El camino para encontrarse a mi mismo.
“Desaprender la mayor parte de las cosas que nos han enseñado es más importante que aprender” Eduard Punset
¡¡¡Y que duro es desaprender!!!
He hecho un esfuerzo y he adquirido el valor suficiente para analizarme a mi mismo, no es fácil desnudarse emocionalmente, quitarme la ropa que llevo encima y que utilizo para ocultar todos mis miedos e inseguridades. Es un acto de valor cuya recompensa será sentirme completamente en armonía conmigo mismo.
Todo se reduce a observarme en silencio. Dejar que todo fluya a su ritmo, necesito adquirir la habilidad de tolerar la frustración, esa frustración que aparece cuando las cosas no suceden cuando y como yo quiero. Tengo que aprender a gestionar mis deseos internos y externos y aprender a que puede significar cuando no consigo aquello que deseo. Tengo que aprender que es bueno estar acompañado, pero que también se puede vivir sólo cuando uno es lo que busca para estar consigo mismo.
Durante mi infancia, no he estado en un entorno lleno de circunstancias negativas, agresiones físicas y verbales, pero sí que creía que me faltaba cariño y estima. Entonces aprendí o creía que la vida es así.
Nuestra vida actual, es reflejo de un pasado arraigado a nosotros. Las experiencias que vivimos, nos han hecho pensar que así es la vida. Lo que vimos en nuestro entorno, nuestra sociedad y los acontecimientos, son la influencia que nos ha dado un patrón determinado de pensamientos, una forma de pensar.
Encontrarse a sí mismo es abrir la mente a todos los puntos de vista y librase de esos prejuicios que tenemos arraigados en nosotros mismos y que consideramos como inamovibles. Esos miedos que nos impiden avanzar, esos complejos que nos impiden crecer como personas y en cambio potenciar todas estas virtudes y talentos que todos tenemos y que no valoramos lo suficiente por la falta de autoestima hacia nosotros mismos.
Los pensamientos son sólo eso, y pueden cambiarse, sé que tengo el poder de hacerlo. Yo solo soy el único responsable de la vida que me he construido, no puedo culpar a la suerte, al destino, a mis padres o a un ser superior; si logro aceptar que todo depende de mí, que es mi responsabilidad, me daré la oportunidad de elegir un cambio a mejor.
Cualquiera de los problemas que tenemos siempre tienen un fondo, una raíz, que a final siempre comprobamos que todo depende de la forma en que lo contemplemos.
El encontrar dicha raíz, es como ir desvistiéndonos, hasta llegar a estar totalmente desnudos emocionalmente, cada pieza de ropa representa una característica, un problema manifestado, pero que no es el real, el problema real se encuentra en el fondo, en interior nuestro. Este es el camino que tengo que recorrer para encontrarme a mi mismo.
El camino para encontrarme a mí mismo y mi realidad, pasa por explorar y desterrar mis miedos, mis inseguridades, mis creencias limitantes.
Posiblemente, el mayor problema que tengo, es la falta de amor hacia mí mismo. Sólo cuando tome conciencia de mis verdaderos valores, de mis sentimientos y sobre todo aceptar para mi mismo de que merezco lo bueno de la vida, en ese momento, podré vivir en paz y conseguir esta felicidad y armonía que tanto deseo. Nuestro coche se conduce desde dentro y así debemos conducir nuestra vida. Los cambios se realizan de adentro hacia fuera, en el momento en que modificamos nuestras falsas creencias, la vida nos llenará de oportunidades sin buscarlas, tendremos los pensamientos libres para decidir y nuestros miedos desaparecerán, podremos aventurarnos a tomar nuevos caminos.
Este tipo de cambio no es fácil, requiere tiempo y mucha valentía. Requiere que tengamos la mente abierta para ver lo que nos hace daño y nos impide avanzar y tener la fuerza de voluntad de cambiarlo, este es mi proceso evolutivo y de crecimiento interior.