vendida posteriormente por el proyecto al Zar de Rusia, el Zar Nicolás. En 1917 durante la Revolución Rusa el gobierno comunista tomó posesión de ella. La copa se ha quedado en manos de los rusos pero, según informes, en 1997 fue puesto a la venta por el gobierno ruso para ayudar a pagar las deudas exteriores de Rusia. Este autor no ha podido determinar si la copa se vendió realmente o no. Sólo se sabe que la copa está todavía en existencia.

# 5. «Madre de los Exiliados»

«Madre de los Exiliados» es un término clave en el poema de Emma Lazarus. En su famoso poema sobre la estatua, (ahora grabado en la base de la estatua) Lázaro se refiere a la mujer como «La Madre de los Exiliados». El poema ha vinculado para siempre de forma indeleble la estatua a los inmigrantes de todo el mundo.

La diosa annunaki Inanna dando la bienvenida a los immigrantes que llegaron por miles a las costas de New York

La estatua es la «santa» patrona de los inmigrantes de todo el mundo. Por extraño que parezca, la diosa Babilónica Ishtar también era la diosa patrona de los inmigrantes en Babilonia porque como una diosa de la libertad personal, trajo esperanza a los inmigrantes que buscaban una vida mejor para sí mismos en Babilonia.

Conclusiones

Existen demasiadas coincidencias cuando comparamos las características de las escrituras relativas a la mujer llamada «el Misterio de Babilonia — la Madre de las Rameras» con el de Ishtar de Babilonia y la Estatua de la Libertad. ¿Qué se puede concluir?:

La Estatua de la Libertad es la mujer que se describe en el Apocalipsis. La Estatua de la Libertad es la mujer que se describe en las Tablillas Sumerias. Decimos esto porque sabemos que la Estatua de la Libertad es en realidad la visión artistica/escultural de Ishtar, la diosa de Babilonia. Esto hace que la Estatua de la Libertad sea el mayor ídolo jamás hecho por manos humanas.

Sin embargo, debemos preguntarnos: «¿Esta realmente aclarando el mundo, o es que en realidad esta diosa mantiene nuestra iluminación en las sombras mientras sostiene a la luz por encima de su antorcha, sólo para ocultar la verdad desde lo profano (no iniciado) de el abismo (mar de humanidad) que se mantiene en la oscuridad? »

[insider seven]

http://conspiraciones1040.blogspot.com/2015/03/la-adoracion-secreta-de-los-illuminati–la-estatua-de-la-libertad-es-la-diosa-anunnaki-inanna.html

¿Reptiles Entre nosotros?

Expertos y testigos dan información importante acerca de estos seres , la manipulación que ejercen sobre la humanidad y el caos que causan a nuestro planeta.
Un documental que le abrirá los ojos a la realidad actual de nuestro mundo, ¿o el mundo de ellos? (Reptilianos)
Vea este fantástico documental subtitulado en portugués, hemos estado buscando pero no lo hemos encontrado en español.


http://www.anunnakis.es/2015/03/reptiles-entre-nosotros.html

EL ENIGMA DE LOS ATLANTES DE TULA

Tula o Tollan, patria de los toltecas, en la que quizás se asentó el mítico reino de Quetzatcóatl, sigue siendo vigilada desde hace diez siglos por los imponentes atlantes. Quizá son recuerdo de una civilización desconocida que dominó el mundo, o quizá el símbolo de un conocimiento mágico hoy imposible de rescatar. En una planicie de suelo calizo, se alzan los restos de la que fue capital de los toltecas.

Tula, la presunta heredera de los conocimientos y secretos deTeotihuacan, acoge, sumida en el silencio de siglos, a las cuatro monumentales columnas conocidas como atlantes, y que hoy se erigen en la cima de una pirámide escalonada dedicada al culto de Quetzatcóatl.
Todos los pueblos de América han rescatado recuerdos de gigantescos dioses venidos de las aguas. En Tula, ese recuerdo adquiere una de sus máximas expresiones físicas en las figuras de esos guerreros de ocho toneladas y media de peso cada uno, cinco metros de altura y uno de diámetro, construidos con cuatro piezas de basalto ensambladas y ataviados con lo que los arqueólogos han descrito como un penacho pectoral en forma de mariposa, un posible lanzadardos en la mano derecha, bolsas para resinas en la mano izquierda, y en la espalda un broche circular con el rostro del Sol.
¿Guerreros del pueblo de Tula, guerreros del Cosmos, extraterrestres, gigantes? ¿Por quién fueron acaudillados y qué representan? Y por encima de todos estos enigmas, aparece el misterioso pueblo tolteca, del que nadie conoce con certeza sus orígenes, ni tampoco las razones de su súbita desaparición.

El mítico reino de Tolan

Algunas hipótesis sitúan a sus moradores como herederos de la mítica Atlántida, y justifican en este origen los sorprendentes conocimientos de este pueblo que parece surgido por generación espontánea.
Entre otros, el historiador George Vaillant indica que los toltecas fueron un pueblo errante que, bajo la dirección del sacerdote-astrólogo Huémac (del que se dice vivió trescientos años), fundaron la ciudad de Tula. Posiblemente este grupo de toltecas fueron desterrados o tuvieron que huir por motivos desconocidos de su patria original, Huehuetlapallan, ubicada en el más mítico que histórico reino de Tolan, de localización imprecisa. Cuentan que vagaron durante 104 años hasta llegar a Tollantzinco, una zona fértil al norte de lo que es hoy la ciudad de México.
Tampoco se conocen los motivos por los que poco después abandonaron este rico territorio y se retiraron hacia la ciudad de Tula, asentamiento de los atlantes. Estos enigmáticos toltecas ya fueron una leyenda para los aztecas, quienes los describieron como «hombres especiales, altos y conocedores de las cosas ocultas», los primeros habitantes de esta tierra después de que el mundo ya se hubiese destruido cuatro veces.

Quetzatcóatl. El instructor de los Toltecas

En la mitología y la historia toltecas, es la figura de Quetzatcóatl es la más importante. La controversia sobre su verdadera identidad es absoluta. Para algunos, el protagonista de las leyendas fue solamente un héroe militar, hijo de Chimalma y Mixcoátl, que acaudilló a su pueblo hacia el siglo X d.C., y que tomó el nombre de una de sus divinidades principales.
Para otros, fue un hombre ascendido a la categoría de Dios, un sacerdote guerrero que instruyó a los suyos (¿cómo adquirió sus conocimientos?) en la ciencia del tiempo y los calendarios, la construcción de pirámides y las matemáticas, y cambió los destinos de su pueblo. Condujo a los toltecas a la paz y el esplendor, y sus facciones y conformación física lo distinguían del resto de sus coetáneos, lo que ha dado lugar a no pocas especulaciones. Parece que con Quetzatcóatl se suspendieron los sacrificios cruentos, que más tarde serían restaurados tras la invasión de los chichimecas.
Es imposible precisar la cronología de este personaje legendario, si bien sitúan su reinado en Tula, entre los años 843 y 977 d.C. Las narraciones han recogido sobre su destino final un episodio oscuro y sujeto a todo tipo de interpretaciones. Dicen que tentado por el mal, cayó en la soberbia y la lujuria, y que consciente de que había fracasado en su misión, se fue con un grupo de discípulos hacia la costa, donde se inmoló o salió «despedido en llamas» hacia el cielo, convirtiéndose en Venus, la estrella de la mañana. Aquello supuso el declive de su pueblo, que desaparece súbitamente en la niebla de la historia.
También la tradición recoge que Quetzatcóatl era hijo de un dios de los cielos y una madre terrestre, que buscó sin éxito a su padre durante su edad adulta, y cuya tez blanca le proporcionaba la apariencia de pertenecer a otra raza. Y Quetzatcóatl prometió volver, una promesa que resultó fatídica para los aztecas que en el año 1519 confundieron a Hernán Cortés con su esperado héroe.
Según la interpretación más ortodoxa, las exigencias cruentas de los dioses toltecas y el fuerte dominio teocrático y militar de su gobierno, condujeron a fuertes enfrentamientos con los vecinos nómadas del norte, quienes terminaron por incendiar, hacia el año 1165, los palacios y templos de Tula, que por aquel entonces albergaban a 85.000 personas, expulsando a los toltecas hacia el sur y provocando así su posterior fusión con los mayas, plasmada en Chichen Itzá.
Pero la historia oficial también presenta fisuras, y una de ellas apunta a la incongruencia de que un pueblo que se supone no conoció los animales de carga, las herramientas de metal, ni la rueda, sí que en cambio, fruto del denominado «ingenio colectivo», fueran capaces de fabricar adobe, de cortar con absoluta precisión las piedras y levantar pirámides, y de usar la argamasa como aglomerante.

Visitantes de otros mundos

Determinar cuál es el verdadero significado de las figuras conocidas como atlantes, no resulta sencillo. No es mucho lo que queda de la patria de estas colosales esculturas, si exceptuamos ese aluvión de figuras de jaguares y coyotes, águilas que devoran corazones (como las que aparecen en el templo de Tlahuizcalpantecuhtli) y serpientes que enguyen esqueletos humanos. Y coronando tan sombrío panorama, se alzan las orgullosas figuras de estos guerreros, objeto de adoración de grupos ocultistas de todos los tiempos, guardianes de piedra que en su apogeo sustentaron un templo ya desaparecido.
Para los partidarios de la hipótesis de un pasado en que la raza humana convivió con civilizacionesextraterrestres, los atlantes son una prueba. Cada parte de su atuendo ha sido interpretado como los accesorios técnicos de visitantes de otros mundos: el pectoral en el pecho ha sido identificado como una especie de aparato que les permitía respirar en nuestra atmósfera; el arma de su mano izquierda como un instrumento láser o desintegrador; y sus facciones hieráticas y su descomunal estatura, como signos de su pertenencia a una raza desconocida. Y no faltan quienes afirman que no se trata de extraterrestres, sino de esos gigantes con cualidades divinas que los libros sagrados recogen que nos visitaron en un tiempo remoto.
Otros han visto simplemente en ellos a la representación de los guerreros «nahuas», con su vestido militar y su atlas o lanzadardos, un arma esencial que les proporcionó el dominio sobre los pueblos guerreros de la lanza del altiplano y del Sur.

Los guerreros del Cosmos

Sin embargo, para parte de la moderna arqueología, para acercarse a los atlantes, es necesario tener presente el mito esencial entre los toltecas: el de las cuatro eras (bajo las cuales se fundaron no una, sino varias Tulas toltecas diseminadas por todo el país), un mito tan complejo y elaborado que llegó a ser considerado en México como la esencia de la filosofía, siendo el término tolteca equivalente al hombre guerrero y espiritual, el de mayor estima y valía.
Es en el seno de esta mitología semidesconocida donde los atlantes adquieren una nueva perspectiva susceptible de distintas lecturas. La primera de ellas, y la más evidente para muchos arqueólogos, es que estos colosos toltecas son los guerreros de los cuatro tiempos y las cuatro direcciones o rumbos del Universo. Detrás de ellos, dicen, aparecen cuatro columnas con representaciones de Quetzatcóatl en sus cuatro variantes, y de Tezcatlipoca en sus otras cuatro variantes, plasmación del concepto de los cuatro extremos y la dualidad. Para los toltecas, el Universo era dual, y cada una de sus partes se dividía a su vez en otras cuatro, que se articulaban mediante una dinámica de lucha y tensión entre ellas, dominando de forma alterna y creando así el movimiento que da vida. Sin duda, un planteamiento sumamente elaborado para un pueblo del que se dice no conoció los instrumentos de metal.
De este mito surge también una nueva interpretación para Quetzatcóatl, cuyo atributo esencial son las plumas, el elemento aéreo que simboliza el mundo superior y espiritual, y la serpiente, símbolo de la sabiduría. Quetzatcóatl, la serpiente emplumada, acaso dios hecho hombre o quizás hombre hecho dios, implicaría en todo caso el camino iniciático planteado por los toltecas, que conduce a la meta del hombre que integra y equilibra razón y espíritu, el hombre que alcanza su totalidad. Por cierto, el mito tolteca también recoge eldiluvio de Noé, inmerso en lo que ellos llamaron «Primera Era» o «Sol de agua», que duró 1.716 años a partir de la creación del mundo. Los toltecas nos dejaron vaticinado que el quinto sol, en el que vivimos ahora, terminará bajo el azote del fuego.
Imponentes y absortos, los atlantes de Tula siguen vigilando los rumbos del Cosmos con la misma expresión lejana en sus rostros, ajenos a nosotros, o quizás todavía entre nosotros (grupos ocultistas afirman que siguen tan vivos que caminan entre las piedras por las noches). Seguramente, conocer su significado equivaldría a tener que construir toda una nueva teoría del pasado, una tarea sumamente molesta para la ciencia histórica, que prefiere seguir viendo en ellos a los guerreros de un pueblo que alcanzó un desarrollo inusitado y después se perdió en los laberintos de la leyenda.
http://elgrancielo.blogspot.com.es/2015/03/el-enigma-de-los-atlantes-de-tula.html

 

El Diluvio Universal

diluvio

La versión bíblica del Diluvio dice que saltaron “las fuentes del Gran Abismo” antes de que se abrieran “las compuertas del cielo”.

En primer lugar, las aguas del «Gran Abismo» (descripción para los mares más meridionales, los mares helados del Antártico) se liberaron de su gélida reclusión; solo entonces comenzaron las lluvias a caer del cielo”.
Esta confirmación se repite al revés, cuando el Diluvio amaina: En primer lugar, las «Fuentes del Abismo se cerraron»; después, la lluvia «fue arrestada de los cielos».

Tras la primera y gigantesca marea, las aguas aún «iban y venían» en inmensas olas. Después, las aguas comenzaron a «retroceder», y «fueron menos» después de 150 días, cuando el arca se posó entre los picos del Ararat. La avalancha de agua, viniendo desde los mares del sur, volvió a los mares del sur.

¿Cómo pudieron predecir los Nefilim cuando se iba a desencadenar el Diluvio en la Antártida?

Sabemos que los textos mesopotámicos relacionan el Diluvio y los cambios climáticos que lo precedieron con siete pasos, algo que, indudablemente tiene que ver con el tránsito periódico del Duodécimo Planeta por las inmediaciones de la Tierra. Sabemos que, incluso la Luna, el pequeño satélite de la Tierra, ejerce la suficiente atracción gravitatoria como para provocar las mareas. Tanto los textos mesopotámicos como los bíblicos describían de qué forma se sacudía la Tierra cada vez que el Señor Celestial pasaba por sus inmediaciones.

¿Pudo suceder que los Nefilim, al observar los cambios climáticos y la inestabilidad de la capa de hielo antártica, se dieran cuenta de que, con el siguiente paso del Duodécimo Planeta, se desencadenaría la inevitable catástrofe?

Los antiguos textos demuestran que así fue como sucedió.

El más extraordinario de esos textos es uno que tiene unas treinta líneas inscritas, con una escritura cuneiforme en miniatura, en ambos lados de una tablilla de arcilla de poco más de dos centímetros de larga. Fue desenterrada en Assur, pero la profusión de palabras sumerias en el texto acadio no deja lugar a dudas sobre su origen sumerio. El Dr. Erich Ebeling determinó que era un himno que se recitaba en la Casa de los Muertos, de ahí que incluyera este texto en su obra maestra (Tod und Leben) sobre la muerte y la resurrección en la antigua Mesopotamia.

Sin embargo, un minucioso examen nos demuestra que la composición invocaba los nombres del Señor Celestial, el Duodécimo Planeta. En él, se elabora el significado de los distintos epítetos, relacionándolos con el paso del planeta por el lugar de la batalla con Tiamat,un tránsito que provoca el Diluvio.

El texto comienza anunciando que, a pesar de todo su poder y tamaño, el planeta (el héroe), no obstante, orbita al Sol. El Diluvio era el “arma” de este planeta.

Su arma es el Diluvio;
Dios cuya Arma trae la muerte a los malvados.
Supremo, Supremo, Ungido…
Quien, como el Sol, cruza las tierras;
el Sol, su dios, él teme.

Pronunciando el «primer nombre» del planeta que, desgraciadamente es ilegible, el texto describe su paso cerca de Júpiter, hacia el lugar de la batalla con Tiamat:

Primer Nombre,…….
el que repujó la banda circular;
el que partió en dos a la Ocupadora, echándola.
Señor, que en el tiempo de Akiti
dentro del lugar de la batalla de Tiamat reposa…
Cuya simiente son los hijos de Babilonia;
que no puede ser perturbado por el planeta Júpiter; que por su fulgor creará.

Al acercarse, al Duodécimo Planeta se le llama SHILIG.LU.DIG (líder poderoso de los jubilosos planetas). Se encuentra ahora muy cerca de Marte: «Con el brillo del dios Anu, dios Lahmu se viste». Entonces, soltó el Diluvio sobre la Tierra:

Éste es el nombre del Señor
que desde el segundo mes hasta el mes de Addar, las aguas ha espoleado.

La elaboración de los dos nombres del texto ofrece una importante información en cuanto al calendario. El Duodécimo Planeta pasó por Júpiter y se acercó a la Tierra en el tiempo de Akiti, cuando comenzaba el Año Nuevo mesopotámico. Durante el segundo mes estuvo muy cerca de Marte. Después, «desde el segundo mes hasta el mes de Addar» (el duodécimo mes), soltó el Diluvio sobre la Tierra.

Esto está perfectamente de acuerdo con el relato bíblico, que dice que “las fuentes del gran abismo saltaron” en el decimoséptimo día del segundo mes. El arca descansó en el Ararat en el séptimo mes; otra tierra seca era visible en el décimo mes; y el Diluvio terminó en el duodécimo mes, fue en «el primer día del primer mes» del siguiente año cuando Noé abrió la ventanilla del arca.

Al pasar a la segunda fase del Diluvio, cuando las aguas comenzaron a descender, el texto llama al planeta SHUL.PA.KUN.E.

Heroe, Señor Vigilante,
que reúnes las aguas;
que manando aguas
purificas al justo y al malvado;
que en la montaña de los picos gemelos
detuviste el………
…… pez, río, río; la inundación se detuvo.
En la tierra montañosa, sobre un árbol, el ave descansó.
Día que…… dijo.

A pesar de que algunas líneas son ilegibles por estar deteriorada la tablilla, los paralelismos con los relatos del Diluvio bíblico y los mesopotámicos son evidentes: la inundación había cesado, el arca se había detenido en la montaña de los picos gemelos; los ríos comenzaron a fluir de nuevo desde las cimas de las montañas y a llevar agua hacia el océano; se veían peces; se soltó un ave del arca. La ordalía había pasado.

El Duodécimo Planeta había pasado su cruce. Se había acercado a la Tierra y se alejaba, acompañado por sus satélites:

Cuando el sabio grite: «Inundación»
es el dios Nibiru «Planeta del Cruce»;
es el Héroe, el planeta de cuatro cabezas.
El dios, cuya arma es la Tormenta de la Inundación,
volverá; a su lugar de descanso bajará él mismo.

(El planeta, alejándose, afirma el texto, volvió a cruzar el sendero de Saturno en el mes de Ululu, el sexto mes del año.)

El Antiguo Testamento se refiere con frecuencia al momento en que el Señor hizo que la Tierra se cubriera con las aguas del abismo. El Salmo 29 describe la «visita» así como el «retorno» de las grandes aguas por el Señor:

Al Señor, vosotros hijos de los dioses,
dad la gloria, reconoced el poder…
El sonido del Señor está sobre las aguas;
el Dios de gloria, el Señor,
tronó sobre las grandes aguas…
El sonido del Señor es poderoso,
el sonido del Señor es majestuoso;
el sonido del Señor partió los cedros…
Hace bailar como un novillo al (Monte del) Líbano, y hace brincar al (Monte) Sirión como un toro joven.
El sonido del Señor enciende llamaradas;
el sonido del Señor sacudió el desierto…
El Señor al Diluvio (dijo): «¡Vuelve!».
El Señor, como rey, está en el trono para siempre.

En el grandioso Salmo 77 -«Mi voz hacia Dios yo clamo»-, el salmista recuerda la aparición y la desaparición del Señor en tiempos primitivos:

He calculado los Días de Antaño,
los años de Olam…
Recordaré las gestas del Señor,
recuerdo tus maravillas en la antigüedad…
Tu curso, Oh Señor, está determinado;
ningún dios es tan grande como el Señor…
Las aguas te vieron, Oh Señor, y se estremecieron; tus raudas chispas salieron.
El sonido de tu trueno retumbaba;
los relámpagos iluminaron el mundo;
la Tierra se agitaba y temblaba.
(Entonces) en las aguas iba tu camino,
tus senderos en las aguas profundas;
y tus huellas desaparecieron, desconocidas.

El Salmo 104, que ensalza las gestas del Señor Celestial, recordaba el momento en que los océanos arrasaron los continentes y se les hizo retroceder:

Fijaste la Tierra en constancia,
inconmovible para siempre jamás.
Con los océanos, como vestido, la cubriste; sobre los montes persistía el agua.
Al reprenderlas tú, las aguas huyeron;
con el sonido de tu trueno, se alejaron raudas.
Saltaron las montañas, bajaron a los valles
hasta el lugar que tú les habías asignado.
Les pusiste un límite, para que no lo pasaran; para que no vuelvan a cubrir la Tierra.

Las palabras del profeta Amós son aun más explícitas:

Ay de los que ansian el Día del Señor;
¿qué creéis que es?
Pues el Día del Señor es oscuridad y no luz…
La mañana se convirtió en la sombra de la muerte, el día se hizo oscuro como la noche; las aguas del mar se salieron y se derramaron sobre la faz de la Tierra.

Éstos, por tanto, fueron los acontecimientos que tuvieron lugar «en los días de antaño». El «Día del Señor» fue el día del Diluvio.

Después de aterrizar en la Tierra, los Nefilim asociaron los primeros reinados en las primeras ciudades con los signos del Zodiaco, dando a los signos los epítetos de los distintos dioses con los que estaban relacionados. Ahora, veremos que el texto descubierto por el Dr. Ebeling, no solo proporcionaba información a los hombres, sino también a los Nefilim. El Diluvio, nos dice, ocurrió en la «Era de la constelación del León»:

Supremo, Supremo, Ungido;
Señor cuya corona radiante con terror se carga.
Planeta supremo: un asiento él ha erigido
de cara a la limitada órbita del rojo planeta (Marte).
A diario, dentro del León él está ardiendo;
su luz, su brillo declara reinos sobre las tierras.

También podemos comprender ahora un enigmático versículo de los rituales de Año Nuevo, que dice que fue «la Constelación del León la que midió las aguas del abismo». Estas afirmaciones sitúan el tiempo del Diluvio dentro de un marco definido, pues, aunque los astrónomos de hoy en día no pueden determinar con precisión dónde establecían los sumerios el inicio de una casa zodiacal, la siguiente tabla de la eras se considera exacta.

– 60 a.C. a 2.100 d.C………..Era de Piscis
– 2.220 a.C. a 60 a.C………..Era de Aries
– 4.380 a.C. a 2.220 a.C……Era de Tauro
– 6.540 a.C. a 4.380 a.C……Era de Géminis
– 8.700 a.C. a 6.540 a.C……Era de Cáncer
– 10.860 a.C. a 8.700 a.C….Era de Leo

Si el Diluvio acaeció en la Era de Leo, es decir, en algún momento entre el 10.860 a.C. y el 8.700 a.C, la fecha del Diluvio coincide con nuestra tabla temporal. Según la ciencia moderna, la última glaciación terminó abruptamente en el hemisferio sur hace doce o trece mil años, y en el hemisferio norte entre uno y dos mil años después.

El fenómeno zodiacal de la precesión nos ofrece una corroboración aún más amplia de nuestras conclusiones. Habíamos concluido antes que los Nefilim llegaron a la Tierra 432.000 años (120 shar’s) antes del Diluvio, en la Era de Piscis. En los términos del ciclo precesional, 432.000 años comprenden 16 ciclos completos, o Grandes Años, y más de medio de otro Gran Año, dentro de la «era» de la constelación de Leo.

Podemos reconstruir ahora la tabla temporal completa para los acontecimientos de los que se ocupan nuestros descubrimientos.

  • 445.000 Los Nefilim, liderados por Enki, llegan a la Tierra desde el Duodécimo Planeta. Se funda Eridú -Estación Tierra I- en el sur de Mesopotamia.

  • 430.000 Las grandes placas de hielo comienzan a retroceder. El clima se hace benigno en Oriente Próximo.

  • 415.000 Enki se traslada tierra adentro y funda Larsa.

  • 400.000 El gran período interglacial se expande por todo el globo. Enlil llega a la Tierra, funda Nippur como Centro de Control de la Misión. Enki establece rutas marítimas hacia el sur de África y organiza operaciones mineras de extracción de oro.

  • 360.000 Los nefilim fundan Bad-Tibira como centro metalúrgico de fundición y refinado. Se construye Sippar, el espaciopuerto, así como otras ciudades de los dioses.

  • 300.000 El motín de los Anunnaki. Enki y Ninhursag crean al Hombre, el «Trabajador Primitivo».

  • 250.000 El «Homo sapiens primitivo» se multiplica y se propaga por otros continentes.

  • 200.000 La vida en la Tierra se retrae durante un nuevo período glacial.

  • 100.000 El clima se caldea de nuevo. Los hijos de los dioses toman a las hijas del Hombre por esposas.

  • 77.000 Ubartutu/Lámek, un humano de parentesco divino, asume la corona en Shuruppak bajo el patrocinio de Ninhursag.

