domi CABALLO GANADOR, CABALLO PERDEDOR PREJUICIOS DE CLASE

Noell Oszvald (fotografía)
Después de oír decir al príncipe Felipe de Borbón que tenemos una naturaleza opuesta a la resignación que hoy manifestamos y que “son millones los españoles que cada día batallan para salir adelante con honestidad, con esfuerzo y con humildad” -loor y prez a quien vive sin estar contratado y cuyo único gesto plebeyo es su mujer-, he evocado los prejuicios de clase que llevamos a cuestas. Son muchos los que parecen tener un cromosoma supernumerario de hidalguía y les gusta vivir por encima de sus posibilidades como el gran Balzac: Sanidad y Educación privadas, sinecuras con dinero público -gobiernos valenciano, andaluz y madrileño-, sobresueldos y pagas diferidas a los compinches, pellizco del Urdangarín real, etc. El genio francés vivió endeudado toda su vida aunque trabajaba 16 o 18 horas diarias y esperó 18 años para casarse con la condesa Hanska, lo que logró cinco meses antes de morir. Posiblemente los aspirantes de postín ignoran cómo los cataloga la clase privilegiada por más que la hipocresía oculte su juicio. Esto escribió en su diario el 31 de julio de 1843 Héctor de Balabine, secretario de la embajada de Rusia en Francia, a propósito de Balzac: “ha venido para pedir… el visado (iba a San Petersburgo para ver a su ya viuda condesa)… un hombrecito gordo, ancho, cara de panadero, movimientos de zapatero, envergadura de tonelero, aire de sombrerero, expresión de tabernero… No tiene un céntimo y… va a Rusia”. ¿Qué importa si como en el “Poema de Mío Cid” “hoy los reyes de España sus parientes son”?
María Luisa Arnaiz

http://mlarnaiz13.blogspot.com.es/

 

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.