Gumersindo de Estella tendrá una plaza con su nombre en el cementerio de Torrero. Este capuchino recogió en un diario el horror de la represión franquista, ya que fue el encargado de dar la absolución a cientos de hombres y mujeres que fueron fusilados en la tapia del cementerio de Torrero de 1936 a 1942. Gumersindo de Estella relató el dolor y los sentimientos de las víctimas y registró sus nombres, lo que ha ayudado a los investigadores e historiadores a recrear los sucesos acaecidos en esas fechas en la cárcel y el cementerio de Torrero.
El próximo 1 de abril, fecha en la que se cumplen 75 años del final oficial de la guerra civil, el Ayuntamiento le rendirá un homenaje en el teatro Principal. Será a partir de las 19.30, y contará con la presencia del padre Tarsicio de Azcona, el periodista Pablo Larrañeta y el profesor Julián Casanova. El homenaje del teatro Principal se complementará con la plaza que se dedicará a su figura en el cementerio de Torrero, un lugar magnífico para recordar la figura de un hombre que sufrió y alivió penas dentro de las paredes del cementerio.
Este homenaje se suma a otros que ha rendido el Ayuntamiento de Zaragoza a las víctimas de la guerra civil. Así, en 1979, aparecieron los restos de los asesinados que habían permanecido ocultos durante cuatro décadas. Esos restos se trasladaron a otra fosa común, pero el Ayuntamiento de Zaragoza decidió levantar en el lugar donde se encontraron los restos un monolito en memoria de “cuantos murieron por la libertad y la democracia”.
Además, en 2009 se levantó un memorial a las víctimas de la violencia franquista que recoge, gracias a la labor de investigación que dirigió el profesor Julián Casanova, el nombre (si se sabe, sino sólo indica hombre o mujer o un apellido) de cada una de las 3.543 víctimas contabilizadas que murieron en el cementerio de Torrero durante la guerra y la posguerra. El memorial se construyó tras un acuerdo alcanzado por unanimidad en el pleno del Ayuntamiento.