  • 75.000 Comienza la «maldición de la Tierra» una nueva glaciación. Tipos regresivos de Hombre vagan por la Tierra.

  • 49.000 Comienza el reinado de Ziusudra (Noé), «fiel servidor» de Enki.

  • 38.000 El duro período climático de los «siete pasos» empieza a diezmar a la Humanidad. El Hombre de Neanderthal desaparece en Europa; sólo sobrevive el Hombre de CroMagnon (establecido en Oriente Próximo).
    Enlil, desencantado con la Humanidad, busca su exterminio.

  • 13.000 Los Nefilim, al tanto de la inminente inundación que se desencadenará con la aproximación del Duodécimo Planeta, se conjuran para dejar perecer a la Humanidad. El Diluvio arrasa la Tierra, dando fin súbitamente a la glaciación.

Extracto de: “El Duodécimo Planeta” de Zecharia Sitchin

http://www.bibliotecapleyades.net/sitchin/planeta12/12planet_06.htm

 

La Verdad Sobre Sitchin y los Anunnaki. 1ª Parte

 

En este capítulo que acabáis de escuchar, en dónde se explica sobre lo que hay de verdad en las traducciones de Zecharia Sitchin y la existencia de Nibiru, he de decir que estoy de acuerdo con todo lo que se ha expuesto. Si bien, como ya refieren en el programa, Nibiruno es ningún planeta que posee una órbita elíptica y que pasa cada 3600 años. Es mucho más que eso. Nibiru, fue el principal y enorme planeta llamado Eibion, perteneciente al sistema Vega (constelación de Lira), habitado por varias razas benevolentes. Tras una tremenda guerra entre Orión (negativos) y Sirio (positivos),Eibion fue destruido por completo. Este triste hecho desencadenó al primer intento de la Integración de Polaridades, donde ambas razas tendrían la oportunidad de integrarse y respetarse en un solo planeta; éste fue el malogrado Eibion, llamado desde entonces Nibiru (traducido: dividido en dos), y convertido en una nave-planeta, la cual podía desplazarse por el cosmos. Con el paso del tiempo, la integración entre reptiles y humanos fue un éxito en Nibiru, adaptando en una sola raza lo mejor de cada genética, y por lo tanto convirtiéndose en híbridos humano/reptil.

 

http://www.preparemonosparaelcambio.com/2015/02/la-verdad-sobre-sitchin-y-los-anunnaki.html

La Lista de los Reyes Sumerios aún desconcierta a los historiadores después de más de un siglo de investigación

Lista de reyes sumerios

De los muchos artefactos increíbles que han sido recuperados de los sitios en Irak donde florecientes ciudades sumerias estuvo una vez, pocos han sido más interesante que la lista de reyes sumerios, un antiguo manuscrito grabado originalmente en la lengua sumeria, enumerando reyes de Sumer (antiguo sur de Irak ) de sumerios y vecinos dinastías, sus longitudes reinado supuestos, y la ubicación de la realeza «oficial». Lo que hace que este artefacto tan único es el hecho de que la lista se mezcla gobernantes pre-dinásticos aparentemente míticos con los gobernantes históricos que se sabe que han existido.

El primer fragmento de este texto extraordinario y único, una tablilla cuneiforme 4.000 años de edad, fue encontrado en el año 1900 por el erudito alemán-estadounidense Hermann Hilprecht en el sitio de la antigua Nippur y se publicó en 1906. Desde el descubrimiento de Hilprecht, al menos 18 Se han encontrado otros ejemplares de la lista del rey, la mayoría de ellos data de la segunda mitad de la dinastía de Isin (c. 2017-1794 aC.). No hay dos de estos documentos son idénticos. Sin embargo, hay suficiente material común en todas las versiones de la lista para dejar claro que se derivan de una sola cuenta, «ideal» de la historia sumeria.

Lista de reyes sumeriosEntre todos los ejemplos de la Lista de Reyes Sumerios, el prisma de Weld-Blundell en la colección cuneiforme Ashmolean Museum de Oxford representa la versión más extensa, así como la copia más completa de la Lista de los Reyes. El 8 pulgadas de alto prisma contiene cuatro lados con dos columnas a cada lado. Se cree que originalmente tenía un husillo de madera que va a través de su centro, de manera que pueda ser girado y leer en los cuatro lados. En él se enumeran los gobernantes de los antediluvianos («antes del diluvio») dinastías a la regla decimocuarta de la dinastía de Isin (ca. 1763-1753 aC).

La lista es de inmenso valor porque refleja tradiciones muy antiguas y, al mismo tiempo, proporcionar un marco cronológico importante en relación con los diferentes períodos de la realeza en Sumeria, e incluso demuestra notables paralelismos con las cuentas en el Génesis.

La antigua civilización de Sumer

Sumer (a veces llamada Sumeria), es el sitio de la civilización más antigua conocida, situada en la parte más meridional de Mesopotamia entre el Tigris y el Eufrates, en la zona que más tarde se convirtió en Babilonia y es ahora el sur de Irak desde los alrededores de Bagdad al Golfo Pérsico .

Por la 3 ª milenio antes de Cristo, Sumer fue el sitio de al menos doce ciudades-estado independientes: KishErechUr , SipparAkshak , Larak,  NippurAdabUmmaLagashBad-Tibira , y  Larsa . Cada uno de estos estados comprendían una ciudad amurallada y sus pueblos de los alrededores y de la tierra, y cada adoraban su propia deidad, cuyo templo estaba la estructura central de la ciudad. El poder político perteneció originalmente a los ciudadanos, pero, como la rivalidad entre las diferentes ciudades-estado aumentó, cada adoptó la institución de  la monarquía .

La Lista de los Reyes Sumerios ,  registra que ocho reyes reinaron antes de una gran inundación. Después del Diluvio, diversas ciudades-estado y sus dinastías de reyes ganaron temporalmente el poder sobre los demás.

Mítico pasado de Sumer

La Lista de los Reyes Sumerios comienza con el origen mismo de la monarquía, que es visto como una institución divina: «la realeza había descendido del cielo». Los gobernantes de las primeras dinastías se representan como reinante períodos fantásticamente largos:

Después de la realeza descendió del cielo, el reino estaba en Eridug. En Eridug, Alulim convirtió en rey; gobernó durante 28800 años. Alaljar gobernó durante 36000 años. 2 reyes; que gobernaron durante 64.800 años.

Algunos de los gobernantes mencionados en la lista de principios, como Etana, Lugal-banda y Gilgamesh, son figuras míticas o legendarias cuyas hazañas heroicas son sujetos de una serie de sumerios y babilonios composiciones narrativas.

La lista de nombres primeros ocho reyes con un total de 241.200 años desde el momento en que la monarquía «descendió del cielo» para el momento en que «el diluvio» barrió sobre la tierra y una vez más «la realeza se bajó del cielo» después de la inundación.

Interpretación de los reinados largos

El increíblemente larga permanencia de los primeros reyes ha provocado muchos intentos de interpretación. En un extremo está el despido completa de los astronómicamente grandes figuras como «completamente artificial» y la idea de que son indignos de seria consideración. En el otro extremo, es la creencia de que los números tienen una base en la realidad y que los primeros reyes eran realmente dioses que eran capaces de vivir mucho más tiempo que los humanos.

En medio de los dos extremos es la hipótesis de que las cifras representan el poder relativo, triunfo o importancia. Por ejemplo, en el antiguo Egipto, la frase «murió 110 años» se refería a alguien que vivió la vida al máximo y quien ofreció una importante contribución a la sociedad. De la misma manera, los extremadamente largos periodos de reinado de los primeros reyes pueden representar lo increíblemente importante que fueron percibidas como a los ojos de las personas. Esto no explica, sin embargo, ¿por qué los períodos de tenencia más tarde pasaron a períodos de tiempo realistas.

Relacionado con este punto de vista es la creencia de que a pesar de los primeros reyes son históricamente atestiguada, esto no excluye su posible correspondencia con los gobernantes históricos que más tarde fueron mitificada.

Por último, algunos estudiosos han tratado de explicar las cifras a través de una investigación matemática y la interpretación (por ejemplo, Harrison, 1993).

Relación con Génesis

Algunos estudiosos (por ejemplo, madera, 2003) han llamado la atención sobre el hecho de que existen notables similitudes entre la lista de reyes sumerios y cuentas en el Génesis. Por ejemplo, Génesis narra la historia de «la gran inundación» y los esfuerzos de Noé para salvar a todas las especies de animales en la Tierra de la destrucción. Del mismo modo, en la Lista de Reyes Sumerios, hay una discusión de un gran diluvio: «la inundación barrió la tierra.»

La Lista de los Reyes Sumerios proporciona una lista de ocho reyes (algunas versiones tienen 10), que reinó durante largos períodos de tiempo antes de la inundación, que van desde 18.600 a 43.200 años. Esto es similar a Génesis 5, donde se registran las generaciones desde la Creación hasta el Diluvio. Curiosamente, entre Adán y Noé hay ocho generaciones, así como hay ocho reyes entre el comienzo de la realeza y la inundación en la Lista de Reyes Sumerios.

Después de la inundación, la Lista de los Reyes registra reyes que gobernaron durante períodos mucho más cortos de tiempo. Por lo tanto, la Lista de Reyes Sumerios no sólo documenta una gran inundación en la historia temprana del hombre, sino que también refleja el mismo patrón de disminución de la longevidad como se encuentra en la Biblia – los hombres tenían una vida extremadamente larga se extiende antes de la inundación y la vida mucho más corta se extiende después de la inundación (Wood, 2003).

La Lista de los Reyes Sumerios realmente es un misterio desconcertante. ¿Por qué los sumerios combinaría gobernantes míticos con los gobernantes históricos reales en un documento? ¿Por qué hay tantas similitudes con el Génesis? ¿Por qué fueron los reyes antiguos describen como gobernante desde hace miles de años? Estas son sólo algunas de las preguntas que aún siguen sin respuesta después de más de un siglo de investigación.

Por  abril Holloway

Referencias

La Lista Real Sumeria – Universidad de Oxford

Grandes Descubrimientos en Arqueología Bíblica: La Lista de los Reyes Sumerios – por Bryant G. Wood

La lista de reyes sumerios: traducción – El texto electrónico Corpus de Literatura sumeria

La Lista de los Reyes sumerios – por LC Geerts

Volver a investigar la Lista Real Sumeria Antediluviano – por RK Harrison

La Lista de los Reyes Sumerios – por Thorkild Jacobsen (El Instituto Oriental de la Universidad de California)

– See more at: http://www.ancient-origins.net/myths-legends-asia/sumerian-king-list-still-puzzles-historians-after-more-century-research-001287#sthash.h9OX7SjM.dpuf

UNA RAZA CAÍDA

Parte Uno
New Dawn Nº. 40

(enero-febrero 1997)

Los ángeles son algo que asociamos con las bellas pinturas pre-Rafaelitas, estatuas talladas acompañando la arquitectura gótica y seres sobrenaturales que intervienen en nuestras vidas en tiempos de problemas. Durante los últimos 2000 años ha sido la imagen estereotipada, fomentada por la Iglesia cristiana.

Pero, ¿qué son los ángeles? ¿De dónde vienen, y qué han significado para el desarrollo de la religión organizada?

Muchas personas ven el Pentateuco, los cinco primeros libros del Antiguo Testamento, como lleno de cuentas de ángeles que aparecen justo a los patriarcas y los profetas visionarios. Sin embargo, esto simplemente no es así.

Hay tres ángeles que se acercan a Abraham para anunciarle el nacimiento de un hijo llamado Isaac a su esposa Sara, mientras él está sentado debajo de un árbol en la llanura de Mambré. Hay dos ángeles que visitan a Lot y a su esposa en Sodoma, antes de su destrucción. Está el ángel que lucha con Jacobo toda la noche en un lugar llamado Peniel, o aquellos que ve subir y bajar de una escalera que se extiende entre el cielo y la Tierra.

Sin embargo, con excepción de estas cuentas, hay muy pocos ejemplos, y cuando los ángeles aparecen la narración, es, a menudo vaga y confusa sobre qué es exactamente lo que está pasando.

Por ejemplo, en el caso de Abraham y Lot, los ángeles en cuestión se describen simplemente como «hombres», que se sientan a tomar alimentos como cualquier persona mortal.


Influencia de los Magi


No fue sino hasta los tiempos de post-exilio – es decir, después de los judíos regresaron de su cautiverio en Babilonia, alrededor del 450 A. C. – que los ángeles se convirtieron en parte integrante de la religión judía.

Fue incluso más tarde, alrededor de 200 A.C. que comenzaron a aparecer con frecuencia en la literatura judía religiosa. Obras como el Libro de Daniel y el apócrifo Libro de Tobías contienen relatos enigmáticos de los seres angélicos que tienen nombres propios, apariencias específicas y jerarquías establecidas. Estas figuras radiantes eran de un origen no-judío. Todo indica que eran extraterrestres, importaciones de un reino extranjero, es decir, Persia.

El país que hoy conocemos como Irán no podría parecer a primera vista la fuente más probable para los ángeles, pero es un hecho que los judíos exiliados estuvieron muy expuestos a sus creencias religiosas después de que el rey persa Ciro el Grande tomó Babilonia en el año 539 antes de Cristo.

Estas incluyen no sólo el zoroastrismo, por el profeta Zoroastro o Zaratustra, sino también la religión mucho más antigua de los Magi, la élite de la casta sacerdotal de Media en el noroeste de Irán. Ellos creían en un todo un panteón de seres sobrenaturales llamados ahuras, o ‘los brillantes’, y daevas – ahuras que habían caído de la gracia debido a su corrupción de la humanidad.

Aunque eventualmente fuera de la ley en Persia, la influencia de los Magi (Magos) corría muy profundamente dentro de las creencias, costumbres y ritos del zoroastrismo.

Por otra parte, no puede haber duda de que magismo (magia), del cual tenemos términos como mago y magia, ayudó a establecer la creencia entre los judíos, no sólo de jerarquías conjunto de los ángeles, sino también de las legiones de ángeles caídos – un tema que las ganancias de su mayor fuente de inspiración de una obra solo – el Libro de Enoc.


El Libro de Enoc


Compilado por etapas en algún lugar entre 165 A.C. y el comienzo de la era cristiana, esta trabajo llamado pseudografico (es decir, falsamente atribuido) tiene como tema principal la historia detrás de la caída de los ángeles. Sin embargo, no la caída de los ángeles en general, sino de quienes fueron originalmente conocidos como ’îrin (’îr in singular), «aquellos que vigilan», o simplemente «vigilantes» (Watchers) como se traduce en la traducción al Inglés.

El Libro de Enoc cuenta la historia de cómo 200 ángeles rebeldes, o Vigilantes, decidieron transgredir las leyes celestiales y «descender» a los llanos y tomar esposas de entre la especie mortal. El sitio dado para este acontecimiento es la cumbre del Hermón, un lugar mítico generalmente asociado con las nevadas cumbres del monte Hermón, en la ante-cordillera del Líbano, al norte de la actual Palestina (pero véase más adelante sobre el hogar más probable de los Vigilantes).

Los 200 rebeldes dan cuenta de las consecuencias de sus transgresiones, porque de acuerdo con un juramento en el sentido de que su líder Shemihaza asumiría la culpa si toda la fatal aventura saliera terriblemente mal.

Después de su descenso hacia las tierras bajas, los Vigilantes disfrutan de las delicias terrenales con sus «esposas» elegidos, y por medio de de estas uniones nacieron crías gigantes llamados Nephilim, o Nefilim, una palabra hebrea que significa «aquellos que han caído», que son considerados, en traducciones al griego como gigantes.


Secretos Celestiales


En medio de aprovecharse de nuestras mujeres, los 200 ángeles rebeldes se dedicaron a impartir los secretos celestiales a los que tenían oídos para escuchar. Uno de ellos, un líder llamado Azazel, se dice que «enseñó a los hombres a hacer espadas, cuchillos, y escudos y corazas, y les hicieron conocer los metales (de la tierra) y el arte de trabajar con ellos», lo cual indica que los Vigilantes trajeron el uso del metal a la humanidad.

También se les instruyeron sobre cómo hacer «pulseras» y «adornos» y les mostraron cómo usar «antimonio», un frágil metal blanco empleado en las artes y en la medicina.

A las mujeres, Azazel enseñó el arte de «embellecerse» los párpados y el uso de «todo tipo de piedras preciosas» y «tinturas colorantes», presuponiendo que el uso del maquillaje y las joyas no se conocía antes de esta edad. Además de estos crímenes, Azazel fue acusado de enseñar a las mujeres cómo disfrutar el placer sexual y entregarse a la promiscuidad – visto como una blasfemia «impía» a los ojos de los narradores hebreos.

Otros Vigilantes fueron acusados de revelar a la especie mortal el conocimiento de las artes más científicas, tal como la astronomía, el conocimiento de las nubes, o meteorología, las «señales de la Tierra», probablemente la geodesia y geografía, así como las «señales», o pasajes de los cuerpos celestes, como el sol y la luna.

Su líder, Shemihaza, está acreditado con haber enseñado «encantamientos y cortes de raíces», una referencia a las artes mágicas rechazadas por la mayoría de los judíos ortodoxos.

Algunos de ellos, los Pênêmûe, enseñaron que «lo amargo y lo dulce», seguramente una referencia al uso de hierbas y especias en los alimentos, mientras instruyeron a los hombres sobre el uso de «tinta y papel», implicando que los Vigilantes introdujeron las primeras formas de escritura.

Mucho más inquietante es Kâsdejâ, de quienes se dice que enseñaron a «los hijos de todos los hombres todos los malvados caprichos de los espíritus y demonios, y los secretos para eliminar el embrión en el útero». En otras palabras, enseñaban a las mujeres a abortar.

Estas líneas relativas a las ciencias prohibidas, entregadas a la humanidad por los Vigilantes rebeldes, plantea la pregunta fundamental del por qué los ángeles deberían haber poseído un conocimiento de estos asuntos, en primer lugar.

¿Por qué tenían necesidad que trabajar con metales, usar encantos, encantamientos y escritura; embellecer el cuerpo, emplear el uso de especias, y saber ahora cómo abortar un niño no nacido? Ninguna de estas habilidades son lo que uno podría esperar que los mensajeros celestiales de Dios, de poseyeran, a menos que éstos fueran humanos, en primer lugar.

En mi opinión, esta revelación del conocimiento la sabiduría previamente desconocidos parecieran ser las acciones de una raza muy avanzada transmitiendo algunos de sus secretos estrechamente vigilados, a una cultura menos desarrollada que estaba aún tratando de entender los principios básicos de la vida.

Más desconcertante fueron las acciones aparente de la empresa completamente desarrollados Nefilim, pues dice:

Y cuando los hombres ya no pudieron sostenerlos, los gigantes se volvieron contra ellos y devoraron a la
Humanidad. Y empezaron a pecar contra los pájaros y las bestias, y reptiles, y peces, y a devorarse la
carne unos a otros, y beberse la sangre. Luego la tierra estableció acusación contra los sin ley.

Por ahora los gritos de desesperación de la humanidad fueron fuertemente escuchados por los ángeles, o Vigilantes, quienes habían permanecido leales al cielo.

Uno por uno, son escogidos por Dios para proceder contra los Vigilantes rebeldes y sus descendientes, los Nefilim, que son descritos como «bastardos y réprobos e hijos de la fornicación».

El primer líder, Shemihaza, es colgado y atado boca abajo y su alma desterrada para convertirse en las estrellas de la constelación de Orión. El segundo líder, Azazel, fue atado de pies y manos, y expulsado por la eternidad a la oscuridad de un desierto denominado Dûdâêl.

Sobre él se colocaron «piedras irregulares y en bruto» y aquí se mantendrá por siempre hasta el Día del Juicio, cuando será «echado en el fuego» por sus pecados.

Por su parte en la corrupción de la humanidad, los Vigilantes rebeldes se ven obligados a presenciar la masacre de sus propios hijos antes de ser expulsados a una especie de prisión celestial, considerado como un «abismo de fuego».


Siete Cielos


El patriarca Enoc, entonces, entra en escena y, por algún motivo inexplicable, se le pide que interceda en favor de los rebeldes encarcelados. Él intenta conciliar con los ángeles del cielo, pero falla estrepitosamente. Después de esto, el Libro de Enoc relata cómo el patriarca es llevado por los ángeles sobre las montañas y los mares a los «siete cielos».

Aquí él ve una multitud de seres angélicos mirando las estrellas y otros cuerpos celestes en lo que parecen ser observatorios astronómicos. Otros hacen huertos y jardines que tienen más en común con un kibutz israelí que con un reino etéreo sobre las nubes.

En otra parte del «cielo» está el Edén, donde Dios plantó un jardín para Adán y Eva antes de su caída – siendo Enoc el primer mortal en entrar en este dominio desde la expulsión de ellos.

Por último, durante la vida del bisnieto de Enoc, Noé, el Diluvio cubre la tierra y destruye todos los vestigios restantes de la raza gigante. Así termina la historia de los Vigilantes.


Los Hijos de Dios

¿Qué vamos a hacer con el Libro de Enoc? ¿Están sus cuentas de la caída de los Vigilantes y las visitas al cielo por el patriarca Enoc basadas en algún tipo de verdad histórica? Los estudiosos dirían que no. Ellos creen que es una obra puramente de ficción, inspirada en el libro del Génesis, en particular, dos pasajes enigmáticos en el capítulo 6.

En la primera, que constituyen los versículos 1 y 2, dice lo siguiente:

Y aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y nacieron hijas a ellos, que los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres de todo lo que eligieron.

Por ‘hijos de Dios’, el texto quiere decir ángeles celestiales, siendo el original hebreo bene-ha-Elohim. En el versículo 3 del capítulo 6, Dios se pronuncia de forma inesperada que su espíritu no puede permanecer en los hombres para siempre, y que puesto que la humanidad es una creación de la carne, su vida útil en lo sucesivo se redujo a «ciento veinte años». Sin embargo, en el versículo 4, el tono de repente, vuelve al tema original de este capítulo, ya que dice:

Los Nefilim estaban en la tierra en aquellos días, y también después, cuando los hijos de Dios se juntaron con las hijas de los hombres, y les engendraron hijos: los mismos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de antiguo renombre.

Como el Pentateuco está considerado como haber sido escrito por Moisés, el legislador en c.1200 a.c., se supone que las líneas de Génesis 6 influido en la construcción del Libro de Enoc, y no al revés. A pesar de esta suposición obvia por parte de eruditos hebreos, hay pruebas que demuestran que gran parte de Génesis fue escrito después del regreso judíos del cautiverio en Babilonia a mediados del siglo V a.C.


Si este fuera el caso, entonces no hay razón por la cual las líneas de Génesis 6 no podrían haber sido manipulado en esta época. En un intento de enfatizar la enorme antigüedad del Libro de Enoc, el mito hebreo siempre ha afirmado que fue transmitido a Noé, nieto de Enoc, después del Diluvio, es decir, mucho antes de la compilación del Génesis.

Esta reivindicación de prioridad sobre el Pentateuco llevó finalmente al teólogo cristiano, San Agustín (AD 354-430) a afirmar que el Libro de Enoc era demasiado antiguo (antiquitatem nimiam ob) para ser incluido en el Canon de las Escrituras.


Raíces de los Nefilim


Hay otro enigma contenido dentro de las líneas de Génesis 6, ya que pareciera encarnar dos tradiciones totalmente diferentes.

Observe de nuevo las palabras del versículo 2. Éstas hablan de los Hijos de Dios viniendo hacia las Hijas de los Hombres, mientras que, en contraste con el versículo 4, dice con firmeza:

“Los Nefilim estaban en la tierra en aquellos días y también después de eso, cuando los hijos de Dios vinieron donde las hijas de los hombres».

Y también, después de eso…

El significado parece bastante claro: existen dos tradiciones muy distintas enredadas aquí – una relativa a la raza caída conocida a los primeros israelitas como los Nefilim (que se mencionan en otras partes del Pentateuco como los progenitores de una raza de gigantes llamados hijos de Anac), y otra relativa los bene ha-elohim, los Hijos de Dios, que son equiparados directamente con los Vigilantes en la tradición enoquiana.

Los teólogos están conscientes de este dilema, y evaden el problema sugiriendo que los ángeles cayeron de la gracia de dos veces – una vez por el orgullo y luego nuevamente a través de la lujuria. Parece cierto que el término Nefilim era el nombre original hebreo de la raza caída, mientras que bene ha-elohim es un término muy posterior – plausiblemente de Irán – que entró en el Génesis 6, mucho tiempo después de su compilación original.

A pesar de las contradicciones rodeando al Génesis 6, su importancia es bastante clara, ya que conserva la firme convicción entre los antepasados de la raza judía, de que en algún momento, en el lejano pasado, una raza gigante había gobernado una vez la Tierra.

Así pues, si los Vigilantes y los Nefilim realmente habían habitado este mundo, entonces,

  • ¿Quién o qué eran esos seres que parecían físicos?

  • ¿De dónde vinieron?

  • ¿Qué aspecto tienen?

  • ¿Dónde viven y cuál fue su destino final?

El Libro de Enoc era una fuente vital de conocimiento con respecto a su existencia anterior, pero yo necesitaba más – otras cuentas menos contaminadas de esta aparente raza de seres humanos.

Luego vino una ruptura importante.


La Conexión del Mar Muerto


Eruditos hebreos desde hace mucho tiempo señalaron las semejanzas entre algunas de las enseñanzas reaccionarias en el Libro de Enoc y de los evangelios según los esenios – una fundamental, y sin embargo una comunidad religiosa muy justa, de la cual hablan de los eruditos clásicos que existió en la orilla occidental del Mar Muerto.

