Los ingresos del Estado por tabaco y alcohol caen pese al alza fiscal aprobada este año
La lucha contra el déficit cerca al bolsillo. Desde que comenzó la crisis pocos impuestos quedan que no haya subido, pero las alzas tributarias más recurrentes se han producido sobre los impuestos especiales que gravan, entre otros productos, tabaco, hidrocarburos y alcohol. En 2008 el precio medio de una cajetilla de tabaco era de 2,59 euros; el pasado mes, estaba en 4,29 euros. Del estanco a la gasolinera: con el barril de Brent en máximos, el litro de gasolina 95 rondaba los 1, 18 euros en septiembre de 2008, frente a los 1,44 euros del mismo mes de 2013. Entremedias, el tabaco ha sufrido cinco modificaciones tributarias y los hidrocarburos varios cambios distribuidos entre las subidas autonómicas y estatales.
La senda de subidas de impuestos ha continuado el presente año, cuando el Gobierno subió los impuestos especiales desde julio un 10% más para el alcohol de alta graduación, y redistribuyó los gravámenes al tabaco para penar más a los productos de menor precio y al tabaco de liar, segunda alza fiscal tras el aumento de los tipos especiales sobre todas las categorías aplicadas desde enero de 2013. Sin embargo, hasta octubre, bajó la recaudación en tabaco un 7,4% y en alcohol un 2% respecto al mismo período de 2012.
En cuanto a los hidrocarburos las subidas han venido por los aumentos que ha aprobado cada autonomía en función del llamado céntimo sanitario, pero la recaudación ha aumentado un 14,9% según el último informe mensual de la Agencia Tributaria. Gasolinas y tabacos son las joyas de la corona dentro de los impuestos especiales ya que ambos conceptos suponen más del 85% de su recaudación. Dentro del marco de la reforma fiscal, que revisará todos los tributos a lo largo del próximo año, las demandas se acumulan sobre la puerta de Hacienda, no tanto para bajar como para modificar la forma de gravar a los diferentes productos que han bajado su recaudación.
En el caso del tabaco, el producto ha sufrido seis modificaciones tributarias desde 2009. Las subidas han venido justificadas por razones de salud y porque el gravamen nacional era más bajo respecto a los países de nuestro entorno. La recaudación, a pesar de las alzas, no ha recuperado el techo alcanzado en 2010: de 7.423 millones de euros, frente a los 7.064 millones de 2012. En los últimos cuatro años el sector ha perdido ventas, al pasar de 4.514 millones de cajetillas comercializadas en 2008 a 2.671 millones el pasado año: un retroceso de aproximadamente un 40% desde que comenzó la crisis.
La crisis, junto al cambio de mentalidad, son las razones destacadas por el sector para explicar la caída de ventas por encima de las subidas de impuestos. Desde el Gobierno, se está intentando aumentar el peso en la recaudación de los impuestos que gravan la cantidad de tabaco (el llamado impuesto específico que grava cada cigarrillo vendido y que supone entorno a un 11% del coste de cada cigarrillo) frente al «ad-valorem», que penaliza el precio y que representa un 51% del importe final. Ello ha llevado que casi todas las grandes tabacaleras que operan en nuestro país hayan lanzado productos más asequibles, ya que suponen un porcentaje de beneficio mayor al pagar menos impuesto sobre el valor.
«Asimismo se ha producido un desplazamiento de consumidores de labores más caras (esto es, con más impuestos), como es el caso de los cigarrillos, a otras más baratas, como sucede con la picadura de liar», destaca el responsable de Impuestos Indirectos de Ernst & Young Abogados, Pedro Gonzalez-Gaggero.
Sube el contrabando
Un efecto que se ha producido con la crisis ha sido el aumento del tabaco de contrabando: si en 2008 suponía un 2% del total del vendido en España, en la actualidad oscila el 12%. Según fuentes del sector, cada punto porcentual de aumento del tabaco ilegal supone 85 millones de euros menos de recaudación anual por lo que piden no subir más los gravámenes para no continuar «expulsando» clientes que engorden la economía sumergida.