Fue adoptado por una ex golfista que lo preparó para la hazaña,
con el fin de sensibilizar sobre el problema que viven los canes que no tienen hogar.
La vida del perro Rupee parecía tener los días contados. A sus 11 meses vivía abandonado y rodeado de basura en India. No tenía qué comer. Estaba deshidratado y a punto de morir. Pero todo cambió cuando fue encontrado por Joanne Lefson, una ex golfista profesional sudafricana que también es activista por los derechos de los animales.
“Estaba muy delgado, parecía que llevaba días sin comida ni bebida. Simplemente, no podía dejarlo ahí que se muriera”, cuenta la mujer. Ella lo adoptó y comenzó a prepararlo para un desafío que ningún can había logrado antes: subir el Everest. Lo alimentó cerca de un mes con una dieta a base de alta proteína, que ayudó a que el perro duplicara su peso.
El 14 de octubre comenzó la expedición que tenía como objetivo sensibilizar sobre la causa de los perros sin hogar y difundir la adopción de animales. La aventura culminó 13 días después, con el perro en la cima de la montaña más alta del mundo.
No fue un impedimento que le faltara parte de su oreja derecha y que estuviera a punto de morir tan sólo unas semanas antes. El perro se adaptó sin problemas a la altitud.
“Estoy tan orgullosa de Rupee. Pensé que tendría que llevarle a brazos algunos días, pero en lugar de eso, fue él quien tomó el liderazgo y tiró de mí”, afirma Lefson. “Espero que su logro anime a la gente a ser más amable con los animales, en particular con los animales callejeros. Deben tomar conciencia de que cada vida cuenta”, señala.
Lafson y Rupee están en Sudáfrica, de donde es originaria la ex deportista, quien además la próxima semana publicará un libro dedicado a su antiguo perro Oscar, con el que recorrió el mundo.