Si dios nos hizo a su imagen y semejanza, ¿porqué nosotros no somos invisibles?
Cuenta un viejo libro escrito hace miles de años:
Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.
– Génesis 1:26 – 1:27
La gran mayoría de vosotros conocerá estos versículos de uno de los pocos libros sagrados que comparten cristianos, judíos y musulmanes. En el se cuenta cómo el dios en el que todos ellos creen creó al hombre a su imagen y semejanza.
Una única tradición compartida por gran parte de las religiones que a hoy en día agrupan la mayor parte de los creyentes en algún tipo de deidad del planeta. Por ello, se podría creer que este concepto, denominado Imago Dei dentro de la teología mitología de las religiones abrahámicas, es algo único.
Pero en realidad, ¿no será que el hombre creó a dios a su imagen y semejanza? El dios abrahámico no es el único dios antropomórfico que ha sido venerado por el hombre. También han estado los dioses romanos, los dioses griegos, los dioses egípcios (con sus peculiares cruces con animales) o los dioses etíopes. Esto, no es algo de lo que los filósofos se hayan percatado con la difusión del ateísmo en Europa, sino que es algo que ya se planteó por primera vez Jenófanes en el siglo VI a.C.
Jenófanes de Colofón fue un filósofo griego que viajó y conoció varias culturas colindantes con la Grecia en la que se crió. Ello le dio una visión más amplia que la que tuvieron muchos otros griegos, sobretodo en el ámbito de las creencias. Jenófanes fue uno de los más importantes escépticos de la mitología religión griega.
La criticó duramente por ser fuertemente atropocéntrica, mostrando a todos los dioses en su forma puramente humana. Los viajes de Jenófanes le habían mostrado como todos los pueblos tendían a representar a sus dioses similares a ellos mismos. Esto le llevó a escribir una de sus reflexiones más memorables.
Los etíopes plasman a sus dioses negros y de nariz respingada; los tracianos dicen que los suyos tienen los ojos azules y el pelo rojo. Sí, y si bueyes y caballos o leones tuvieran manos y pudieran pintar con ellas, y producir obras de arte como los hombres, los caballos pintarían a sus dioses con forma de caballo y los bueyes con forma de buey
– Jenófanes de Colofón
Jenófanes fue más allá, y se le considera como uno de los primeros griegos en plantear el concepto de monoteísmo en una deidad sin forma antropomórfica. Para Jenófanes una deidad, en caso de existir (algo en lo que creía), tendría que tener un carácter sobrehumano. Esto no sólo significaría que no sería a imagen y semejanza del ser humano, sino que su ser no tendría las limitaciones de los vicios y pensamientos humanos.
En cierto modo, esto es lo que más tarde han introducido todas las religiones monoteístas al hablar de un único dios, que si bien hizo a sus hijos a su imagen y semejanza, es omnipotente, omnipresente… y sus caminos inescrutables.
Lamentablemente, del trabajo y los escritos de Jenófanes únicamente se conservan fragmentos de distintas obras, a raíz de lo cuál se ha extraído parte de su forma de pensar, pero las grandes lagunas existentes dificultan que se pueda indagar hasta qué punto llegaron sus ideas y reflexiones, claramente innovadoras y adelantadas a su tiempo
http://recuerdosdepandora.com/filosofia/y-el-hombre-hizo-a-dios-a-su-imagen-y-semejanza/