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-No te equivoques, jamás me desnude ante ti, y creo que ante nadie.
+Tienes razón, tu coraza no te dejaría jamás hacerlo, pienso que antes perderías todo lo que tienes y deseas antes de ello.
Ni si quiera………….
-Ni si quiera, ya te digo que me echaron de la escuela de arte dramático cuando pedí la segunda copa de sol y sombra.
+Se perdió un gran actor.
-Bueno, me gusta más el circo, y vivir rodeado de payasos, aunque de pequeño me diera por perseguirlos por la calle Mayor.
+Te veo capaz.
-No creas, aquellas correrías por las callejuelas me enseñaron a maldecir las farolas y a perderme por los callejones, donde la única compañía eran los orines de gato y el poder encaramarte a las ventanas para poder contemplar a las niñas atusándose los cabellos.
En el fondo era un mirón ya desde niño.
+Y aun lo sigues siendo, aprendiste a mirar con el alma y se te olvido abrir la boca, aunque tus ojos sean un libro abierto y hablen lo que tus labios callan.
-Eso suena muy Gongoriano, y ya sabes que soy más de Quevedo, y no aguanto las medias tintas de aquel farsante de medio pelo.
Y te diré, con respecto a esa coraza que dices, que tienes razón, nunca conseguí liberarme de ella.
Mi mala imagen me precede, aunque me consideres un tipo genial, no lo soy, todos tenemos nuestro lado oculto, aunque el mío sea demasiado conocido como para negarlo, te diré, que jamás fue mi intención aquello.
Voy luchando contra mis fantasmas, que son muchos, pero desde hace dos días son dos menos, porque hice la paz con aquellos que me encontré de bruces en una noche aciaga.
Y te prometo que duermo más tranquilo.
+No me digas que has cambiado, te veo incapaz de pestañear y conmoverte por una flor marchita.
Es broma.
Sé que aquello te hizo cambiar y que tu eterna compañía te enseño a mirar con los colores del alma y a sentir tu corazón cada mañana mientras respiras el sol cada amanecer.
Te crees que no lo sé, pero al igual que tú, sentí la caricia cuando partió.
Y sé que te cierras ante la evidencia de lo que contemplas porque aun mantienes el temor de ese velo que permanece en los demás.
-Sabes que eso me atormenta, porque aun pienso que pude hacer más para salvarla, y no dejarla caer, que se soltara de mis manos, aunque jamás me culpó, mantengo esa idea dentro de mí.
+Por eso sigues escuchando aquella cinta una y otra vez desde aquellos días, porque te hace mantener su contacto.
-No, en eso te equivocas.
Escucho una y otra vez aquella cinta, porque me hace soñar en vivo, me imagino mi vida tal como es, y me hace recordar lo que nunca quise ser y que tan solo son recuerdos de lo que nunca sucedió.
Y no vas hacerme que te hable de los temores pasados, de los miedos olvidados, y de los tiempos no recordados. No.
+Sabes perfectamente que podría hacerlo, solo con mentarte a quien no quieres oír de mis labios.
-He aprendido a vivir con mis fantasmas, imagínate con un ángel.
Ya te digo que no me arrepiento de mi pasado, porque considero el presente el resultado del momento, por lo que el futuro me preocupa tan poco como aquello que sucedió.
Vivo el presente pensando en el siguiente paso que he de dar para no caer, y siempre has de esquivar baches para no tropezar, aunque sé mi meta, no me importa marcar el tiempo.
Quiero llegar, paso a paso, simplemente, sin prisas, porque sé que contemple la llegada, y verdaderamente, aunque te sorprenda, me apasiona, muero por pisar la línea de meta, pero tampoco voy cegado por la pasión, aunque a veces, la bruma matinal no te deje ver los rayos del tímido sol, sabes que está detrás de esas nubes grises.
……”
F.P.R.