“Es evidente que allí abajo hay problemas muy serios”. La Espeleología es una ciencia moderna. Tiene un poco más de cien años, y no tiene cátedras que la enseñen. Trata de hacerse luz entre otras ciencias. Gobernada por médicos, arqueólogos, antropólogos, astronautas, expedicionarios, etc, vive inquieta por descubrir, por reafirmar lo que Julio Verne una vez soñó: “Viajar al Centro de la Tierra”. Julio GoyÉn Aguado, fue el creador en la Argentina. Sus más de diez mil horas (l0.000 horas) expedicionando, lo esculpen como un verdadero titán.
Los ríos que allí cursan sus aguas, demuestran lo impredecible y misterioso que es ese mundo subterráneo: “Hay peces ciegos, comestibles y los murciélagos son infaltables visitantes”.
¿Hacia dónde van esos ríos?
“La Tierra se enfría o se calienta. Hay movimientos sísmicos de diferentes naturaleza y grados”.
¿Cómo es entrar en una caverna?
¿Profundidades?
¿Usted dijo mil metros?
¿Cómo es entrar por primera vez?
El segundo miedo fue cuando oíamos ruidos muy raros, que venían desde muy lejos y desde lo muy profundo.
Tardamos en saberlos. Eran los ríos. Nunca imaginamos que hubieran ríos.!!!
¿Hacia dónde van los túneles?
¿Signos de vida inteligente?
¿Y cuál es el descubrimiento más importante en relación a una civilización?
Encontró doce láminas de oro o páginas con grabados y jeroglíficos.
En esas láminas están escritas la historia de una civilización, que vivió hace unos cien mil millones de años.
Cuando la tierra no era lo que es hoy en día. Cuando los mares no existían, y los continentes estaban unidos, entre la Polinesia y Nueva Zelanda, existía una pequeña isla: LEMURIA. Una raza de hombres muy inteligentes la habitaban, también llamada raza blanca o Lemures.
Estos por alguna razón, emigraron y cruzaron los anchos mares que aun no existían, por tierra firme hasta llegar a nuestro continente, y a nuestra cordillera.
Allí, se afincaron y cultivaron su raza y dejaron escritos en estas doce láminas su historia.. Y prosiguieron su marcha hacia Europa y Asia.
Es la única explicación lógica que encuentro.
¿Cree usted en otra civilización anterior a la nuestra?.
Cuando le realicé este reportaje a Julio Aguado tenía veintitrés años. Mi inexperiencia quedó oculta por el fluir del relato. No necesitaba hacer muchas preguntas. Fueron dos horas Vernianas. Lo miraba. Lo escuchaba. Y a veces dudaba. Creí que me mentía.
¿Usted no me cree, no es cierto – me dijo-?
Pude ver la foto con Armstrong en cuclillas bajo el techo liso…. Las fotos en las balsas con Móricz y los aborígenes. “Tardamos cinco días en llegar a los Tayos. Con sus noches, soportando la lluvia y el peligro, pues habían otras tribus que nos acechaban. Especialmente los Jíbaros…
Recuerdo que al entrar en la caverna, misteriosamente, las cámaras de fotos, y los aparatos de medición, no funcionaban, estaban alterados. Algo raro sucedía!
¿Qué adelantos científicos hay en espeleología?.
Los chinos construyeron una ciudad bajo la tierra para prevenirse de la guerra atómica.
Allí hay hospitales. Se produce oxígeno. Hay cultivos. Se preservan alimentos.
Cerca de veinte mil personas viven allí. “Nacen, maduran y envejecen hasta morir bajo la tierra, prohibiéndoseles ver la luz del sol, la superficie de la tierra.
Sabrá el hombre realmente prevenir el futuro, y al planeta de su destrucción o ya están echadas las cartas y se sabe el final de esta historia.
¿Habrá un Dios que envié a su hijo nuevamente a la tierra para salvarla de su destrucción?
¿Cuántas horas nos quedan por vivir?…….
Como explicarla….
¿Goyén Aguado. Creo que después de todo lo que me contó, presiente que allí abajo hay algo realmente muy extraño?
Extracto de un reportaje que le hiciera al Señor Julio Goyén Aguado en el Centro Argentino de Espeleología en el año……..y que luego transcribí en un periódico de mi ciudad al cual titulé: “DE MARIANO ACOSTA AL CENTRO DE LA TIERRA”. Vecino de Merlo vivió más de l0.000 horas bajo la tierra”… Amigo lector. Solo quiero pedirles disculpas por no actualizar el reportaje. Pero al señor Julio Goyén Aguado no pude localizarlo más. Mi promesa de continuar y actualizar está en firme, y lo haré. Su ciencia es pobre, pues debe ser respaldada por capitales privados y hasta los propios. Esto no debe ser así. En momentos económicos difíciles, son los científicos nuestra mano derecha. Pues son ellos los capaces de producir por intermedio de la naturaleza, a provecho y bienestar del hombre.
“LA CIENCIA ES EL GRAN DEBER DEL HOMBRE Y SIEMPRE AL SERVICIO DE LA HUMANIDAD……” Edgardo Luis Stekar©