La comunidad aborigen, que es dueña tradicional de la zona, se ha visto afectada por el que se considera el peor accidente nuclear en la historia del país
Sídney (Australia). (EFE).- Hasta un millón de litros de líquido radiactivo se habría derramado de una mina de uranio en el norte de Australia, denunció hoy la comunidad aborigen con los derechos del área, aunque la operadora del yacimiento asegura que el accidente no supone una amenaza ambiental.
La compañía Energy Resources of Australia (ERA) indicó que debido a un fallo registrado en uno de los tanques de la mina de uranio Ranger, en el Parque Nacional Kakadu, se derramó una cantidad considerable de ácido radiactivo, aunque descartó que cause un importante problema en el medioambiente.
La comunidad aborigen que es dueña tradicional de la zona cifró en al menos un millón de litros de líquido radiactivo el derrame, en el que se considera es el peor accidente nuclear en la historia de Australia, según apuntan medios locales.
Un grupo de trabajadores de la minera descubrió esta noche un orificio en uno de los tanques de procesamiento de la mina, que está rodeada por el Parque Nacional Kakadu y situada a 230 kilómetros al este de la ciudad de Darwin.
Los trabajadores fueron evacuados del área después de que “el tanque se partiera por abajo” provocando el vertido, indicó el portavoz de la empresa pública ERA, Tim Eckersley, en unas declaraciones citadas por la cadena local “ABC”, al explicar que la sustancia está compuesta por “polvo de uranio mineral y ácido”.
Este material se vertió sobre terreno compacto, asfalto y drenajes, pero al ser “un material impermeable tiene pocas posibilidades de filtrarse en la tierra”, comentó el portavoz de la minera, quien aseguró que si bien esta sustancia traspasó el área de contención, ya ha sido controlado su avance. “El material ha sido contenido dentro del área de procesamiento y no supone una amenaza ambiental a los alrededores”, señaló Eckersley.
El ministro australiano del Ambiente, Greg Hunt, ha ordenado que se limpie inmediatamente el lugar y que se investiguen los hechos en esa mina.
Justin O’Brien, director ejecutivo de la Corporación Aborigen Gundjeihmi, organismo que representa a los dueños tradicionales del área, denunció que se ha derramado “hasta un millón de litros de material radiológico en forma de ácido”.
Se trata del tercer problema de seguridad en un mes registrado en la mina, que reclama ser la más regulada del mundo, y donde los aborígenes quieren que el Comité de Patrimonio de la Humanidad realice una auditoría externa, agregó la Agencia de Prensa Australiana.
La empresa, que no ha dado detalles sobre la fecha en que reanudará sus operaciones, ha solicitado al Gobierno de Australia la expansión de sus operaciones subterráneas llamadas “Three Deeps”, pero las comunidades aborígenes del lugar aún no han dado su visto bueno.