Esta conexión fue fortalecida después de 1947, cuando se supo que entre los Rollos del Mar Muerto, ahora considerados como haber sido escritos por los Esenios, había varios fragmentos de textos pertenecientes a diversos ejemplares del Libro de Enoc.

Hasta este momento, las únicas copias disponibles del manuscrito completo para el mundo literario habían sido varias copias estaban escritas en el lenguaje escrito etíope de Ge’ez, la primera de las cuales había sido traída a Europa por el explorador y masón escocés James Bruce of Kinnaird después de sus famosos viajes a Abisinia entre 1769 y 1772.

Los Rollos del Mar Muerto no sólo confirman la autenticidad del Libro de Enoc, sino que también demostraron que se habían mantenido en gran estima por la comunidad esenia de Qumrán, que incluso podría haber estado detrás de su construcción original en algún momento después de 165 A.C.

Más importante aún, los eruditos hebreos también comenzaron a identificar varios otros tratados previamente desconocidos, de sabor un «enoquiano” entre el corpus del Mar Muerto, y éstos incluían más referencias a los Vigilantes y sus descendientes, los Nefilim. Muchos de estos fragmentos individuales fueron finalmente descubiertos por el erudito del Mar Muerto, J.T. Milik de ser extractos de un trabajo perdido llamado alLibro de los Gigantes.

Anteriormente, esto sólo había sido conocido por referencias aisladas en los textos religiosos pertenecientes a los maniqueos, una fe gnóstica herética que se extendió por toda Europa y Asia, hasta China y el Tíbet, a partir del siglo III D.C.

El Libro de los Gigantes continúa la historia narrada en el Libro de Enoc, relatando cómo los Nefilim le había hecho frente a sabiendas de que su inminente destrucción se debía a las incongruencias de sus padres Vigilantes.

Leyendo esta obra antigua permite al lector una visión más compasiva de los Nefilim, que se atraviesan como inocentes transeúntes inocentes en un dilema más allá de su control personal.


Rostro como una Víbora


Sin embargo, al margen de este tratado aún muy fragmentario, otros textos Enochianos han surgido entre los Rollos del Mar Muerto, que en mi opinión son igualmente importantes. Uno de ellos es el Testamento de Amram.

Amram era el padre del legislador Moisés, aunque cualquier momento del marco de tiempo bíblico para esta historia es irrelevante.

Lo que es mucho más significativo es la aparición de los dos Vigilantes que se le aparecen en una visión como en sueños mientras él descansa en su cama, ya que el texto reconstruido en gran medida dice lo siguiente:

[Vi Vigilantes] en mi visión, el sueño-visión. Dos (hombres) se peleaban por mí, diciendo … y sosteniendo un gran concurso sobre mí. Yo les pregunté, «¿Quién sois, que tenéis poder sobre mí?» Ellos me respondieron: «A nosotros] [se nos ha dado el] poder y el gobierno sobre toda la humanidad.”

Ellos me dijeron, ‘¿A quién de nosotros escoges tú para que te gobierne? «Levanté los ojos y miré.] [Uno] de ellos era terrorífico en su apariencia, [como una] SERPIENTE, [su] manto k multicolor, pero muy oscuro … [Y miré de nuevo], y … en su apariencia, su rostro como una víbora, y [llevando …] [en extremo, y todos sus ojos …].

El texto identifica a este último Vigilante como Belial, el Príncipe de las Tinieblas y Rey del Mal, mientras su compañero se revela como Miguel, el Príncipe de Luz, quien es también llamado Melquisedec, Rey de la Justicia. Es, sin embargo, el aspecto terrible de Belial que me llamó la atención, porque es visto como aterrador de contemplar y como una «serpiente», el sinónimo utilizado muy a menudo para describir tanto los Vigilantes como a los Nefilim.

Si el fragmento textual habría terminado aquí, entonces yo no habría sabido por qué este sinónimo había sido utilizado por el escriba judío en cuestión. Sin embargo , afortunadamente, el texto continúa diciendo que el Vigilante tenía un rostro, o cara, «como una víbora».

Dado que también lleva una capa «de muchos colores pero muy oscura», también tuve que suponer que era antropomórfico, es decir, que poseía forma humana.


Rostro como una Víbora…


¿Que podría esto significar? ¿Cuánta gente conoce usted con un “rostro como de víbora”? Durante más de un año no pude ofrecer ninguna solución adecuada a esta curiosa metáfora.

Entonces, por casualidad, se me ocurrió escuchar algo en una emisora de radio nacional que me proporcionó una respuesta sencilla, aunque totalmente inesperada. En Hollywood, Los Angeles, hay un club llamado el Salón Viper. Es propiedad del actor y músico Johnny Depp, y en octubre de 1993, llegó a los titulares cuando el prometedor actor River Phoenix se derrumbó y murió trágicamente al salir del club, después de una noche de excesos.

En la publicidad que los medios de comunicación que, inevitablemente rodean estos incidentes relacionados con drogas, se descubrió que el Salón Viper obtuvo su nombre muchos años antes, cuando había sido un refugio de jazz de cierto renombre.

Se cuenta que los músicos se subían al escenario y tocaban durante largas horas, prolongando su creatividad y concentración fumando grandes cantidades de marihuana.

Al parecer, los efectos a largo plazo de este uso indebido de drogas, junto con períodos muy largos sin comer y dormir, haría que sus rostros se desfiguraran hasta parecer huecos y delgados, mientras que sus ojos se estrechaban hasta convertirse en sólo rendijas. A través de la niebla de humo, el efecto hacía parecer como si los músicos de jazz tenían cara como de víboras, de ahí el nombre del club.

Esta divertida anécdota hizo trabajar mi mente confundida y me permitió construir una imagen mental de lo que una persona con cara de «como una víbora» podría parecer, sus rostros parecen largos y estrechos, con pómulos salientes, mandíbulas alargadas, labios delgados y ojos oblicuos como los de muchos tipos raciales de Asia Oriental.

¿Era ésta la solución en cuanto a por qué tanto los Vigilantes como los Nefilim fueron descritos como serpientes caminantes?

Parecía como probable la posibilidad como cualquier otra, aunque también es posible que su conexión serpentina relacionada a sus asociaciones y capacidades mágicas acreditadas, incluso quizás, hasta sus movimientos corporales y su aspecto general.


La Aparición de Plumas


Otra referencia importante para la aparición de los Vigilantes proviene de Los Secretos del Libro de Enoc, también conocido como 2 Enoc, una especie de secuela de la obra original escrita en griego y data del siglo I D.C.

El pasaje se refiere a la inesperada llegada de dos vigilantes cuando Enoc descansa en su cama:

Y se me aparecieron a mí dos hombres muy altos, como nunca he visto en la Tierra. Y sus rostros brillaban como el sol, y sus ojos eran como lámparas encendidas, y fuego salía de sus labios.

Su vestido tenía la apariencia de plumas: … [púrpura], sus alas eran más brillantes que el oro, sus manos más blancas que la nieve. Se quedaron en la cabecera de mi cama y me llamaron por mi nombre.

Piel blanca (a menudo llamada «roja como una rosa»), estatura alta y faz radiante «como el sol», todos se repiten con frecuencia en relación con la aparición de ángeles y vigilantes en la literatura Enoquiana y del Mar Muerto.

Sin embargo,

  • ¿Cuál era esta referencia a su vestimenta, que tenía «la apariencia de plumas»?

  • ¿Podría referirse de algún modo a la “capa», usada por el Vigilante llamado Belial, que aparece en la historia Amram, de quien se decía que había sido «de muchos colores pero muy oscuro», precisamente el efecto que uno podría esperar de una capa de plumas negras, como aquellas pertenecientes a los cuervos o buitres, tal vez?

A pesar del hecho de que el arte cristiano siempre ha representado los ángeles con alas, esta tradición no se remonta más allá del siglo tercero o cuarto A.D.

Antes de este tiempo, los verdaderos ángeles (querubines y serafines tenían varios conjuntos de alas) aparecieron con imagen de «hombres», una situación que a menudo incitó a los traductores textuales agregar alas en las descripciones existentes de los ángeles. Esto ha sido, sin duda alguna, el caso de la cuenta anterior adoptada de la cuenta 2 Enoc, que fue re-copiada muchas veces durante los primeros años del cristianismo.

Con esta observación en mente, sentí que la declaración relativa a los Vigilantes vestidos con «la apariencia de plumas», fue muy reveladora. También parecía un exceso de vista por parte del escribano que transmite esta historia en forma escrita, por haber agregado alas a la descripción de los dos «hombres», ¿por qué molestarse diciendo que llevaban las prendas de plumas?

Sin duda, esta confusión entre las alas y capas de plumas podrían haber sido modificados para dar a los Vigilantes un aspecto angelical más apropiado.


Chamanes Aves


De algún modo supe que era una clave para desentrañar este extraño misterio, porque sugería que, si bien los vigilantes habían sido realmente humanos, que pudieran haberse adornado con prendas de este tipo como parte de su vestido ceremonial.

El uso de formas totémicas, como animales y aves, ha sido siempre el dominio de los chamanes, los senderistas espirituales de las comunidades tribales.

En muchas culturas primitivas, se decía que el alma que había tomado la forma de un pájaro para hacer su vuelo de este mundo al otro, por lo que es a menudo representado como tal en el arte religioso antiguo.

Esta idea puede tener su origen en la creencia generalizada de que el vuelo astral sólo puede lograrse mediante el uso de las alas etéreas, como las de un ave, algo que sin duda ayudó a inspirar la idea de que los ángeles, como mensajeros de Dios, deben ser interpretados con alas en la iconografía cristiana.

Para mejorar esta conexión mental con su ave elegida, los chamanes se adornan sus cuerpos con una capa de plumas y pasan largos períodos de tiempo estudiando cada uno de sus movimientos.

Ellos entrarían en su hábitat natural y observarían todas las facetas de su vida – su modo de vuelo, sus hábitos alimenticios, sus rituales de cortejo y de sus acciones sobre el terreno. Al hacerlo, tendrían la esperanza de convertirse a sí mismos en pájaros, una personalidad-alter adoptada en una base semi-permanente.

El chamanismo totémico es más o menos dependientes de los animales autóctonos o de las aves presentes en el lugar de la cultura o la tribu, aunque en principio el objetivo ha sido siempre el mismo – alcanzar el vuelo astral con ayuda de este manto, la iluminación divina, la comunicación y el espíritu el logro del conocimiento y la sabiduría de otro mundo.

Así pues, ¿podrían los Vigilantes y los Néfilim haber sido hombres-aves?

La respuesta es casi seguro que sí, en el texto del Mar Muerto, titulado El Libro de los Gigantes, los hijos Nefilim del ángel caído Shemihaza, nombrado como «Ahy? y ‘Ohy?, experimenta visiones en sueños, en los cuales visita un mundo-jardín y vio 200 árboles siendo talados por los ángeles celestiales.

Sin entender el propósito de esta alegoría, exponen el asunto al Consejo de Los Néfilim, quienes nombran a uno de ellos, Mahawai, a ir en su nombre a consultar a Enoc, quien ahora reside en un paraíso terrenal.

Con este fin Mahawai, entonces:

[…se levantó en el aire], como los remolinos, y voló con la ayuda de sus manos como [alas] de Águila […sobre] las tierras cultivadas y cruzó Solitude, el gran desierto, […]. Y vio a Enoc y le llamó …

Enoc explica que los 200 árboles representan los 200 Vigilantes, mientras que la tala de los troncos significa su destrucción en un incendio por venir y un diluvio.

Más importante, sin embargo, es el medio por el cual Mahawai alcanza vuelo astral, pues se dice que ha utilizado «las manos como (un) Águila [alada]».

En otra parte del mismo texto Enochiano, a Mahawai se le dice que han adoptado la forma de un pájaro para hacer otro largo viaje. En esta ocasión, apenas se escapa de ser quemado por el calor del sol y después de escuchar la voz celestial de Enoc, que lo convence de volver y no morir antes de tiempo – una historia que tiene parecido con el vuelo fatal demasiado cerca del sol de Icaro en la mitología griega.

Además de esta evidencia, una variación de este mismo texto iguala a los hijos Shemihaza «no (con) el… águila, pero con sus alas», mientras que al mismo tiempo los dos hermanos se describen como «en su nido», afirmaciones que llevaron al erudito hebreo J.T. Milik a la conclusión de que, como Mahawai, ellos también «podrían haber sido hombres pájaro».

Esta fue una confirmación convincente de que los ángeles eran originalmente una cultura o tribu que practicaban una forma de chamanismo de aves, tal vez asociado a un ave de carroña oscura como el cuervo o buitre.

Segunda Parte
New Dawn No. 41

(Marzo-Abril 1997)

Puesto que la literatura Enochiana y del Mar Muerto, fue escrita por judíos piel oliva del período post-exilio, es bastante claro que estaban recitando tradiciones relativas a una carrera completamente diferente de un clima totalmente diferente.

Así que, ¿quienes fueron a estos ángeles humanos, y donde podrían haber vivido?

Puesto que ahora sabemos que las leyendas de la caída de los ángeles más probablemente se originaron en Irán, más precisamente en el norte y el reino occidental de Media (actual Azerbaiyán), entonces no hay razones para asociar estas tradiciones con las montañas más allá de Media .

Esto es confirmado provisionalmente por otro texto del Mar Muerto titulado «El Génesis Apócrifo”, que registra que después de su ascensión al cielo, el patriarca Enoc pasó el resto de su vida» entre los ángeles en el «paraíso». Aunque el término «paraíso» se utiliza en algunas traducciones del texto original, la palabra real es «Parwain».

Por eso me sorprendió bastante al encontrar que entre las antiguas tradiciones de los mandeístas, una religión ligada a los Magi, encontrados principalmente entre los árabes de Marsh del Bajo Irak «, Parwan» es una montaña sagrada, aparentemente ubicada en las proximidades de Media, en el noroeste de Irán.

Además, tanto «Parwan» y «Parwain» parece derivar su raíz de la antigua palabra de Media «Parswana», que significa «costilla, lado, en la frontera», utilizada para describir a los pueblos y territorios más allá de las fronteras de Media.

Estas habría incluido la región de Parsa por el sur y, más significativamente, la región montañosa conocida como Parsua a su oeste.

  • ¿Se creía, entonces, que Enoc vivía “entre de los ángeles», en los duros territorios montañosos más allá de los límites del antiguo reino de Media?

  • En la remota región de Parsua, al oeste de Media, tal vez?

  • ¿Es aquí desde donde provienen los Vigilantes?

  • ¿Es desde aquí que descendieron a las llanuras a tomar esposas mortales, revelando las artes prohibidas y los secretos del cielo?

En la tradición iraní, el reino de los inmortales y la sede de los míticos reinos de los dioses de Irán (quienes, así como la raza caída de la tradición judía se dice que era de alta estatura, con piel de color blanco marfil y brillantes rostros), fue conocida como Vaejah Airyana, la expansión de Irán.

Las tradiciones impulsada por los Magi implican claramente que este dominio etéreo se encontraba entre las montañas de Media.

Todos los caminos parecían conducir a la región montañosa de la actual Azerbaiyán, que constituye el flanco más oriental de una vasta extensión cubierta de nieve que se extiende al oeste de las montañas de Tauro de la Anatolia oriental y el norte de Siria, al norte de las regiones remotas de Rusia Armenia, y al sudeste a lo largo de las montañas de Zagros, ya que descienden gradualmente hacia el Golfo Pérsico y actúan como una barrera prácticamente infranqueable entre Irak e Irán.

Esta enorme, sobre todo desolada parte de la Tierra, hogar, en su mayor parte, de los nómadas errantes, las bandas de combatientes rebeldes, las comunidades religiosas aisladas y ocasionales aldeas, pueblos o ciudades, son conocidas en el mundo como Kurdistán – el hogar cultural y político de los tan atormentados pueblos kurdos.

Sin embargo, según la tradición bíblica y apócrifa, era aquí también donde se podría haber encontrado el Jardín del Edén, el lugar de descanso del Arca de Noé y la tierra de los primeros patriarcas se pudo encontrar.

También fue aquí que ahora me di cuenta de que tendría que ir en busca del reino de los inmortales.


Al Este, en el Edén


El libro del Génesis habla de Dios estableciendo un jardín «al este, en el Edén». Aquí, Adán y Eva se convirtieron en los primeros padres de la humanidad antes de su eventual caída de gracia a través de la seductora y astuta serpiente de la tentación.

Las serpientes no son sólo un sinónimo principal de los Vigilantes y Néfilim, sino que el Libro de Enoc, incluso afirma cual «Serpiente», o Vigilante, condujo a nuestros primeros padres a la tentación. Curiosamente, el Bundahishn, un texto sagrado de la fe del Zoroastrismo, cita a Angra Mainyu, el Espíritu del Mal y padre de los devas, como asumiendo este mismo papel, y al igual que los Vigilantes, él también es descrito como una serpiente con «piernas».

¿Dónde estaba el Edén? Todo lo que sabemos es que se encuentra entre los Siete Cielos, un reino paradisíaco de jardines, huertos y observatorios en el que los ángeles y vigilantes residen según el Libro de Enoc.

La palabra «Eden» es traducida por eruditos hebreos en el sentido de ‘placer’ o ‘delicia, alegría’, una referencia al hecho de que Dios creó el jardín para el placer de la humanidad. Esto no es, sin embargo, su verdadero origen. La palabra «Eden» es, de hecho, acadia – el proto-hebreo, o semítico, el lenguaje introducido en Mesopotamia (actual Irak) por el pueblo de Agade, o Akkad, una raza que asumió el control del antiguo reino de Sumer durante el la segunda mitad del tercer milenio a.C.

En su lenguaje, la palabra «Edén», o Edin, significó una «estepa» o «terraza», como en una terraza elevada de agricultura.

En cuanto a la palabra «paraíso», encontré que esto simplemente se deduce a un «recinto amurallado», según la raíz persa pairi, ‘alrededor’ y daeza, ‘pared’. Se trata de un recién llegado a la literatura religiosa judeo-cristiana y sólo fue realmente utilizado a partir del año 1175 AD.

La palabra inglesa, ‘cielo’, por el contrario, se tomada de la palabra ha’shemim hebrea, en el sentido de «los cielos». También puede referirse a «lugares altos”, tales como los asentamientos elevados. Por otra parte, la palabra – raíz hebrea – shm puede significar «alturas», así como «planta» o «vegetación», implicando, quizás, que la palabra cielo pudiera ser más exactamente traducida como ‘tierras altas plantadas».

Esta ronda rápida de simple etimología, en mi opinión, al menos, evoca la imagen de un recinto amurallado, agrícola, con terrazas escalonadas colocadas en una región de tierras altas.

  • Así, ¿es esto lo que fue el Edén – un «asentamiento amurallado, una colonia agrícola» situada entre las montañas de Kurdistán?

  • ¿Habría sido manejado por ángeles bajo el dominio de los Vigilantes celestiales, como es sugerido por el texto del Libro de Enoc?

  • Más importante aún, ¿donde estuvo localizado?

Los Ríos del Paraíso


El libro del Génesis dice que del Edén surgían las aguas principales de los cuatro ríos del paraíso. Los nombres de estos son dados como Pisón, Guihón, Hiddekel y el Eufrates. De estos cuatro, sólo el último puede ser debidamente identificado por su nombre. El Eufrates fluye a través del Kurdistán turco, Siria e Irak antes de desembocar en el Golfo Pérsico.

Los otros tres fueron identificados por los primeros estudiosos de la Biblia, respectivamente, con el Ganges de la India (aunque en ocasiones con el Orontes del norte de Siria), el Nilo de África y el Tigris, del Asia occidental, que, al igual que su río hermano, el río Éufrates, fluye a través de Irak y desemboca en el Golfo Pérsico.

Los dos primeros fueron elegidos como sustitutos adecuados, simplemente porque eran considerados por los estudiosos como los ríos más caudalosos del mundo clásico, sólo la conexión entre el Tigris y el Hiddekel hizo algún tipo de sentido geográfico.

De ninguna manera podría decirse que estos cuatro ríos surgían en la misma región geográfica, un problema que fue convenientemente pasado por alto por los teólogos antes del re-descubrimiento de la cartografía en el siglo XVI. Otras fuentes, en particular la Iglesia Armenia, aceptó el Éufrates y el Tigris como dos de los cuatro ríos del paraíso, pero optó por asociar a los otros dos, el Pisón y Guihón, con, respectivamente, el Gran Zab (Greater Zab), que nace en el Kurdistán turco y desemboca en el Tigris, y el Araxes, que nace en Armenia y desemboca en el Mar Caspio.

Habría tenido la razón la Iglesia de Armenia para hacer esto?

Posiblemente sí, puesto que fueron los habitantes de la región geográfica en cuestión y pudieran haber tenido acceso a las tradiciones locales no disponibles para el mundo teológico exterior.

Cualquiera que hubiera sido la identidad de los cuatro ríos del paraíso, la tradición kurda emplaza sus cabeceras en las cercanías del lago Van, un enorme mar interior – de unos 60 kilómetros de diámetro y alrededor de 35 millas de ancho – situado en la frontera entre el Kurdistán turco y Armenia.

De hecho, la leyenda registra que el Jardín del Edén está ahora «en el fondo del lago Van”, después de haber sido sumergido bajo las olas en el tiempo de la Gran Inundación.

Lago Van – pulse la imagen para más detalles

Curiosamente, es la montaña de Cudi Dag o Monte Judi, al sur del lago Van en la que los musulmanes, así como las diversas creencias de origen kurdo localizan el lugar llamado Lugar de Descender, el sitio donde el Arca de Noé fue a parar después de del Gran Diluvio.

La atribución de este mismo lugar con el más familiar Monte Ararat es una invención puramente cristiana que no tiene ninguna base real en la tradición religiosa temprana.

Todo esto implica que tanto los compiladores del Libro del Génesis, colocan, tanto el lugar de nacimiento de la humanidad, es decir, el Jardín del Edén, como su punto de regeneración después de la Gran Inundación, en la misma región de Kurdistán del norte, sin duda, un indicio del hecho de que la clave de los orígenes de los Vigilantes residía en esta misma área geográfica del mapa.


La Montaña Celestial


Hay mucho más, sin embargo, ya que no son solamente las razas de Irán y judías que citan a Kurdistán como la cuna de la civilización. Las mitologías, tanto de los sumerios, que gobernaron las ciudades-estados de Mesopotamia alrededor del 3000 A.C. en adelante, como sus eventuales conquistadores, los acadios, colocan la tierra de los dioses en esta misma región exacta.

Los acadios se originaron como una raza semita, o proto-hebrea, raza de origen incierto, y en su literatura religiosa, se refieren a ésta bóveda celestial como Kharsag Khurra, la montaña celestial. Aquí los dioses, también conocidos como los Anannage, vivían en un reino paradisíaco de jardines, huertos, templos y campos de regadío que no sólo se parecen a los siete cielos descritos en el Libro de Enoc, sino que en realidad se le refiere en más de una ocasión como Edin, la palabra acadia para «estepa» o «meseta».


Vinculando aún más a Kharsag con el dominio judío de los ángeles es el conocimiento de que los Anannage, como los Vigilantes enoquianos, eran gobernados por un consejo de siete. Estos, sin duda, se igualan a los siete arcángeles del Judaísmo de post-exilio, así como los seis llamados Amesha Spentas, o «espíritus generosos», quienes, con el dios supremo Ahura Mazda, presiden sobre las jerarquías angélicas en la tradición iraní.

Fueron los Anannage, los dioses y diosas de Kharsag, simplemente otra forma de literatura de los Vigilantes Enoquianos y del Mar Muerto, cuya patria era un asentamiento agrícola elevado llamado Edén, o cielo, ubicado en algún lugar en medio de las montañas de Kurdistán?


La Búsqueda de Dilmun


Kharsag no es el único nombre usado por los antiguos mesopotámicos para referirse a su lugar de los primeros comienzos. Esta cuna de la civilización era también conocida por el nombre de Dilmun, o Tilmun. Aquí, se dijo, el dios Ea y su esposa fueron puestos a iniciar «una era sin pecado de completa felicidad».

Aquí también los animales vivían en paz y armonía, el hombre no tenía rival y el dios Enlil «en una lengua dio alabanza».

También es descrito como una morada pura, limpia y «brillante», «de los inmortales», donde la muerte, la enfermedad y el dolor son desconocidos y a algunos mortales se les ha dado «la vida como un dios», palabras que recuerdan a la Vaejah Airyana, el reino de los inmortales en los mitos y leyendas de Irán, y la tradición hebrea del Edén.

Aunque Dilmun se iguala por la mayoría de los académicos con la isla de Bahrein en el Golfo Pérsico, no hay evidencia que sugiera que un mítico Dilmun mucho antes estaba situada en una región montañosa más allá de las llanuras de Sumeria. Pero ¿dónde exactamente se ubica?

Las inscripciones mesopotámicas no lo dicen, sin embargo, el texto zoroástrico Bundahishn y los registros cristianos de Arbela en el Kurdistán iraquí se refieren a una ubicación llamada Dilamun como que existió alrededor del cauce del los ríos Tigris, al sur-oeste del Lago Van – en la misma zona en la que se dice que ha sido localizado el Edén bíblico.

