Aunque hoy el Pont Notre-Dame es una puente más de París, en otro tiempo tenía un aspecto muy distinto. En aquel entonces, no era sólo un mero lugar de paso, sino un ajetreado centro de comercio lleno de tiendas y casas, y era considerado una de las “más elegantes” construcciones de Francia.
En el mismo sitio donde ahora se alza el Pont Notre-Dame en la antigüedad se alzaba otra estructura llamada Grand Pont. Este puente fue destruido en el 886, durante el sitio normando de París, y se sustituyó por uno nuevo, llamado el “Pont des Planches de Mibrai” (puente de tablones de Mibrai) y que conectaba la ciudad con los molinos del Sena.
Este puente duró hasta el siglo XV, cuando en 1406 unas riadas lo destruyeron. Unos años más tarde, en 1412, el rey Carlos VI ordenó la construcción del primer puente de “Notre-Dame”. Se trataba de una estructura sólida de madera, que conectaba la Ile de la Cité con la calle Saint-Martin, de 106 metros de largo y 27 de ancho, que descansaba sobre dieciséis pilas (pilares intermedios) de madera, cada una formada por 30 piezas de madera de 60 centímetros de diámetro.
Se tardaron siete años en construirlo. Una vez acabado, el nuevo puente tenía 60 casas sobre él, 30 a cada lado. El rey se quedaba con parte de la renta que pagaban los que vivían en ellas y estipuló explícitamente que ningún cambista ni orfebre le fuera permitido ocuparlas.
Las casas del puente eran elegantes, tenían una altura considerable y formaban un conjunto uniforme. Cuando se caminaba por el puente, no dejaban ver el río. En el puente se vendía una gran variedad de productos, pero eran especialmente famosas sus armerías y librerías.
Sin embargo, el 25 de octubre de 1499 el puente, que había sido descrito como una de las obras más elegantes de Francia, se vino abajo. Se culpó del derrumbamiento a la avaricia del prevot des marchands y de los échevins (algo así como el alcalde y los concejales, respectivamente, en tiempos de la Francia monárquica) que cobraban una renta anual por el alquiler de las casas, pero dedicaban sólo una parte muy pequeña al mantenimiento. Según parece, el supervisor de las obras pública hacía un año que había avisado a la ciudad del peligro en vano.
Incluso la misma mañana del día del derrumbamiento, un maestro carpintero, que había avisado a los magistrados que el puente caería ese día, fue enviado a prisión. Aunque cuando uno de estos magistrados fue a dar cuenta ante el Parlement de París del carpintero, el Parlement, a pesar del enfado del magistrado, inmediatamente ordenó desalojar el puente y envió guardias para que bloquearan las dos entradas y así impedir que la gente lo cruzara.
No tardaron en aparecer fisuras en el pavimento del puente y, más tarde, en las casas. Al final, el puente se derrumbó produciendo un estruendo terrible y una nube de polvo que oscureció el cielo. Varios de los que vivían en las casas, demasiado preocupados por recuperar sus enseres, quedaron atrapados entre las ruinas. El curso del río se vio obstruido y se produjo una repentina subida del nivel del agua que arrastró a varias mujeres que estaban lavando en la orilla. No fueron los únicos accidentes que se produjeron.
El prevot des marchands y los échevins fueron encarcelados por su negligencia y fueron inhabilitados para ocupar otros cargos en el futuro. También fueron condenados a pagar una multa considerable, parte de la cual sería destinada a la reconstrucción del puente. El rey además dispuso, para el mismo propósito, un impuesto especial sobre los animales de pezuña que entraran en París.
El mismo año del derrumbamiento se pusieron los cimientos del nuevo puente, mientras tanto, una barca permitía cruzar el río. Esta vez, se construiría un puente en arco de piedra. El arquitecto real, el veronés Fra Giovanni Giocondo, que había supervisado la construcción del Petit Pont, también en París, sería el responsable.
La construcción fue lenta por la falta de dinero y no se concluyó hasta 1507. El nuevo puente era de 124 metros de largo por 23 de ancho y tenía seis arcos semicirculares con una elevación proporcional a las crecidas del Sena. Esta vez, se construyeron setenta casas, aunque se tuvieron que derribar nueve de ellas para construir las pilas, dejando treinta a un lado y una más al otro. En seguida, el puente recobró la animación y se volvió a convertir en uno de los lugares más frecuentados de la capital con una gran actividad comercial.
En 1660, se renovó el puente con motivo de la llegada de la hija de Felipe IV de España, que se convertiría en reina de Francia al contraer matrimonio con Luis XIV. Las casas, que eran uniformes y de ladrillo, fueron reparadas y ornamentadas. Sobre los pilares del puente se colocaron estatuas de santos y reyes de Francia, y se adornaron con guirnaldas y medallones. En el primer de los medallones aparecía el escudo real y en los demás los retratos del resto de reyes.
En 1670, en las proximidades del puente, sobre el río Sena se construyó otro edificio de aspecto peculiar: una bomba de agua. Era la segunda que se construía en París para intentar paliar la escasez de agua que sufría la capital al no resultar suficiente el agua que llegaba por los antiguos acueductos de Belleville y Saint-Gervais. Se trataba de una torre de planta cuadrada construida sobre pilotes de madera que contenía un depósito, al cual se hacía subir el agua del Sena mediante una bomba que se movía gracias a la propia corriente del río.
No se hicieron mayores cambios en el puente hasta 1786, cuando sus, para entonces, inestables e insalubres casas tuvieron que ser demolidas. La “Pompe du Pont Notre-Dame” también acabaría siendo demolida, aunque bastantes años más tarde, en 1858, como parte de un plan para mejorar la estética de las orillas del Sena.
Para entonces, un nuevo puente de piedra se levantaba en el lugar del anterior. El puente, que había sido construido sobre los pilares del anterior en1853, cuando se rebajó el nivel de la calle Saint-Martin, tenía menos arcos que el anterior, sólo cinco, pero fue la causa de no menos de 35 accidentes entre 1891 y 1910, lo que le hizo ganarse el apodo de “le pont du Diable”.
En esta forma, el puente tampoco duraría demasiado y en 1919, para mejorar el tráfico, los tres ojos centrales fueron sustituidos por un único arco metálico. La obra fue dirigida por Jean Résal, que también había trabajado en otro par de puentes de París, y es el puente de metal que hoy ocupa el lugar del antiguo Grand Pont.
PS: Llegué a este puente después de ver la película “El perfume”. Aunque se parece mucho al puente en el que el perfumero tenía su taller, no he podido confirmarlo. En la wiki inglesa dice que era el Pont au Change. ¿Alguien lo sabe?
http://www.cabovolo.com/2010/01/las-casas-del-pont-notre-dame.html