domi Edgardo Luis Stekar – Entrevista Exclusiva – Débora Goldstern

En el 2004, iniciada mi investigación sobre la Cueva de los Tayos, uno de mis primeras entrevistas fue al investigador, oriundo de la zona de Merlo, Buenos Aires, Edgardo Luis Stekar.
Casi una década antes de nuestro encuentro, Stekar logró contactar y obtener una conversación, con el desaparecido espeleólogo, Julio Goyén Aguado.
Lo notable de aquella charla, fueron algunos de los dichos de Goyén, inéditos, por la información brindada a este interlocutor, que con 23 años logró arrancarle al misterioso estudioso, algunos datos más que interesantes, acerca del hallazgo realizado por Móricz en el Ecuador.
A continuación vamos a reproducir un texto escrito por Stekar, donde relata lo narrado por Goyén, así como un audio de mi autoría, ampliando la historia.
GOYÉN AGUADO DECLARA:

“Es evidente que allí abajo hay problemas muy serios”. La Espeleología es una ciencia moderna. Tiene un poco más de cien años, y no tiene cátedras que la enseñen. Trata de hacerse luz entre otras ciencias. Gobernada por médicos, arqueólogos, antropólogos, astronautas, expedicionarios, etc, vive inquieta por descubrir, por reafirmar lo que Julio Verne una vez soñó: “Viajar al Centro de la Tierra”. Julio GoyÉn Aguado, fue el creador en la Argentina. Sus más de diez mil horas (l0.000 horas) expedicionando, lo esculpen como un verdadero titán.

“Hay veces declara, en que tenemos que avanzar arrastrándonos por pasillos muy estrechos: “Gateras”. Por donde solo pasa un hombre a la vez, con contexturas delgadas, gateando. Luego, nos fascinamos al ver galerías inmensas, con paisajes bellísimos, debido a las formaciones de agua en formas de agujas.
Los ríos que allí cursan sus aguas, demuestran lo impredecible y misterioso que es ese mundo subterráneo: “Hay peces ciegos, comestibles y los murciélagos son infaltables visitantes”.

¿Hacia dónde van esos ríos?

Se dirigen hacia otros precipicios. Hacia otros túneles. El agua es bebible. Pero por momentos es caliente y por momentos es fría. Avanza y retrocede al mismo tiempo, debido a las expulsiones y explosiones que hay en el centro del planeta. Son comportamientos de la masa.
“La Tierra se enfría o se calienta. Hay movimientos sísmicos de diferentes naturaleza y grados”.

¿Cómo es entrar en una caverna?

Es peligroso y hay que estar muy bien preparado. Se necesita un previo aprendizaje. Hay que saber aunque usted no lo crea “alpinismo al revés”. Bajar es nuestra meta.

¿Profundidades?

100, 200′ 500, l000 metros.

¿Usted dijo mil metros?

Sí…….. “Las chimeneas – continua- son paredes enfrentadas y hay que bajarlas utilizando las piernas y los brazos. Como un verdadero hombre araña. Muchos han perdido la vida. Al llegar abajo encontramos dos o tres túneles, y hay que saber por donde continuar. Para ello están nuestros aparatos científicos.

¿Cómo es entrar por primera vez?

Sentí un miedo total que pude soportar. El silencio era absoluto.
El segundo miedo fue cuando oíamos ruidos muy raros, que venían desde muy lejos y desde lo muy profundo.
Tardamos en saberlos. Eran los ríos. Nunca imaginamos que hubieran ríos.!!!

¿Hacia dónde van los túneles?

Evidentemente hacia la masa incandescente son respiraderos y contribuyen junto al agua a la estabilidad del planeta.

¿Signos de vida inteligente?

Pinturas. Escrituras. Jeroglíficos.. Una vez encontramos a mucha profundidad una protuberancia rocosa que era un techo liso. Eso quiere decir que hubo una ciudad y una mente inteligente. Ciudades debajo de la montaña.

¿Y cuál es el descubrimiento más importante en relación a una civilización?

