Según informa la Jefatura Superior de Policía de Canarias, estos abusos salieron a la luz después de un registro domiciliario ante la sospecha de los agentes de un supuesto delito de tenencia y distribución de pornografía infantil, actos de los que también se le acusa.
El detenido, ahora en prisión, tenía un historial de trabajos cuyo denominador común era el contacto habitual con menores como conductor de guaguas escolares e instructor de artes marciales y, dueño de su propio gimnasio, impartía clases de artes marciales en la planta baja de su vivienda.
Por su parte, la información e indicios de delito de abuso sexual a menores, que surgieron a partir de los efectos intervenidos en el registro domiciliario, conllevaron una gran cantidad de tomas de declaración.
Los menores tenían entre 2 Y 9 AÑOS
A partir de las mismas, los investigadores han hallado claras evidencias de que, hasta el momento, cinco menores de entre 2 y 9 años habían sido victimas de abusos sexuales.
El modus operandi del ahora detenido estaba basado, principalmente, en lograr la confianza del menor, de forma tediosa, paciente y constante, prometiendo recompensas a cambio de favores sexuales, sin utilizar intimidación ni violencia. Para ello se centraba en menores con problemas en sus familias.