Nuestras emociones tienen un impacto directo en el mundo, y aunque no podemos decir que somos plenamente responsables de estas emociones, sí lo somos de su gestión y de ser capaces de transformarlas en positivo, con una acción creativa.
Las emociones mal gestionadas son fuente de contaminación, agresión, destrucción, enfermedad, muerte interior y muerte exterior; por ello, no basta con afrontar nuestros estados de ánimo de una manera inteligente, sino hacerlo también sin perder la perspectiva del mundo que nos rodea y el compromiso responsable.
QUÉ SIGNIFICA EXACTAMENTE “LA ECOLOGÍA EMOCIONAL”?
La Ecología Emocional o Psicoecoafectividad es el arte de transformar positivamente nuestras emociones; consiste en gestionar nuestro mundo emocional de tal forma que nuestros afectos promuevan conductas que tiendan a una mejora de nuestro equilibrio personal, nuestro desarrollo humano, así como a una adaptación más inteligente, equilibrada y plena en nuestro entorno.
LAS LEYES DE LA ECOLOGÍA EMOCIONAL.
LEY DE LA DIVERSIDAD Y RIQUEZA DE AFECTOS: Nuestra vida afectiva depende de su diversidad y riqueza
LEY DE LA INTERDEPENDENCIA AFECTIVA: Todas las formas de vida dependen entre sí. Nadie es emocionalmente autosuficiente.
LEY DE LA GESTIÓN ECOLÓGICA DE LOS RECURSOS AFECTIVOS: Todos los seres vivos y todos los recursos son limitados. Debemos tener en cuenta el principio de aprovechamiento de la energía psicoecoafectiva o sostenibilidad.
GESTIÓN ECOLÓGICA DE LAS RELACIONES.
Las leyes de la gestión ecológica de las relaciones, nos dan las pautas para mantener relaciones personales gratificantes basadas en el amor y la libertad. Son siete:
1.- Ley de la autonomía: Ayúdate a ti mismo y todos te ayudarán
2.- Ley de la prevención de dependencias: No hagas por los demás aquello que ellos pueden hacer por sí mismos
3.- Ley del boomerang: Todo lo que haces a los demás, también te lo haces a ti mismo.
4.- Ley del reconocimiento de la individualidad y la diferencia: No hagas a los demás aquello que quieres para ti, pueden tener gustos diferentes.
5.- Ley de la moralidad natural: No hagas a los demás aquello que no quieres que te hagan a ti.
6.- Ley de la autoaplicación previa: No podrás hacer ni dar a los demás aquello que no eres capaz de hacer ni darte a ti mismo.
7.- Ley de la limpieza relacional: Tenemos la responsabilidad de hacer limpieza de las relaciones que son ficticias, insanas y que dificultan nuestro crecimiento personal. El libro está dirigido “a todas aquellas personas que han decidido ser parte de la solución de la humanidad en vez de parte del problema”.
¿EN QUÉ CONSISTE “SER PARTE DE LA SOLUCIÓN” Y QUÉ TIPO DE ACTITUD O ACTITUDES SABOTEADORAS NOS HACEN SER “PARTE DEL PROBLEMA?
Somos parte del problema cuando nos dejamos llevar por la vida en lugar de asumir nuestra responsabilidad, cuando no somos coherentes y no tomamos una posición clara sobre nosotros mismos y el mundo; cuando contaminamos emocionalmente, cuando dirigimos nuestra energía a la destrucción adoptando estrategias basadas en la violencia. Ser parte de la solución consiste en elegir de forma responsable un modelo humano más amoroso, más creativo, autodependiente y pacífico. Sólo así tendremos posibilidades reales de sobrevivir como especie.
¿CÓMO PODEMOS EMPEZAR A SER “PARTE DE LA SOLUCIÓN”?
Asumiendo la responsabilidad que se deriva de nuestra libertad. Educando nuestra parte afectiva. Entendiendo que aunque no somos responsables de lo que sentimos si que lo somos de las conductas que de nuestras emociones se derivan. Aprendiendo que nuestras emociones y sentimientos son datos valiosos que nos informan sobre nosotros mismos, nuestras relaciones con los demás y nuestro proyecto de vida. Aprendiendo a dar nombre a lo que sentimos, a traducir bien el mensaje que cada emoción y sentimiento lleva incorporado y, a partir de ahí, a gestionar esta emoción de forma que nuestra conducta tienda a construir y a crear en lugar de a la violencia y a la destrucción.
¿CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE “ACTUAR” Y “REACCIONAR”?
La reacción es un sistema de estímulo – respuesta que es instintivo y, por lo tanto, no está filtrado ni valorado por nuestra inteligencia. Si bien en ocasiones es imprescindible reaccionar – cuando peligra nuestra vida o situaciones de emergencia – en nuestras relaciones sociales es importante que nuestra conducta esté regida por nuestra inteligencia emocional, un trabajo en equipo entre nuestra razón y nuestra emoción y guiado por nuestros valores personales. Nuestra conducta tiene consecuencias en nuestras relaciones y en nuestra vida. El autocontrol emocional es necesario para no ser personas dependientes de lo que nos llegue del exterior. Nosotros decidimos quienes queremos ser y cómo queremos actuar. De no ser así seríamos como veletas a expensas del viento y de los demás. “No quiero que sean los demás quienes decidan como me he de comportar yo” – es un buen argumento.
Mercé Conangla es, junto a Jaume Soler, coautora del libro ”Ecología emocional”, con un gran éxito de ventas, al que le ha seguido una interesante colección de narraciones cortas que sus autores definen como “cuentos para despertar”, bajo el título de ”Aplícate el cuento” (Amat Editorial).