Además, EA (el Enki acadio) se decía que había presidido el concurso de dos grandes ríos de Mesopotamia – los ríos Tigris y Éufrates – que se muestran en las representaciones como derivándose de cada uno de sus hombros. Esto, sin duda alguna, habría querido decir que las aguas principales, o fuentes de esos ríos tendrían que haber sido considerados como sagradas a Ea por las culturas de la Media Luna Fértil de Mesopotamia.

Más curioso es el conocimiento de que, como en el hebreo y el mito de Irán, no parece haber sido una caída de los dioses de Anu, los Anannage. Mientras que 300 de ellos permanecieron en el cielo, otros 600, bajo la dirección de Nergal, el dios del mundo subterráneo, se instalaron entre la clase mortal.

Aquí le proporcionaron todo a la humanidad, desde la agricultura básica, a la astronomía, la irrigación de las tierras, la creación de tecnología y la sociedad estructurada.


¿Suena familiar?


Estos Anannage rebeldes vivieron «en la tierra», una referencia a un “mundo subterráneo», un dominio relacionado con la antigua ciudad de Kutha, al norte de Babilonia.

En esta «Casa de la Oscuridad vivían» demonios» y Edimmu, vampiros gigantes chupa-sangre que regresaban al mundo de la superficie al caer la noche para robar las almas de los muertos vivientes.

  • ¿Podrían estos seres infernales ser un recuerdo distorsionado de los Vigilantes rebeldes y sus monstruosos hijos, los Nefilim?

  • ¿Podrían estos ángeles caídos haber vivido en ciudades subterráneas después de su descenso a las llanuras?


Los Cuerpos de los Pájaros


La antigua Mesopotamia fue padre de un conjunto de panteones de diablos y demonios – cada clase tiene su propia apariencia, funciones y atributos. Algunos eran beneficiosos para la humanidad, mientras que otros sólo causaron dolor, sufrimiento y tormento en el mundo de los mortales.

En la historia del descenso de la diosa Ishtar a los infiernos, conservado en la tradición asirio-babilónica, los «jefes» de la «Casa de las Tinieblas» se dice que eran «como las aves cubiertas de plumas», que «desde los días de antaño dominaban la tierra, (y) para quienes los dioses Anu y Bel han dado terribles nombres».

En una tablilla cuneiforme escrita en la ciudad de Kutha por un escriba que «en el templo de Sitlam, en el santuario de Nergal», describe las incursiones de una raza de demonios en Mesopotamia, impulsada por los dioses en una región inferior.

Se dice que le hicieron la guerra a un rey no identificado durante tres años consecutivos y que tenían la apariencia de:

Hombres con cuerpos de aves del desierto,
seres humanos con rostros de cuervos,
estos los grandes dioses crearon,
y en la tierra, los dioses crearon para ellos una morada …
en medio de la tierra crecieron y se hicieron grandes,
y aumentaron en número,
Siete reyes, hermanos de la misma familia,
seis mil en número fueron su pueblo.

Estos «hombres con los cuerpos de aves» fueron considerados como «demonios».

Ellos aparecerían sólo una vez que una tormenta de nubes hubiera consumido los desiertos y masacraría a aquellos a quienes tomarían cautivos, antes de regresar a una región inaccesible por otro año.


Parecieran haber muchas razones para sugerir que estos feroces «demonios» no eran para nada eran espíritus incorpóreos, sino seres de carne y hueso adornados con mantos de plumas y parafernalia de las aves.

¿Pero, ¿quiénes eran estos demonios humanos, y cómo se relacionan con el desarrollo de la civilización de Mesopotamia?


Fuerzas Inciertas


Los sumerios eran un pueblo único, con su propia lengua y cultura. Nadie conoce su verdadero origen o el lugar exacto donde ellos pudieran haber obtenido las semillas del conocimiento que les ayudó a establecer las varias ciudades-estado durante el cuarto milenio antes de Cristo. Sin embargo, los sumerios mismos fueron bastante explícitos en este punto.

Dijeron que su cultura entera había sido heredada de los Anannage, los dioses de Anu, que había venido de un territorio ancestral en las montañas. Para enfatizar este punto, ellos utilizaron un ideograma de una montaña para denotar «el país», es decir, Sumeria, y construyeron zigurats de siete niveles en honor de los dioses fundadores.

¿Sería posible, por lo tanto, que la propuesta de la cultura de los Vigilantes de Kurdistán proporcionara el impulso para el surgimiento de la civilización occidental?

Los arqueólogos no tienen ningún problema en aceptar a Kurdistán como la cuna de la civilización del Cercano Oriente. Poco después de la recesión de la última Edad de Hielo, aprox. En 8500 A.C., surgieron en esta región algunos de los ejemplos más tempranos de la agricultura, la domesticación de los animales, el horneado y pintado de cerámica, la metalurgia y herramientas y utensilios elaborados de obsidiana.

Curiosamente, desde aprox. 5750 A.C. en adelante por varios cientos de años, el comercio de obsidiana en bruto y trabajada a través de todo Kurdistán parece haber estado centrada alrededor de un volcán extinto llamado Nemrut Dag en el sur-oeste de las costas del Lago Van, la muy zona donde es muy probable que hayan han sido localizadas las míticas tierras del Edén y Dilmun es probable que han sido localizados.

Kurdistán fue indudablemente el punto de origen de la supuesta explosión neolítica a partir del noveno milenio A.C. en adelante.

De hecho, es debido a que este estilo de vida de esta comunidad que se estableció en Kurdistán fue la primera forma conocida de trueque simbólico desarrollada.

Este método primitivo de cambio condujo a la creación del alfabeto escrito, al primer sistema de ideogramas en la llanura mesopotámica, en algún momento, durante el cuarto milenio A.C.. Por tanto, es comprensible que la civilización surgiera por primera vez en el Creciente Fértil durante esta misma edad. Desde aquí, por supuesto, se extendió rápidamente a muchas otras regiones del Viejo Mundo.

A la luz de esta información pareciera que la evolución del Medio Oriente hubiera sido corta y seca, las acciones de unas cuantas sofisticadas granjas comunales protoneolíticas ubicadas en las montañas y estribaciones de Kurdistán, siendo responsables por el crecimiento de la sociedad civilizada. Sin embargo, lo que provocó la llamada «explosión del neolítico», y ¿por qué empezó todo en esta remota, y muy montañosa región?

Algo faltaba, pues, como ha observado Mehrdad R. Izady, conocido estudioso de la historia cultural kurda:

Los habitantes de esta tierra pasaron a través de una fase inexplicable de una acelerada evolución tecnológica, impulsada por fuerzas todavía inciertas.

Antes bien, rápidamente sacaron ventaja a las comunidades de los alrededores, la mayoría de las cuales estuvieron también entre las sociedades tecnológicas más avanzadas del mundo, para emprender la transformación de una baja densidad, de cazadores-recolectores a una economía de alta densidad, de producción de alimentos.

  • ¿Cuáles podrían haber sido estas «fuerzas aún inciertas»?

  • ¿Eran ellos los Vigilantes, de quienes se dice que le proporcionaron a la humanidad las artes prohibidas y las ciencias de los cielos?

  • Si es así, ¿es que yo estaba ignorando importante evidencia ya descubierta por las palas de los arqueólogos y paleontólogos que podría sostener semejante hipótesis salvaje?

En cuanto a los informes arqueológicos y las transacciones en las excavaciones en Kurdistán, busqué durante largo tiempo.

Lo que encontré me sorprendió. Por ejemplo, en la década de 1950 y Ralph Rose Solecki, dos destacados antropólogos, fueron descubriendo los distintos niveles profesionales dentro de una cueva enorme con vistas al río Gran Zab en un sitio conocido como Zawi Chemi Shanidar, cuando se hizo un descubrimiento de increíble importancia para este debate.

Ellos descubrieron una serie de cráneos de cabra colocados junto a una colección de huesos de alas que pertenecen a grandes aves rapaces. Todas las alas habían sido cortadas con hacha de los cuerpos de las aves en cuestión, mientras que muchos todavía tenían la articulación cuando fueron encontradas. El carbono 14 data de depósitos orgánicos asociados con estos restos, indicando una fecha de 10.870 años (± 300 años), es decir 8870 a.C.

Las alas de los pájaros fueron identificados como los de cuatro Gyptaeus barbatus (el buitre quebrantahuesos), uno de Gyps fulvus (el buitre leonado), siete Haliaetus albicilla (el águila cola blanca, águila de mar) y un Otis tarda (la avutarda) – de las cuales sólo la última sigue siendo nativa de la región. También estaban los huesos de las cuatro águilas pequeñas de especies indeterminable. Todas, excepto para avutarda eran aves rapaces, mientras que los buitres eran obviamente carroñeros.

El descubrimiento de estas alas del pájaro cortadas había planteado dificultades evidentes a los Soleckis.

¿Por qué sólo a determinados tipos de aves fueron seleccionadas para este fin, y cual había sido exactamente el papel desempeñado por estas enormes aves rapaces en las mentes de aquellos que las habían puesto dentro de la cueva Shanidar?


Las Alas del Chaman


En un importante artículo titulado «Rituales de Aves Rapaces en Zawi Chemi Shanidar’, publicado por la revista Sumer en 1977, Rose Solecki esbozó el descubrimiento de los restos de cráneos de cabras y aves. Ella sugirió que las alas, casi con certeza fueron utilizadas como parte de algún tipo de traje ritual, llevado, ya sea como decoración ya sea personal o con fines ceremoniales.

Ella las vinculó con el culto chamanico del buitre en Catal Huyuk, una comunidad Protoneolítica en Anatolia central (Turquía), que alcanzó su cenit un total de 2000 años después de que las alas de estos pájaros habían sido depositadas a 565 millas de distancia, en la cueva Shanidar.

Rose Solecki reconoce la enorme importancia de estos hallazgos, y se dio cuenta de que constituían firmes pruebas de la presencia de un importante culto religioso en el área de Zawi Chemi Shanidar, por lo que concluyó en su artículo:

La gente Zawi Chemi debe haber atribuido a estas grandes aves rapaces poderes especiales, y los restos de fauna que hemos descrito en el sitio debe representar una parafernalia ritual especial. Ciertamente, los restos representan un esfuerzo concertado por un buen número de personas sólo para cazar y capturar un número tan elevado de aves y cabras …

Por otra parte, las alas, ya sea fueron salvadas para sacarle las plumas, o bien que se hacían abanicos de alas, o bien fueron usadas como parte de un traje para un ritual. Uno de los murales de un santuario Huyuk Catal … representa una escena ritual, es decir, una figura humana vestida con una piel de buitre …

Aquí se evidencia una extraordinaria existencia de chamanes buitres (quebrantahuesos) en las montañas de Kurdistán aprox. En 8870 A.C. Es más, todo esto ocurría a sólo 140 kilómetros al sur-este de la ubicación sugerida para el Edén y Dilmun, en el lago Van, en un momento en que los pueblos del altiplano de Kurdistán fueron cambiando de primitivos cazadores-recolectores a las comunidades proto-neolíticas establecidas.

Podrían estos cráneos de cabras y aves de rapiña seguir teniendo alguna conexión con las «fuerzas aún inciertas» detrás de la repentina explosión del Neolítico en esta región? Recuerden, yo ya había establecido que los Vigilantes usaban abrigos de plumas, de manera plausible, de cuervo o buitre.

Mi mente se tambaleaba con posibilidades.

  • ¿Qué demonios había estado ocurriendo en esta cueva con vistas al Gran Zab, el cual, por supuesto, ha sido citado como uno de los cuatro ríos del paraíso?

  • ¿Habrán sido visitadas por los Vigilantes, ángeles humanos, en el noveno milenio antes de Cristo?

La presencia de restos de aves de presa sigue siendo lógica, pero ¿qué pasa con los quince cráneos de cabra? – ¿cómo podrían haber encajado en el cuadro?


Una Cabra para Azazel


El Pentateuco registra cómo cada año, en el Día de la Expiación, una cabra sería lanzada al desierto “para Azael”, acarreando en su espalda los pecados del pueblo judío. Por otra parte, Azael, uno de los dos líderes de los ángeles caídos, se dice que fomentaron una raza de demonios conocida como los seirim, o “machos cabríos”.

Son mencionan varias veces en la Biblia y se les rendía culto y eran adorados por algunos judíos. Incluso hay algunos indicios de que las mujeres realmente copulaban con estas cabras-demonio, ya que se afirma en el Libro de Levítico:

«Y ellos no sacrificarán sus sacrificios al macho cabrío (seirim), después de lo cual se iban de prostitutas», tal vez un eco lejano de la forma en que los vigilantes habían tomado mujeres de entre el la clase mortal.

Esta relación clara entre los Vigilantes y los machos cabríos es tan fuerte que llevó al erudito hebreo J.T. Milik a la conclusión de que Azazel,

«no era evidentemente un simple chivo, sino una cabra gigante que combinaba características similares a una cabra junto con aquellas de un hombre”.

En otras palabras, había sido un hombre-cabra – un chamán-cabra.

Así es que parece que no sólo había Vigilantes «hombres-pájaro», chamanes buitre participando en prácticas de otro mundo, sino también a chamanes-cabra.

Es extraño pensar que esta asociación entre el macho cabrío Azazel y el macho cabrío fue el ímpetu detrás de la cabra convirtiéndose en un símbolo del diablo, así como la razón por la cual el mundo es tan adverso al pentagrama invertido hoy en día.


El Ángel Pavo Real


El erudito Kurdo Mehrdad Izady considera también que los restos de aves de presa de la cueva Shanidar como evidencia de una cultura chamánica, cuya memoria influyó en el desarrollo de la tradición de los ángeles.

Kurdistán es el hogar de los tres cultos autóctonos de adoración a los ángeles – el más famoso y enigmático de éstos siendo los Yezidis del Kurdistán iraquí.

Sus creencias se centran alrededor de un ser supremo llamado Melek Taus, el ‘ángel pavo real’, que es venerado en la forma de extraño icono de pájaro, conocido como sanjaq. Estas estatuas, que se sientan en una columna de metal similar a un candelabro, son normalmente hechas de cobre o bronce.

Más curioso es que los sanjaqs más antiguos conocidos claramente no son pavos reales para nada, mostrando, en cambio, un cuerpo aviar bulboso y la cabeza con una nariz ganchuda.

Dos ejemplos de sanjaqs, pájaros, iconos de metal, venerados por los adoradores de ángeles, los Yezidi de Kurdistán.

A la izquierda se puede ver uno que fue visto por Sir Austen Henry Layard, en 1849,

y a la derecha está otro esbozado por la Sra. Badger en 1850.

¿Son estos extraños iconos memorias abstractas de los chamanes-buitre protoneolíticos de Kurdistán?

Izady ha sugerido que los ídolos sanjaq tienen más probabilidades de ser representaciones de un ave de rapiña como los que son aparentemente venerados por los chamanes de Shanidar, en otras palabras, ya sea el buitre, el águila o la avutarda.


La gente Jarmo


Todo esto fueron buenas noticias, ya que ayudó a reivindicar la idea de una avanzada cultura existente en las montañas de Kurdistán al punto de inicio de la revolución neolítica.

Si se trataba de estos buitres chamanes que habían llevado este conocimiento superior a las comunidades agrícolas a un desarrollo gradual de las comunidades granjeras en desarrollo de las faldas inferiores de las colinas, entonces quizás realmente eran realmente la verdad detrás del mito de los Vigilantes, que impartieron las ciencias celestiales a la humanidad.

Sin embargo, no hay una descripción de estos chamanes más allá de la apariencia de su atuendo ceremonial.

  • ¿Se parecían ellos, de alguna manera, a los individuos de altos, de piel blanca, con rostros brillantes y rostros como víboras, a los que se refiere la literatura Enociana y del Mar Muerto?

  • ¿Podría haber también evidencia arqueológica de la existencia anterior de una raza que llevaba al menos algunos de estos rasgos distintivos?

En efecto, existe, ya que en un lugar llamado Jarmo, que domina el río Zab Menor en el Kurdistán iraquí, los arqueólogos han descubierto evidencias de una avanzada comunidad proto-neolítico que floreció alrededor de 6750 A.C. hasta 2000 años, de hecho, los más antiguos ejemplos conocidos de metalurgia primitiva han sido encontrados en Jarmo.

Más interesante es el conocimiento que estas personas eran diestras en la producción de pequeñas imágenes esculpidas en arcilla ligeramente horneada.

Literalmente miles de estas figuras han sido desenterradas desde los primeros niveles de trabajo hacia arriba. La mayoría de ellas representan animales y pájaros. Algunos representan, por lo general, cabezas humanas, mientras que otros muestran una figura femenina, posiblemente una representación de la Diosa Madre.

Casi pareciera como si la comunidad Jarmo disfrutara capturar imágenes del mundo que les rodeaba, de la misma forma en la que hoy en día tomamos fotografías. Sin embargo, si este fuera el caso, entonces ¿cómo podemos explicar la presencia entre estas pequeñas figuras de varias cabezas antropomorfas con caras alargadas, ojos rasgados y claros de «lagarto«, o más correctamente características serpentinas?

Son prácticamente inhumanos en apariencia y tienen más en común con los ojos desorbitados de insecto de los extraterrestres que formas humanas abstractas.

Viendo las fotos de estas cabezas de Jarmo me dio un escalofrío en la espalda, ya que los mejores ejemplos tenía tremendas similitudes con la descripción de los Vigilantes en la literatura Enochiana y del Mar Muerto.

  • ¿Es posible, pues, que el pueblo neolítico de Jarmo estuviese representando en forma parcialmente abstracta las caras de víbora de los altos extraños en capas de plumas que se habrían hecho visitas sin invitación?

  • ¿Fueron estos extranjeros quienes habían proporcionado a las comunidades como la de Jarmo el conocimiento de la metalurgia, así como los rudimentos básicos de la agricultura?

Sólo podemos especular, pero vale la pena señalar que las herramientas de obsidiana encontradas en Jarmo son conocidas de haber sido hechas con materias primas procedentes de la base de Nemrut Dag en el lago Van.

  • ¿Los Vigilantes trataban con obsidiana?

  • ¿Podrían estas herramientas finamente trabajadas ser una señal de su presencia, entre otras comunidades similares, como las de Kurdistán?

Tercera Parte
New Dawn Nº. 42

(Mayo-Junio 1997)

En 5500 A.C. los habitantes kurdos de las faldas de los cerros comenzaron a descender en gran número a las llanuras de Mesopotamia. Fue alrededor de esa fecha que Eridu (la Erec bíblica), primera ciudad de la Media Luna Fértil, fue establecida con su propio complejo de templos que incluye una piscina ritual subterránea.

En algún momento alrededor de 5000 AC se vio la llegada a las llanuras del norte de Mesopotamia una nueva cultura que se conoce hoy como el Obeid (en honor a Tell al’Ubaid, el sitio-colina, el lugar donde su presencia fue detectada por primera vez durante excavaciones por el eminente arqueólogo del Medio Oriente Sir Leonard Woolley en 1922).

Ellos trajeron con ellos su propio y único estilo artístico, así como prácticas funerarias, entre ellos el hábito de colocar figuras antropomorfas muy extrañas en las tumbas de los muertos.

Las estatuillas eran, ya sea de hombres o mujeres (aunque predominantemente femenina), con un delgado y bien proporcionado cuerpo desnudo, hombros anchos, y extrañas cabezas reptiles a las que los estudiosos, en general, se refieren como apariencia de «lagartijas».

Tienen largos rostros como hocicos afilados, con amplias rajaduras en los ojos – usualmente pelotillas elípticas de arcilla pellizcadas para formar lo que se conoce como ojos de «granos de café – y una espesa nube oscura de betún en la cabeza para representar a una bobina para enrollar el pelo (bobinas similares formadas en arcilla aparecen en algunas de las cabezas encontradas en Jarmo).

Todas las estatuillas exhiben vello púbico o genitales femeninos o masculinos.

Cada figurilla Ubaid tiene su propia y única postura.

La más extraña y más convincente muestra a una mujer desnuda sosteniendo a un bebé en su seno izquierdo. La mano izquierda del infante está aferrada al pecho, y no cabe duda de que está en el proceso de succionar leche. Es una imagen muy conmovedora, a pesar de que tiene una característica escalofriante – el niño tiene grandes ojos rasgados y la cabeza de un reptil.

Esto es muy significativo, ya que sugiere que el bebé era visto como nacido con esas características. En otras palabras, las cabezas «como de lagarto» de las figuras no son máscaras o formas simbólicas animalescas, sino que imágenes abstractas de una raza real quienes el pueblo de los Ubaid creían que poseían tales cualidades reptiles.

En el pasado, estas figurillas ‘como lagartos’ han sido identificadas por los eruditos como representaciones de la Diosa Madre – una suposición totalmente errónea, ya que algunas de ellas son, evidentemente masculinas – mientras que los teóricos de los antiguos astronautas, como Erich von Däniken han considerado oportuno identificarlas como Imágenes de entidades extraterrestres.

En mi opinión, ambas explicaciones intentan clasificar las figurillas de arcilla en marcos de populares que son insuficientes para explicar su simbolismo completo.

Por otra parte, ya que la mayoría de los ejemplos encontrados fueron recuperados de las tumbas, donde éstas eran menudo el único tema de importancia, Sir Leonard Woolley llegó a la conclusión de que representaban «deidades ctónicas«, es decir, habitantes subterráneos conectados de alguna manera con los ritos de los muertos .

Además de esta realización, parece muy poco probable que representan a individuos con rostros de lagartos, puesto que los lagartos no son conocidos de tener ningún lugar especial en la mitología del Cercano Oriente. Es mucho más probable es que las cabezas sean de serpientes, ya que es conocido que éstas han sido asociadas con las deidades sumerias subterráneas, tales como Ningiszida, el Señor del Buen Árbol.

Dado que los jefes de las figurillas de Ubaid parecen ser labradas al estilo de ejemplos mucho más tempranos, encontrados en Jarmo, en las montañas kurdas, ¿habrán sido representaciones muy abstractas de Vigilantes con rostros de víboras?

Que estas figurillas se encuentran específicamente en sitios de tumbas sugiere que fueron conectados con algún tipo de práctica supersticiosa involucrando ritos de los muertos.

  • ¿Qué es lo que estaban intentando lograr los Ubaid colocando tales imágenes extrañas al lado de sus parientes difuntos?

  • ¿Estaban tratando de garantizar el paso seguro del alma al otro mundo, o estaban tratando de proteger el cadáver una vez que el entierro había tenido lugar?

En la tradición babilónica tardía, hubo un verdadero temor de que si los muertos no eran enterrados de manera correcta, entonces su alma sería bajada a los infiernos para convertirse en Edimmus chupadores de sangre.

  • ¿Es esto lo que temían los Ubaid – de que sus parientes fallecidos serían convertidos en vampiros si los Vigilantes con rostros de víboras no eran aplacados de esa forma?

  • ¿Esto incluía el entierro de figurillas llevando los rasgos abstractos conectados con su distorsionada memoria de la raza caída?

El Mundo Subterráneo


Aunque hasta hoy no se haya encontrado ningún rastro de algún dominio subterráneo, las ciudadelas ctónicas de extrema antigüedad sí existen en el Cercano Oriente. Por ejemplo, debajo de las llanuras de Capadocia en el este de Turquía hay no menos de 36 ciudades subterráneas, siendo la más famosa de ellas una en Derinkuyu, la cual se estima que albergó a unos 20,000 habitantes.

Esas ciudades hasta ahora exploradas penetran hacia abajo hasta un cuarto de milla.

Tienen calles, complejos sistemas de túneles, habitaciones y salas y zonas comunales. Cada una puede ser aislada del mundo exterior rodando en su lugar grandes puertas circulares, mientras que en la superficie, el único signo visible de su presencia son piedras megalíticas verticales marcando las posiciones de profundos pozos que tienen la doble función de ejes de aire para los distintos niveles.

Nadie sabe quién construyó estos dominios subterráneos. Tienen al menos 4000 años de antigüedad, mientras que la evidencia tentativa sugiere que fueron construidas ya en 9000 A.C., cuando el empuje final de la última Edad de Hielo estaba a punto de llevar condiciones árticas al Oriente Medio.

Al mismo tiempo, las lluvias de fuego escupidas por los volcanes activos, y cuando la Edad de Hielo finalmente retrocedió, llegaron inundaciones comparables con el diluvio de la Biblia, lo que causó estragos en las zonas bajas. Además, los registros mitológicos persas de que los antepasados de la raza iraní habían escapado el largo invierno de nieve y hielo construyendo un var, una palabra que denota una ciudad subterránea (curiosamente, la palabra arca significa “ciudad” en la lengua persa).

El recuerdo de esos mundos subterráneos también es probable que haya estado detrás de la creencia judeo-cristiana del Gehenna y Hell – el reino de fuego en el que fueron lanzados los ángeles caídos como castigo por su injerencia en los asuntos de la humanidad.


El Paisaje Lunar de Cappadocia


En la misma vecindad general que las ciudades subterráneas de Capadocia existe un virtual paisaje lunar compuesto de miles de enormes conos de roca tallados en forma por los fuertes vientos durante muchos miles de años. La tradición local se refiere a ellos como peri bacalari, las chimeneas de fuego de los Peri – hermosos ángeles caídos nacidos de Iblis, la forma árabe-persa de Satanás.

Estas ‘chimeneas de hadas’, como se les llama inadecuadamente en Inglés, se dice de ellas hoy en día que están encantadas por los Djinn, parientes espectrales de los ángeles que también vivieron una vez en el cielo, antes de su caída.

Muchas de estas ‘chimeneas de hadas’ fueron ocupadas durante los primeros tiempos cristianos, mientras que un número de ellas fueron realmente convertidas en iglesias rupestres o trogloditas, a partir del siglo VI. Las más antiguas contienen muchas imágenes fascinantes más allá de la iconografía aceptada por la Iglesia Primitiva.