El de Juan Móricz en la Caverna de los Tayos.
Encontró doce láminas de oro o páginas con grabados y jeroglíficos.
En esas láminas están escritas la historia de una civilización, que vivió hace unos cien mil millones de años.
Cuando la tierra no era lo que es hoy en día. Cuando los mares no existían, y los continentes estaban unidos, entre la Polinesia y Nueva Zelanda, existía una pequeña isla: LEMURIA. Una raza de hombres muy inteligentes la habitaban, también llamada raza blanca o Lemures.
Estos por alguna razón, emigraron y cruzaron los anchos mares que aun no existían, por tierra firme hasta llegar a nuestro continente, y a nuestra cordillera.
Allí, se afincaron y cultivaron su raza y dejaron escritos en estas doce láminas su historia.. Y prosiguieron su marcha hacia Europa y Asia.
Es la única explicación lógica que encuentro.

¿Cree usted en otra civilización anterior a la nuestra?.

Es posible…..
Todo este relato es más que fascinante…..
Cuando le realicé este reportaje a Julio Aguado tenía veintitrés años. Mi inexperiencia quedó oculta por el fluir del relato. No necesitaba hacer muchas preguntas. Fueron dos horas Vernianas. Lo miraba. Lo escuchaba. Y a veces dudaba. Creí que me mentía.

¿Usted no me cree, no es cierto – me dijo-?

Si le creo. Entonces fue a buscar fotos, recortes de diarios, fragmentos de estalactitas, etc.
Pude ver la foto con Armstrong en cuclillas bajo el techo liso…. Las fotos en las balsas con Móricz y los aborígenes. “Tardamos cinco días en llegar a los Tayos. Con sus noches, soportando la lluvia y el peligro, pues habían otras tribus que nos acechaban. Especialmente los Jíbaros…
Recuerdo que al entrar en la caverna, misteriosamente, las cámaras de fotos, y los aparatos de medición, no funcionaban, estaban alterados. Algo raro sucedía!

¿Qué adelantos científicos hay en espeleología?.

Le puedo contar lo que se hizo en China.
Los chinos construyeron una ciudad bajo la tierra para prevenirse de la guerra atómica.
Allí hay hospitales. Se produce oxígeno. Hay cultivos. Se preservan alimentos.
Cerca de veinte mil personas viven allí. “Nacen, maduran y envejecen hasta morir bajo la tierra, prohibiéndoseles ver la luz del sol, la superficie de la tierra.
Sabrá el hombre realmente prevenir el futuro, y al planeta de su destrucción o ya están echadas las cartas y se sabe el final de esta historia.

¿Habrá un Dios que envié a su hijo nuevamente a la tierra para salvarla de su destrucción?

¿Cuántas horas nos quedan por vivir?…….

Mientras tanto la Tierra sigue latiendo Al compás de la revolución del hombre. Tiene vida propia como lo hemos visto, y guarda secretos muy poderosos como nos han relatado los testimonios aportados. Una civilización de cien mil millones de años. Casi nada.
Como explicarla….

¿Goyén Aguado. Creo que después de todo lo que me contó, presiente que allí abajo hay algo realmente muy extraño?

Sí!!!……… “Hay algo realmente muy extraño”…….

Extracto de un reportaje que le hiciera al Señor Julio Goyén Aguado en el Centro Argentino de Espeleología en el año……..y que luego transcribí en un periódico de mi ciudad al cual titulé: “DE MARIANO ACOSTA AL CENTRO DE LA TIERRA”. Vecino de Merlo vivió más de l0.000 horas bajo la tierra”… Amigo lector. Solo quiero pedirles disculpas por no actualizar el reportaje. Pero al señor Julio Goyén Aguado no pude localizarlo más. Mi promesa de continuar y actualizar está en firme, y lo haré. Su ciencia es pobre, pues debe ser respaldada por capitales privados y hasta los propios. Esto no debe ser así. En momentos económicos difíciles, son los científicos nuestra mano derecha. Pues son ellos los capaces de producir por intermedio de la naturaleza, a provecho y bienestar del hombre.

LA CIENCIA ES EL GRAN DEBER DEL HOMBRE Y SIEMPRE AL SERVICIO DE LA HUMANIDAD……” Edgardo  Luis Stekar©

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