‘La coma, esa puerta giratoria del pensamiento’. Julio Cortázar
Lea y analice la siguiente frase:
‘Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría en cuatro patas en su búsqueda’.
Si usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra mujer.
Si usted es varón, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra tiene.
Los signos de puntuación se usan en los textos escritos para intentar reproducir la entonación del lenguaje oral (pausas, matices de voz, gestos, cambios de tono, etc.) con objeto de interpretar y comprender correctamente el mensaje escrito. Los signos de puntuación, por lo tanto, nos permiten expresarnos con claridad y evitar interpretaciones diferentes del mismo texto.
Por ejemplo, el sentido de la siguiente frase: «No está mal eso», cambia si utilizamos otros signos de puntuación: «No, está mal eso».
En el siguiente ejemplo una coma vale un euro:
Café, puro y copa a un euro cada uno son… tres euros.
Café puro y copa a un euro cada uno son… dos euros.
Perdón imposible, que cumpla su condena.
Perdón, imposible que cumpla su condena.
El maestro dijo: «Javier es un burro».
– El maestro -dijo Javier- es un burro.
Una coma puede ser una pausa. O no…
No, espere.
No espere.
Puede hacer desaparecer su dinero.
23,40 … 2,34
Puede crear héroes…
Eso solo, él lo resuelve.
Eso, solo él lo resuelve.
Puede ser la solución.
Vamos a perder, poco se resolvió.
Vamos a perder poco, se resolvió.
Cambia una opinión.
No queremos saber.
No, queremos saber.
La coma puede condenar o salvar.
¡No tenga clemencia!
¡No, tenga clemencia!
Correo particular enviado por Edel.