Estos incluyen diseños geométricos recurrentes y, en un caso, un estilizado hombre-pájaro, que bien puede reflejar un estilo artístico encontrado en los santuarios de 8,000 años, de los buitres, en Catal Huyuk. La cercana proximidad tanto de este arte único ‘cristiano’ como el sitio de Catal Huyuk a las ciudades subterráneas no puede ser pasado por alto.

Recuerda también que en la historia de la descendencia del descenso de la diosa Ishtar al mundo subterráneo (Ishtar, Inanna, Afrodita, Astarte), ésta se encuentra con seres “como aves, cubiertos de plumas», quienes «desde los días de antaño dominaban la tierra».

  • ¿Es posible que los habitantes de las ciudades subterráneas fueran realmente los precursores de aquellos que construyeron la ciudadela debajo de la superficie de Catal Huyuk?

  • ¿Podrían haber estado relacionados con la cultura chamánica de los Vigilantes de las sierras kurdas, que se encontraban a cierta distancia al este de Capadocia?


Los Hijos del Djinn

  • Si es así, entonces, ¿de dónde podrían haberse originado estas extrañas culturas chamánicas?

  • ¿Se habrán simplemente desarrollado en Turquía y Kurdistán, poco después del final de la última Edad de Hielo, o habrían, sus antepasados originales, emigrado de alguna tierra extranjera?

Los cultos-adoradores de los ángeles de Kurdistán se ven a sí mismos sólo como descendientes del patriarca Noé, el salvador de la humanidad, cuyos familiares directos se asentaron en sus tierras. En contraste, los judíos kurda preservan una historia muy curiosa acerca de los orígenes de sus vecinos gentiles, a quienes se refieren como «hijos de Djinn».

Ellos dicen que hace mucho tiempo el rey Salomón ordenó a 500 Djinn que le encontraran 500 de las vírgenes más bellas del mundo. No habían de regresar hasta que cada una estuviera en su posesión. Los Djinnse pusieron fijación en su inmensa tarea, yendo a Europa a buscar a las doncellas.

Finalmente, después de reunir el número correcto, los Djinn estaban a punto de regresar a Jerusalén, cuando se enteraron de que Salomón había fallecido. En un dilema, los Djinn decidieron qué hacer. Deberían regresar a las doncellas a sus hogares correspondientes en Europa, o debían quedarse con ellas?

Debido a que las jóvenes vírgenes habían,

«encontrado gracia ante los ojos de los jinn, los jinn las tomaron ellos mismos como esposas. Y engendraron muchos niños hermosos, y esos niños tuvieron más hijos … Y esa es la manera en que la nación de los kurdos, llegó a la existencia».

En otra versión de la misma historia, 100 genios son despachados por Salomón para buscar a 100 de las doncellas más bellas del mundo para su harem personal.

Después de haber logrado este contingente, Salomón muere y los 100 genios deciden establecerse con las doncellas en medio de las inaccesibles montañas de Kurdistán. Los hijos de estos matrimonios dieron lugar a la fundación de la raza kurda «, quienes, en su carácter esquivo, se asemejan a sus antepasados genio y en su hermosura a sus predecesoras».

Tan sin sentido como estas leyendas pueden parecer, tratan de explicar las inexplicables características extranjeras de algunas comunidades kurdas y señalan su origen al reino bíblico de Salomón, en otras palabras, el país de Israel de los días modernos.


La Montaña de los Madai


Los Mandeos del Bajo Irak son más específicos acerca del origen de su raza. A pesar de que se dice que sus ascendientes directos provienen de un mítico lugar mítico conocido como la Montaña de los Madai en el Kurdistán iraní, antes de eso, que sus antepasados más lejanos al parecer se originaron en Egipto.

Aunque esto podría parecer una mera fantasía por parte de los mandeos, es un hecho que su lenguaje contiene varias palabras que son, sin duda, de origen egipcio antiguo.

Más importante aún, ellos creen que después de la muerte, el alma vuela hacia el norte (es decir, hacia las montañas de Kurdistán) en donde entra en un dominio mítico conocido como Mataratha, el lugar del juicio. Aquí pueden ser encontradas las inteligencias de la neter, las casas de vigilancia.

El término neter puede ser usado como un sustantivo en algunas lenguas del Cercano Oriente, en el sentido de «Vigilantes», el nombre mismo de los primeros ángeles que figuran en la literatura Enociana la literatura del Mar Muerto, mientras que en la antigua lengua egipcia, esta misma palabra se utiliza para definir a los seres semi-divinos que vivían en una edad de oro conocida como zep tepi, en el Tiempo del Inicio.

¿Será posible que los Vigilantes de Kurdistán eran descendientes de los dioses-neter de Egipto?


Los Primeros Agricultores


Aunque se sabe que la explosión del neolítico había comenzado en las montañas de Kurdistán, en algún momento alrededor de 8500 AC, esta no fue la génesis de los principios de la agricultura, la domesticación de animales, la fabricación de herramientas de precisión y de un estilo de vida comunal estructurada. Existe una fuerte evidencia de que todos estaban presentes en varios lugares a lo largo del Nilo, en el sur de Egipto y en el norte de Sudán ya en el año 12.500 antes de Cristo.

Estas comunidades avanzadas se siguieron desarrollando a un ritmo constante hasta el 10.500 A. C., cuando de pronto dejaron la agricultura sin ninguna razón obvia.

Los eruditos han puesto este cese total y absoluto de un estilo de vida de sofisticada agricultura entre los pueblos del Nilo a las extremadamente altas inundaciones del Nilo que se produjeron durante esta época. Sin embargo, en mi opinión, había algo más detrás de esta extraordinaria vuelta en U por parte de estas comunidades.

Parecía casi como si los aquellos que les había enseñado a los pueblos del Nilo los rudimentos de un estilo de vida agrícola repentinamente salieron de la escena, dejando a sus obedientes alumnos regresando a estilos de vida primitivos de cazadores-recolectores que era más familiar a esa época en cuestión.

Por tanto, es interesante observar que después de su aparente desaparición de Egipto, en el año 10, 500 AC, la agricultura no vuelve a aparecer otra vez hasta florecer completamente en Kurdistán 1,500 años más tarde.

  • ¿Será, por tanto, posible que los maestros de las comunidades del Nilo salieran de Egipto para el Kurdistán en algún momento entre 10.500 y 9000 A. C.?

  • ¿Quienes eran exactamente esos hipotéticos agrónomos y qué fue lo que les hizo salir de las estepas cultivadas del Antiguo Paleolítico por pastos nuevos?

  • Más importante aún, ¿fueron ellos los antepasados de los Vigilantes, los ángeles humanos de la tradición Enochiana y del Mar Muerto?

Nuevo fechado de la Esfinge


Eminencia dura, actualmente surgiendo de Egipto sugiere que la Gran esfinge de Giza no fue esculpida durante la época faraónica, como siempre se ha creído, sino que mucho antes. Como se ha difundido ampliamente en los últimos años, el perfil geológico del más antiguo de monumentos sugiere que fue hecha antes de la desecación gradual del Oriente Medio en el cuarto milenio antes de Cristo.

La intensa erosión en su cuerpo parece haber sido provocada, no por la erosión de la arena, sino por la precipitación de lluvia a lo largo de muchos miles de años. La última vez que cayó lluvia con tanta profusión fue durante el período conocido por los climatólogos como el Neolítico sub-pluvial, que ocurrió entre 8000 y 5000 antes de Cristo.

Esto sugiere que la Esfinge fue esculpida durante o antes de este tiempo.

La Esfinge es, obviamente, un león, la cabeza del cual fue re-tallada en la época faraónica para representar a un rey con el tocado de nemes. Orientada exactamente hacia el este, mira hacia el punto del horizonte donde el sol se levanta cada primavera y en el equinoccio de otoño. Su función es como la de un marcador de tiempo, una mano minutera sobre un reloj, registrando del retorno de la órbita solar a medida que pasa a través de su ciclo de 365 días.

Sin embargo, también posee una mano de reloj incluso quizás más importante, y esta marca el minúsculo cambio de la bóveda estrellada al girar sobre su ciclo de 26,000 años de precesión.

Este efecto visual es causado por el bamboleo extremadamente lento de la Tierra, que podría compararse con la acción de balanceo del trompo de un niño si gira al ritmo de un caracol.


Construido en la Edad de Leo


En términos astronómicos, el fenómeno conocido como precesión hace que las 12 constelaciones zodiacales cambien en retrógado, en línea con la eclíptica, la trayectoria del sol, en una secuencia regular.

En términos sencillos, esto significa que las estrellas surgiendo a lo largo del sol dan paso a otra constelación cada 2.160 años más o menos, hasta que todos los 12 signos hayan completado su rueda astronómica.

A «leer» la precesión como ciclo de tiempo a largo plazo, los antiguos observaron cual signo zodiacal surgía con el sol en el equinoccio de primavera, el punto-cero de calendario anual en muchas culturas del Medio Este. Si hoy miramos hacia el horizonte justo antes de salir el sol, el 21 de marzo, vamos a ver las estrellas de Piscis.

Cuando Alejandro Magno conquistó el Imperio Persa en el 330 AC, las estrellas de Aries, el carnero, se vieron levantarse junto con el sol equinoccial, y cuando las pirámides de Giza fueron construidas en aprox.2500 AC, fueron de las estrellas de Tauro, el toro, las que se levantaron con el sol en el equinoccio de primavera.

Si la Gran Esfinge fue esculpida como marcador equinoccial, al mismo tiempo que las vecinas pirámides fueron construidas en la época faraónica, seguramente tendría más sentido si se fuera un toro. Haciéndolo un león en indicios apuntaba a una conexión con las estrellas de Leo, lo que sugiere que marcó una era cuando la constelación de Leo se levantó con el sol equinoccial.

La última Edad de Leo se produjo entre 10.970 y 8810 AC, lo que sugiere que la fecha de construcción de la Gran Esfinge cayó en alguna parte dentro de este marco temporal.

Esta no es una idea nueva por cualquier tramo de la imaginación. Por lo que yo sé, esta teoría fue presentada inicialmente por el astro británico mitólogo Gerald Massey en 1907.

En un extraordinario trabajo titulado Antiguo Egipto – La Luz del Mundo audazmente concluyó que,

«… Pudiéramos fechar la Esfinge como un monumento que fue levantado por esos grandiosos constructores y pensadores (egipcios), que vivían en tan gran medida fuera de ellos mismos, hace algunos trece mil años (es decir, en la era de Leo, su contraparte astronómica) «.

Evidencias astro-mitológicas más recientes, presentadas por Graham Hancock y Robert Bauval en su libro de 1996, “El Guardián del Génesis», demuestra convincentemente que la Gran Esfinge, así como el plan básico de la meseta de Giza en su conjunto, debe fecharse tan temprano como 10.500 AC , el mismo marco de tiempo muy determinado, dado para la brusca interrupción de la proto-agricultura a lo largo del Nilo.

Puesto que sabemos que los grandes bloques de piedra quitados de la carcasa hundida alrededor del monumento de león, en el momento de su construcción fueron utilizados para construir la cercana Esfinge y los Templos del Valle, entonces estos también deben fecharse a partir de la misma época distante de la historia humana.

Todo esto indica la presencia en Egipto alrededor del 10.500 AC de una cultura avanzada, experta en agronomía, ingeniería, tecnología de la construcción, así como la astro-mitología y geo-míticas que incluía un profundo conocimiento del ciclo de precesión de la Tierra, de 26.000 años.

  • ¿Quiénes fueron estas personas?

  • ¿Fueron estos los constructores de la Gran Esfinge realmente los antepasados de los altos Vigilantes con rostros de víbora de Kurdistán?

El folclore, las leyendas y la propagación de la agricultura en el mundo antiguo, parece respaldar esta opinión.

Sin embargo, si este fuera el caso, entonces,

  • ¿Qué fue lo que sucedió para que esta cultura de los Elder hubiera querido migrar a las montañas de Kurdistán?


Destrucción Mundial


Como ya se ha demostrado suficientemente en otros lugares (Hapgood, 1958 y 1970; Hancock, 1995; Flem-Ath, 1995), existen abundantes pruebas de que, como la última edad de hielo llegó a su fin en los milenios XI y X A.C., el mundo que sacudido por una serie de graves cambios climáticos y trastornos geológicos.

Volcanes en erupción, terremotos sacudieron la Tierra, se vertieron inundaciones a través del paisaje, así como los largos períodos de oscuridad borraron el sol. Esto dio lugar a la destrucción de incontables millones de animales y la extinción absoluta de docenas de especies individuales.

Las leyendas de cataclismos de todo el mundo parecen registrar estos sucesos con todo detalle de colores y, a menudo, simbólico. La propuesta cultura Elder (antigua, anciana) de Egipto habría estado justo en medio de esta destrucción mundial.

Ciertamente, se sabe que los cambios climáticos causados durante esta época causaron muchas extensas inundaciones a lo largo del Nilo, los estudiosos han sugerido esto como la razón para el cese de su proto-agricultura.


El Padre del Terror


Es probable que estos tiempos difíciles obligaron a la alta cultura de Egipto a fragmentarse y dispersarse, por lo tanto, la brusca interrupción de la proto-agricultura entre las diversas comunidades del Nilo Occidental. Esta suposición se apoya en relatos vívidos de los incendios y las inundaciones de Egipto.

Por ejemplo, textos Cópticos-Árabes sobrevivientes hablan de la tierra siendo devastada por inundaciones y un gran incendio que llegó de «la constelación de Leo» – una referencia no necesariamente a algún bólido astronómico proveniente de esta parte del cielo, sino al marco de tiempo en el cual ocurrieron estos hechos, en otras palabras, durante la Edad de Leo.


Más elocuente es el mito de Sekhmet, la deidad con cabeza de león en el panteón egipcio.

Debido a que la raza humana había dado la espalda a los caminos del dios sol Ra, o Re, a quien veían como «demasiado viejos», la feroz diosa desató un fuego que todo-lo-consumía. Su genocidio en masa se habría traducido en la destrucción de la humanidad de no haber sido por la intervención personal de Ra. El envió un brebaje embriagador a cubrir la tierra. El consumo de esta mezcla emborrachó tanto a Sekhmet que se quedó dormida.

Suponiendo que el fuego feroz de Sekhmet era de alguna manera representativo de una conflagración abarcando todo que devastó Egipto,

  • Luego, ¿podría, entonces, este embriagador brebaje que cubrió la tierra ser un recuerdo de una posterior inundación que también abrumó la tierra?

  • Si es así, entonces ¿era Sekhmet simplemente una alusión alegórica a la Edad de Leo?

Las indicaciones son que el león de Leo llegó a simbolizar la era del caos y de la destrucción, que rodearon el final de la Edad de Hielo, tal vez la razón por la cual los árabes se refirieron a la Gran Esfinge como el «Padre del Terror».

En la historia de Sekhmet, los sobrevivientes de la raza humana intentan escapar del fuego devastador de la diosa, ya sea escalando una montaña o escondiéndose en «agujeros» como «serpientes» o «gusanos».

Medios similares de protección contra los cataclismos que se prolongaron durante la Edad de Leo se encuentran en las mitologías de todo el mundo, mientras que la presencia de estas historias en las leyendas egipcias apuntan hacia la desintegración de la cultura de los Elder (ancianos) y su posterior reestablecimiento en otras regiones.


¿Podría esto haber incluido Capadocia, donde ciudades subterráneas parecieran haber sido construidas ya en 9000 AC, y en las montañas de Kurdistán, donde los Vigilantes pudieran bien haber catalizado el comienzo de la revolución neolítica, ya en 8500 A. C.?

La fecha de esta diáspora aparente de la cultura de los Elder (ancianos) hacia el final de la última Edad de Hielo en realidad pueden ser fijadas con cierto grado de precisión.

Por ejemplo, un texto Cóptico-Árabe del siglo IX, conocido como Abou Hormeis registra que los sacerdotes-astrónomos de Egipto, al darse cuenta de la inminente destrucción de su raza, reconocieron que:

«El diluvio iba a tener lugar cuando el corazón del León entrara en el primer minuto de la cabeza de cáncer.»

“Corazón de león” era el nombre dado en la antigüedad clásica a la estrella Regulus, la ‘estrella real de Leo’, que se encuentra exactamente sobre la eclíptica del curso diario percibido del sol a través del cielo.

Puesto que la constelación de Cáncer le sigue a Leo solamente en el ciclo de precesión (Leo sigue a cáncer en el ciclo anual), entonces esto parece confirmar que esta leyenda preservada, no sólo en memoria de los probables acontecimientos históricos, sino también en la fecha aproximada en que ocurrieron .

A petición mía, el ingeniero en electrónica, Rodney Hale introdujo la información astronómica contenida en los registros de Abou Hormeis en un ordenador mediante el programa Skyglobe 3,5. Aseguró que la última vez que la ‘Estrella Real’ de Leo se levantó y se pudo vislumbrar en el horizonte oriental justo antes de la salida del sol equinoccial, fue alrededor de 9220 AC.

Cuando la estrella Regulus, el «corazón del león”, ya no se levantó con el sol en la primavera, o vernal, equinoccio, esto habría sido visto por los sacerdotes-astrónomos de Egipto como una señal de que la edad de León había llegado a su fin, y la edad de cáncer estaba a punto de comenzar, o que ya había entrado en su «primer minuto de arco a través del cielo.

Esta información, por lo tanto, sugirió que fue en este punto que la cultura de los ancianos había salido de Egipto en previsión de un gran diluvio que iba a arrasar sus tierras.


Kosmokrator


Si ahora volvemos a la tradición iraní, encontramos que varios textos de Zoroastro, incluyendo el Bundahishn, hablan de la historia del mundo comenzando 9,000 años antes de la fecha tradicionalmente aceptada para la llegada de su gran profeta, Zoroastro, en el 588 AC.

Fue en este momento, lo afirma un texto, que las deidades dualistas de la fe, Ahura Mazda y Angra Mainyu, nacieron del «fuego del aire» y «del agua de la tierra» – referencias crípticas una vez más, a los incendios e inundaciones durante la edad de Leo.

Las deidades gemelas compiten por superioridad sobre el cielo y la tierra, una batalla que sólo se resolvió cuando Zoroastro se dice que venció a los sacerdocios Magi, adoradores de daeva durante el tiempo de su propia vida. Desde el tiempo, el ‘Buen Espíritu’, Ahura Mazda ha reinado supremo.

¿Todo esto implica que los antepasados de los reyes-dioses iraní había primero habitado por primera vez su mítica patria, conocida como Vaejah Airyana, la Expansión Iraní, alrededor de 9585 AC?

Dando o tomando unos cuantos siglos, esta fecha fue muy cercana al marco de tiempo en el cual la antigua cultura Elder egipcia , pareciera haberse desmembrado. Puesto que Vaejah Airyana se equipara con las tierras altas de los kurdos, ¿pudiera esta tradición también registrar la llegada a la región de aquellos Elders que fueron a establecer la propuesta cultura Vigía propuesto?

Según la mitología iraní, las fuerzas duales de Ahura Mazda y Angra Mainyu nacieron de un ser supremo conocido como Zurvan, que simbolizaba «tiempo infinito». En el culto romano del dios Mitras, que se desarrolló a partir de fuentes primarias de Irán, el concepto de «tiempo infinito» fue simbolizado por una deidad con cabeza de león.

Estatuas representando esta figura leonina muestran los doce signos del zodíaco en su pecho, y una serpiente enroscándose en la parte superior de su melena. La deidad no es identificada por su nombre (aunque ocasionalmente se vincula con Aeon, un dios gnóstico de tiempo), los estudiosos del mitraísmo lo describen como un kosmokrator, la inteligencia controladora detrás de controlar el fenómeno de la precesión.

Para encontrar un kosmokrator con cabeza de león que se originó en una tradición que vio la historia mundial como habiendo comenzado en 9588 AC, durante la Edad de Leo, era imposible de ignorar. ¿Podría ser posible que, aunque el conocimiento del ciclo de precesión era entendido por la cultura Elder de Egipto, las culturas más tardías que heredaron esta tradición no comprendieron su mecánica.

Así que en lugar de que Leo deje paso a la edad de Cáncer, y luego Géminis, y más tarde Tauro, el símbolo del león se convirtió en el único kosmokrator, o guardián del tiempo infinito, bastante de la misma manera en que la Gran Esfinge se convirtió en un marcador de tiempo precesional en la meseta de Giza.


La Tragedia de la Caída


La cultura Elder de Egipto, nunca llegó a las páginas de la historia. La memoria de sus aparentes descendientes, los Vigilantes de Kurdistán, no es más que una vacía victoria por su parte.

Siendo recordados como hermosos ángeles que cayeron de la gracia, o como dioses o diosas inmortales, o como demonios lascivos que corrompieron las mentes de la humanidad, no corresponde a sus increíbles logros en la astronomía, la agricultura, la geomítica, la creación de tecnología y la sociedad estructurada. Es casi seguro que fueron los descendientes de la cultura del Elder egipcia quienes allanaron el camino para el crecimiento de la civilización en el Viejo Mundo.

Sin embargo, estas personas hicieron mucho más que esto, pues también parecen haber dejado un importante legado al mundo. Puede ser rastreado en la astro-mitología y geomíticas de la meseta de Giza, así como en los mitos y leyendas universales sobre cataclismos globales y datos de precesión. Trasciende todas las barreras del idioma y pueden ser ‘leídos’ por todos.

Se trata de un simple mensaje repetido una y otra vez, como una recurrente señal de SOS Mayday, y sugiere que lo que aconteció a su raza, podría algún día volver a ocurrir.

Por alguna razón, nosotros, como, raza podríamos hundirnos en el olvido sin dejar huella y ser borrados de las páginas de la historia, a no ser, es decir, que despertemos de esta amnesia colectiva que parece que hemos venido experimentando en los últimos once mil años, y darnos cuenta que nunca fuimos los primeros.

Libre pensadores, místicos y eruditos inconformistas nos han estado diciendo que la civilización es mucho más antigua de lo que a la ciencia le gustaría que nosotros creyésemos en los últimos cien años o más.

Las Pirámides, Tiahuanaco, los Mayas, Piri Reis, Hapgood, Platón y la batería de Bagdad son solamente las palabras que repiten sin cesar. Sin embargo, nadie más que los creyentes se han tomado alguna vez éstos asuntos seriamente.

Con la re-fechada de la gran Esfinge en particular, ahora hay demasiada evidencia para negar que al final de la última Edad de Hielo existió una muy avanzada cultura en este mundo. El origen de este pueblo es completamente desconocido. Algunos pudieran sugerir que vinieron de la Atlántida, otros dirán que vinieron de los cielos, pero para ser honestos, simplemente no lo sabemos.

Lo que es más importante es que damos un paso a la vez, y nos adherimos a los hechos concretos, con la esperanza de que esta vez todo el mundo participará en estas grandes revelaciones de nuestro tiempo.

http://www.bibliotecapleyades.net/vida_alien/alien_watchers25.htm

Los Nefilim – El pueblo de los cohetes ígneos

Los textos sumerios y acadios no dejan lugar a dudas de que las gentes del Oriente Próximo de la antigüedad tenían por cierto que los Dioses del Cielo y de la Tierra eran capaces de elevarse en el aire y ascender a los cielos, así como de recorrer los cielos de la Tierra a voluntad.
En un texto que trata de la violación de Inanna/Ishtar por parte de alguien no identificado, éste justifica su acción de este modo:

Un día mi Reina,
después de cruzar el cielo, de cruzar la tierra-
Inanna,
después de cruzar el cielo, de cruzar la tierra-
después de cruzar Elam y Shubur,
después de cruzar…
La hieródula llegó cansada, se durmió.
La vi desde el extremo de mi jardín;
la besé, copulé con ella.

La misma Inanna, de la que se dice aquí que recorría los cielos de muchas y lejanas tierras -hazaña que sólo podría haber realizado volando-, habló en otra ocasión de su vuelo. En un texto que S. Langdon (en Revue d’Assyriologie et d’Archéologie Oriéntale) tituló «La Liturgia Clásica de Innini», la diosa lamenta su expulsión de la ciudad. Siguiendo las instrucciones de Enlil, un emisario, que «me trajo la palabra del Cielo», entró en la sala del trono de la reina, «sus sucias manos puso sobre mi» y, después de otras indignidades:

A mí, desde mi templo,
me obligaron a volar;
una Reina soy que, de mi ciudad,
como un pájaro me obligaron a volar.

Esta capacidad de Inanna, capacidad que también muestran otros de los principales dioses, solían reflejarla los antiguos artistas representando a los dioses -antropomórficos en todos los demás aspectos, como ya hemos visto- con alas. Las alas, tal como se puede ver en numerosas representaciones, no formaban parte del cuerpo -no eran alas naturales-, sino, más bien, un añadido decorativo de la vestimenta del dios.

Inanna/Ishtar, cuyos viajes en pos de aventuras amorosas se mencionan en muchos textos antiguos, se trasladaba entre su primer y distante dominio en Aratta y su codiciada morada en Uruk. Visitaba a Enki en Eridú y a Enlil en Nippur, así como a su hermano Utu en su cuartel general de Sippar. Pero su viaje más famoso fue el que hizo al Mundo Inferior, a los dominios de su hermana Ereshkigal. Este viaje fue objeto no sólo de relatos épicos, sino tam-bién de representaciones artísticas sobre sellos cilíndricos, donde se mostraba a la diosa con alas, para remarcar el hecho de que fue volando desde Sumer hasta el Mundo Inferior.

