Una colaboración de lipe2000
El yoga es para cuerpos fuertes
- Las imágenes que circulan en occidente sobre el yoga tienen parte de la responsabilidad de la creación de estereotipos que nada tienen que ver con el origen. Fotografías de personas completamente tonificadas y musculosas en posturas imposibles hacen pensar que se requiere una fuerza muscular extraordinaria o un cuerpo ligero para practicarlo. Además, debido a una triste degradación de su objetivo, no es raro encontrar que se quiera la vanidosa perfección de una postura, compararse con los demás en sus logros, congratularse por sus cuerpos, o que sea asumido como reto y no un proceso interior. Y peor, que hasta haya concursos de yoga. Pero el yoga no requiere músculos fuertes. Lo contrario: con la constancia nos hace fuertes; al menos lo suficiente para estar sanos y darnos solidez en otros aspectos de nuestra vida.
El yoga es para personas delgadas
- Continuando con la idea anterior: el yoga no es competitivo, no es excluyente, frívolo o narcisista, ni tiene prerrequisitos. No busca la imagen, sino la salud; no busca inflar el ego, sino ir más allá de él; trabaja en cuerpo para llegar al espíritu; no busca la individualidad sino la trascendencia. Un cuerpo más liviano, armonioso y fuerte es el resultado de una práctica constante, pero no un punto de partida ni un único fin. El yoga comprende una serie de técnicas sencillas y debe ser una práctica adaptable a cada quien sin importar su condición física y comienza precisamente entrar en contacto, aceptar, escuchar y amarlo para trascender el cuerpo.
El yoga es para mujeres
- Aunque es posible que la proporción de mujeres en los centros de yoga en Occidente sea ligeramente superior al de practicantes hombres, el yoga no es “para las mujeres”: por el contrario, ha sido una práctica y un conocimiento que viene de la India y que ha sido principalmente dominado por hombres, pero tampoco es sólo para hombres. Aunque hay grupos de investigación que están tratando rescatando la participación de las mujeres en la historia del yoga, y ha habido sin duda grandes iluminadas, sabias, y yoguinis, el carácter patriarcal de los últimos milenios ha hecho que la historia recuerde sus figuras masculinas. En todo caso, esta disciplina de miles de años es universal y no se limita a ningún segmento, momento ni lugar.
El yoga te obliga a adoptar otras creencias
- Aunque es una tradición integral, y tiene un trasfondo espiritual que exigiría compromiso y constancia, para practicar yoga no es indispensable que haya fe, devoción ni conocimiento filosófico. De hecho, los más sabios maestros han sido los menos dogmáticos. No tenemos que abrazar nuevos principios, modificar nuestro estilo de vida y mucho menos adoptar creencias ni prácticas espirituales para practicar yoga, pues es un conocimiento médico y científico. El verdadero yoga no es dogmático, es tolerante y abierto y no da lecciones morales ni juzga cómo debemos vivir. Le habla a cada uno de manera diferente, y puede ser desde una práctica para mantenerse sano y en paz, hasta una forma de vida y todo un camino espiritual. Mientras no se pierdan algunos principios como integración, amor y unión, cada uno vive el yoga como lo prefiera.
El yoga es una moda contemporánea de corte new age
- Aunque se puedan encontrar elementos comunes con la Nueva Era, entendido como un movimiento que une diferentes tradiciones espirituales y que se desarrolló en el siglo XX, (y no como el mosaico de mundos míticos, teorías metafísicas, ciencias ocultas y esotéricas que todo lo acepta en el que algunas veces se convierte), el yoga es un conocimiento sólido y metódico de más de tres mil años. Es una escuela filosófica pero también una ciencia que ha querido estudiar la naturaleza del mundo, del ser, la psicología humana, en conjunto con la medicina tradicional de la India, para encontrar el bienestar integral. Por ser una disciplina holística, busca desarrollar las capacidades sanadoras, vitalidad y la naturaleza equilibrada del cuerpo con unas posturas, además del control y expansión de la respiración y el poder de la meditación (son las prácticas más comunes) para tener una mente tranquila, enfocada, abierta, desarrollar la conciencia y regresar a la armonía de nuestro ser.