El Tíbet, (Bod en tibetano) es denominado el techo del mundo. Son pocos los testimonios relativos a su origen, la historia documental se inicia en el 617 d.c, después de siglos de autonomía llegó a expandirse comprendiendo parte de la China . desde el siglo XIII se convirtió en estado vasallo del imperio Mongolo, después de la dinastía china Ming. Desde el 1911 el Tibet es un estado independiente. La invasión del Tíbet de parte de la China se inició en 1949 en el interior del territorio y amás tarde bajo su soberanía.
La tribu más antigua, en la cual sus componentes son todavía hoy, los seres tibetanos más puros, fue el clan de Khampa. Dejando de lado las dieciocho poblaciones menores, los tres grupos dominantes en el Tibet, a partir del s.VII d. C, fueron la tribu mista scito-kham, la tribu mixta tunguso-khma y Khampa precisamente puros.
Esta gente encontraron un elemento unificante en la región bön, fundamentalmente chamánica. En el Tibet el budismo comenzó a entrar en s VII. Parece que al introducir la nueva religión fue el rei de Tibet Songtsen Gampo, lo hizo porque sus dos mujeres, una nepalí y otra china eran budistas. Aunque el Rei Gampo reconocía la superioridad del budismo sobre la religión bön, el pueblo fue indiferente hasta que se celebraba acaya indiano (palabra sánscrita que significa “aquel que enseña con el ejemplo”) podria ganar a la doctrina budista no solo parte de la población también la clase sacerdotal seguidora de la religión bön.
Se consideraba un mago y un exorcista muy potente. La escuela que adoptó su sistema adoptó también el pelo rubio, porque su Lama llevaban sombreros y demás tocados de color rubio vino. La escuela hace la propia aunque alguna práctica de la religión bon y en particular la divinación, la exorcismo y la curación. La resistencia apuesta por bonpo al budismo fue fuerte, por eso la instauración del budismo en el país fue solo en el s. VIII.
El budismo tántrico tenía un efecto unificador inmenso. Omogeneizó la creencia de gentes muy diversas, induciendo también a la creación de un alfabeto tibetano, las vías del sanscrito, para traducir los textos sagrados del budismo indiano. Esto contribuyó a la unificación linguística y a la escolaridad. Con la introducción del budismo una población tan bélica y sanguinaria se trasnformó en aquello que es hoy: pacífica a tal punto de perder casi del todo de defensas. El aislamiento ha conservado alguna característica tribal en los valles más perdidos o en islas dedicadas a cultos chamánicos.
Quemado por un sol que no calienta, las caras de los tibetanos son siempre mayores de ámbar fósiles y joyería de la turquesa y los zhi preciosos de ónix. El carácter sagrado del lugar se expresa plenamente, incluso por las ‘ruedas de oración “hermosa y sugerente a la que los tibetanos, a veces se basan en sus oraciones, así como las banderas de colores que agitan en todas partes en el Tíbet y Nepal. Las oraciones son cantadas en su mayoría en la voz profunda y el tono: los lamas tibetanos llenan las salas de los monasterios de ecos impresionante.
El servicio también está desempeñado por las mujeres monásticas, aunque en minoría. Únase a un monasterio en el Tíbet tradicional correspondía para evitar las incertidumbres de la vida, como la existencia de los monjes no era fácil.uno entra en los seis años como principiante, llegando a monaguillo después de haber pasado doce años en el servicio. Los monasterios son lugares de de culto y de estudio, en el colegio tántrico se aprende también el aspecto más esotérico del budismo, el introducido precisamente en el s. VII. La misma repetición de los mantra marcado por el tambor grande sigue siendo un ritual chamánico que mantiene a los aspectos mágicos, como si quisiera decir que la iluminación no viene sólo por el rigor.