Los textos que tratan de este arriesgado viaje dicen que Inanna se puso, meticulosamente, siete objetos antes de emprender el viaje, y cuenta que tuvo que entregarlos en los siete pórticos que tuvo que atravesar para llegar a la morada de su hermana. Estos siete objetos se mencionan también en otros textos que tratan de los viajes aéreos de Inanna:

1. El SHU.GAR.RA se lo puso en la cabeza.
2.«Pendientes medidores», en las orejas.
3. Cadenas de piedrecillas azules, alrededor del cuello.
4.«Piedras» gemelas, sobre los hombros.
5. Un cilindro dorado, en las manos.
6. Correas, que le abrazaban el pecho.
7. La vestimenta PALA, con la que vistió su cuerpo.

Aunque nadie ha sido capaz, todavía, de explicar la naturaleza y el significado de estos siete objetos, creemos que la respuesta la teníamos al alcance de la mano desde hace tiempo. En las excavaciones que realizaron entre 1903 y 1914 Walter Andrae y sus colegas en la capital asiria de Assur, se encontró en el Templo de Ishtar una estatua muy deteriorada de la diosa, donde se podían observar diversos «artilugios» sujetos al pecho y a la espalda. En 1934, los arqueólogos que excavaban en Mari se encontraron con una estatua similar, pero intacta, enterrada en el suelo. Era la representación a tamaño natural de una hermosa mujer.

Su poco común tocado estaba adornado con un par de cuernos, señalando con ello que se trataba de una diosa. Estimando su antigüedad en unos 4000 años de edad, los arqueólogos se quedaron impresionados por el aspecto tan realista de la estatua (en una foto, resultaba difícil distinguirla de los hombres vivos). Le pusieron por nombre La Diosa del Vaso, porque sostenía en las manos un objeto cilíndrico.

A diferencia de las tallas planas o de los bajorrelieves, esta representación tridimensional y a tamaño natural de la diosa revela interesantes rasgos de su atuendo. En la cabeza no lleva un sombrero de señora, sino un casco especial; sobresaliendo de él, a ambos lados, y adaptándose a las orejas, hay unos objetos que le recuerdan a uno los auriculares de un piloto. En el cuello y sobre el pecho, la diosa lleva un collar de multitud de piedrecillas (probablemente preciosas); y en las manos sostiene un objeto cilíndrico que parece demasiado grueso y pesado como para ser un recipiente de agua.
Sobre una blusa semitransparente, dos correas le cruzan el pecho, llevando a la espalda, y sosteniendo en su lugar, una extraña caja de forma rectangular. La caja está estrechamente ceñida a la parte posterior del cuello de la diosa, firmemente sujeta al casco con una correa horizontal. Fuese lo que fuese lo que la caja llevase dentro, debió de ser algo pesado, pues el artilugio precisa del apoyo adicional de dos grandes hombreras. El peso de la caja debió de incrementarse con una manguera que está conectada a su base con una abrazadera circular. El equipo completo de instrumentos se sostiene en su lugar con la ayuda de dos series de correas que entrecruzan la espalda y el pecho de la diosa.
El paralelismo entre los siete objetos que necesitaba Inanna para sus viajes aéreos y el vestuario y los objetos que lleva la estatua de Mari (y, probablemente, también la otra mutilada que se encontró en el templo de Ishtar en Assur) es fácilmente demostrable. Vemos los «pendientes medidores» -los auriculares- en las orejas; las hileras o «cadenas» de piedrecillas alrededor del cuello; las «piedras gemelas» -las dos hombreras-, sobre los hombros; el «cilindro dorado» en las manos, y las correas que se entrecruzan en su pecho. Ciertamente, va vestida con una «vestimenta PALA» («vestimenta del soberano»), y en la cabeza lleva el casco SHU.GAR.RA, un término que, literalmente, significa «lo que hace ir lejos en el universo».
Todo esto nos sugiere que el atuendo de Inanna era el de un aeronauta o un astronauta.
El Antiguo Testamento llamaba a los «ángeles» del Señor malachim -literalmente, «emisarios», que llevaban los mensajes divinos y hacían cumplir los mandatos de Dios. Tal como se nos revela en multitud de casos, eran aviadores divinos: Jacob los vio subiendo una escalera celeste, a Agar (la concubina de Abraham) le hablaron desde el aire, y fueron ellos los que llevaron a cabo la destrucción aérea de Sodoma y Gomorra.
El relato bíblico de los sucesos que precedieron a la destrucción de las dos ciudades pecadoras ilustra el hecho de que estos emisarios eran, por una parte, antropomórficos en todos los aspectos, y, por otra, podían ser identificados como «ángeles» tan pronto se les observaba. Sabemos que su aparición era repentina. Abraham «levantó los ojos y, he aquí, que había tres individuos parados a su vera». Haciendo reverencias y diciéndoles «Mis Señores», les imploró, «no paséis de largo cerca de vuestro servidor», y los persuadió para que se lavaran los pies, descansaran y comieran.
Después de hacer lo que les pedía Abraham, dos de los ángeles (el tercer «hombre» resultó ser el mismo Señor) siguieron hasta Sodoma. Lot, el sobrino de Abraham, «estaba sentado a la puerta de Sodoma; al verlos, Lot se levantó a su encuentro y postrándose rostro en tierra, dijo: Ea, señores, por favor, desviaos hacia la casa de este servidor vuestro; hacéis noche, os laváis los pies y de madrugada seguís vuestro camino». Después, «él les preparó una comida, y comieron». Cuando la noticia de la llegada de los dos se difundió por la ciudad, «los sodomitas rodearon la casa, desde el mozo hasta el viejo, todo el pueblo sin excepción, llamaron a voces a Lot y le dijeron: ¿dónde están los hombres que han venido donde ti esta noche?»
¿Cómo eran estos hombres, que comían, bebían, dormían y se lavaban sus cansados pies, y que, no obstante, se les reconocía al instante como ángeles del Señor? La única explicación posible es que, lo que vestían -sus cascos o uniformes- o lo que portaban -sus armas-, les hacían reconocibles de inmediato. Ciertamente, es una posibilidad que llevaran unas armas muy características. Los dos «hombres» de Sodoma, a punto de ser linchados por la turba, «a los que estaban a la entrada de la casa les dejaron deslumbrados… y mal se vieron para encontrar la entrada». Y otro ángel, que en esta ocasión se le apareció a Gedeón, al haber sido elegido Juez en Israel, le dio una señal divina al tocar una roca con su bastón y hacer salir fuego de ella.
El equipo dirigido por Andrae aún descubrió otra representación atípica de Ishtar en su templo de Assur. Más como una escultura mural que como un relieve común, se veía a la diosa con un ajustado casco, con los «auriculares» extendidos, como si dispusieran de sus propias antenas planas, y llevando unas marcadas gafas que parecían formar parte del casco.

No hace falta decir que, cualquier hombre que viera a una persona – hombre o mujer – así vestida, se daría cuenta de inmediato de que se acababa de encontrar con un aeronauta divino.
Las figurillas de arcilla encontradas en lugares sumerios, y que se estima tienen 5000 años de antigüedad, bien podrían ser burdas representaciones de estos malachim con armas tipo varita mágica. En una de estas figurillas, se ve el rostro a través del visor del casco. En otra, el «emisario» lleva el clásico tocado cónico divino y un uniforme tachonado de objetos circulares cuya función se desconoce.

Los protectores oculares o «gafas» de las figurillas constituyen un detalle de lo más interesante, porque el Oriente Próximo del cuarto milenio a.C. estaba literalmente inundado de figurillas abarquilladas que representaban, de forma estilizada, la parte superior de las deidades, exagerando su rasgo más prominente: un casco cónico con visores o gafas elípticas.

Se encontraron montones de figurillas como éstas en Tell Brak, un lugar prehistórico situado a orillas del río Khabur, el río en cuyas riberas vio Ezequiel el carro divino milenios más tarde.

Indudablemente, no es una mera casualidad que los hititas, conectados con Sumer y Acad a través de la zona del Khabur, adoptaran como señal escrita para designar a los dioses el símbolo un préstamo claro de las figurillas «de los ojos».

Tampoco resulta sorprendente que este símbolo o jeroglífico del «ser divino», expresado en estilos artísticos, llegara a dominar no sólo el arte de Asia Menor, sino también el de los primitivos griegos durante los períodos minoico y micénico.

Los textos antiguos indican que los dioses se ponían este atuendo especial no sólo para sus vuelos por los cielos terrestres, sino también para ascender a los distantes cielos. Hablando de sus ocasionales visitas a Anu en su Morada Celestial, la misma Inanna explicaba que podía llevar a cabo tales viajes porque «el mismo Enlil me abrochó el divino ME-atuendo alrededor de mi cuerpo». En el texto, se citan las palabras de Enlil, que le dice a la diosa:

Has alzado los ME,
te has atado los ME a las manos,
te has ceñido los ME,
te has sujetado los ME al pecho…
Oh Reina de todos los ME, Oh luz radiante
que con la mano agarra los siete ME.

Un primitivo soberano sumerio, que fue invitado por los dioses para ascender a los cielos, recibió el nombre de EN.ME.DUR. AN.Kl, que literalmente, significa «soberano cuyo me conecta Cielo y Tierra»- Una inscripción de Nabucodonosor II, en la que se describe la reconstrucción de un pabellón especial para el «carro celeste» de Marduk, afirma que éste formaba parte de la «casa fortificada de los siete me de Cielo y Tierra».
Los estudiosos tienen a los me por «objetos de poder divinos».
Sin embargo, literalmente, el término proviene del concepto de «nadar en las aguas celestiales». Inanna los describía como partes de la «vestimenta celestial» que ella se ponía para sus viajes en el Barco del Cielo. Así pues, los me eran partes del equipo especial que había que ponerse para volar por los cielos de la Tierra, así como por el espacio exterior.
En la leyenda griega de ícaro, éste intenta volar sujetando con cera unas alas a su cuerpo. Las evidencias del Próximo Oriente de la antigüedad muestran que, aunque quizás se representase a los dioses con alas para indicar sus capacidades voladoras -o, quizás, a veces, con uniformes alados-, nunca se pretendió decir con ello que usaran alas sujetas al cuerpo para volar. Más bien utilizaban vehículos en estos viajes.
El Antiguo Testamento nos cuenta que una noche en la que el Patriarca Jacob estaba en un campo de las cercanías de Jarán, éste vio «una escalera apoyada en tierra, y cuya cima tocaba los cielos», en la que «los ángeles del Señor» estaban muy ocupados subiendo y bajando. El mismo Señor estaba de pie en la cima de la escalera. Y el pasmado Jacob, «asustado, dijo»:

Así pues, un Dios está presente en este lugar,
y yo no lo sabía…
¡ Qué temible es este lugar!
Ciertamente, esto no es otra cosa sino la Morada del Señor
y ésta es la Puerta del Cielo.

En este relato hay dos puntos interesantes. El primero consiste en que los seres divinos que suben y bajan por esta «Puerta del Cielo» lo hacían utilizando un dispositivo mecánico: una «escalera». El segundo es que la visión toma a Jacob totalmente por sorpresa. La «Morada del Señor», la «escalera» y los «ángeles del Señor» que la utilizan no estaban allí cuando Jacob se echó a dormir en el campo. Tuvo la temible «visión» de repente. Y, por la mañana, la «Morada», la «escalera» y sus ocupantes se habían ido.
Podríamos llegar a la conclusión de que el equipo utilizado por los seres divinos era una especie de nave que podía aparecer sobre un lugar, cernerse por un rato y desaparecer de la vista una vez más.
El Antiguo Testamento nos informa también que el profeta Elias no murió en la Tierra, sino que «subió al Cielo en un Torbellino». Éste no fue un suceso repentino e inesperado: la ascensión de Elias a los cielos estaba prevista. Se le dijo que fuera a Beth-El («la casa del señor») un día determinado. Ya se habían difundido rumores entre sus discípulos al respecto de que estaba a punto de ser llevado a los cielos. Y, cuando le preguntaron a su discípulo más cercano si el rumor era cierto, éste les confirmó que, de hecho, «el Señor arrebatará al Maestro hoy». Y después:

Apareció un carro de fuego,
y caballos de fuego…
Y Elias subió al Cielo
en un Torbellino.

Aún más famoso, y, ciertamente, mejor descrito, fue el carro celeste visto por el profeta Ezequiel, que vivió entre los deportados judíos de las riberas del río Khabur, en el norte de Mesopotamia.

Los Cielos se abrieron,
y yo vi las apariciones del Señor.

Lo que Ezequiel vio fue un ser de aspecto humano, envuelto en brillos y resplandor, sentado en un trono que descansaba sobre un «firmamento» de metal dentro del carro. El vehículo, que podía moverse en cualquier dirección con sus ruedas-dentro-de-ruedas y elevarse del suelo verticalmente, fue descrito por el profeta como un torbellino fulgurante.

Y vi
un Torbellino que venía desde el norte,
como una nube grande con destellos de fuego
y resplandores en torno.
Y dentro de él, en medio del fuego,
había un resplandor como el fulgor del halo.

En algunos estudios recientes sobre esta descripción bíblica (como el de Josef F. Blumrich, de la Administración Nacional Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos, NASA), se ha llegado a la conclusión de que el «carro» que vio Ezequiel era una especie de helicóptero, compuesto de una cabina sobre cuatro ejes, cada uno equipado con alas rotatorias -es decir, un «torbellino».
Alrededor de dos milenios antes, cuando el soberano sumerio Gudea conmemoraba la construcción del templo de su dios, Ninurta, escribió que se le apareció «un hombre que brillaba como el Cielo… por el casco que llevaba en la cabeza, era un dios». Cuando Ninurta y dos acompañantes divinos se le aparecieron a Gudea, estaban de pie junto al «pájaro negro del viento divino» de Ninurta. Al final, resultó que el propósito principal para la construcción del templo fue el proporcionar una zona de seguridad, un recinto especial dentro de los terrenos del templo, para este «pájaro divino».
Gudea relató que, para la construcción de este recinto, se necesitaron enormes vigas y gigantescas piedras traídas de muy lejos, y la construcción del templo se dio por terminada sólo después de que el «pájaro divino» entrara en el recinto. Una vez allí, el «pájaro divino» «pudo agarrarse al cielo» y fue capaz de «reunir Cielo y Tierra». El objeto era tan importante -«sagrado»- que estaba permanentemente protegido por dos «armas divinas», el «cazador supremo» y el «asesino supremo» -armas que emitían rayos de luz y rayos que daban muerte.
La similitud entre las descripciones bíblicas y sumerias, tanto de los vehículos como de los seres en su interior, son obvias. La descripción de los vehículos como de un «pájaro», un «pájaro de viento» y un «torbellino» que podía elevarse hacia el cielo mientras emitía un resplandor, no deja lugar a dudas de que se trataba de algún tipo de máquina voladora.
Unos murales enigmáticos descubiertos en Tell Ghassul, un lugar al este del Mar Muerto cuyo nombre antiguo nos resulta desconocido, pueden arrojar algo de luz sobre este tema. Estos murales, datados en los alrededores del 3500 a.C, representan una gran «brújula» de ocho puntas, la cabeza de una persona con casco dentro de una cámara con forma de campana y dos diseños de un aparato mecánico que bien podrían ser los «torbellinos» de la antigüedad.

Los textos antiguos hablan también de algún vehículo utilizado para subir a los aeronautas a los cielos. Gudea afirmaba que, cuando el «pájaro divino» se elevaba para circundar las tierras, «hacía destellos sobre los ladrillos levantados». El recinto protegido era descrito como MU.NA.DA.TUR.TUR («lugar de descanso de piedra fuerte del MU). Urukagina, que gobernó en Lagash, decía del «pájaro negro de viento divino»: «El MU que ilumina como un fuego alto y fuerte que hubiera hecho yo». De forma parecida, Lu-Utu, que gobernó en Umma en el tercer milenio a.C, construyó un lugar para un mu, «que sale en un fuego», para el dios Utu, «en el lugar señalado del interior de su templo».
El rey babilonio Nabucodonosor II, en sus anotaciones sobre la reconstrucción que hizo del recinto sagrado de Marduk, decía que dentro de los muros fortificados, hechos de ladrillo cocido y reluciente mármol ónice,

Levanté la cabeza del barco ID.GE.UL
el Carro principesco de Marduk;
El barco ZAG.MU.KU, cuya llegada se observa,
el viajero supremo entre Cielo y Tierra,
en medio del pabellón que yo construí,
apantallando sus costados.

ID.GE.UL, el primer epíteto empleado para describir a este «viajero supremo», o «Carro de Marduk», significa literalmente «alto hasta el cielo, brillante en la noche». ZAG.MU.KU, el segundo epíteto utilizado para describir al vehículo -sin duda, un «barco» resguardado en un pabellón especial- significa «el brillante MU que es para ir lejos».
El que hubiera un mu -un objeto cónico con la parte superior ovalada- instalado de verdad en el interior del recinto sagrado de los templos de los Grandes Dioses del Cielo y de la Tierra es algo que, afortunadamente, se puede demostrar. En una antigua moneda encontrada en Biblos (la bíblica Gebal), en la costa mediterránea del actual Líbano, se representa el Gran Templo de Ishtar. Aunque aquí se muestra con la apariencia que tenía en el primer milenio a.C, los requisitos existentes para que los templos se construyeran y reconstruyeran en el mismo lugar y según el plano original hacen que lo que veamos ahora sean los elementos básicos del templo original de Biblos, diseñado milenios atrás.
La moneda retrata un templo con dos partes. En la parte frontal se encuentra la estructura principal del edificio, imponente con su pórtico columnado. Pero, detrás, hay un patio interior, o «zona sagrada», oculto y protegido por un enorme muro. Está claro que es una zona elevada, pues sólo se puede acceder a ella subiendo unas escaleras.

En el centro de esta zona sagrada hay como una plataforma que, por su entramado de vigas cruzadas, similar al de la Torre Eiffel, da la sensación de que fuera construida para soportar un gran peso. Y, de pie sobre la plataforma, se encuentra el objeto de toda esta seguridad y protección, un objeto que sólo puede ser un mu.
Como la mayoría de las palabras monosilábicas sumerias, mu tenía un significado principal; en el caso de mu, el significado era «aquello que se eleva recto». Entre sus treinta y tantos matices se incluyen los significados de «alturas», «fuego», «mandato», «período contado», así como (en tiempos posteriores) «aquello por lo cual se le recuerda a uno». Si, desde las estilizaciones asirías y babilonias del signo escrito de mu, nos remontamos hasta sus pictografías originales sumerias, nos encontraremos con la siguiente evidencia gráfica:

Vemos, claramente, una cámara cónica, sola o con una sección más estrecha añadida. «Desde una cámara-en-el-cielo dorada te vigilaré», prometía Inanna al rey asirio. ¿Acaso era este mu la «cámara celestial»?

En un himno a Inanna/Ishtar y sus viajes en el Barco del Cielo se indica, con toda claridad, que el mu era el vehículo en el cual recorrían los dioses el cielo:

Dama del Cielo:
Ella se pone la Vestimenta del Cielo;
valientemente asciende hacia el Cielo.
Sobre todas las tierras pobladas
vuela en su MU.
Dama, que en su MU
en las alturas del Cielo aletea gozosa.
Sobre todos los lugares de descanso
vuela en su MU.

Existen evidencias que demuestran que la gente del Mediterráneo oriental había visto estos objetos similares a cohetes no sólo en algún templo, sino volando de verdad. En los glifos hititas, por ejemplo, se pueden ver, contra un fondo de cielos estrellados, misiles que cruzan, cohetes montados sobre rampas de lanzamiento, y hasta un dios en el interior de una cámara radiante.

El profesor H. Frankfort (Cylinder Seáis), en su demostración sobre el modo en que se difundió por todo el mundo antiguo el arte de la elaboración de sellos cilíndricos, así como los temas representados en ellos, reproduce el diseño de un sello encontrado en Creta y datado en el siglo xiii a.C. Los grabados del sello representan, con toda claridad, un cohete que cruza el cielo propulsado por llamas que salen por su parte trasera.

Los caballos alados, los animales entrecruzados, el globo celeste alado y la deidad con cuernos en su tocado son, todos ellos, conocidos temas mesopotámicos. Ciertamente, se puede aceptar que el cohete ígneo que aparece en el sello cretense era también un objeto familiar en todo el Oriente Próximo de la antigüedad.
De hecho, se puede ver un cohete con «alas» o aletas -alcanza-ble mediante una «escalera»- en una tablilla excavada en Gezer, una ciudad de la antigua Canaán, al oeste de Jerusalén. En la doble impresión del mismo sello se ve también un cohete descansando en el suelo, junto a una palmera. La naturaleza o el destino celeste de estos objetos viene confirmada por símbolos del Sol, la Luna y las constelaciones zodiacales que adornan el sello.

Los textos mesopotámicos en los que se habla de los recintos interiores de los templos, de los viajes celestes de los dioses o, incluso, de casos en los que algún mortal ascendió a los cielos, emplean el término sumerio mu o sus derivados semitas shu-mu («lo que es un mu»), sham o shem. Dado que el término tuvo también la connotación de «aquello por lo cual se le recuerda a uno», al final se le ha dado el significado de «nombre». Pero la aplicación universal de «nombre» a los textos más primitivos, en los que se habla de un objeto utilizado para volar, ha oscurecido el verdadero significado de los registros antiguos.
Así, G. A. Barton (The Roy al Inscriptions of Sumer and Akkad) estableció la incuestionada traducción de la inscripción del templo de Gudea -que «Su MU abrazará las tierras, de horizonte a horizonte»-como «Su nombre cubrirá las tierras». En un himno a Ishkur, en el que se ensalza su «MU que despide rayos» que podían alcanzar las alturas del Cielo, se traduce asimismo: «Tu nombre es radiante, alcanza el cénit del Cielo». Sin embargo, teniendo la sensación de que mu o shem puede identificar a un objeto y no un «nombre», algunos estudiosos han tratado este término como un sufijo o fenómeno gramatical que no requiere traducción, y han optado por ignorarlo completamente.
No es demasiado difícil localizar la etimología del término, y la ruta por la cual la «cámara celeste» asumió el significado de «nombre». Se han encontrado esculturas en las que se muestra a un dios dentro de una cámara con forma de cohete, como en este objeto antiquísimo (ahora en posesión del Museo de la Universidad de Filadelfia) donde la naturaleza celeste de la cámara viene confirmada por los doce globos que la decoran.

En muchos sellos se representa, del mismo modo, a un dios (a veces, dos) dentro de estas «cámaras divinas»; en la mayoría de los casos, estos dioses en el interior de sus óvalos sagrados eran representados como objetos de veneración.
Con el deseo de adorar a sus dioses en cualquier lugar, y no sólo en la «casa» oficial de cada deidad, los pueblos antiguos establecieron la costumbre de crear imitaciones del dios dentro de su divina «cámara celeste». En los sitios seleccionados se levantaron pilares de piedra simulando la forma del vehículo oval, y se talló la imagen del dios en la piedra para indicar que estaba dentro del objeto.
Sólo era una cuestión de tiempo que reyes y gobernantes, relacionando estos pilares (llamados estelas) con la capacidad de ascender a la Morada Celeste, comenzaran a tallar sus propias imágenes en las estelas como una forma de asociarse a sí mismos con la Morada Eterna. Si no podían escapar al olvido físico, que al menos su «nombre» se recordara para siempre.

Y se puede apoyar la idea de que estos pilares de piedra conmemorativos pretendían simular a la nave celeste ígnea gracias al término por el cual se conocía en la antigüedad a estas estelas. Los súmenos las llamaban NA.RU («piedras que ascienden»). Los acadios, los babilonios y los asirios las llamaban naru («objetos que despiden luz»). Los amurru las llamaron miras («objetos ígneos» -en hebreo, ner aún sigue significando un pilar que emite luz y, de ahí, su significado actual de «vela»). En las lenguas indoeuropeas de los hurritas y los hititas, a las estelas se les llamaba hu-u-ashi («pájaro de fuego de piedra»).
Las referencias bíblicas indican cierta familiaridad con dos tipos de monumentos conmemorativos, el yad y el shem. El profeta Isaías transmitió a las sufrientes gentes de Judea la promesa del Señor de un futuro mejor y más seguro:

Y yo les daré,
en mi Casa y dentro de mis murallas,
un yad y un shem.

Si lo traducimos literalmente, lo que el Señor le estaría prometiendo a su pueblo sería la entrega de una «mano» y un «nombre». Afortunadamente, sin embargo, de los antiguos monumentos que reciben el nombre de yad y que todavía están en pie en Tierra Santa, sabemos que se les distinguía por tener la cúspide con forma piramidal. El shem, por otra parte, era un monumento con la cúspide oval. Ambos, parece evidente, comenzaron siendo simulaciones de la «cámara celeste», el vehículo que los dioses utilizaban para ascender a la Morada Eterna. De hecho, en el antiguo Egipto, los devotos peregrinaban a un templo de Heliópolis para ver y adorar el ben-ben, un objeto de forma piramidal en el que los dioses habían llegado a la Tierra en tiempos inmemoriales. Los faraones egipcios, cuando morían, pasaban por una ceremonia de «apertura de boca», en la cual se suponía que serían transportados por un yad similar o un shem hasta la divina Morada de la Vida Eterna.

