Itziar Alberdi y Juan Jesús Narváez, que llevaban 22 años huídos de la justicia, formaron parte de uno de los comandos más sanguinarios de la banda
La justicia española decretó prisión provisional para los dos miembros de ETA detenidos el domingo en México, e inmediatamente extraditados, tras 22 años huidos de su país donde se les atribuyen una decena de asesinatos, informó este miércoles una fuente judicial.
El juez Ismael Moreno de la Audiencia Nacional, principal instancia penal española, “ha acordado la prisión incondicional y comunicada” para Itziar Alberdi y Juan Jesús Narváez a los que “ha comunicado las causas que tienen abiertas”, declaró la fuente.
Narváez, Alias ‘Pajas’, quien según las autoridades españolas antes de integrar en 1990 el “comando de liberados EKAITZ” formó parte en los años 1980 del comando “legal X-1″, que colaboró con otro comando en la comision de varios atentados y la muerte de dos policías, tiene seis causas pendientes antes la justicia española.
Sobre su compañera Alberdi, también presunto miembro de “EKAITZ”, grupo armado que tenía instrucciones de realizar atentados en la costa mediterránea española para boicotear los Juegos Olímpicos de Barcelona-1992, pesan cuatro causas, según la misma fuente.
“Los dos miembros de ETA irán compareciendo en los respectivos juzgados los próximos días”, afirmó, precisando que entre ambos “suman una decena de asesinatos”.
Descubierta en un control de las autoridades de migración mexicanas en Puerto Vallarta, en el Estado pacífico de Jalisco, la pareja vivía en el país bajo identidades falsas.
ETA, clasificada como organización terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos, es considerada responsable de la muerte de 829 personas en más de 40 años de atentados por la independencia del País Vasco y Navarra.
En octubre de 2011 anunció el “cese definitivo de su actividad armada” sin embargo no entregó las armas ni se desmanteló como le exige el gobierno de Madrid, quien se niega a toda negociación con la organización.
Con más de 500 de sus miembros presos en cárcelas de España y Francia, se considera que ETA tiene solo a unas decenas de activistas en la clandestinidad.