El Buen Pastor
Dentro del evangelio de Juan delNuevo Testamento 10:11-18 encontramos una parábola del pastor. La citamos aquí para compararla con la más larga versión encontrada en escrituras transmitidas por los Nazarenos:
Yo soy el buen pastor; el buen pastor da su vida por las ovejas.Pero el que es un asalariado y no un pastor, que no es el dueño de las ovejas, ve venir al lobo, y abandona las ovejas y huye, y el lobo las arrebata y las dispersa. El huyeporque sólo trabaja por el pago y no le importan las ovejas. Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, de igual manera que el Padre me conoce y yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. Tengo otras ovejas que no son de este redil; a ésas también me es necesario traerlas, y oirán mi voz, y serán un rebaño conun solo pastor. Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre. [1]
Ahora por la versión completa y original encontrada en rollos antiguos Arameos:
“¡En el nombre del Esplendor de la Vida, que la Luz santa seaglorificada! Un Pastor soy Yo que ama a sus ovejas; cuido de las ovejas y corderos. Alrededor de mi cuello cargo a la oveja: y la oveja no se desvía de la aldea. No las llevo a la costa del mar, no sea que vean la turbulencia del agua, y tengan miedo del agua, y de modo que no beban de aquella agua si están sedientas. Las llevo lejos del mar, y las abrevo con el hueco de mi mano, hasta que hayan bebido hasta llenarse. Las traigo al redil bueno, y ellas se alimentan a mi lado. Las traje a la boca del Frash-Ziwa, las cosas radiantes de maravillosa bondad de la boca del Frash-Ziwa. Les traje mirto, les traje sésamo blanco y les traje estandartes brillantes. Las limpié y las lavé y les hice oler las órdenes dulces de la Vida. Coloqué alrededor de ellas una faja, por la cual, los lobos tiemblan al verla. Ningún lobo salta en nuestro redil; y no tienen que estar alarmadas por cualquier león feroz. De la tempestad no tienen que estar asustadas; y ningún ladrón puede entrar por la fuerza sobre nosotros. Un ladrón no entra en su redil; y del cuchillo no tienen porque estar ansiosas. Cuando mis ovejas estaban silenciosamente acostadas y mi cabeza yacía allí sobre el umbral, una grieta fue rasgada en las alturas y los truenos en verdad tronaron detrás de mí. Las nubes se sujetaron las unas a las otras, y desencadenadas estaban las furiosas tempestades. La lluvia cayó a cántaros en extensiones y granizo que golpea a elefantes abajo, granizo que rompe las montañas. Y las tempestades se desencadenan a sí mismas en una hora. Los mares reventaron; inundaron todo el mundo. Allí, bajo el agua, nadie escapó, una vez que él se hundió desde las alturas en un golfo. El agua barrió a todo aquel que no tenía alas o pies. Él se apresura, y no sabe él que se apresura; él va, y no sabe él que va. Acto seguido aparecí y entré en el redil para llevar a mis ovejas de su lugar. Yo vi totalmente con mis ojos, Yo vi el mar, Yo vi la feroz-furiosa tempestad, Yo vi las nubes tormentosas que no se envían saludo amistoso las unas a las otras. Diez mil veces diez mil dragones están en cada simple nube. Lloro por mis ovejas y mis ovejas balan por ellas mismas. Los pequeños corderos se lamentan, quienes, no pueden salir de la puerta del redil. Cuando entonces ……, entré en la casa, monté hasta el lugar más alto, y llamo a mis ovejas. A las ovejas en mi cuidado en verdad Yo llamo. Les toco la flauta; les hago oír, de modo que puedan venir a mí. Para ellas toco en mi flauta, y golpeo en mi pandereta, conduciéndolas al agua. Yo les llamo: ¡Mis pequeñas ovejas, pequeñas ovejas, vengan! Levántense a mi llamado, vengan, levántense a mi llamado; ¡entonces escaparán de los dragones de las nubes! Vengan, vengan a mí, Yo soy un pastor cuyo barco pronto viene. Mi barco de gloria viene; y Yo vengo con éste, y traigo mis ovejas y corderos a bordo de éste. Aquel que da oído a mi Llamado y presta atención a mi voz, y quien gira su mirada hacia mí, de aquel me asgo con mis manos y los traigo a bordo de mi barco. Pero cada cordero, macho y hembra, que sufrieron por ser atrapados, el remolino se los llevó, el agua ávida en verdad tragó. Quienquiera que no dio oído a mi llamado, se hundió. A la parte más alta del navío fui, las proas soportan el poste de la proa. Yo digo: Que entristecido estoy Yo por mis ovejas que se han hundido debido al fango. El remolino las absorbió, lejos de mi alcance, el remolino arremolinado del agua. Que afligido