Los traductores bíblicos, al insistir en el empleo de «nombre» cada vez que se encuentran con shem, están ignorando un estudio que, con visión de futuro, publicó hace más de un siglo G. M. Redslob (en Zeitschrift der Deutschen Morgenlandischen Gesellschafi) en el cual señalaba, correctamente, que el término shem y el término sha-main («cielo») provienen de la raíz shamah, que significa «aquello que está hacia lo alto». Cuando en el Antiguo Testamento se dice que el rey David «hizo un shem» para conmemorar su victoria sobre los arameos, Redslob dice que el rey David no «hizo un nombre», sino que levantó un monumento que apuntaba hacia el cielo.
El darse cuenta de que, en muchos textos mesopotámicos, mu o shem no deben traducirse como «nombre» sino como «vehículo del cielo», permite abrir la puerta a la comprensión del verdadero significado de muchos relatos de la antigüedad, incluida la narración bíblica de la Torre de Babel.
El Libro del Génesis, en su capítulo 11, nos habla del empeño de los seres humanos de elevar un shem. El relato bíblico se nos ofrece con el lenguaje conciso (y preciso) de los hechos históricos, aunque generaciones de estudiosos y de traductores hayan pretendido darle al relato sólo un significado alegórico, porque -tal como lo entendían-era un cuento que trataba del deseo de la Humanidad de «hacer un nombre». Con este enfoque se privó al relato de su verdadero significado, un significado basado en hechos reales. Nuestra conclusión en cuanto al verdadero significado de shem le da tanto sentido a la narración como debió tenerlo para las mismas gentes de la antigüedad.
El relato bíblico de la Torre de Babel trata de hechos que siguieron a la repoblación de la Tierra después del Diluvio, «al desplazarse la humanidad desde oriente, hallaron una vega en el país de Senaar, y allí se establecieron».
El País de Senaar es, como ya vimos, la Tierra de Sumer, en la vega que hay entre los dos ríos del sur de Mesopotamia. Y la gente, ya entendida en cuanto al arte de la elaboración de ladrillos y en el de la construcción de una civilización urbana, dijo:

«Vamos a edificarnos una ciudad,
y una torre cuya cúspide alcance los cielos;
y hagámonos un shem,
por si nos desperdigamos por toda la faz de la Tierra.»

Pero los planes de estos humanos no eran del agrado de Dios.

Y el Señor bajó,
para ver la ciudad y la torre
que los Hijos de Adán habían erigido.
Y dijo: «He aquí
que todos son un pueblo con un mismo lenguaje
y esto es sólo el comienzo de sus empresas.
Ahora, nada de cuanto se propongan
les será imposible hacer.»

Y el Señor dijo -a algunos colegas a los que el Antiguo Testamento no nombra:

«Ea, pues, bajemos,
y una vez allí confundamos su lenguaje,
para que no entienda cada cual el de su prójimo».
Y, desde allí, el Señor los desperdigó
por toda la faz de la Tierra,
y dejaron de edificar la ciudad.
Por eso se la llamó Babel,
porque allí embrolló el Señor la lengua de la Tierra.

La traducción tradicional de shem como «nombre» ha hecho que el relato resultará ininteligible durante generaciones. ¿Por qué los antiguos habitantes de Babel -Babilonia- se empeñaron en «hacerse un nombre»? ¿Por qué había que poner el «nombre» sobre «una torre cuya cúspide alcance los cielos»? ¿Y cómo el «hacerse un nombre» iba a contrarrestar los efectos de la dispersión de la Humanidad por toda la Tierra?
Si todo lo que aquellas gentes querían era hacerse (tal como explican los estudiosos) una «reputación», ¿por qué disgustó tanto este empeño al Señor? ¿Por qué la Deidad consideró el «hacerse un nombre» como una hazaña tras la cual «nada de cuanto se propongan les será imposible hacer»? Las explicaciones tradicionales son, indudablemente, insuficientes para aclarar por qué el Señor consideró necesario convocar a otras deidades que no se nombran para bajar y dar fin a este empeño humano.
Creemos que las respuestas a todas estas preguntas se hacen plausibles -incluso, obvias- si traducimos por «vehículo aéreo», en vez de «nombre», el término shem, que es la palabra empleada en el texto original hebreo de la Biblia. De este modo, el relato trataría de la preocupación de los seres humanos por no perder el contacto entre ellos a medida que las gentes se fueran esparciendo por la Tierra. Por esto decidieron construir un «vehículo aéreo» y levantar una torre de lanzamiento para este vehículo, con el fin de poder volar también ellos -como la diosa Ishtar, por ejemplo- en un mu «sobre todas las tierras pobladas».
Una parte del texto babilonio conocido como «La Epopeya de la Creación» cuenta que la primera «Puerta de los Dioses» la construyeron en Babilonia los mismos dioses. A los Anunnaki, los dioses de base, se les ordenó

Construid la Puerta de los Dioses…
Que se elabore su enladrillado.
Su shem estará en el lugar designado.

Durante dos años, los Anunnaki trabajaron sin descanso -«aplicaron la herramienta… moldearon ladrillos»- hasta que «elevaron a las alturas la cúspide de Eshagila» («casa de los Grandes Dioses») y «construyeron la torre de la plataforma tan alta como el Alto Cielo».
Hubo cierto descaro por parte de la Humanidad al establecer su Propia torre de lanzamiento en un lugar utilizado originariamente por los dioses para este propósito, pues el nombre del lugar -Babili-significa literalmente «Puerta de los Dioses».
¿Existe alguna otra evidencia que corrobore el relato bíblico y nuestra interpretación de él?
El sacerdote e historiador babilonio Beroso, que en el siglo III a.C. compiló una historia de la Humanidad, dice que los «primeros habitantes de la tierra, regocijándose en su propia fortaleza… se propusieron levantar una torre cuya ‘cúspide’ alcanzara el cielo». Pero los dioses y unos fuertes vientos la derrumbaron, «y los dioses introdujeron una gran diversidad de lenguas entre los hombres, que hasta aquel entonces hablaban todos el mismo lenguaje».
George Smith (The Chaldean Account of Génesis) encontró en los escritos del historiador griego Hesteo una reseña en la que se decía que, de acuerdo con «antiguas tradiciones», la gente que escapó al Diluvio llegó a Senaar en Babilonia, pero que fueron sacados de allí por una diversificación de lenguas. El historiador Alejandro Polihistor (siglo I a.C.) escribió que todos los hombres hablaban la misma lengua en un principio y que, después, algunos se propusieron levantar una enorme y noble torre con el fin de poder «trepar hasta el cielo», pero que el dios supremo confundió sus intenciones enviando un torbellino, y a cada tribu se le dio un lenguaje diferente. «La ciudad donde sucedió esto fue Babilonia».
En estos momentos, existen pocas dudas respecto al hecho de que los relatos bíblicos, así como las informaciones de historiadores griegos de hace 2000 años y de su predecesor Beroso, tengan todos un origen -sumerio- anterior. A. H. Sayce(The Religión of the Babylonians) dice que, en los fragmentos de una tablilla que hay en el Museo Británico, leyó «la versión babilonia de la construcción de la Torre de Babel». En todos los casos, el empeño por alcanzar los cielos y la subsiguiente confusión de lenguas son los elementos básicos de la versión. Existen otros textos sumerios que registran la deliberada confusión de la lengua del Hombre a cargo de un dios airado.
Presumiblemente, la Humanidad no poseía en aquel momento la tecnología necesaria para un proyecto aeroespacial de tal calibre; para ello, era esencial la guía y la colaboración de un dios entendido en el tema. ¿Hubo algún dios que desafiara a los demás ayudando a la Humanidad? En un sello sumerio se muestra una confrontación armada entre dioses, aparentemente, por la construcción humana de una torre plataforma.

Una estela sumeria que se exhibe en el Louvre, en París, puede muy bien representar el incidente del que se habla en el Libro del Génesis. Fue erigida en los alrededores del 2300 a.C. por Naram-Sin, rey de Acad, y los expertos suponen que representa al victorioso rey sobre sus enemigos. Pero la gran figura central es la de una deidad y no la de un rey humano, pues lleva un casco adornado con cuernos, la marca de identidad exclusiva de los dioses.

Además, esta figura central no parece ser el líder de los humanos, más pequeños en tamaño, sino que parece estar pasándoles por encima. Por su parte, los humanos no parecen estar metidos en ninguna actividad guerrera, sino que parecen estar marchando hacia, y adorando, el mismo objeto cónico grande sobre el cual tiene puesta su atención la deidad. Armado con un arco y una lanza, la deidad parece ver el objeto más como algo amenazador que como un objeto de adoración.

El objeto cónico se muestra como alcanzando a tres cuerpos celestes. Por su tamaño, forma y propósito parece tratarse de un shem, por lo que la escena podría estar representando a un enfurecido dios, totalmente armado, atropellando a la gente que está celebrando la erección del shem.
Tanto los textos mesopotámicos como el relato bíblico ofrecen la misma moral: las máquinas voladoras son para los dioses y no para la Humanidad. Los hombres -afirman tanto los textos mesopotámicos como los bíblicos- podrían ascender a la Morada Celestial sólo bajo expreso deseo de los dioses. Y precisamente en esto se basan muchos relatos de ascensos a los cielos e, incluso, de vuelos espaciales.

El Antiguo Testamento registra el ascenso a los cielos de varios seres mortales.
El primero fue Enoc, un patriarca antediluviano que entabló amistad con Dios y que «caminaba con el Señor». Fue el decimoséptimo patriarca en el linaje de Adán, además de bisabuelo de Noé, el héroe del Diluvio.
El quinto capítulo del Libro del Génesis hace una lista genealógica de todos estos patriarcas y dice las edades que tenían al morir, excepto en el caso de Enoc, que «desapareció porque Dios se lo llevó». Tanto por lo que se trasluce como por lo que dice la tradición, Dios se llevó a Enoc al cielo, para escapar de la muerte en la Tierra. El otro mortal fue el profeta Elias, que fue arrebatado de la Tierra y llevado al cielo en un «torbellino»
Otra referencia en el Antiguo Testamento de un tercer mortal que visitó la Morada Divina y que fue dotado allí de una gran sabiduría. Se trata de un rey de Tiro (una ciudad fenicia de la costa oriental del Mediterráneo). En Ezequiel, 28 leemos que el Señor le encargó al profeta que le recordara al rey cómo, siendo perfecto y sabio, la Deidad le había permitido que fuera a ver a los dioses:

Fuiste moldeado según un plan,
lleno de sabiduría, perfecto en belleza.
Has estado en el Edén, el jardín de Dios;
toda suerte de piedras preciosas formaban tu manto…
Eras un Querubín ungido, protegido;
y yo te había puesto en el monte sagrado;
como un dios eras,
moviéndote entre las Piedras de Fuego.

Pronosticándole al rey de Tiro la muerte «de los incircuncisos» a manos de extranjeros, aun cuando les dijera «Soy un dios», el Señor pasa a explicarle a Ezequiel el motivo: después de haberle llevado a la Morada Divina y haberle dado acceso a toda clase de sabiduría y riquezas, su corazón «se hizo engreído», hizo un uso indebido de su sabiduría y profanó los templos.

Porque tu corazón se ha engreído, diciendo
«Soy un dios;
en la Morada de la Deidad me senté,
en mitad de las Aguas»;
Aunque eres un Hombre, no un dios,
equiparas tu corazón al de una Deidad.

Los textos sumerios hablan también de varios hombres que tuvieron el privilegio de ascender a los cielos. Uno fue Adapa el «hombre modelo» creado por Ea. A Adapa, Ea «le había dado sabiduría; la vida eterna no se la había dado». Con el transcurso de los años, Ea decidió evitar el fin mortal de Adapa proporcionándole un shem con el cual llegar a la Morada Celestial de Anu, para allí comer del Pan de la Vida y beber del Agua de la Vida. Cuando Adapa llegó a la Morada Celestial de Anu, éste le exigió saber el nombre del que le había proporcionado el shem con el cual había llegado a este lugar celeste.
Existen varias pistas importantes, tanto en los relatos bíblicos como en los mesopotámicos, sobre los excepcionales ascensos de mortales a la Morada de los Dioses. Adapa, al igual que el rey de Tiro, fue hecho de un «molde» perfecto. Todos tenían que conseguir y emplear un shem -«piedra de fuego»- para llegar al celestial «Edén». Unos habían subido y habían vuelto a la Tierra; otros, como el héroe mesopotámico del Diluvio, se quedaron allí para disfrutar de la compañía de los dioses. Y fue para encontrar a este «Noé» mesopotámico, y para obtener de él el secreto del Árbol de la Vida, por lo que el Gilgamesh sumerio inició su aventura.
La inútil búsqueda del Árbol de la Vida por parte de un Hombre mortal es el tema de uno de los más largos y poderosos relatos épicos que la civilización sumeria legara a la cultura humana. Titulado por los eruditos modernos como «El Poema de Gilgamesh», este conmovedor relato trata del rey de Uruk, nacido de padre mortal y madre divina, a consecuencia de lo cual se le considera como «dos tercios de dios, un tercio humano», circunstancia que le induce a intentar escapar de la muerte, que era el destino de los mortales.
Gilgamesh se entera por la tradición de que uno de sus antepasados, Utnapistim -el héroe del Diluvio- había escapado de la muerte al ser llevado a la Morada Celestial junto con su esposa. Gilgamesh decide, entonces, encontrar ese lugar y obtener de su ancestro el secreto de la vida eterna.
Lo que definitivamente le impulsa a ir es lo que toma por una invitación de Anu. Los versos nos dejan ver algo así como una descripción de la caída a la Tierra de la fase usada de un cohete. Gilgamesh se lo Rescribe así a su madre, la diosa NIN.SUN:

Madre mía,
durante la noche me sentí contento
y me di un paseo entre mis nobles.
Las estrellas reunidas en los Cielos.
La obra de Anu descendió hacia mi.
Intenté levantarla; era demasiado pesada.
Intenté moverla; ¡moverla, no pude!
El pueblo de Uruk se reunió a su alrededor,
mientras los nobles besaban sus patas.
Cuando levanté la frente, ellos me apoyaron.
La elevé. A ti te la traigo.

La interpretación que hace la madre de Gilgamesh del incidente está mutilada en el texto y, por tanto, no queda clara. Pero, obviamente, la visión del objeto caído -«la obra de Anu»- anima a Gilgamesh a embarcarse en la aventura. En la introducción de este relato épico, el antiguo informador llama a Gilgamesh «el sabio, aquel que lo ha experimentado todo»:

Él ha visto cosas secretas,
conoce lo que está oculto al Hombre;
incluso trajo noticias
de un tiempo anterior al Diluvio.
Emprendió también el viaje distante,
fatigoso y lleno de dificultades;
Volvió, y grabó todos sus esfuerzos
en un pilar de piedra.

El «viaje distante» que Gilgamesh emprende no es otro que el viaje a la Morada de los Dioses, en el que le acompaña su camarada Enkidu. Su objetivo es el País de Tilmun pues allí Gilgamesh podría hacer ascender un shem para él. Las traducciones corrientes emplean el esperado «nombre» cada vez que aparece el sumerio mu o el acadio shumu en los antiguos textos; sin embargo, nosotros emplearemos shem, para que el verdadero significado del término -un «vehículo aéreo»- sobreviva:

El soberano Gilgamesh
dirigió su mente hacia el País de Tilmun.
Le dice a su compañero Enkidu:
«Oh, Enkidu…
Yo entraría en el País, haría subir a mi shem.
En los lugares donde los shem se elevan
yo elevaría mi shem.»

Incapaz de disuadirle, tanto los ancianos de Uruk como los dioses a los que Gilgamesh consulta le aconsejan que consiga primero el consentimiento y la ayuda de Utu/Shamash. «Si entraras en el País, informa a Utu», le advierten. «El País está a cargo de Utu», le recalcan una y otra vez. Así advertido y aconsejado, Gilgamesh le suplica a Utu su permiso:

Déjame entrar en el País,
déjame que haga subir a mi shem.
En los lugares en los que los shem se elevan,
déjame elevar mi shem…
Llévame al lugar del desembarco en…
¡Pon sobre mí tu protección!

Una desgraciada fractura en la tablilla nos deja sin saber la situación del «lugar del desembarco». Pero, fuese donde fuese, Gilgamesh y su compañero alcanzan por fin sus inmediaciones. Era una «zona restringida», protegida por temibles guardianes. Cansados y con sueño, los dos amigos deciden descansar por la noche antes de continuar.
Tan pronto les vence el sueño, algo les sacude y les despierta de nuevo. «¿Me has despertado tú?», le pregunta Gilgamesh a su cama-rada. «¿Estoy despierto?» se pregunta, pues está presenciando algo inusual, algo tan impresionante que le hace preguntarse si está despierto o soñando. Entonces, Gilgamesh le dice a Enkidu:

En mi sueño, amigo mío, la tierra de arriba se vino abajo.
Me echó abajo, y me atrapó los pies…
¡El resplandor era irresistible!
Apareció un hombre;
el más perfecto de la tierra era él.
Su gracia…
De debajo de la tierra caída me sacó.
Me dio agua para beber; tranquilizó mi corazón.

¿Quién era este hombre, «el más perfecto de la tierra», que sacó a Gilgamesh de debajo de la tierra desprendida, que le dio agua y que «tranquilizó su corazón»? ¿Y qué era el «resplandor irresistible» que acompañó al inexplicable desprendimiento de tierra? Inseguro y confundido, Gilgamesh se duerme de nuevo, pero no por mucho tiempo.

En mitad de la noche su sueño se cortó.
Se incorporó, diciéndole a su amigo:
«Amigo mío, ¿me has llamado?
¿Por qué estoy despierto?
¿No me has tocado?
¿Por qué estoy asustado?
¿No habrá pasado algún dios?
¿Por qué tengo la carne entumecida?»

Así, volviéndose a despertar misteriosamente, Gilgamesh se pregunta quién le ha tocado. Si no ha sido su camarada, ¿habrá sido «algún dios» que pasaba? Una vez más, Gilgamesh se adormece, sólo para ser despertado por tercera vez. Y así le describe a su amigo la pavorosa aparición.

¡La visión que tuve fue absolutamente aterradora!
Los cielos gritaron, la tierra tronó;
Se fue la luz del día, llegó la oscuridad.
Un relámpago brilló, una llama se encendió.
Las nubes se hincharon, ¡llovió muerte!
Después, el fulgor se desvaneció; el fuego se apagó.
Y todo lo que había caído se había convertido en cenizas.

No hace falta demasiada imaginación para ver en estos pocos versos el antiguo relato de alguien que había presenciado el lanzamiento de un cohete. En primer lugar, el tremendo golpe seco de la ignición de los motores del cohete («los cielos gritaron»), acompañado por una fuerte sacudida de la tierra («la tierra tronó»). Nubes de humo y polvo envuelven el lugar del lanzamiento («se fue la luz del día, llegó la oscuridad»), para, después, entreverse el brillo de los motores encendidos («un relámpago brilló») y «encenderse una llama», a medida que el cohete empieza a subir en dirección al cielo. La nube de polvo y cenizas se «hincha» en todas direcciones para, después, caer («¡llovió muerte!»). Más tarde, el cohete se eleva en las alturas, como un rayo hacia el cielo («el fulgor se desvaneció, el fuego se apagó»). La nave desaparece ante su vista, y los restos «que habían caído se habían convertido en cenizas».
Sobrecogido por lo que había visto, y, pese a todo, decidido a alcanzar su destino, Gilgamesh apela una vez más a Shamash en busca de protección y de apoyo. Tras vencer a un «monstruoso guardián», llega a la montaña de Mashu, donde se puede ver a Shamash «elevarse hasta la bóveda del Cielo».
Se encuentra ya cerca de su primer objetivo -el «lugar donde los shem ascienden». Pero la entrada al lugar, que, al parecer, está en el interior de la montaña, está vigilada por feroces guardianes:

Su terror es pavoroso, en sus miradas está la muerte.
Con sus trémulas luces barren las montañas.
Vigilan Shamash,
cada vez que asciende y desciende.

El dibujo de un sello  en el que se ve a Gilgamesh (el segundo por la izquierda) y a su compañero Enkidu (en el extremo izquierdo), parece representar la intercesión de un dios con uno de los guardianes de aspecto robótico, que quizás eran los que barrían la zona con luz y emitían rayos de muerte. Esta descripción nos trae a la memoria la afirmación que aparece en el Libro del Génesis y que dice que Dios puso «la espada que gira» en la entrada del Jardín del Edén, para impedir el acceso a los humanos.
Cuando Gilgamesh explica sus orígenes parcialmente divinos, el propósito de su viaje («Acerca de la muerte y de la vida le quiero preguntar a Utnapistim») y el hecho de que lo realiza con el consentimiento de Utu/Shamash, los guardianes le permiten seguir adelante. Avanzando «a lo largo de la ruta de Shamash», Gilgamesh se encuentra en la más absoluta oscuridad; «sin ver nada delante ni detrás», grita asustado. Viajando durante muchos beru (una unidad de tiempo, distancia, o el arco de los cielos), sigue sumido en la oscuridad. Pero, al fin, «creció la luminosidad cuando alcanzó doce beru».
El texto, maltrecho y desdibujado, prosigue con la llegada de Gilgamesh a un magnífico jardín donde las frutas y los árboles tienen incrustadas piedras semipreciosas. Es ahí donde vive Utnapistim. Al plantearle el problema a su antepasado, Gilgamesh se encuentra con una respuesta decepcionante: el Hombre, dice Utnapistim, no puede escapar a su destino mortal. Sin embargo, le ofrece a Gilgamesh una forma de posponer la muerte, al revelarle dónde encontrar la Planta de la Juventud -«el Hombre se hace joven en la ancianidad», es su nombre. Triunfante, Gilgamesh obtiene la planta, pero, tal como lo quiere el destino, la pierde tontamente en su viaje de vuelta, y regresa a Uruk con las manos vacías.
Dejando a un lado los valores literarios y filosóficos de este relato épico, la historia de Gilgamesh nos interesa principalmente por sus aspectos «aeroespaciales». El shem que Gilgamesh necesitaba para llegar a la Morada de los Dioses era, indudablemente, una nave espacial, uno de cuyos lanzamientos tuvo ocasión de presenciar cuando se acercaba al «lugar de desembarco». Parece ser que estos cohetes estaban situados en el interior de una montaña, y los alrededores, bien vigilados, dan la impresión de ser una zona restringida.
Hasta ahora no ha salido a la luz ninguna representación gráfica de lo que vio Gilgamesh, pero, en un dibujo encontrado en la tumba de un gobernador egipcio de un lejano país, se puede ver la cabeza de un cohete por encima del suelo en un lugar donde crecen palmeras. El cuerpo del cohete está claramente almacenado bajo tierra, en un silo hecho por el hombre con segmentos tubulares y decorado con pieles de leopardo.

En un estilo muy similar al de los modernos delineantes, los antiguos artistas nos muestran una sección transversal del silo subterráneo. Podemos ver que el cohete tiene varios compartimentos. En el de abajo, se ve a dos hombres rodeados de tubos curvos. Por encima de ellos, hay tres paneles circulares. Comparando el tamaño de la cabeza del cohete -el ben-ben- con el de los dos hombres que hay en su interior y con la gente que hay en la superficie, es evidente que la cabeza del cohete -equivalente al sumerio mu, la «cámara celeste»-podía albergar fácilmente a uno o dos operadores o pasajeros.
TIL.MUN era el nombre del país al cual se dirigió Gilgamesh. Este nombre significa, literalmente, «país de los misiles». Era el país donde los shem ascendían, un país bajo la autoridad de Utu/ Shamash, un lugar donde uno podía ver a este dios «ascender a la bóveda de los cielos».
Y, aunque el homólogo celeste de este miembro del Panteón de Doce fuera el Sol, sugerimos que este nombre no significa realmente «Sol», sino que era un epíteto que describía sus funciones y responsabilidades. Su nombre sumerio, Utu, significaba «el que entra con fulgor». Su nombre acadio derivado -Shem-Esh- era más explícito: Esh significa «fuego», y ya sabemos lo que significaba en sus orígenes shem.
Utu/Shamash era «el de las naves de fuego». Era él, nos atrevemos a sugerir, el comandante del espaciopuerto de los dioses.

La jefatura de Utu/Shamash en materia de viajes a la Morada Celeste de los Dioses, y las funciones llevadas a cabo por sus subordinados en conexión con ello, se revelan con mayor detalle aún en otro relato sumerio sobre el viaje de un mortal al cielo.
La lista de reyes sumerios nos dice que el decimotercer soberano de Kis fue Etana, «el que ascendió al Cielo». Esta afirmación no necesitaba demasiadas explicaciones, pues el relato del rey mortal que viajó a los cielos era bien conocido en todo el Oriente Próximo de la antigüedad y fue motivo de numerosas representaciones en sellos.
Se nos cuenta que Etana fue designado por los dioses para traer a la Humanidad la seguridad y la prosperidad que ía Realeza -una civilización organizada- pretendía proporcionar. Pero parece ser que Etana no podía tener un hijo que diera continuidad a la dinastía. El único remedio conocido era cierta Planta del Nacimiento que Etana podría obtener sólo si se la bajaba de los cielos.
Como Gilgamesh tiempo después, Etana recurrió a Shamash en busca de permiso y ayuda, y, tal como se desarrolla el relato, queda claro que Etana ¡estaba pidiéndole a Shamash un shem!

