Estos días, por motivos personales, he debido frecuentar un hospital. En él, las personas de todo tipo y condición deambulan preocupados por algo tan necesario como obviado, como es la salud! Allí no hay ricos ni pobres, ni poderosos ni asalariados, ni izquierdas ni derechas… son solo personas atadas a un cuerpo solo humano que, de vez en cuando, nos recuerda que existe, bajo nuestra vanidad y nuestra aparente indiferencia! Con una bata azul o verde, con la piel expuesta bajo ella y caminando por los interminables pasillos de un hospital, todos resultamos iguales! Y, qué duda cabe que, ante la enfermedad y el sufrimiento propio o ajeno, todos resultamos igualmente vulnerables y frágiles, sin diferencias!
Bajo nuestra piel se esconde el Alma, ese apéndice que la ciencia se empeña en descubrir y que nos hace a todos iguales, auténticos, universales y, a la vez, singulares, a cada uno de nosotros! Ahí reside lasencillez de corazón, con la que los sentimientos resultan paradójicamente iguales, geniales y siempre sorprendentes! Es el ego dual y temeroso quien nos impone la complejidad, la prisa, el temor y la huida de nosotros mismos, lo que configura un mundo hecho de ególatras malpensados, excluyentes, vanidosos y ajenos, además de poco humanos! Y eso hace de nuestro mundo un recipiente lleno de hostilidad, de violencia y de inhumanidad que no solo toleramos, sino que contribuimos con nuestros miedos personales y nuestra falta de valor para ser nosotros mismos… y para vivir la vida que realmente merecemos!
Busca en tu interior y hallarás la simplicidad de ti mismo y de la vida que vives! Las cosas, aunque nos cueste aceptarlo, son más sencillas de lo que creemos y nos han enseñado! Y, en un mundo como el nuestro, saber hallar lo auténtico, lo simple y lo verdadero es un gran privilegio! Si tienes un momento, vete al campo y toma en tus manos una simple y diminuta brizna de hierba, contempla el movimiento de un pájaro u observa el fluir del agua por un riachuelo de cualquier montaña! Goza de su sencilez y, a la vez, de la grandiosidad de cada minúsculo elemento que te rodea! Lo que nos hace diferentes es, precisamente, el sentido que cada uno tenemos en este inmenso Universo que nos envuelve y nos acoje! Tú no eres más ni menos que ese tallo de un helecho o que ese pájaro que pía o que esa gota de agua cristalina que desciende montaña abajo! Solo que tú tienes una responsabilidad mayor porque, simplemente, eres consciente de lo que eres y puedes elejir libremente lo que deseas en tu vida, aunque a veces lo olvides! Pero tú, en cualquier caso, eres como todos los seres y elementos de este Universo, absolutamente imprescindible para que todo se desenvuelva como debe!
Deja atrás la complejidad, la prisa y la comparación que demuestra y alienta tu miedo! Sé tan importante como para sentirte singular en un mundo de iguales! Tu Alma te hace único, irrepetible e imprescindible… como lo es cada flor, cada jilguero, cada arbusto del campo o cada montaña! Cada uno tiene su propio sentido… aunque tú eres el único realmente consciente de ello! Y eso te hace poderoso… pero no vanidoso, ni complejo, ni superior, ni prepotente como muchos creen de sí mismos! Lo grandes hombres de nuestra Historia son -y han sido siempre- personas humildes, sencillas y, sobre todo, humanas! Una simple mirada dice más que miles de palabras vacías, un gesto discreto tiene más significado que los grandes aspavientos y peroratas de los políticos o los presuntos gurús… La firmeza, el amor, la sensatez, el verdadero poder y la alegría sincera brotan del Alma, ahí donde cada uno es parte indivisible e imprescindible de un Todo, aunque gracias a ser más y mejor uno mismo!
Miguel Benavent de B.
Aquí te traigo un texto ajeno. Léelo y extrae tus propias conclusiones…
Sobre la SENCILLEZ
Al preguntársele por qué no fumaba, sir Isaac Newton contestó: “porque no deseo adquirir ninguna otra necesidad”. Newton y otras personas de éxito conocen el valor de mantener sus vidas ordenadas y sencillas. Pero la sencillez es a menudo un destino difícil de conseguir.
Llevamos una vida ciega, como las hormigas. Malgastamos nuestra vida en pequeñeces. Sencillez; Sencillez; Sencillez. Os lo recomiendo, dejad que vuestros deberes sean dos o tres y no cien o mil.
Jamás he despreciado a nadie por tener un agujero en la ropa; pero desgraciadamente hay mayor ansiedad por llevar la ropa de moda que por tener una conciencia sana. Mi chaqueta y mis pantalones, mi sombrero y mis zapatos son siempre los adecuados para adorar a Dios.
Sólo cuando en tu interior sientas un sí acerca de lo que en realidad es importante, podrás decir no en tono agradable, sonriente y alegre a todo aquello que no es realmente importante.
“Grandeza para cada día”, de Stephen Covey. Libro recomendado.