estoy Yo por los carneros cuya lana sobre sus lados los ha arrastrado en las profundidades. Que afligido estoy Yo por los corderos cuyos vientres todavía no han estado llenos de leche. De mil, una recuperé; de una generación entera encontré otra vez sólo dos. Felices son ellas que se levantaron en el agua, y en cuyos oídos ninguna agua ha entrado. Felices los grandes carneros que han sellado con sus pies. Feliz el que se ha escapado de los Siete (planetas) y Doce (zodiaco), los ladrones de ovejas. Feliz el que no se ha echado, no se ha acostado, no ha amado dormir profundamente. Feliz el que a quien en esta edad defectuosa de Bisholm ha aguantado hasta el final. Felices son ellos quienes se liberan de las trampas de Ruha (ignorancia), de la suciedad y la vergüenza y la esclavitud que no tienen final. Mis elegidos, quienquiera que viviera al final de esta era de Nirig (Marte) para aquel permitan que su propia consciencia sea un apoyo. Ese vendrá y ascenderá hasta la Morada Radiante, a la región cuyo sol nunca se pone, y cuyas lámparas iluminadas nunca se oscurecen. ¡La vida es transcendente y victoriosa, y victoriosos son aquellos que se han ido! ¡En el nombre de la Grandeza de la Vida, que la Luz santa sea glorificada! Un Tesoro de fuera llama aquí y habla: Ven, sé para mí un pastor amoroso y cuídame mil de diez mil. Así entonces, voy Yo a ser un pastor amoroso para vos y os cuidaré mil de diez mil. ¡Pero que lleno está el mundo de vileza y sembrado, lleno de espinas y de cardos! Ven, sé para mí un pastor amoroso y cuídame mil de diez mil. Os traeré entonces sandalias de gloria, con ellas puedes pisar las espinas y los cardos. La Tierra y el cielo decaen, pero las sandalias de gloria no decaen. El sol y la luna decaen, pero las sandalias de gloria no decaen. Las estrellas y el círculo de cielos del zodiaco decaen, pero las sandalias de gloria no decaen. Los cuatro vientos de la casa del mundo decaen, pero las sandalias de gloria no decaen. Frutas y uvas y árboles decaen, pero las sandalias de gloria no decaen. Todo lo que es hecho y engendrado decae, pero las sandalias de gloria no decaen. Así entonces sé para mí un pastor amoroso y cuídame mil de diez mil. Entonces seré un pastor amoroso para vos y os cuidaré mil de diez mil. Pero si un león viene y se lleva una, ¿cómo voy Yo a recuperarla? Si un ladrón viene y roba una, ¿cómo voy Yo a recuperarla? Si una cae en el fuego y es quemada, ¿cómo voy Yo a recuperarla? Si una cae en el agua y se ahoga, ¿cómo voy Yo a recuperarla? Si una se queda atrás en el redil, ¿cómo voy Yo a recuperarla? Sin embargo, ven por lo tanto, sé para mí un pastor amoroso y cuídame mil de diez mil. Si un león viene y se lleva una, déjala ir por su camino y ser presa del león. Déjala ir por su camino y ser presa del león, en eso, ellos se postran ante el sol. Si un lobo viene y se lleva una, déjala ir por su camino y ser presa del lobo, en eso, ellos se postran ante la luna. Si un ladrón viene y se roba una, déjala ir por su camino y ser presa del ladrón. Déjala ir por su camino y ser presa del ladrón, en eso, ellos se postran ante Nigrig (Marte). Si una cae en el fuego y es quemada, déjala ir por su camino y ser presa del fuego. Déjala ir por su camino y ser presa del fuego, en eso, ellos se postran ante el fuego. Si una cae en el fango y permanece atorada allí, entonces déjales ir por su camino y ser presa del fango. Déjala ir por su camino y ser presa del fango, en eso, ellos se postran ante un Mesías falso. Si una cae en el agua y se ahoga, entonces déjalas ir por su camino y ser presa del mar. Déjala ir por su camino y ser presa del mar, en eso, ellos se postran ante los mares. Si una se queda atrás en la jaula, déjalas ir por su camino y ser presa del demonio de la jaula. Déjalo ir por su camino y ser presa del demonio de la jaula, en eso, ellos se postran ante los ídolos. Ven, sé para mí un pastor amoroso y cuida de mí mil de diez mil. Así voy Yo entonces a ser para vos un pastor amoroso y os cuidaré mil de diez mil. Cuidaré mil de miles, sí, de diez mil a aquellas que Los adoran… Pero algunas de ellas vagan por mí. Fui a las altas montañas y bajé en profundos valles. Fui y encontré a esa donde ellos no pueden pastorear. A cada simple oveja Yo así con mi mano derecha y sobre la balanza Yo la pongo. Mil entre diez mil tienen el peso correcto. ¡La vida es transcendente y victoriosa, y victoriosos son aquellos que se han ido! [2]
[1] Juan 10:11-18