¡Oh, Señor, que tu boca lo ordene!
¡Concédeme la Planta del Nacimiento!
¡Muéstrame la Planta del Nacimiento!
¡Quítame esta incapacidad!
¡Haz para mí un sheml

Halagado por la oración y cebado con el cordero sacrificial, Shamash le concedió a Etana el shem. Pero, en vez de hablar de un shem, Shamash le dice a Etana que un «águila» le llevará al deseado lugar celeste.
Tras indicar a Etana el camino hasta el foso donde estaba situada el Águila, Shamash le explicó a ésta por anticipado la misión pretendida. Intercambiando mensajes crípticos con «Shamash, su señor», el Águila recibió las instrucciones: «Te enviaré a un hombre; se cogerá de tu mano… llévalo aquí… haz todo lo que él te diga… haz lo que te he dicho».
Al llegar a la montaña que le había indicado Shamash, «Etana vio el foso», y, dentro de él, «había un Águila». «Siguiendo las órdenes del valeroso Shamash», el Águila entró en comunicación con Etana. Una vez más, éste explicó su propósito y su destino, tras lo cual, el Águila dio instrucciones a Etana sobre el procedimiento para «sacar al Águila de su foso». Los dos primeros intentos resultaron fallidos, pero, al tercero, el Águila fue exitosamente elevada. Al amanecer, el Águila le anunció a Etana: «¡Amigo mío… hasta el Cielo de Anu te voy a llevar!», y, explicándole cómo agarrarse, despegó y se elevó hasta las alturas con rapidez.
Como si se tratara del informe de un moderno astronauta viendo alejarse a la Tierra a medida que su cohete se eleva, el antiguo narrador dice que la Tierra se hacía cada vez más pequeña para Etana:

Cuando lo había subido a lo alto un beru,
el Águila le dijo a Etana:
«¡Mira, amigo mío, lo que parece la tierra!
Mira al mar, a los lados de la Casa Montaña:
la tierra se ha convertido en una simple colina,
el ancho mar es como una bañera».

Cuanto más ascendía el Águila, más pequeña parecía la Tierra. Cuando llegaron al segundo beru, el Águila dijo:

«¡Amigo mío,
echa un vistazo y observa la tierra!
La tierra se ha convertido en un surco…
El ancho mar es como un cesto de pan»….
Cuando lo subió al tercer beru,
el Águila le dijo a Etana:
«¡Mira, amigo mío, lo que parece la tierra!
¡La tierra se ha convertido en la zanja de un jardinero!»

Y, entonces, mientras seguían ascendiendo, la Tierra desapareció súbitamente de la vista.

Cuando miré a mi alrededor, la tierra había desaparecido,
y mis ojos ya no podían recrearse en el ancho mar.

Según una versión de este relato, el Águila y Etana llegaron al Cielo de Anu. Pero otra versión afirma que a Etana se le enfriaron los pies cuando dejo de ver la Tierra, y ordenó al Águila que diera la vuelta y se «zambullera» en la Tierra.
Una vez más, nos encontramos con un paralelo bíblico a tan inusual relato de ver la Tierra desde una gran altura. Ensalzando al Señor Yahveh, el profeta Isaías decía de él: «Es él el que se sienta sobre el círculo de la Tierra, y sus habitantes son como insectos».
El relato de Etana nos dice que, buscando un shem, Etana tuvo que comunicarse con un Águila en el interior de un foso. El grabado de un sello nos muestra una estructura alta, con alas (¿una torre de lanzamiento?) desde encima de la cual se eleva un águila.

¿Qué o quién era el Águila que llevó a Etana a los distantes cielos?
No podemos evitar asociar el antiguo texto con el mensaje enviado a la Tierra porNeil Armstrong, comandante de la nave espacial Apolo 11, en Julio de 1969: «¡Houston! Aquí Base Tranquilidad. ¡El Águila ha alunizado!»
Estaba informando del primer aterrizaje del Hombre en la Luna. «Base Tranquilidad» era el lugar del alunizaje; Águila era el nombre del módulo lunar que se separó de la nave espacial y llevó a los dos astronautas a la Luna (para luego volver a la nave madre). Cuando el módulo lunar se separó para volar por sí mismo en la órbita lunar, los astronautas informaron al Control de la Misión en Houston con estas palabras: «El Águila tiene alas».
Pero «Águila» también podía designar a los astronautas que tripulaban la nave espacial. En la misión Apolo 11, «Águila» era también el símbolo de los astronautas, que lo llevaban como emblema en sus trajes espaciales. Al igual que en el relato de Etana, ellos también eran «Águilas» que podían volar, hablar y comunicarse.

¿Cómo hubiera representado un artista de la antigüedad a los pilotos de las naves celestes de los dioses? ¿Los habría representado, por casualidad, como águilas?
Eso es exactamente lo que hemos descubierto. ¡El grabado de un sello asirio de alrededor del 1500 a.C. muestra a dos «hombres-águila» saludando a un shem !

Se han encontrado numerosas representaciones de tales «Águilas» -los estudiosos les llaman «hombres-pájaro». En la mayoría de ellas se les muestra flanqueando el Árbol de la Vida, como para recalcar que ellos, con sus shem, establecen el vínculo con la Morada Celeste donde se encuentran el Pan de la Vida y el Agua de la Vida. De hecho, en la representación más común, se ve a las Águilas sosteniendo el Fruto de la Vida en una mano y, en la otra, el Agua de la Vida, en plena conformidad con los relatos de Adapa, Etana y Gilgamesh.

La mayoría de las representaciones de estas Águilas muestran, con toda claridad, que no eran monstruosos «hombres-pájaro», sino seres antropomórficos que llevaban trajes o uniformes que les daban la apariencia de águilas.
En un relato hitita donde se habla de la desaparición del dios Telepinu, se nos dice que «los grandes dioses y los dioses menores se pusieron a buscar a Telepinu» y que «Shamash envió a una veloz Águila» para encontrarlo.
En el Libro del Éxodo, se dice que Dios les recordó a los Hijos e Israel, «Os he llevado sobre las alas de las Águilas, y os he traído hasta mí», confirmando, por lo que parece, que la forma de llegar a la Morada Divina era sobre las alas de Águilas -justo lo mismo que se dice en la narración de Etana.
En realidad, numerosos versículos bíblicos describen a la Deidad como a un ser alado. Booz le dio la bienvenida a Rut en la comunidad de Judea por «venir bajo las alas» del Dios Yahveh. El salmista buscaba seguridad «bajo la sombra de tus alas» y describía el descenso del Señor desde los cielos. «Montó en un querubín y se fue volando; Él remontó el vuelo sobre ventosas alas». Analizando las similitudes entre el bíblico El (empleado como título o término genérico de Deidad) y el cananeo El, S. Langdon (Semitic Mythology) demostró que a ambos se les representaba, tanto en los textos como en las monedas, como dioses alados.
Los textos mesopotámicos presentan invariablemente a Utu/Shamash como al dios que está a cargo del lugar de aterrizaje de los shem i y de las Águilas. Y, al igual que a sus subordinados, se le muestra a veces llevando todos los elementos del traje de un Águila.

En calidad de responsable de los shem, es él el que podía conceder a los reyes el privilegio de «volar sobre las alas de los pájaros» y de «elevarse desde los cielos inferiores a los superiores». Y cuando se le lanzaba a las alturas en un cohete ígneo, era él «el que se desplazaba a distancias ignotas, por innumerables horas». No en vano, «su red era la Tierra, su cepo los cielos distantes».
La terminología sumeria para los objetos relacionados con el viaje celeste no se limitaba a los me que los dioses se ponían o a los mu, sus «carros» de forma cónica.
En unos textos sumerios que describen Sippar se cuenta que había una parte central, oculta y protegida por poderosos muros, en cuyo interior se levantaba el Templo de Utu, «una casa que es como una casa de los Cielos». En un patio interior de este templo, protegido también por altos muros, estaba «erguido hacia arriba, el poderoso APIN» («un objeto que surca», según los traductores).
En un dibujo encontrado en el montículo del templo de Anu en Uruk se ve uno de estos objetos. Hace unas cuantas décadas, habría sido difícil adivinar lo que era este objeto, pero, ahora, podemos reconocer en él un cohete espacial de varias etapas en cuya cúspide descansa el cónico mu o cabina de mando.

Las pruebas de que los dioses de Sumer poseían no sólo «cámaras voladoras» para recorrer los cielos de la Tierra sino también cohetes de varias etapas para ir al espacio, emergen del examen de los textos donde se describen los objetos sagrados del templo de Utu en Sippar. Se nos cuenta que a los testigos del tribunal supremo de Sumer se les hacía prestar juramento en un patio interior, junto a un pórtico a través del cual podían ver y enfrentarse a tres «objetos divinos», que tenían por nombres «la esfera dorada» (¿la cabina de la tripulación?), el GIR y el alikmahrati -un término que, literalmente, significaba «impulsor que hace ir a los navios», o lo que nosotros llamaríamos «motor».
Lo que nos encontramos aquí es una referencia a un cohete de tres partes, con la cabina o módulo de comando en el extremo superior, los motores en el extremo inferior y el gir en el centro. Éste último es un término que se ha utilizado ampliamente en relación con el vuelo espacial.
A los guardianes que se encontró Gilgamesh en la entrada del sitio de aterrizaje de Shamash se les llamaba hombres-g/r. En el templo de Ninurta, la zona interior sagrada o más vigilada recibía el nombre de GIR.SU («de donde surge el gir»).
Se admite en general que Gir era un término utilizado para describir a un objeto de bordes afilados. Una observación detenida del signo gráfico de gir nos permite comprender mejor la naturaleza «divina» de este término, pues lo que vemos es un objeto largo con forma de flecha, dividido en varias partes o compartimentos.

Que el mu pudiera cernerse por sí mismo sobre los cielos de la Tierra, o cruzar los continentes al ir sujeto a un gir, o convertirse en un módulo de mando en la cúspide de un apin de varias fases, es una prueba del alto nivel de ingeniería de los dioses de Sumer, los Dioses del Cielo y de la Tierra.
Un estudio detenido de los pictogramas e ideogramas sumerios no deja lugar a dudas acerca de que, quienquiera que fuese el que trazó esos signos, estaba familiarizado con las formas y el propósito de los cohetes con colas de fuego humeante, de los vehículos con forma de misil y de las «cabinas» celestes.

KA.GIR («boca del cohete») mostraba a un gir dotado de aletas, o cohete, dentro de un recinto subterráneo parecido a un pozo.
ESH («Morada Divina»), la cámara o módulo de mando de un vehículo espacial.
ZIK («ascender»), ¿un módulo de mando despegando?

Por último, echemos un vistazo al pictograma de «dioses» en sumerio. Esta palabra estaba compuesta por dos sílabas: DIN.GIR. Ya hemos visto lo que era el símbolo GIR: un cohete de dos fases con aletas. DIN, la primera sílaba, significaba «justo», «puro», «brillante». Al ponerlas juntas, por tanto, DIN.GIR, es decir, «dioses» o «seres divinos», transmitía el significado de: «los justos de los objetos en punta brillantes», o, de forma más explícita, «los puros de los cohetes ardientes».
El pictograma de din era éste: que nos trae fácilmente a la memoria al potente motor de un reactor que arroja llamas por la parte posterior, y con el extremo frontal desconcertantemente abierto. Pero el desconcierto se convierte en asombro cuando «deletreamos» dingir combinando los dos pictogramas. ¡La cola del gir con aletas encaja a la perfección con la abertura frontal del din!

El asombroso resultado es la imagen de una nave espacial propulsada por un cohete, con un módulo de aterrizaje atracado a la perfección -¡de la misma manera que el módulo lunar atracaba en la nave espacial Apolo 11! Es, ciertamente, un vehículo de tres fases o etapas, en la que cada parte encaja perfectamente en la otra: en la sección de propulsión estarían los motores, la sección media contendría los suministros y los equipos, y la «cámara celeste» cilíndrica que albergaría a los dingir, los dioses de la antigüedad, los astronautas de hace milenios.
¿Puede haber alguna duda de que los pueblos de la antigüedad, (al llamar a sus deidades, «Dioses del Cielo y de la Tierra», estaban queriendo decir, literalmente, que eran gentes de alguna parte que habían venido a la Tierra desde los cielos?
Las evidencias hasta ahora presentadas en lo referente a los antiguos dioses y sus vehículos no deberían dejar resquicios a la duda de que hubo una vez seres vivos de carne y hueso que, literalmente, bajaron a la Tierra desde los cielos.
Incluso los primeros recopiladores del Antiguo Testamento -que consagraron la Biblia a un único Dios- consideraron necesario reconocer la presencia en la Tierra de estos seres divinos en la antigüedad.
La enigmática sección -a la que le tienen pánico tanto los traductores como los teólogos- es la que forma el comienzo del Capítulo 6 del Génesis. Ocupa el espacio que hay entre la reseña de la expansión de la Humanidad a lo largo de las generaciones después de Adán y el relato del desencanto divino con la Humanidad que precedió al Diluvio. Afirma, inequívocamente, que, en aquel tiempo,

los hijos de los dioses
vieron que las hijas de los hombres estaban bien;
y tomaron por esposas
a las que preferían de entre todas ellas.

Las connotaciones de estos versículos, y los paralelismos que hay con los relatos súmenos de los dioses, de sus hijos y nietos, y de la descendencia semidivina resultante de la cohabitación entre dioses y mortales, se acumula mientras seguimos leyendo los versículos bíblicos:

Los nefilim estaban sobre la Tierra,
en aquellos días y también después,
cuando los hijos de los dioses
cohabitaban con las hijas de los Adán,
y ellas les daban hijos.
Ellos fueron los poderosos de la Eternidad-
El Pueblo del shem.

La traducción que figura aquí no es la traducción tradicional. Durante mucho tiempo, la expresión «Los nefilim estaban sobre la Tierra» se tradujo como «Había gigantes sobre la tierra»; pero los traductores modernos reconocen el error, optando al final por dejar intacto el término hebreo nefilim en la traducción. El versículo «El pueblo (gente) del shem», como sería de esperar, se tradujo como «la gente que tenía un nombre», y, de ahí, «los hombres famosos». Pero, como ya hemos dicho, el término shem se debe tomar en su sentido original -un cohete, una nave espacial.
Entonces, ¿qué significa el término nefilim’? Derivado de la raíz semita NFL («ser lanzado abajo»), significa exactamente lo que significa: ¡aquellos que fueron arrojados a la Tierra!
Los teólogos contemporáneos y los eruditos bíblicos han preferido evitar estos molestos versículos, justificándolos alegóricamente o, simplemente, ignorándolos por completo. Pero los escritos judíos de la _época del Segundo Templo reconocieron en estos versículos los ecos de antiguas tradiciones sobre los «ángeles caídos». Algunos de los más antiguos trabajos eruditos llegaron a mencionar los nombres de estos seres divinos «que cayeron del Cielo y estaban en la Tierra en aquellos días»: Sham-Hazzai («centinela del shem»), Uzza («poderoso») y Uzi-El («poder de Dios»).
Malbim, un destacado comentarista bíblico judío del siglo xix, reconocía estas antiguas raíces y explicaba que «en la antigüedad, los soberanos de los países eran los hijos de las deidades que llegaron a la Tierra desde los Cielos, y gobernaron la Tierra, y tomaron esposas de entre las hijas del Hombre; y entre su descendencia hubo héroes y poderosos, príncipes y soberanos». Estas historias, decía Malbim, eran de los dioses paganos, «hijos de las deidades que, en tiempos primitivos, cayeron desde los Cielos a la Tierra… ésta es la razón por la que se llamaron a sí mismos ‘nefilim’, i.e. Aquellos Que Cayeron».
Con independencia de las implicaciones teológicas, no se nos puede escapar el significado literal y original de los versículos: los hijos de los dioses que vinieron a la Tierra desde los cielos eran los nefilim.Y los nefilim eran el Pueblo del Shem -el Pueblo de las— Naves Espaciales.

A partir de aquí, les seguiremos llamando por su nombre bíblico.

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GIGANTES Y NEFILIM EN LA BIBLIA

NEFELIM, LOS GIGANTES DERRIBADORES, Y LOS HIJOS DE DIOS» EN LOS TEXTOS BÍBLICOS

En el Antiguo Testamento (Texto como el Nuevo, de un incalculable valor antropológico, histórico, arqueológico, mitológico y religioso) se hace mención a seres de proporciones mucho mayores a la de los humanos modernos u homo sapiens, como también se hace a seres de mayor tamaño y corpulencia que éstos. Otras culturas también se refieren a ellos y en cualquier caso parecen no tener un origen semítico. Al leer y analizar el contenido de la biblia hemos de hacerlo entendiendo que muchos de los hechos que se relatan se remotan y extienden en miles de años. En próximas entradas seguiremos su rastro comenzando con los registros bíblicos al respecto y avanzando más allá.
Los Nefilim o Nephilim (en hebreo, «derribadores») son, en el Antiguo Testamento y otros escritos religiosos judíos y cristianos tempranos, un pueblo de gigantes o titanes.
Sin embargo en los textos biblicos se distingue entre los gigantes, humanos o no con la característica del gigantismo como ocurría con los dinosaurios, y los hijos de Dios, que pertenecen a otro grupo o grupos.

LOS NEFILIM ANTES DEL DILUVIO UNIVERSAL

Los Nefilim son:
«hijos de Dios» o «hijos de dioses» literalmente del hebreo (bnei ha’elohim) y las «hijas del hombre» (bnot ha’adam).
Seres de una especie o estirpe de otro rango distinta a la línea genealógica a la que pertenecen los hijos directos del Dios Bíblico ¿Neandrertales u otros? y los seres pertenecientes directamente al género humano superviviente mujeres Cromagnon / sapiens) 

Se dice en el Antiguo Testamento:GÉNESIS
6:1 Aconteció que cuando comenzaron los hombres a multiplicarse sobre la faz de la tierra, y les nacieron hijas, 6:2 viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron para sí mujeres, escogiendo entre todas. 6:3 Y dijo Jehová: No contenderá mi espíritu con el hombre para siempre, porque ciertamente él es carne; mas serán sus días ciento veinte años. 6:4 Había gigantes en la tierra en aquellos días, y también después que se llegaron los hijos de Dios a las hijas de los hombres, y les engendraron hijos. Estos fueron los valientes que desde la antigüedad fueron varones de renombre. 6:5 Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal. 6:6 Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.
Es de señalar que se sabe que hubo cruces entre nuestros antepasados y otras especies de humanos, entre ellos los Neardentales. pudo haber al menos dos cruces, uno hace 60.000 años en el este del Mediterráneo, y otro hace 45.000 años, en el este de Asia. Además los tipos humanos relativamente cercanos en el tiempo a homo sapiens además de aquellos, eran corpulentos y altos (hombre de cromagnon y Homo heidelbergensis).

Hijos de Dios/ hijos de dioses: Linaje de una especie más longeva, hominoide distinta a la humana que engendra otros de su raza con las hembras humanas, con las que tienen una descendencia que no es del agrado de Jeovhá, Son libidinosos y codician los atributos humanos. Sienten deseo sexual por las mujeres; se cruzan con ellas por compatibilidad o manipulación genética para producir otro ser hibrido intermedio, siendo, éste más fuerte y corpulento. Intervenían ha modo de blindaje o como intermediarios de las primeras tribus civilizatorias. No perteneciendo al linaje de los herederos legitimos por natiraleza de la Tierra, podían instruir en el arte de la guerra y la enseñanza de ciertas ciencias queriendo mostrarse como seres superiores pero irresistiblemente identificados con las debilidades humanas.
HOMÍNIDOS O HUMANOIDES
Porqué se diferencia por un lado a los «hijos de Dios» y por la otra a los hijos de los hombres? Estos seres eran distinos de los gigantes y coexistieron con aquellos «hijos de Dios», Eran de condición negativa. Jehová se arrepiente de que la raza humana haya servido de soporte para la existencia de la descendencia grotesca nefilim, de eas criaturas dañinas para el proyecto del establecimiento de la Ley del Dios creador Jehová. Eran rebeldes y se desviaron del paradigma adánico, por ello decide acabar con ellas. Presumiblemente estos seres pretendían ocupar el lugar que le correspondía a Dios en la Tierra, estaban al margen del plan reservado a la población de raiz semita y por tanto al pueblo de Israel, el elegido por Jeovhá. Pudo haber además manipilación genética en aquella procreación y ello dio lugar a otro tipos de seres instruidos en la maldad. Dios los quiso destruir mediante el Diluvio universal. En este contexto bíblico recordemos que Dios sella su alianza con la Humanidad con la venida del Hijo del Hombre, Jesús superador de la impronta biológica primate.
Aparecían como un grupo con costumbres y actitudes propias, alejadas de las del Homo sapiens y posiblemente de otras especies humanas inmersas en su proceso de evolución/desaparición.

Posiblemente perenecían a una casta diferente genéticamente a la humana, guerreros arrojados al universo después de haber perdido su territorio, perseguidos por la fatalidad y su propia condición envidiosa y codiciosa, herederos de un reino perdido y emuladores ilegítimos del Dios creador, condenando así, también a su descendencia.
Se observa la existencia anterior, coetánea y posterior de la casta de los gigantes, con los hijos de dios y con los humanos. La característica del gigantismo puede venir dada `por el entorno climático ancestral que propició la existencia de los dinosaurios.
MITO NO ES LO MISMO QUE LEYENDA
Lo que se nos da a conocer es muy importante para explorar y entender el mundo antiguo y aún los personajes y hechos más remotos: los nefilim o su descendencia fueron personajes que tuvieron en el pasado importantia y notoriedad, fueron conocidos y destacaron por sus azañas y poderes sobrehumanos (los dioses, semidioses y héroes mtilógicos antropomórficos). Todo ello hasta el exterminio de por el divulio universal para renovar la población y eliminar las criaturas mencionadas.
Como apunte, de momento, para los arameos (ambién llamados siriacos es un pueblo semítico nómada, que habitó enMesopotamia), el término Nephila se refirió específicamente a laconstelación de Orión, y así los Nefilim serían descendientes divinos de esta constelación.
Después del Diluvio
NÚMEROS: 13:2 Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

Envía tú hombres que reconozcan la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel; de cada tribu de sus padres enviaréis un varón, cada uno príncipe entre ellos.

13.27: Y les contaron, diciendo: Nosotros llegamos a la tierra a la cual nos enviaste, la que ciertamente fluye leche y miel; y este es el fruto de ella.13.28. Mas el pueblo que habita aquella tierra es fuerte, y las ciudades muy grandes y fortificadas; y también vimos allí a los hijos de Anac.

13.31. Mas los varones que subieron con él, dijeron: No podremos subir contra aquel pueblo, porque es más fuerte que nosotros.13.32. Y hablaron mal entre los hijos de Israel, de la tierra que habían reconocido, diciendo: La tierra por donde pasamos para reconocerla, es tierra que traga a sus moradores; y todo el pueblo que vimos en medio de ella son hombres de grande estatura. 13.33: También vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes, y éramos nosotros, a nuestro parecer, como langostas; y así les parecíamos a ellos.

Aquí también se hace referencia a una especie humana más corpulenta, alta y fuerte y por otro lado a los «hijos de Anac», raza o especie diferente a las humanas. Su origen de los gigantes no aparece  en la biblia, se limita a constatar su existencia y su intervencion en  la historia y en ciertos acontecimientos en ocasiones acompañados por la otra raza corpulenta pero no gigante. También se hace referencia a la grandeza de sus ciudades e indica un grado alto de civilización en tiempo remoto.Modificados geneticamente o no terrestes o no terrestres están ahí se hace visibles y poseen conocimientos y fuerza.

DEUTERONOMIO: 2:9 Y Jehová me dijo: No molestes a Moab, ni te empeñes con ellos en guerra, porque no te daré posesión de su tierra; porque yo he dado a Ar por heredad a los hijos de Lot. 2:10 Los emitas habitaron en ella antes, pueblo grande y numeroso, y alto como los hijos de Anac. 2:11 Por gigantes eran ellos tenidos también, como los hijos de Anac; y los moabitas los llaman emitas.
Se hace una mención expresa de la denominación de la población nefelim como emitas cuyo origen se analizará en próximas entradas y se les equipara a los hijos de Anac por su aspecto, pero pertenecen a otro grupo. Aparece Og ultimo reducto de otro grupo extinto de titanes o gigantes, ausentes de al árbol genealógico humano conocido.

3:3 Y Jehová nuestro Dios entregó también en nuestra mano a Og rey de Basán, y a todo su pueblo, al cual derrotamos hasta acabar con todos.

3:11 Porque únicamente Og rey de Basán había quedado del resto de los gigantes. Su cama, una cama de hierro, ¿no está en Rabá de los hijos de Amón? La longitud de ella es de nueve codos (fue una unidad de longitud empleada en muchas culturas por su origen antropométrico. En casi todas ellas era la distancia que mediaba entre el codo y el final de la mano abierta (codo real) o a puño cerrado (codo vulgar), y su anchura de cuatro codos, según el codo de un hombre.

3:13 y el resto de Galaad, y todo Basán, del reino de Og, toda la tierra de Argob, que se llamaba la tierra de los gigantes, lo di a la media tribu de Manasés.

JOB: 1:6 Un día vinieron a presentarse delante de Jehová los hijos de Dios (bnei ha’elohim ), entre los cuales vino también Satanás.
2:1 Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para presentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos presentándose delante de Jehová.
En ambos casos, Ha’Elohim Benei se describe como algo separado de Jehová, y  se presentan ante él, como en una conferencia o de la corte real. Por todo lo cual tenemos grupos de homínidos o semiomínidos corpulentos por una parte y otros grupos de gigantes ancestrales de los que se constata su progresiva extinción o desaparición localizados y esparcidos en diversos territorios.
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